8 meses y medio. 8 meses y medio, casi 9… casi 36 semanas de
embarazo de mellizos… para qué voy a dar más detalles de cómo me siento. Es
como si fuera un globo de estos de la patata caliente que se lo van pasando
unos a otros para que no les explote en la cara.
No quería salir de casa, porque tengo los tobillos que no se
distinguen en anchura con las rodillas, pero me han convencido. Mi madre y
Quique van paseando a mi lado cuando unos periodistas nos interceptan. No
necesitaba esto ahora mismo. Intento poner una sonrisa, aunque no me gusta nada
que me estén preguntando sobre nombres, fechas y demás. Quique hace un poco
como de portavoz e intentamos andar un poco más deprisa hasta que noto un
pinchazo. Un pinchazo en el bajo vientre. Consciente que estoy siendo grabada
por varias cámaras, me quejo lo menos posible y sigo andando, hasta que vuelve
a darme el pinchazo, esta vez más fuerte.
Mi cuerpo se dobla entero, como si fuera una rama pisada.
-Qué pasa? – pregunta Quique agarrándome del brazo –
-Creo que es una contracción… - digo quejándome – Quique, es
muy fuerte…
-Hija, tranquila… - mi madre me agarra del otro brazo e
intenta que caminemos un poco más, pero no puedo moverme -
Escucho mi nombre por todas partes, noto los micrófonos
cerca de mi cara hasta que un grito con voz grave me sorprende.
-Podéis parar de una vez? – escucho a Quique gritar,
haciendo que todos se callen – es que no sois conscientes que estáis grabando a
una embarazada con contracciones en la maldita calle?
-Tampoco te pongas así porque… - le escucho replicar a uno –
-Me pongo como es normal que me ponga, y creo que todos lo
entendéis si tenéis un pelin de empatía… - relaja el tono de voz – cariño, son
fuertes? – asiento sin poder ponerme erguida –
Tras unos segundos en los que escucho a Quique, ya algo más
relajado hablar con la prensa, noto un líquido caliente caer por mis piernas…
tiro de su mano, sabiendo lo que es. No me hace caso, sigue hablando con ellos,
igual que mi madre, supongo que intentando que no me graben.
-Quique! – grito – que he roto aguas joder! – exclamo con
las piernas temblándome –
-Qué? – le escucho a mi lado –
-Que dejes de hablar con ellos y vayas a por el coche, que no
son contracciones… que me duele todo el rato… - digo respirando hondo y echando
el aire –
-Pepi… - le escucho hablar casi tartamudeando – que… quédate
con ella…
-Quique, llamamos a una ambulancia? – grita mi madre –
-No! – exclamo – en el coche mamá… - le suplico – suficiente
espectáculo estoy formando –
-Por favor… - dice mi madre asustada – dejadle sitio… - noto
como los periodistas se han apartado un poco pero sé que siguen grabando –
-No puedo estar de pie mamá… - digo amargamente – tengo
muchas ganas de empujar… - comienzo a sollozar –
-Ya estoy! – escucho gritar a Quique – Malú, estás bien? –
le miro y niego con la cabeza, noto mi cuerpo empapado en sudor –
-No puedo andar… - digo susurrando – solo quiero empujar…
-Llamo a una ambulancia… - dice sacando el móvil –
-Que no! – exclamo – súbeme al coche por dios!
Veo su cara desencajada y como le hace un gesto a Pepi. Me
coge en brazos y me mete en el coche, no se bien cómo, en la parte de atrás,
donde está mi madre.
-Vale – comienza a conducir – respira hondo y echa todo el
aire Malú –
-Qué te crees que estoy haciendo! – exclamo enfadada – esto
es culpa tuya! – exclamo con furia – vamos a dar una vuelta dice… - resoplo – y
rompo aguas delante de esta gente, inconsciente!
-Malú, para… - me dice mi madre – que Quique también está
nervioso…
-Nerviosa estoy yo, que voy a reventar como un globo… - digo
apretándole la mano a mi madre – mamá, solo tengo ganas de empujar…
-No empujes! – me grita Quique mientras conduce – no empujes
Malú, aguanta un poco por favor…
-Algo no va bien… - digo sollozando – lo sé…
-Todo va bien vale? – dice con voz alterada Quique mientras
conduce a toda prisa –
El viaje se hace eterno, aunque estamos muy cerca. Al
llegar, escucho como Quique comienza a tocar el claxon del coche al llegar a la
puerta del hospital y se baja corriendo.
-Una camilla! – grita – mi mujer está de parto!
La vista se me nubla. Veo a Quique y a mi madre andar al
lado de la camilla pero, al pasar la puerta, todo se vuelve negro.
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminar