sábado, 21 de febrero de 2015

CAPÍTULO 178: SÉ QUE SOBRARON MOTIVOS

Hoy me siento mucho mejor. Ayer pasé un día tremendo. Entre las náuseas que tenía y lo floja que me sentía… Miro el calendario y sonrío. 30 de Junio. Dentro de nada, se cumplirá un mes de nuestra boda. Y hoy se cumple un mes de esa despedida de soltera tan apoteósica y divertida. Lo que daría por volver a Miami... qué luna de miel tan bonita... desde que hemos vuelto, Quique no para de hacerme detallitos todos los días. Como despertarme con el desayuno en la cama, por ejemplo. Seguro que Quique me tiene alguna preparada para nuestro mes de casados. 30 de Junio. Espera. Se me cambia la cara de repente. Cojo mi iphone nerviosa y abro la aplicación del calendario. No puede ser. Ay dios mío. Malú, respira, respira hondo. Vale… piensa… cuándo te vino la regla? A ver… Mayo… Pero cuando? Mayo… joder… calcula coño… cuento los días con los dedos intentando acordarme de cuando fue la última vez. Antes de la despedida… una semana antes… o quizá unos días más… pero menos de 2 semanas… ahí dios mío… que si, que la he liado… que hace más de un mes que no me viene la regla. De pronto, como si todo encajase, recuerdo las náuseas de ayer, nada más despertarme. Me pongo la mano en la frente. Dios mío…  Pero yo soy gilipollas o qué? A qué estaba esperando para darme cuenta de esto? Estás tonta? Asegúrate. A ver… en junio no me ha venido, eso seguro.  Repasemos… el viaje… no…. Ni antes ni después del viaje… no puede ser. Esta vez si que no hay duda. Joder!! Tengo que llamar a Vero. Dios! Me vino la regla hace… - me quedo pensativa contando los días – 40 días! Si, fue el 21 de Mayo, era Jueves, estuve ese finde jodida, lo recuerdo. Pero si yo soy de que me venga la regla cada 28-30 días!!! Estás chalada Malú! No puede ser!!! Tengo que llamar a Vero. Tengo que llamarla. Tengo que tranquilizarme… respira Malú… inspira… espira… inspira…

-Si?

-Vero! Ay dios mío… no puede ser… no sabía si contártelo… dios mío, soy subnormal!!! – hablo acelerada -

-Malú? Qué pasa?

-La regla Vero… la regla… - digo nerviosa -

-Qué regla? – pregunta extrañada – qué dices Malú?

-Dios! – exclamo frustada – hace 40 días que no me viene la regla! – grito pegando el teléfono a mi boca –

-Cómo? – grita Vero – qué dices???

-Acabo de darme cuenta! Soy tonta!!

-Iiiiii… - la escucho gritar emocionada – estás preñada Lula!!

-Cállate!! Necesito que me traigas un predictor… lo necesito ya… ahora mismo…

-Marchando, no te muevas de casa.

Cuelgo el teléfono y miro a mis perros. Me miran interrogantes. Pensarán, por qué grita nuestra madre? Que por qué grito? QUE POR QUÉ GRITO? Me ha preñado. Dios mío, estoy preñada, no puede ser!! – miro mi barriga – joder, estoy hinchada o estoy paranoica???!!! Me cago en mi vida!! Lo sabía!!! Esto iba a pasar!! No estoy en mis días fértiles, le decía. No pasa nada, le decía. Joder… necesito sentarme… madre mía… - pongo mis manos en mi cabeza – no puede ser… Malú, estás embarazada… ni siquiera sé por qué me hago ese predictor, si lo sé! Las náuseas! Los mareos! El hambre voraz! El sueño! El asco que me daba el olor a mojito el último día en Miami!

Suena el timbre poco después. Tiene que ser Vero. Por favor, que sea ella, que no puedo más y no me queda tila en casa. Abro la puerta y aparece sonriente mostrándome esa cajita con el predictor dentro.

-IIiiiiiii!! – se pone a dar saltitos a mi lado – esto tenía que pasar!!

-Vero! Para! – me pongo la mano en la frente – dios mío… dame eso… - cojo la caja y la inspecciono – no me lo puedo creer… mira mi cara! – me señalo – es la cara de una gilipollas que se da cuenta de estas cosas casi al mes y medio.

