-Escoltar? – pregunto contrariado –
-Hay una oleada de periodistas y fans de Malú en el
aeropuerto.
Miro a Malú sonriendo tiernamente y baja la cabeza
avergonzada.
-Hermanita, no sabes como nos han coreado cuando hemos
llegado… -Jose la abraza –
Entramos a la parte baja del aeropuerto y comenzamos a
escuchar el griterío. Noto a Malú algo abrumada con aquello.
-La que has liao jefa, te lo dije – le digo al oído y
comienza a reírse a carcajadas –
-Qué imbécil eres en serio – me da un manotazo en el brazo –
Noto la mirada de su padre clavada en mí. Me pongo nervioso
de repente. Hemos vuelto a la realidad, y Malú aquí es uno de los personajes
más famosos del país. Me he metido en un jardín importante.
-Bien, preparados? – dice uno de los hombres de negro –
-Parece esto San Fermín… - susurro por lo bajo y hago reir
de nuevo a Malú –
Se abren las puertas y comienzo a recibir en mi retina miles
de flashes. Joder… está lleno de gente que se agolpa en nuestra salida. Escucho
mi nombre y se me hace tan raro que no se si mirar o pensar que están llamando
a otro. Miro a Malú que me mira con cara de póker, sin saber qué hacer. Pues si
ella no sabe qué hacer, yo menos.
-Quique! Doctor! Por favor, estamos en directo! – escucho a
un chico con el pelo rizado – aquí!
Decido acercarme. El chaval me choca la mano como si acabase
de ver a un famoso. Aquello es más de lo que puedo entender.
-Como se siente? – pregunta el chico abrumado –
-Em… - miro a mi alrededor – feliz de estar en casa… - digo
sonriendo levemente –
-Qué tal el recibimiento? Toda esta gente ha venido a veros
-Bueno… creo que han venido a ver a la jefa – digo señalando
a Malú, que ya está hablando con otro periodista –
El chico me sonríe y asiente. De repente empiezo a escuchar
miles de preguntas que no se contestar. Me preguntan por Malú. Pero coño, y qué
digo?
-Qué es lo primero que vas a hacer? – escucho a lo lejos –
-Lo primero… supongo que estar con mi familia… y comer…
comer mucho – digo riendo – y afeitarme esta barba.
Escucho risas entre aquellos periodistas. Una mano me agarra
y me arrastra. Es Malú, que está siendo entrevistada por alguien y, por alguna
razón, quiere que esté allí.
-Me has preguntado que cómo he sobrevivido no? – le dice al
periodista sonriendo – pues aquí está el culpable.
La miro con cara de póker y todos los flashes y preguntas se
dirigen a mí. Quiero matarla en ese momento. Ella se ríe y comienza a hablar de
nuevo con los periodistas. Está radiante, supongo que en su salsa, aunque
intuyo que no le gustan demasiado los flashes. No alcanzo a ver hasta donde
llega aquella marabunta de gente, pero empiezo a escuchar voces al unísono que
gritan el nombre de Malú. Me pongo de puntillas y alcanzo a ver unos carteles
donde figura su nombre y mensajes emotivos.
-Jefa! Tu legión está allí – le digo en voz alta para que me
oiga –
Se pone de puntillas y hace un gesto a un chico de negro
como que va a ir para allá. El hombre se queda blanco y niega con la cabeza
pero ella hace caso omiso. Caminamos por el pasillo mientras saludamos a los
periodistas y cuando llegamos al final, vemos un montón de gente agolpada
contra unas vallas. Son sus fans. Son miles de fans que llegan hasta la salida
del aeropuerto. Qué barbaridad.
-Cojones! – grito sin poder remediarlo –
Los gritos se apoderan del aeropuerto. Aquello parece la
llegada de los Beatles a España, yo estoy flipando en colores. Decido apartarme
de los flashes, los demás hacen lo mismo, la estrella es ella y los fans son
suyos. Me abrazo a mis padres que me hacen un gesto como diciendo “qué
bestialidad”. Malú se pone a llorar delante de sus fans, que le lanzan peluches
y alargan sus manos para tocar a su ídolo. Los de negro se la quieren llevar de
allí pero ella se zafa hábilmente y va directamente hacia ellos. Una
imprudencia muy propia de Malú, como cuando decidió escalar aquella montaña.
Sonrío al recordarlo. Las afortunadas de la primera fila se llevan un abrazo
que no van a olvidar nunca. Antes de seguir caminando, Malú levanta sus brazos
y pide que dejen de gritar un segundo. Está llorando. Me dan unas ganas de ir a
abrazarla tremendas, pero sé lo que va a hacer. Todos se callan a su orden… es
que es la jefa, no hay duda.
-No sabéis la alegría que me da veros… - dice entre sollozos
– os agradezco tanto que estéis aquí, me acabáis de dar el mejor regalo de mi
vida, de verdad…
Veo fans enloquecidas llorar de emoción. En serio esta mujer
tiene tantos seguidores? Me asusto, no va a poder ir por la calle a este paso.
