sábado, 20 de septiembre de 2014

CAPÍTULO 25: QUÉ ESPERABAS

-Escoltar? – pregunto contrariado –

-Hay una oleada de periodistas y fans de Malú en el aeropuerto.

Miro a Malú sonriendo tiernamente y baja la cabeza avergonzada.

-Hermanita, no sabes como nos han coreado cuando hemos llegado… -Jose la abraza –

Entramos a la parte baja del aeropuerto y comenzamos a escuchar el griterío. Noto a Malú algo abrumada con aquello.

-La que has liao jefa, te lo dije – le digo al oído y comienza a reírse a carcajadas –

-Qué imbécil eres en serio – me da un manotazo en el brazo –

Noto la mirada de su padre clavada en mí. Me pongo nervioso de repente. Hemos vuelto a la realidad, y Malú aquí es uno de los personajes más famosos del país. Me he metido en un jardín importante.

-Bien, preparados? – dice uno de los hombres de negro –

-Parece esto San Fermín… - susurro por lo bajo y hago reir de nuevo a Malú –



Se abren las puertas y comienzo a recibir en mi retina miles de flashes. Joder… está lleno de gente que se agolpa en nuestra salida. Escucho mi nombre y se me hace tan raro que no se si mirar o pensar que están llamando a otro. Miro a Malú que me mira con cara de póker, sin saber qué hacer. Pues si ella no sabe qué hacer, yo menos.

-Quique! Doctor! Por favor, estamos en directo! – escucho a un chico con el pelo rizado – aquí!

Decido acercarme. El chaval me choca la mano como si acabase de ver a un famoso. Aquello es más de lo que puedo entender.

-Como se siente? – pregunta el chico abrumado –



-Em… - miro a mi alrededor – feliz de estar en casa… - digo sonriendo levemente –

-Qué tal el recibimiento? Toda esta gente ha venido a veros

-Bueno… creo que han venido a ver a la jefa – digo señalando a Malú, que ya está hablando con otro periodista –

El chico me sonríe y asiente. De repente empiezo a escuchar miles de preguntas que no se contestar. Me preguntan por Malú. Pero coño, y qué digo?

-Qué es lo primero que vas a hacer? – escucho a lo lejos –

-Lo primero… supongo que estar con mi familia… y comer… comer mucho – digo riendo – y afeitarme esta barba.

Escucho risas entre aquellos periodistas. Una mano me agarra y me arrastra. Es Malú, que está siendo entrevistada por alguien y, por alguna razón, quiere que esté allí.

-Me has preguntado que cómo he sobrevivido no? – le dice al periodista sonriendo – pues aquí está el culpable.



La miro con cara de póker y todos los flashes y preguntas se dirigen a mí. Quiero matarla en ese momento. Ella se ríe y comienza a hablar de nuevo con los periodistas. Está radiante, supongo que en su salsa, aunque intuyo que no le gustan demasiado los flashes. No alcanzo a ver hasta donde llega aquella marabunta de gente, pero empiezo a escuchar voces al unísono que gritan el nombre de Malú. Me pongo de puntillas y alcanzo a ver unos carteles donde figura su nombre y mensajes emotivos.

-Jefa! Tu legión está allí – le digo en voz alta para que me oiga –

Se pone de puntillas y hace un gesto a un chico de negro como que va a ir para allá. El hombre se queda blanco y niega con la cabeza pero ella hace caso omiso. Caminamos por el pasillo mientras saludamos a los periodistas y cuando llegamos al final, vemos un montón de gente agolpada contra unas vallas. Son sus fans. Son miles de fans que llegan hasta la salida del aeropuerto. Qué barbaridad.

-Cojones! – grito sin poder remediarlo –

Los gritos se apoderan del aeropuerto. Aquello parece la llegada de los Beatles a España, yo estoy flipando en colores. Decido apartarme de los flashes, los demás hacen lo mismo, la estrella es ella y los fans son suyos. Me abrazo a mis padres que me hacen un gesto como diciendo “qué bestialidad”. Malú se pone a llorar delante de sus fans, que le lanzan peluches y alargan sus manos para tocar a su ídolo. Los de negro se la quieren llevar de allí pero ella se zafa hábilmente y va directamente hacia ellos. Una imprudencia muy propia de Malú, como cuando decidió escalar aquella montaña. Sonrío al recordarlo. Las afortunadas de la primera fila se llevan un abrazo que no van a olvidar nunca. Antes de seguir caminando, Malú levanta sus brazos y pide que dejen de gritar un segundo. Está llorando. Me dan unas ganas de ir a abrazarla tremendas, pero sé lo que va a hacer. Todos se callan a su orden… es que es la jefa, no hay duda.



-No sabéis la alegría que me da veros… - dice entre sollozos – os agradezco tanto que estéis aquí, me acabáis de dar el mejor regalo de mi vida, de verdad…

Veo fans enloquecidas llorar de emoción. En serio esta mujer tiene tantos seguidores? Me asusto, no va a poder ir por la calle a este paso.

