sábado, 29 de noviembre de 2014

CAPÍTULO 110: EN UN PARPADEO EMPEZÓ TU VIAJE

-Corre que te matan Rick!!

-Me cago en mi vida… joder!

-Eh! – grito al entrar al salón – quieres no decir tacos delante de la niña? – Quique ni me mira, sigue fijo a la pantalla – qué hacéis?

-Estamos a punto de pasarnos esta pantalla… - contesta Quique sin mirarme – vamos!!

Les observo un segundo. El enfado que creía tener desaparece cuando les veo… me produce hasta ternura.

-De donde habéis sacado esa consola?

-La tenía en una bolsa en el estudio… supongo que cuando me traje la guitarra y el piano, estaba por ahí… - sigue mirando atentamente la pantalla – después de esta pantalla, jugamos al de fútbol Juliet…

-Si!

-Hola? Estoy aquí eh? – hago gestos y escucho como Quique ríe –

-Corre, corre! – grita Juliet – Si!!! – alza el puño, parece que han conseguido su objetivo al ver como chocan sus manos –

-Tengo otro mando, juegas con nosotros? – Quique me mira ilusionado, como si fuera un crío pequeño –

-No he jugado en mi vida a la consola… - digo sonriendo –

-No? – pregunta sorprendida Juliet – Yo enseño a Malú, te vamos a machacar Rick…

Es curioso, creo que estoy haciendo cosas desde que estoy con Quique que no había hecho en mi vida. Entre ellas, jugar a la consola sentada en el suelo. Cuánto glamour. Juliet se afana en explicarme para qué sirve cada botón, pero no creo que sepa dar un pase seguido. Y si a eso le sumas que yo de fútbol entiendo poco, voy a perder. Y no me gusta perder.

-Nosotros elegimos el Madrid – digo convencida –

-Eh, ni hablar, eso no vale, encima de que sois dos… - se queja –

-Tú a callar, que te vamos a ganar, verdad Juliet? – la niña asiente convencida –

-Pues me cojo a… - empieza a pasar equipos – al Manchester mismo…

-Te vamos a ganar Rick… - dice Juliet – tú no sabes como juego yo al fifa…

Me entra la risa al comenzar el juego. Mi primera gran jugada es chutar desde el centro del campo hasta la grada. Estallo en una carcajada.

-El botón de pase es la x Malú… - se burla Quique –

-No me piques, que tu no me conoces cuando me pico…

Tras varios goles de Quique, decido ponerme en serio. Me estoy cabreando.

-A ver… pase la x, chutar el circulo, centrar el cuadrado… correr… cual es el de correr? – Juliet me indica el botón correspondiente – y como puedo quitarle el balón? – me lo indica Juliet – vale…  te vas a cagar…

Me encanta cuando se enfada. Mírala, toda concentrada intentando hilar algún pase. No quiero reirme… no quiero reirme…

-Jajajajajajajajajaja! – estallo en una carcajada al ver como chuta para su propio campo –

-Eh! Que te pego eh? – da un manotazo al aire que casi impacta en mi brazo –

-Es que me encanta como te picas… - digo risueño –

-Córner. Malú, yo saco, tú rematas… - dice Juliet y Malú la mira con cara de… qué hago? – Dale al círculo todo el rato – dice la niña –

Malú funde el botón del círculo desde antes de que Juliet saque el córner pero, increíblemente, remata de cabeza y marca.

-Gooooool!!!! – Malú lanza el mando y se levanta – tomaaaaa!!! – se abrazan las dos, mientras yo me quedo con cara de póker – Quién se ríe ahora eh? Lalalalala – se pone a bailar de manera graciosa – con quien he marcado?

-Ramos – dice la niña con claro acento inglés –

-Espera… jajajaja! – vuelve a sentarse en el suelo – pon la repetición, esto se lo tengo que mandar a Sergio…

Tras un partido, una revancha y otra revancha más, conseguimos ganar Juliet y yo. Evidentemente, este momento lo tengo que inmortalizar y no puedo evitar colgarlo en las redes sociales. En la foto, aparece Quique haciéndose el enfadado, con las manos de Juliet y yo en primer plano, con los cuernos maluleros. Revuelo al canto. Me encanta hacer estas cosas.

-Entonces… - me siento en el sofá al lado de Quique – en Navidad cenamos juntos…

-Si, yo voy a Sevilla para la cena y ya el 26 nos venimos aquí.

-No vas a cenar con nosotros en Nochebuena?

La pregunta con tono apenado de Juliet me parte el alma. No habíamos caído en ese detalle, pero Quique debe cenar con su familia, y más después de todo lo que ha pasado este año. La forma de explicarle la situación que tiene Quique me conmueve.

-Verás cariño… - la coge en brazos y la sienta en su regazo – mi familia sois vosotras, pero también mis padres, mis primos… así que hemos decidido que la Nochebuena la pasemos separados pero el resto de las navidades juntos. Además, vamos a hacer una cena de Nochebuena antes, los 3, te parece bien? – la niña asiente no muy convencida – te lo vas a pasar muy bien con la familia de Malú.

Hemos tenido una conversación previa a esta. No sabíamos con quien se quedaría Juliet, pero Quique está convencido que debe pasarla conmigo. Quizá porque sabe que esa noche será un poco menos triste si estoy pendiente de la niña. En mi familia siempre hemos tenido la tradición de las navidades en familia, es el único momento del año en el que podemos juntarnos todos, aunque este año faltarán algunas personas. Pero habrá una persona nueva, Juliet, y eso me hace tener algo de ilusión. Y quizá por eso Quique está convencido que debe pasarla conmigo. No obstante, hemos decidido hacer una cena el día de antes, con Vero y Lucía y algunos amigos más. Va a ser como la antesala a una noche alegre y triste a la vez.