-Tengo que irme, lo comprendéis no? – todos responden que si
al unísono, sigo flipando – os lo agradezco tantísimo… si pudiera os daba un
beso a cada uno – todos comienzan a gritar –
Sin esperarlo, una canción comienza a sonar desde lo más
profundo de las gargantas de aquellos fans. Blanco y negro, no podía ser otra.
Malú abre la boca impactada y se echa a llorar sin remediarlo. Tengo que
apartar la mirada para no echarme a llorar yo también. Comienza a cantar con
ellos mientras los hombres de negro esperan para escoltarla hasta la salida,
totalmente contrariados. Al acabar el estribillo, vuelve a llorar de emoción.
Todo el mundo la aplaude, su familia está totalmente absorbida por el llanto.
-Qué grandes… - dice llorando – os quiero tantísimo… - su
mirada se cruza con la mía y le hago el gesto característico que suele hacer en
sus conciertos, alzando el pulgar, el índice y el meñique a la vez. Se ríe y me
imita. Al segundo, toda esa gente la imita. Qué poder tiene joder – Gracias! De
verdad! – grita –
Los de negro la cogen por fin y se la llevan mientras sigue
llorando. Comienzo a andar al lado de uno de los hombres de negro y, al pasar
por al lado de sus fans, alzo el brazo haciendo el gesto característico de
Malú. La gente me grita por mi nombre. Alucino. Me siento una estrella del
rock.
Caminamos por el pasillo pero no hacia la salida, supongo que vamos hacia
algún sitio donde podamos estar un poco más tranquilos y serenarnos antes de
esa maldita rueda de prensa que me pone nervioso. Cuando llevo unos cuantos
pasos, veo, a lo lejos, una pancarta que lleva mi nombre. “Bienvenido a casa
Quique”, alcanzo a leer. Me pongo a la altura de Malú, que va unos pasos por
delante. No puede ser… son mis amigos, y mis tíos… salgo corriendo sin poder
evitarlo.
Al llegar, una maraña de gente me absorbe. Están todos los que puedo
llegar a contar, no me puedo creer que hayan venido hasta Madrid solo para
recibirme. Sigo llorando como un crío. Miro para atrás y veo como Alex y Marta
vienen con Rocío en brazos y se unen al grupo. Comienzan a gritar como si fuera
un partido de fútbol y me da la risa al escuchar los oé, oé, oé, oé. Mis padres
y mi hermana se acercan entremezclando risas y llanto. Es un momento mágico. Me
cuentan, por lo que puedo llegar a escuchar, que no les han dejado pasar a
todos a la pista. Tras unos momentos ahí, de nuevo los hombres de negro llegan
para apartarme de los flashes que ya se han agolpado hacia nosotros. Observo
como, desde una distancia prudencial, Malú y los demás están mirando la escena.
Me despido de ellos haciéndoles gestos como que después nos vemos y veo como se
abrazan unos con otros, es alucinante.
Llegamos a una sala, a las puertas del aeropuerto, y nos
encierran allí, para que comamos algo antes de la rueda de prensa. Pero y qué digo?
Nah, les diré que habla Malú, es mi portavoz a partir de ahora. Mi familia está
abrumada, no paran de llorar abrazándome. Enfrente de mí, la familia de Malú
hace lo propio con ella. Los demás engullen todo tipo de aperitivos. Decido
levantarme e ir hacia ella.
Se abraza a mí una vez más, con una mano cubriendo
su cara.
-La jefa la ha liado – digo riendo –
-Es demasiado… has visto lo que han hecho? – dice sollozando
– se han puesto a cantar ahí… es lo más emocionante que me ha pasado en mi
vida…
-Pero si he pasado por su lado haciendo esto – imito el
gesto – y se han puesto a gritarme por mi nombre… - estalla en una carcajada –
Se abraza de nuevo a mí y me deja un beso en la comisura de
mis labios. Me pongo tenso por un momento. Su familia nos mira y la mía
también. Escucho tenues risas por parte de Anthony, al que voy a matar por
varias razones, entre ellas, la de aparecer en la playa justo cuando íbamos a
besarnos. Malú entrelaza su mano con la mía y se pone a hablar con mi hermana
como si tal cosa. Yo no dejo de flipar.
-Y tu recibimiento? – dice emocionada – me han dado ganas de
ir corriendo y tirarme encima – se ríe –
-Joder… es que estaban todos… mis amigos… mis tíos… cómo es
que han venido? – me dirijo a mis padres –
-Cómo no iban a venir? – pregunta mi hermana – y de aquí a
casa, que la que te espera es buena… - alzo mi ceja izquierda en señal de
incredulidad – hasta el alcalde quiere verte.
-Qué alcalde? – pregunto boquiabierto – venga ya!
-Que si! – grita mi hermana descojonada – verás que recibimiento…






No hay comentarios:
Publicar un comentario