-Jajajajaja! – se descojona – vamos, háztelo ahora mismo… - me coge de la mano arrastrándome al baño –

-Quieta… - me paro en seco – debería llamar a Quique… se ha ido con mi hermano a jugar al padel y luego se iban de cervezas con la banda y…

-Podemos - me corta sin hacerme caso - hacer una twitcam y narrar en directo el desenlace… - dice irónica – quieres hacértelo de una vez?? Imagínate su cara cuando venga y se lo cuentes!

-Es verdad… si es negativo… - tuerzo el gesto - la otra vez ya pasó…

-Negativo? – comienza a reírse – Malú, estás preñada… pero quiero verlo!! – me arrastra de nuevo hacia el baño – mea ahí y ahora sales…

La miro con algo de miedo y parece que se da cuenta de lo nerviosa que estoy. Suaviza un poco el gesto y me agarra de las manos.

-Vale… tranquila… - me acaricia el pelo, tengo ganas de llorar – qué quieres que salga? – pregunta comedida –

-Pf… - resoplo sin saber qué decir –

-Yo creo que quieres que sea positivo… - me acaricia la cara y sonrío – por eso estás tan nerviosa… así que entra ahí, que me voy a tener que tomar un Orfidal al final joder!.

Casi me encierra ella en el baño. Me miro al espejo. Es posible que estés embarazada Malú? Es posible? Ay dios… claro que es posible… y tan posible… lo que va a ser imposible es saber cuándo me quedé embarazada… menudo ritmo llevamos… y yo preñada y él ahí, embistiendo mi útero! Dios! Cálmate!... vale… vale… respira… Me sereno como puedo y sigo las instrucciones de la cajita para que el test sea efectivo. A esperar dos minutos. Dios mío… dos minutos… los dos minutos más largos de la historia.

-Está ya? – grita Vero desde fuera –

-Cállate que me pones nerviosa! – grito fuera de mí –

Madre mía. Lo sabía. Sabía que iba a pasar esto. Ha sido casi en el tiempo de descuento. El tiempo justo para no casarme de penalti. O quizá ya estaba embarazada cuando me casé. Va a ser imposible saberlo. Ay joder, la cara de Quique cuando se lo cuente. Dios! Quiero que sea positivo. Que sea positivo por favor! – miro al cielo con las manos cruzadas – Hostia… quiero que sea positivo… qué fuerte… me sorprende ese pensamiento… pero cómo no voy a querer que sea positivo si es de él!! Madre mía, qué ganas de llorar tengo. Doy vueltas en el baño, mirando el reloj, hasta que veo que ya han pasado de largo los dos minutos. Me acerco temerosa al lavabo y cojo entre mis manos el test. Rompo a llorar sin poder evitarlo.

-Nena! Qué pasa? – grita Vero desde fuera –

Saco fuerzas de donde puedo para quitar el pestillo y que Vero entre. Necesito un abrazo ahora mismo. Me observa interrogante y le entrego el test.


-Ahhhhh!!! – grita descontrolada – lo sabía!!!!!



-Bufff… - resopla secándose el pelo con la toalla – qué cansancio llevo encima… tu hermano no se mueve cuando jugamos… menuda paliza me he pegao corriendo... - le observo divertida - voy a tener que buscarme otra pareja para el padel.

Sonrío. Qué nervios joder. Se lo tengo que decir ya. No sé ni cómo no se lo he dicho cuando ha llegado. Quizá porque no sé cómo hacerlo. Le observo coger un libro bastante gordo. Es de medicina. Ay qué mono. Va a estudiar. Pues no, no va a hacerlo.

-Oye… - se gira hacia mí – estás mejor del todo verdad? – toca mi tripa mientras me mira y sonrío – me asustaste ayer… que lo sepas…

-Ya estoy bien… si te lo he dicho esta tarde antes de irte… - sonrío dulcemente –

-Ya… pero te noto algo rara… - me mira alzando las cejas – no te muerdes el labio… - suelto una pequeña carcajada – eso es raro en ti, a esta hora siempre sueles hacerlo… - dice riéndose - todo bien?