-Juliet, hemos pensado salir a pasear un ratito por…

Me quedo mudo al ver a la niña tumbada en la cama, boca abajo, con claros signos de estar llorando. Al escucharme, pega un respingo y se da la vuelta, dándome la espalda. Dudo durante un instante, pero decido acercarme a la cama y sentarme a su lado, sin decir nada. La miro de reojo, es una situación un poco extraña, porque ni ella habla ni yo tampoco, aunque estoy deseando hacerlo.

-Quieres hablar de algo preciosa? – acaricio su pelo con gesto preocupado. La niña niega con la cabeza – quieres que te deje sola un momento? – la niña asiente tímidamente –

Me levanto de la cama a regañadientes, no me gusta dejarla así, pero entiendo que igual necesita intimidad. Justo antes de salir por la puerta, escucho mi nombre.

-Rick… - la voz sollozante de Juliet me hace girarme – no te vayas…

Suspiro con tono apenado y deshago mis pasos. Vuelvo a sentarme a su lado y, sin hablar, hago que se abrace a mí. No se el tiempo que pasa llorando en mis brazos, no quiero preguntarle, no es el momento, es el momento de consolarla por algo que todavía no sé lo que es, pero que no importa en este momento.

-Es su cumpleaños… - dice entre sollozos –

-De quién cariño? – pienso que es el de Rose y se me encoge el alma –

-De mamá…

Tras decirlo, vuelve a echarse a llorar. Intento reprimir yo mis lágrimas pero me es prácticamente imposible. No ha dicho nada esta mañana, imagino que no se ha acordado y que, de repente, ha venido a su mente. Me apena la situación, ni siquiera sé qué decirle, qué hacer para consolarla. No se si me viene grande la situación, quizá no haya que decir nada, pero no puedo evitarlo.

-Sé que la echas de menos… - digo comedido –

-La abuela y yo siempre íbamos hoy al cementerio a dejarle unas flores… pero este año no las va a tener… - vuelve a romper a llorar e intento no hacerlo con ella –

-Juliet… - susurro apenado – no pienses en eso… - reflexiono un segundo y se me ocurre una idea – quieres hacer algo en su recuerdo verdad? – la niña asiente – bien… haremos algo, no te preocupes…

-Chicos, nos vamos a… - Malú irrumpe en la habitación y la cara de ilusión se le transforma – qué pasa?

Le hago un gesto para contarle después.

-Vamos a comprar unas flores y las vamos a llevar a un sitio muy bonito, te parece? – la niña alza la mirada algo avergonzada y asiente – venga, vamos a secar esas lágrimas… - paso mis pulgares por sus mejillas – y vamos a elegir las flores más bonitas que encontremos…


-Te gusta el sitio cariño? – la niña se queda observando el agua y asiente comenzando a caminar hacia la orilla del lago –

-Qué lástima me está dando Quique… - Malú se aferra a mi cintura y pone su cabeza en mi hombro –

-Ya… pero quiere hacerle algo… vamos a dejarla, y cuando lo haga, vamos a por ella.

-No es justo que una niña tenga que sentirse así… - se queja Malú – no deberían pasar estas cosas…

-Ya lo sé…

Observo como Juliet deposita las flores en el agua y comienzan a moverse. Se queda paralizada mirándolas, como si con ellas se fuera algo más. Nos acercamos despacio, sin hablar. Llego a su altura y me agacho detrás de ella.

-Recordar no es malo Juliet… lo malo es olvidarse de las personas que quieres…

-No quiero olvidarme… pero me pongo triste… - dice apenada todavía mirando las flores –

-Lo sé… - sonrío enternecido – eres una chica muy valiente…

La niña se gira hacia mí, totalmente emocionada, y me abraza. La recibo con todo el calor que puedo. Miro de reojo a Malú, que, para variar, está llorando. Qué sensible es. Y cómo me gusta que lo sea. Se agacha y se abraza a nosotros durante unos segundos.

-Bueno… - intento recuperar la compostura – quieres que volvamos a casa? – la niña asiente sin soltarse de Malú –


Se nota cuando Juliet está triste. Es como Malú, transparente, no puede disimular. Hace rato que se ha metido a su cuarto a ver la tele, no quería estar en el salón y no hemos querido obligarla. No puedo evitar ir a echar un vistazo. Al entrar en la habitación, veo como duerme medio destapada, con la tele encendida. Sonrío sin querer, todavía es una niña. Apago la tele sin hacer ruido y me acerco a la cama. Subo las sábanas y la manta hasta su cuello y Juliet se mueve un poco hasta acomodarse. Aparto un poco el pelo de su cara y dejo un beso en su frente. Apenas unos días en aquella isla bastaron para que le cogiese cariño y, ahora, apenas han bastado unos días para que me sienta responsable de que esté bien. Al darme la vuelta, me encuentro a Malú apoyada en el marco de la puerta, mirándome embelesada, con una sonrisa tierna. Sonrío algo avergonzado y salgo cerrando lentamente la puerta.

-Eres un cielo, lo sabías no? – me da un beso –

-Algo me habían dicho… - digo bromeando –

-Vas a ser un padrazo… - sonríe algo avergonzada –

-Ah si? – bajamos las escaleras hacia el salón –

-Si… y espero que sea con mis hijos… - vuelve a sonreir avergonzada –

Sonrío y la abrazo por detrás mientras caminamos hasta llegar al salón. Al entrar, la luz tenue de la lámpara alumbra el árbol de Navidad que pusimos hace días.

-Me gustaría tanto pasar la Nochebuena contigo… - susurro –

-Y a mí… - nos sentamos en el sofá casi en la misma posición, abrazándola por la espalda – pero mañana vamos a hacer nuestra Nochebuena particular…

-Ya… - contesto no muy convencido – te voy a echar de menos jefa…

-Y yo… - ríe levemente –

-Así que quieres que sea un padrazo con tus hijos no? – sonrío –

-Nuestros – remarca – nuestros hijos…

-Quieres tenerlos eh? – sigo sonriendo –

-Me lo he imaginado varias veces desde que estamos juntos… pero el otro día me pasó que lo pensé y fue como si lo estuviera viendo… - confiesa –

-Yo también me lo he imaginado… - contesto de manera tierna –

-Me da miedo que se nos acabe esto… - se da la vuelta para mirarme – no me había sentido tan bien con alguien en mi vida…

-Uy madre… - río – la Navidad te pone muy tierna eh?