-Tengo que irme, lo comprendéis no? – todos responden que si al unísono, sigo flipando – os lo agradezco tantísimo… si pudiera os daba un beso a cada uno – todos comienzan a gritar –

Sin esperarlo, una canción comienza a sonar desde lo más profundo de las gargantas de aquellos fans. Blanco y negro, no podía ser otra. Malú abre la boca impactada y se echa a llorar sin remediarlo. Tengo que apartar la mirada para no echarme a llorar yo también. Comienza a cantar con ellos mientras los hombres de negro esperan para escoltarla hasta la salida, totalmente contrariados. Al acabar el estribillo, vuelve a llorar de emoción. Todo el mundo la aplaude, su familia está totalmente absorbida por el llanto.



-Qué grandes… - dice llorando – os quiero tantísimo… - su mirada se cruza con la mía y le hago el gesto característico que suele hacer en sus conciertos, alzando el pulgar, el índice y el meñique a la vez. Se ríe y me imita. Al segundo, toda esa gente la imita. Qué poder tiene joder – Gracias! De verdad! – grita –

Los de negro la cogen por fin y se la llevan mientras sigue llorando. Comienzo a andar al lado de uno de los hombres de negro y, al pasar por al lado de sus fans, alzo el brazo haciendo el gesto característico de Malú. La gente me grita por mi nombre. Alucino. Me siento una estrella del rock. 

Caminamos por el pasillo pero no hacia la salida, supongo que vamos hacia algún sitio donde podamos estar un poco más tranquilos y serenarnos antes de esa maldita rueda de prensa que me pone nervioso. Cuando llevo unos cuantos pasos, veo, a lo lejos, una pancarta que lleva mi nombre. “Bienvenido a casa Quique”, alcanzo a leer. Me pongo a la altura de Malú, que va unos pasos por delante. No puede ser… son mis amigos, y mis tíos… salgo corriendo sin poder evitarlo. 



Al llegar, una maraña de gente me absorbe. Están todos los que puedo llegar a contar, no me puedo creer que hayan venido hasta Madrid solo para recibirme. Sigo llorando como un crío. Miro para atrás y veo como Alex y Marta vienen con Rocío en brazos y se unen al grupo. Comienzan a gritar como si fuera un partido de fútbol y me da la risa al escuchar los oé, oé, oé, oé. Mis padres y mi hermana se acercan entremezclando risas y llanto. Es un momento mágico. Me cuentan, por lo que puedo llegar a escuchar, que no les han dejado pasar a todos a la pista. Tras unos momentos ahí, de nuevo los hombres de negro llegan para apartarme de los flashes que ya se han agolpado hacia nosotros. Observo como, desde una distancia prudencial, Malú y los demás están mirando la escena. Me despido de ellos haciéndoles gestos como que después nos vemos y veo como se abrazan unos con otros, es alucinante.

Llegamos a una sala, a las puertas del aeropuerto, y nos encierran allí, para que comamos algo antes de la rueda de prensa. Pero y qué digo? Nah, les diré que habla Malú, es mi portavoz a partir de ahora. Mi familia está abrumada, no paran de llorar abrazándome. Enfrente de mí, la familia de Malú hace lo propio con ella. Los demás engullen todo tipo de aperitivos. Decido levantarme e ir hacia ella. 
Se abraza a mí una vez más, con una mano cubriendo su cara.

-La jefa la ha liado – digo riendo –

-Es demasiado… has visto lo que han hecho? – dice sollozando – se han puesto a cantar ahí… es lo más emocionante que me ha pasado en mi vida…

-Pero si he pasado por su lado haciendo esto – imito el gesto – y se han puesto a gritarme por mi nombre… - estalla en una carcajada –

Se abraza de nuevo a mí y me deja un beso en la comisura de mis labios. Me pongo tenso por un momento. Su familia nos mira y la mía también. Escucho tenues risas por parte de Anthony, al que voy a matar por varias razones, entre ellas, la de aparecer en la playa justo cuando íbamos a besarnos. Malú entrelaza su mano con la mía y se pone a hablar con mi hermana como si tal cosa. Yo no dejo de flipar.

-Y tu recibimiento? – dice emocionada – me han dado ganas de ir corriendo y tirarme encima – se ríe –

-Joder… es que estaban todos… mis amigos… mis tíos… cómo es que han venido? – me dirijo a mis padres –

-Cómo no iban a venir? – pregunta mi hermana – y de aquí a casa, que la que te espera es buena… - alzo mi ceja izquierda en señal de incredulidad – hasta el alcalde quiere verte.

-Qué alcalde? – pregunto boquiabierto – venga ya!


-Que si! – grita mi hermana descojonada – verás que recibimiento… 

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