-Si… solo estoy algo cansada - sonrío bajando la cabeza – anda, ven a la cama ya…

Vale Malú, tú sigue a lo tuyo. Devuelvo la mirada a esas agujas y sigo haciendo punto. Observo por el rabillo del ojo como Quique se pone el pijama. Se mete en la cama. Ha llegado el momento. Se va a quedar de piedra.

-Oye, qué haces? – me mira extrañado –

-Punto – contesto sin alzar la mirada –

-No sabía que sabías hacerlo… - se ríe – me acuerdo que a mi abuela le encantaba… siempre nos hacía alguna cosa, sobre todo cuando éramos pequeños…

-Podrías probar… es muy relajante… - sonrío – me enseñó mi abuela…

-Amm… - asiente apoyando la espalda en el cabecero de la cama y coge su libro de la mesita - 

Suelto las agujas sobre la mesita y cojo los pequeños patucos de color blanco que he hecho esta tarde. Los miro un segundo y noto mi corazón latir cada vez más fuerte. Me muerdo el labio nerviosa. Sonrío emocionada. Sin decir nada, los pongo sobre la cama.

-Los he hecho esta tarde…

-Mm… - dice antes de levantar la mirada –

Le observo atentamente. Su gesto cambia por completo al ver los patucos. Suelta el libro y, lentamente, coge los patucos con sumo cuidado. Tengo muchas ganas de reirme y llorar a la vez. Suelta una breve risa nerviosa y me mira sorprendido. Le miro con una sonrisa de oreja a oreja, emocionada. Hace un gesto dirigiendo los patucos hacia mi tripa con cara interrogante. Asiento sin decir nada y se queda boquiabierto.

-Estás… - no termina la frase –

-Si… - sonrío emocionada –

-Dios! – exclama mirando los patucos – Dios! – se remueve en la cama – Malú! – se gira hacia mí rápidamente y me abraza de manera dulce – vamos a tener un hijo? – pregunta abrazado a mí –

-Si… - contesto a punto de llorar –

-Pero por qué no me lo has dicho antes? – se separa de mí y veo como están cayéndole un par de lágrimas por las mejillas – Desde cuando lo sabes?

-Pero no llores… - aparto sus lágrimas con mis pulgares – que lloro yo joder… - me pongo a reirme y a llorar a la vez – me he hecho el test esta tarde…

-Pero…

-No quería que pasara lo de la otra vez… - sonrío tímida – y no he podido resistirme… - observo su cara todavía boquiabierto mirando los patucos – reconoce que mi forma de decírtelo ha sido muy romántica…

-Joder… - resopla – Joder… - vuelve a resoplar – Tú sabes lo feliz que soy ahora mismo? – dice ilusionado con los ojos húmedos –

-Por eso me he casado contigo… - sonrío emocionada – sabía que ibas a reaccionar así…

-Pero cómo quieres que reaccione? – pregunta exaltado – Dios! – exclama – que vamos a ser padres!! – dice riéndose – por eso tenías náuseas! - dice con gesto de darse cuenta de repente - de cuánto estás? – pregunta interrogante –

-De verdad esperas que sepa cuándo me has hecho esto? – señalo mi tripa –

-Jajajajajaja – estalla en una carcajada – hola? – se aboca a mi tripa, hablando – hija, perdona por haberte molestado con mis embestidas… pero tu madre está muy buena…

-Quique! – le doy un manotazo en la espalda muerta de risa – no le digas esas cosas! – digo enternecida – como que hija? – pregunto – es que quieres que sea una niña?

-Yo quiero que sea lo que sea… - sonríe mirándome – en el caso de que seas un chico, perdona hijo… - vuelve a hablar a mi tripa – llevaremos más cuidado a partir de ahora…

-Deja de hablarle a mi barriga! – digo riéndome – ay Quique… vamos a poder con esto? – digo algo preocupada –

-Claro que vamos a poder! – dice convencido sentándose a mi altura – te quiero… - acaricia mi cara suavemente –

-Y yo a ti… - intento no llorar –

-Dios… - resopla abrazándose de nuevo a mí – vamos a ser padres Malú…

Vamos a ser padres… dios mío… con las veces que he pensado en cómo sería tener un hijo. Con la de tiempo que llevo teniendo el instinto maternal a flor de piel. Y ahora estoy cagada y feliz a partes iguales. Y miro a Quique y le veo igual que yo. Es perfecto. Es el padre perfecto. 

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