-Jo… es la verdad… - contesta avergonzada –

-Sabes que a mí me pasa lo mismo contigo… - vuelvo a abrazarla – lo sabes no? – asiente –

-Menudo año… me han pasado cosas tan diferentes que parece que haya pasado más tiempo… - reflexiona –

-Ha sido un año difícil… - dejo un beso en su pelo – pero lo vamos a despedir juntos… - alza la mirada sorprendida – qué? – pregunto sonriente – pensabas que iba a empezar el año lejos de ti o que?

-Vas a venirte conmigo en Nochevieja? – pregunta ilusionada –

-Pues claro… - contesto – si me invitas claro…


Me abraza fuerte, más fuerte que otras veces. Tan frágil en algunas ocasiones, tan fuerte en otras… 

CAPÍTULO 109: TÚ ME HAS HECHO MÁS FUERTE

-Malú!!!  Malú!!!!

Escucho los gritos de Juliet desde el baño y me da un vuelco el corazón. Subo las escaleras a toda prisa, seguida de Quique. Al intentar abrir la puerta, está cerrada.

-Cariño, qué pasa?? – pregunto muerta de miedo –

-Estás sola? – la voz de Juliet suena a que ha estado llorando y vuelvo a tener miedo –

-Está Quique conmigo cariño, dinos qué te pasa, abre la puerta…

-No, Quique vete! – grita desde dentro –

Quique me mira boquiabierto y con cara de no entender nada. Le hago un gesto con la cara para que vaya a la habitación. A regañadientes, desaparece del pasillo.

-Ya estoy yo sola cariño, abre la puerta…

La puerta se abre y me encuentro a Juliet totalmente avergonzada, sin mirarme a la cara. Observo el baño y no entiendo nada, no veo nada roto, nada que me haga pensar el por qué de esos gritos.

-Qué ocurre Juliet? – pregunto intrigada –

-Puedes traerme ropa limpia? – Miro a Juliet de arriba abajo hasta que detecto donde está el problema –

Salgo del baño enternecida. Es posible que sea la primera vez que a Juliet le venga el período? Y yo ahora la tengo que aconsejar… cada vez tengo más la sensación de maternidad con esta niña. Desde la habitación, Quique asoma la cabeza, como preguntando que ocurre. Sonrío y le hago un gesto como que no se preocupe y vuelvo a entrar al baño, esta vez con ropa limpia. Juliet sigue seria, sin mirarme a la cara.

-Ei, cariño, esto no es nada malo vale?

-Como que no? Es asqueroso… - se desnuda con algo de pudor delante de mí – puedes darte la vuelta?

Me doy la vuelta aguantándome la risa.

-Juliet, esto nos pasa a las mujeres, no te preocupes por eso…

-He manchado la ropa… - dice apenada – es la regla verdad?

-Si cariño, eso parece… - sigo de espaldas –

-Me duele mucho la tripa… - se queja –

-Eso también es normal… seguramente llevaba días doliéndote un poquito verdad? – me giro al notar que ya se ha vestido y asiente – por qué no me lo has dicho?

-No se… - se alza de hombros –

-Quieres que te explique alguna cosa? – no se muy bien si hacerlo o no –

-En el colegio nos explicaron esto… pero no nos dijeron que era una mierda…

Se me escapa una carcajada que reprimo al segundo. Me está pareciendo tan tierno. Juliet acaba de comenzar el proceso de convertirse en mujer y resulta que a la persona a la que le ha confiado el secreto soy yo. Me siento importante en este momento y siento la obligación de estar a la altura.

-Qué tengo que hacer? – pregunta un poco avergonzada –

-Nada, solo tienes que usar esto – saco del armario una compresa – así no mancharás la ropa… y dentro de unos días ya se habrá ido…

-Qué asco… - dice indignada sentándose en el baño – y cómo pongo esto?

Parece que las explicaciones que le dieron en el colegio no fueron muy explícitas, así que me va a tocar aleccionarla. Por un momento, pienso en los tampones, pero es demasiado joven y es demasiado heavy explicarle algo así en este momento.

-Mira… - me arrodillo a su lado mientras ella se sienta en el baño – eso lo pones así… - intento actuar con total normalidad – y ya está… luego cuando vuelvas a entrar al baño la cambias y la usada la tiras a la basura.

-Es asqueroso… - maldice en inglés – por qué me tiene que pasar esto?

-Cariño… - acaricio su cara – esto es una buena noticia… - me mira seria – es verdad, significa que te estás haciendo mayor…

-Y me va a pasar todos los meses verdad? – asiento sonriendo tiernamente – mierda… - se lamenta –

-Todo es acostumbrarse cariño… - sonrío – voy a decirle a Quique que no pasa nada vale? Se ha asustado un poco…

-No se lo cuentes por favor… - me suplica apurada –

-Juliet… - vuelvo a arrodillarme a su altura – Quique es un chico, y ya sé que te da vergüenza… pero no pasa nada por saberlo…

-Va a mirarme como un bicho raro… - baja la cabeza avergonzada –

-Cariño… entonces a mí también me miraría como un bicho raro porque yo también la tengo, recuerdas? – me río – no te avergüences de esto que no tienes por qué de acuerdo? – la niña asiente no muy convencida – en seguida vuelvo…

Salgo del baño con una sensación de ternura que muy pocas veces había sentido. Me he sentido como su madre por un momento, al verla tan vulnerable, tan necesitada de algún consejo. Pobre, tiene que haberlo pasado muy mal… primero lo de sus padres y ahora lo de Rose… al contármelo, me ha dejado claro que confía en mí, y eso me hace tremendamente feliz.

-Qué ocurre? – pregunta Quique algo asustado –

-Nada cielo, cosas de mujeres… - acaricio su cara para tranquilizarle –

-Oh… - hace un gesto como de entenderlo – comprendo…

-Es la primera vez y se ha asustado un poco…

-Puedo hacer algo?

-Puedes hacer algo cuando yo la tengo? – pregunto con sorna – lo único que tienes que hacer es darle cariño, y eso ya lo haces muy bien… - le doy un fugaz beso en los labios – he tenido que enseñarle a usar las compresas…

-Le da vergüenza contármelo verdad?

-Un poco… pero es lógico, eres un chico… - le doy otro beso, me encanta cuando pone esa cara de no haber roto un plato – pero un chico adorable…

-Este peloteo es para que no me sienta mal no? – dice con media sonrisa –

-Ya me vas conociendo doc… - asiento –

Tras unos primeros momentos de desconcierto, convenzo a Juliet para que haga el menos caso posible a su “problema”. Recuerdo levemente la primera vez que me pasó y me apiado de ella, es un shock un poco fuerte. La situación me parece cómica… por un lado, Quique intenta no sacar el tema, aunque sé que se muere de ganas de hacerlo y Juliet le esquiva. Por un momento, me imagino esta situación dentro de algunos años, con nuestra propia hija. Me sorprende ese pensamiento porque lo veo tan nítido que hasta me asusta tener tan claro que Quique va a ser el padre de mis hijos.

-Oye Rick… - miro de reojo mientras hago la cena – siento lo de antes… pero me daba vergüenza que entrases…

-No te preocupes cariño… - deja una caricia en el pelo de la niña – si necesitas cualquier cosa, sabes que puedes decírmelo…

-Emm… bueno… tú… como eres médico… - la niña balbucea - No pasará nada por… ya sabes… - Quique la mira interrogante – por la sangre… - dice en voz bajita y me arranca una ligera risa –

-Claro que no… eso es algo natural… - contesta Quique con total normalidad – a Malú le pasa todos los meses… - río más abiertamente –

-Y por qué a los chicos no os pasa? – pregunta inocentemente –

-Pues… - Quique me mira algo apurado pero yo me alzo de hombros, no pienso echarle un cable – verás, es que eso es porque vosotras podéis tener niños… pero nosotros… no tenemos eso…

-Es porque tú tienes pene no? – pregunta con total normalidad Juliet –

-Jajajajajaja – no puedo reprimir la carcajada – algo así Juliet…

-En el colegio nos explicaron cómo se tienen los niños… aunque yo ya lo sabía – hace un gesto de chulería -  nos lo explicaban como si fuéramos bebés… - dice indignada – vosotros hacéis el amor?

Quique se atraganta, le ha pillado bebiendo cerveza. Yo casi me corto con el cuchillo. Qué pregunta tan fácil y difícil de contestar... yo no pienso hacerlo.

-Pues… - Quique me mira pero rehúyo su mirada – bueno, eso es algo que hacen las parejas que se quieren…

-No me hables como una niña, ya tengo la regla, soy una mujer Rick…

-Jajajajajajajaja

Mi carcajada vuelve a resonar en la cocina. Veo como Quique está rojo como un tomate. Pobrecito, pero sigo sin pensar en ayudarle, quiero ver como sale de ésta.

-Lo que quiero saber es cómo es posible que se tengan niños por hacer el amor… no me quedó muy claro en clase…

-Venga Rick, explícale a la niña como se tienen los bebés… - digo intentando no reirme –

-Nos dijeron en clase que cuando una chica tiene la regla, puede tener hijos. Por qué yo ya puedo tenerlos? No sé muy bien… - Quique es el encargado de resolverle esa duda, yo ya me he hecho cargo del tema de la menstruación –

-Pues verás… - se ríe de manera nerviosa – eso es algo difícil de explicar…

-No es tan difícil Rick… - sigo metiendo cizaña –

-Para empezar, tú no puedes tener hijos todavía… - la niña le mira incrédula – eres muy pequeña, tu cuerpo tiene que madurar…

-Me van a crecer las tetas, verdad Malú? – la niña dice eso ilusionada. Me giro riéndome y asiento, estoy llorando de la risa –

-Eso es por las hormonas… digamos que… - Quique me mira queriendo matarme, pero yo no puedo parar de reir – a ver, qué quieres saber exactamente?


Qué mal lo estoy pasando. Malú es muy cabrona, no sabía que hasta estos extremos. Ahora resulta que le tengo que explicar a la niña cómo se tienen los niños… y por qué no lo explican bien en el colegio y me ahorran esta penitencia a mí? 

-Pues mira, por ejemplo, si hacéis el amor y Malú tiene la regla, por qué no está embarazada?

Dios santo. Ahora le tengo que explicar el por qué? Mientras tanto Malú se lo pasa en grande. Qué hija de puta, cómo se ríe…

-Emmm… bueno… es que hay métodos para que eso no pase Juliet…

-Los preservativos verdad? Los usáis? – mi cara es un poema –

-No siempre… - dice Malú por lo bajini –

-Siempre… - miro a Malú queriendo matarla, eso no se cuenta ni yo le voy a explicar el otro método que usamos – tú como sabes todas esas cosas?

-En el colegio nos lo explican como si fuéramos niños… pero en internet está mejor explicado…

Abro la boca sin poder cerrarla. Joder con los niños de hoy en día. Creo que Malú va a necesitar ir al baño a mear de un momento a otro, se lo está pasando en grande.


-Has estado muy bien explicándole a la niña los temas sexuales… - se tumba en la cama riéndose –

-Eres una cabrona… - reniego – y cómo se te ocurre decir que no usamos siempre los condones?

-Hubiera estado divertido que le explicaras cual es el otro método… - dice riéndose –

-Me agotas… - resoplo –

-No te enfades! – se gira hacia mí, abrazándome – ay mi chico… - comienza a darme besos por el cuello –

-No hagas eso… - digo en voz baja –

-Me tienes un pelín abandonada… lo sabes no? – su voz insinuante casi me pone la piel de gallina – podremos ser silenciosos verdad?

-Malú… - suplico – yo soy silencioso pero tu no… y lo sabes…

-Un poquito… - se sube encima de mí – solo un poquito… - comienza a mover sus caderas de forma insinuante –

-Un poquito no es suficiente… - digo pegado a su oído – estoy que exploto…

-Jajajajaja

-Schhhh – le ordeno – no grites…

-Lo intentaré… - comienza a besarme el cuello – así que estás un poco desesperado…

-Un poco? – pregunta indignado – he hecho muchos esfuerzos por controlarme estos dos días…

-Ya no tienes que hacer esfuerzos… - sigue con ese tono de voz que tanto me pone – y si nos oye, tú se lo explicarás perfectamente…

-Dios… - intento quitármela de encima haciéndome el enfadado y comienza a reírse –
-Me encanta cuando te haces el enfadado… - comienza a tocarme – prometo no hacer ruido… - dice pegada a mi oreja – sólo me vas a oir tú…

Comenzamos a besarnos despacio, lentamente, intentando controlarnos y no hacer ruido. Poco hace falta para que me olvide que ya no estamos solos en casa. Mientras sus caderas se mueven sobre mí, resoplo, intentando no gemir. La observo moverse lentamente, mordiéndose los labios.

-Joder… - se tumba sobre mí – no puedo no hacer ruido… - habla bajito – me vuelves loca…

-Tu estabas loca ya antes de conocerme… - digo riendo bajito –

-Aggg… - gime bajito, pegada a mi cuello –


Tras conseguir hacerlo sin hacer demasiado ruido, cosa que me parecía imposible dados los precedentes, nos quedamos en silencio unos minutos antes de dormir. Ahí, abrazados, sin más conversación que la de nuestros pensamientos, me imagino cómo sería la vida sin ella y descubro que soy incapaz de hacerlo. No existe en mi pensamiento nada después de ella. 

domingo, 23 de noviembre de 2014

CAPÍTULO 108: DONDE EL CORAZÓN NO CONOCE A NADIE

-Si? – descuelgo el teléfono extrañado –

-Rick? Soy Rose

-Hola Rose! – contesto emocionado –

-Estás ocupado? – su voz suena algo apagada –

-No, claro que no, dime – aparece Malú en la cocina, le digo en voz baja que es Rose –

-Verás… ha habido un problema y… mi médico me ha propuesto operarme ya…

-Operarte ya? – exclamo asustado – Qué ha pasado?

-Bueno… las analíticas no van demasiado bien… y se han organizado para operarme, pasado mañana, pero la decisión la tengo yo…

-Entiendo… - suspiro – necesitas que vayamos a por Juliet?

-Rick yo… - habla atropelladamente, algo apurada – siento mucho todo esto de verdad, puedo esperar a después de navidades…

-No Rose… - le corto – lo importante es tu salud… nos haremos cargo de Juliet, no te preocupes…

-Dios… esto ha ido muy deprisa… - escucho como comienza a sollozar – son fechas demasiado señaladas…

-Rose… necesitas que vayamos para estar contigo? – me sale del alma esa proposición –

-No Rick… - suspira - lo que necesito es que me asegures que Juliet estará bien…

-Te lo prometo Rose – contesto sincero –

-Si me pasa algo…

-No digas eso Rose – vuelvo a cortarla – lo más importante es tu estado de ánimo, y tienes que estar fuerte… todo va a ir bien, Juliet va a estar bien y la vamos a cuidar hasta que estés bien… te lo prometo…

-Rick… - comienza a llorar – esto es demasiado… no sé como agradeceros esto…

-No llores Rose… - intento no emocionarme – cuéntame lo que quieres que hagamos…



Tras una larga conversación con Rose, le cuento a Malú lo que ocurre. El giro que han dado los acontecimientos me da hasta vértigo. Juliet llegará mañana por la noche a Madrid y nos ocuparemos de ella hasta saber qué ocurre con Rose. Me da pena, una pena tremenda… no se merece que le pase esto, pero lo único que podemos hacer por ella es cuidar de la niña. Unas fechas como éstas, para un niño, deberían ser las más felices… soy consciente del reto que tenemos por delante… principalmente, hacer que Juliet no piense demasiado en lo que ocurre, si es que lo sabe, y conservar su inocencia. Rose me ha contado que su abogado, amigo de su hija, se hará cargo de tenernos informados sobre lo que va ocurriendo. Eso me deja algo más tranquilo, pero no del todo, ni mucho menos.

-Quique, vamos a poder cuidar de ella verdad?

Malú está nerviosa, esperando impaciente la llegada de Juliet en el aeropuerto. Me encuentro nervioso, siento una responsabilidad enorme en este momento.

-Claro que sí – contesto convencido, pero por dentro, tengo las mismas dudas –

-Mira, ahí está! – Malú sale corriendo hacia ella –

La niña viene acompañada de una azafata del avión, como suele hacerse cuando menores de edad vuelan solos. Al verla, Juliet se abraza a ella y rompe a llorar. Pobrecita, con 12 años eres todavía pequeño para entender algunas cosas, pero te das cuenta de lo que ocurre a tu alrededor…

-María Lucía Sánchez y Enrique Valverde verdad? – pregunta la azafata con unos papeles en la mano –

-Si, somos nosotros…

-Pueden identificarse por favor? – le enseñamos nuestros dnis – perfecto, firmen aquí por favor…

Tras asegurarse que somos nosotros las personas que tenemos que hacernos cargo de la menor, y enseñarle todos los papeles que nos ha mandado el abogado de Rose, salimos del aeropuerto con Juliet. No para de llorar, la pobre imagino que sabe por qué ha venido a España. Rose me contó que la niña no sabía de la gravedad de la situación, pero sí que estaba enferma. Es un dato a tener en cuenta, tenemos que evitar que la niña se asuste demasiado.

-Bueno Juliet – intento hablar de manera alegre – qué te parece si vamos a un mcdonalds a comer como osos?

La niña se alza de brazos, con el cinturón ya abrochado, en el asiento trasero del coche. Miro fugazmente a Malú que me mira preocupada.

-Podemos ir a casa si quieres, y así conoces a nuestros perritos, te apetece cariño? – propone Malú, con voz dulce –

La niña vuelve a repetir ese gesto de indiferencia. Su mirada perdida mirando el suelo se traslada a la ventanilla. Suspiro mientras pongo el coche en marcha, va a ser difícil que la niña esté alegre.

-Chicos! Mirad quien ha venido!! – Malú grita con tono alegre para que los perros salgan a recibir a Juliet –

Danka es la primera en llegar. Olisquea a la pequeña, que ríe tímidamente.

-Acaríciala, no hace nada cariño… - la anima Malú –

El resto de ellos se acerca y repite el mismo ritual. Danka parece tener un sexto sentido muy desarrollado, puesto que se deja acariciar con mimo, incluso, restriega su carita por las piernas de la niña. Me parece conmovedor. El gesto de Juliet ha cambiado algo con los perros, menos mal.

-Cuánto perro… - dice riendo la niña – qué bonitos…

-Y son muy cariñosos, verdad que si amores? – Malú agarra en brazos a Sidney – venga Juliet, voy a enseñarte tu habitación de acuerdo?

La niña asiente y su gesto vuelve a cambiar a tristeza. Subimos las escaleras hasta llegar a la habitación. Como ha sido tan precipitado, apenas hemos podido adaptarla a lo que sería una habitación de una niña, pero ya la iremos decorando.

-Hemos pensado que lo mejor es que la decoremos como tu quieras, podemos ir de compras esta tarde, te apetece? – propone Malú –

-No importa, así está bien… - responde tímida Juliet –

-Sabes lo que vamos a hacer? – me pongo en cuclillas frente a ella – vamos a pedir pizza para comer, una pizza enorme, te parece?

-No tengo hambre Rick… - contesta con gesto triste –

-Cariño, aunque no tengas hambre, tenemos que comer un poquito de acuerdo? – insiste Malú –

-Quiero ir al baño, donde está? – contesta la niña –

Resoplo. Esto va a ser muy difícil. Es normal, está en un lugar extraño y debe imaginarse la magnitud de la razón por la que está aquí.

-Quique… - murmura Malú al entrar de nuevo a la habitación – qué hacemos?

-Creo que lo mejor es dejarla un rato tranquila…

-Pero tiene que comer algo… y está tan triste… - susurra Malú –

-Es normal… supongo que se está dando cuenta de lo que ocurre…

-Ya pero tenemos que intentar que lo piense lo menos posible… se lo prometimos a Rose…

-Ya lo sé Malú… pero acaba de llegar y me imagino que la despedida ha sido dura… conseguiremos que no se de demasiada cuenta de lo que ocurre…

La niña entra seria a la habitación, creo que nos ha escuchado. Miro a Malú que tiene cara de circunstancias.

-Bueno Juliet, entonces quieres que pidamos pizza? – vuelvo a hablarle con tono alegre –

-Rick, ya te he dicho que no tengo hambre… - contesta de una manera tan seria que me sorprende –

-Pero tienes que comer un poquito Juliet, puedo preparar alguna cosa y…

-Te he dicho que no vale? – me grita – os pensáis que no me entero de lo que pasa… - hay un silencio tras esa frase – mi abuela se va a morir verdad?

-Qué? Claro que no Juliet – digo poniéndome en cuclillas de nuevo –

-Deja de tratarme como una niña! Ya no lo soy! – vuelve a gritar –

-No te trato como una niña, solo…

-Déjame en paz… - la niña sale de la habitación, dejándome con la palabra en la boca.

-Joder… - exclamo levantándome, intentando ir tras ella, pero Malú me detiene –

-Déjame que hable yo con ella vale? – dice dulcemente – tranquilo… - me da un fugaz beso en los labios –



Bajo las escaleras preocupada. Pobre Rick, la reacción de la niña no es nada personal contra él, pero se ha quedado con una carita… veo como Juliet está en el jardín, sentada en una de las sillas. Salgo, noto el frío propio de Diciembre, pero decido sentarme a su lado.

-Tienes frío? – pregunto comedida, la niña niega –

-Lo siento…

-No tienes que disculparte Juliet… pero sabes que Rick se preocupa por ti…

-Ya lo sé! – exclama – pero es que… - la niña comienza a sollozar – no puedo estar contenta…

-Cariño… - me siento más cerca de ella y paso un brazo por sus hombros – tu abuela no se va a morir, pero está enferma, eso si lo sabes verdad? – la niña asiente – y no podía cuidarte ni tú podías cuidarla a ella en este momento… pero solo será un tiempo… - dejo un beso en su pelo – tu abuela va a ponerse bien ya lo verás…

-Toda la gente que quiero se muere… - sentencia amargamente la niña y se me encoge el alma –

-No tiene nada que ver con eso Juliet… - suspiro – la vida es muy bonita pero a veces es injusta… y eso es algo que tienes que aprender… - dejo otro beso en su pelo – ya no eres una niña del todo… estás creciendo… y eso lo sabemos… sé que no es lo mismo, pero nosotros vamos a hacer todo lo que podamos para que estés bien aquí de acuerdo?

Juliet se abraza a mí llorando y tengo que hacer serios esfuerzos por no hacerlo yo.

-Venga cariño… no pienses que van a pasar cosas malas… eso no te ayuda, ni a ti ni a nadie… siempre hay que pensar que las cosas tienen solución… y tu abuela se pondrá bien…

-Me lo prometes? – dice la niña alzando la mirada –

-Te lo prometo… - contesto sonriendo conmovida –

Juliet vuelve a abrazarse a mí. No soy de prometer cosas que no puedo asegurar… pero esta es una excepción.

-Rick se ha enfadado? – pregunta inocentemente –

-Claro que no cariño… - sonrío – Rick no se enfada casi nunca…

Miro hacia el salón y me encuentro a Quique, apoyado en el marco de la puerta, mirándonos con cara tierna. Se acerca temeroso hasta llegar a nuestra altura. Al verle, Juliet deshace el abrazo que no unía y baja la cabeza.

-Lo siento Rick…

Miro hacia él y sigue con esa sonrisa tierna. Me vuelve loca ese gesto. Se agacha hasta estar a la altura de la niña y acaricia su cara dulcemente.

-No pasa nada cariño… ven aquí anda…

Abre los brazos y la niña se abraza a él fuertemente. Me mira un instante solo para sonreírme de nuevo con ese gesto tierno.

-Ya sé que no tienes mucha hambre pero… es que… necesitaba una excusa para que Malú me deje pedir una pizza… - la niña se ríe tímidamente –

-Si que tengo hambre…  – dice la niña con voz tímida –

-Ves? Ya sabía yo…

Juliet entra en el salón con otra cara. Gracias a Dios, no soportaba verla tan triste. Antes de entrar al salón, Quique me coge de la mano y pasa un brazo por mis hombros, dejando un beso en mi frente que me provoca una sonrisa inmensa.

-Qué buena madre vas a ser... - dice sonriente mirándome - 

jueves, 20 de noviembre de 2014

CAPÍTULO 107: ME CUESTA CONTROLAR TANTA LOCURA

-Buenos días! – me acerco a él, que bebe de su taza de café, mirando absorto su móvil – No te he escuchado levantarte…

-Estabas espachurrada en la cama… he procurado no hacer ruido… has visto esto? – me enseña su móvil –

Observo la pantalla. Un artículo titulado “la pareja del año”. Una sonrisilla tonta aparece en mi boca. Leo atentamente el artículo, que narra e inventa algunas cosas, como que estamos buscando un niño.

-No sabía que estábamos buscando descendencia – dice bebiendo tranquilamente de su café –

-Yo tampoco… - digo riendo –

-Pues así todo cariño, métete en twitter y verás la que hay montada…

-Luego, cuando desayune… - vuelco la cafetera sobre la taza – la pareja del año… qué exageración…

-Me he cruzado con un periodista cuando he sacado a los perros… - su tono tranquilo hasta me sorprende –

-Te ha preguntado algo? – digo algo asustada –

-Que si estás embarazada – reprime una carcajada –

-Qué? – pregunto sorprendida – y qué has contestado?

-Que hasta donde yo sé, no… pero no podía parar de reirme… recién levantado y preguntándome esas cosas… hasta él se reía…

-Esto es un disparate… - niego con la cabeza – te has agobiado?

-No – deja un beso en mi pelo – oye, deberíamos hablar de lo que vamos a hacer estas navidades…

-Lo sé… - miro mi taza de café –

-La nochebuena imagino que es para pasarla cada uno con nuestra familia… - asiento algo apenada – a partir de ahí… - hace un silencio mirándome – oye, y esa cara de tristeza?

-Nada… - niego con la cabeza y finjo una sonrisa – estas navidades van a ser diferentes imagino…

Me mira con cara apenada y tierna. No dice nada, es suficiente con ese abrazo. 

Por la tarde, Quique sale para ir al gimnasio y me quedo sola en casa. Me aburro como una ostra y una idea que hace tiempo ronda mi mente, se instaura con fuerza. Voy a hacer una locura, de las gordas, de las que le colapsan las arterias a mi querida Rosa.

-Me veis ahora? – hablo a la cámara, me siento estúpida – Dios, qué desesperación… - me enciendo un cigarro – Nunca sabré hacer esto bien…

Mi móvil suena. Es Vero. Lo cojo y, tras llamarme loca unas cuantas veces, me confirma que por fin se me ve. Perfecto, mi regalo navideño está en marcha. Me río sin poder parar.



-Por fin me veis verdad? – sonrío ampliamente – ay que bien, qué ganitas tenía de hacer esto… - leo muchos mensajes diciéndome que me ven,  y piropeándome – Me ha costado muchísimo arreglármelas para poder hacer la twitcam improvisada… pensaréis que estoy loca... pero es mi regalo de navidad – cojo el gorrito de papa Noel y me lo pongo, poniendo cara de gilipollas – veis? Estoy como un cencerro – sonrío ampliamente de nuevo –

Escucho la puerta. Me entra un ataque de risa, sabía que esto iba a pasar, Quique me va a matar, esta vez sí. Pongo cara de loca mirando a cámara.



-Hola cariño – entra en el salón – qué haces con ese gorro? – me mira sorprendido –

-Ha llegado antes de lo previsto, las cosas del directo… - digo mirando a la cámara –

-Con quién hablas? – pregunta inocentemente –

-Hablo con unos amigos, ven, salúdales – digo de manera normal –

-Coño, tú no decías que no sabías manejarte con el skype?

-Una va aprendiendo… - miro a cámara muerta de risa, como si los que me ven al otro lado, fueran cómplices –

-Es necesario que lleves ese gorro? – dice riéndose mientras se sienta a mi lado y, sin esperarlo, me da un fugaz beso en los labios. Se me queda cara de póker – espera… - palidece al ver la pantalla – Joder, hoy tampoco te has tomado las pastillas… - dice con tono gracioso -

Estallo en una carcajada al ver como se levanta del sofá como un resorte al detectar que es una twitcam. Seguro que ha quedado muy cómico. No puedo parar de reirme. Fuera del alcance de la cámara, me está mirando con cara de querer matarme, incluso me hace gestos referentes a eso.

-Hasta enfadado está gracioso… - intento serenarme hablando a cámara – ven anda, que no pasa nada…

-Como un cencerro Malú… - niega con la cabeza –

-Mira, están preguntando por ti, ven aquí de una vez – le ordeno –

Leo atentamente todos los mensajes que puedo, aunque se me hace un poco imposible. La mayoría de los mensajes que leo son jajaja. Normal, tiene gracia hasta en momentos así, en los que le sorprendo. Se sienta a mi lado no muy convencido. Huele a recién duchado, tengo que reprimir mis ganas por besarle de nuevo.

-Joder Malú, qué vergüenza cojones… - murmura –

-Que no digas tacos que estamos en directo! – le doy un manotazo en el hombro – dios, otra vez como siempre… - miro atenta la pantalla – no puedo leeros… me vas a ayudar – digo girándome hacia él, que me mira todavía con cara de no entender nada – coge el ipad y me vas leyendo anda… - le ruego –

-Madre mía… - se levanta del sofá, en busca del ipad –

-Bueno, a ver si puedo leer alguna pregunta… - intento leer la pantalla – perdonad eh? No pensaba que iba a llegar tan pronto… - sonrío al ver algunas preguntas que me lanzan – me dicen por aquí que eres muy guapo… - me giro y veo como Quique resopla – no me había dado cuenta chicas… - digo irónica –

-Ya estoy conectado… - se oye su voz, fuera de plano –

-Pero siéntate aquí conmigo… - le ordeno – te puedes poner el gorrito si quieres… - reprimo una carcajada –

-Dame paciencia… - implora por lo bajini, sentándose a mi lado – por aquí dicen que estás muy guapa… - lee atentamente, con el ipad en la mano – no me había dado cuenta, gracias! – se asoma a la cámara, de manera graciosa –

-Jajajaja – río – bueno va, hacedme preguntitas… - leo la pantalla – me preguntan que si somos novios… - reprimo una carcajada al mirar a Quique, que alza una de sus cejas – hace falta que conteste a eso? – digo riéndome –

-No creo que haga falta… - susurra –

-Espera, que no sales en el plano… - ladeo el ordenador, ante su cara de pánico – mejor así, verdad?

Carraspea, mirando al ipad, sin alzar la vista, pero veo como se dibuja una pequeña sonrisa en su cara. Es lo que tiene que tenga tanta paciencia, que puedo pasarme y abusar un poco de él.

-Ay, un saludo para México, Argentina… para toda Sudamérica, os quiero! – lanzo un beso a la pantalla – gracias por conectaros!

-Por aquí sugieren que enseñes a los perros… - murmura –

-Danka! – silbo – venid aquí! Queréis ver a mi gran familia perruna eh? Son ya muchos… - Danka se acerca sigilosa, se sube al sofá y pasa por encima de Quique – mirad la mami, que ya se ha repuesto de su parto, verdad cariño? – doy un beso en su cabecita – queréis ver a la hija de Danka verdad? – Quique la coge en brazos y me la pasa – esta es Sidney, mirad que cosita…



Veo venir a Urko 

-Y este… ven Urko! – le ordeno y obedece – es el padre – Urko se pone a lamerme la cara – a que son monos los tres? – sonrío ampliamente – Rumba y Lola donde están? – pregunto a Quique, que yace casi sepultado por los perros –

-Rumba! – grita – Lola!

-Ay, si están aquí mis cositas lindas! – vienen corriendo en cuanto escuchan la voz de Quique – si, tengo 5 perros… y a Chanelo nunca lo pillamos en las twitcams, yo creo que se las huele…

Miro un segundo mi imagen, rodeada de perros, junto a Quique, y tengo que reprimir una carcajada. Menuda imagen estoy dando, Rosa tiene que estar arrancándose los pelos.

-Bueno, ya está, dispersaos! – ordeno – venga, hacedme más preguntitas…

-Llevan rato diciendo que les cantes algo… - dice Quique, sentándose de manera cómoda en el sofá –

-Ay, pues tráete la guitarra y cantamos algo… - arquea sus cejas – jajajaja! Venga, no pongas esa cara, si te sabes mis canciones no?

Mientras Quique va en busca de la guitarra, maldiciendo, sigo leyendo lo que puedo.

-Que si voy a estar en La Voz? Pues no se si puedo decirlo… pero… si? – contesto un poco en forma de pregunta – jajajaja! Ya se confimará… - sigo leyendo – ay mira, ahora que lo preguntáis, aprovecho para decirlo… - carraspeo – no estoy embarazada, que vais más rápido vosotros que yo dios mio… - Quique entra de nuevo en el salón, con la guitarra – mira, ya está aquí el guitarrista, ponte aquí a mi lado…

-Y dale… - niega con la cabeza –

-Mira qué monos estamos… - pego mi cabeza a la de él, que sonríe tímidamente – venga, qué queréis que cante? – miro a Quique, que se afana en afinar la guitarra – un poco de Ahora tú?

Canto la canción mientras Quique toca la guitarra. Soy consciente de las miradas que le estoy echando, pero no puedo evitarlo.

Tras cantar un par de canciones más, Quique guarda la guitarra y sigo leyendo. Me preguntan tanto por Quique que no puedo quitar la cara de tonta que se me pone. Parece que les cae bien, lógico por otra parte. Sigue avergonzado, pobrecito, primero lo de los premios y ahora esto, se me está yendo la pinza.

-Bueno amores – me dispongo a despedirme tras casi una hora – muchas gracias a todos por conectaros, me ha hecho mucha ilusión de verdad! – sonrío – espero que paseis unas felices Navidades con vuestra familia, prometo hacer otra pronto de acuerdo? Un besito muy muy fuerte – lanzo un beso a cámara y me despido con la mano –

Desconecto la cámara. Tengo una sensación de felicidad en este momento increíble. Qué majos han sido, esto lo tengo que hacer más veces.

-Ya no estamos en el aire no? – miro a Quique, que me mira serio – Estás loca! – se lanza sobre mí – tu sabes la vergüenza que he pasado?

-Jajajajaja! – río con fuerza – me ha encantado la cara que has puesto… - imito su cara de sorpresa – ha sido tan bueno…

-Si, y todo el mundo nos ha visto dándonos un beso, felicidades! He ganado el premio a pardillo del año! – dice irónico –

-Que no! – sigo riendo – ha sido genial… así no he tenido que dar explicaciones…


-Mira, si no te quisiera tanto, te mataba en este momento, que lo sepas… - se incorpora del sofá – chicas, vuestra madre está loca – las perras le miran torciendo la cabeza – si, no me miréis así, está loca, y va a peor.