Ha pasado una semana desde que estamos de “vacaciones” los
dos. La verdad es que no me imaginaba que iba a ser así. Malú está contenta,
relajada, nada que ver con el estrés que teníamos hace días. Las críticas sobre
el concierto han sido buenísimas. Ponen a Malú por las nubes cuando hablan de
ella como cantante, sobre todo destacan esa entrega que demostró en el último
concierto. Me he pasado la semana leyendo todo lo que se ha dicho sobre ella. Y
sobre mí. Es inevitable, han salido imágenes de nosotros dos juntos. En
general, se habla bien de nosotros, pero ni a ella le gusta demasiado ni a mi
tampoco. Según he leído, somos la pareja de moda. La pareja de moda? Dios mio,
qué barbaridad, la vida me ha cambiado de una manera que a veces no puedo
entender. No lo entiendo hasta que la veo, hasta que la miro detenidamente. Cómo
no va a cambiarme la vida con una mujer así?. Si es maravillosa, es imposible
no dejarse llevar. Tengo preparado un regalo que creo que le va a encantar.
Creo que se merece que hagamos un viaje lejos, los dos solos, para desconectar.
La cara que se le va a quedar va a ser de época.
-Te vas a quedar ahí mirándome? – pregunta sin mirarme,
sonriendo –
-Me gusta verte cocinar… - contesto sonriendo –
-Qué morro tienes… - se afana en preparar la comida –
-Ahora, cuando termines, te daré una cosa… - digo intencionadamente
–
Me mira al instante, con cara de ilusión y sorpresa. Sonrío y
desaparezco de la cocina. Desde hace mucho tiempo, quería hacer un viaje con
ella especial. Siempre he querido ir a Nueva York, pero nunca he encontrado el
momento ni con quién. Ahora es el momento, es la mejor compra que he hecho en
mi vida sin duda. Una semana en una ciudad que, conforme se acerca la Navidad,
está cada vez más bonita. Y no nos conoce nadie. Me imagino paseando de la mano
por esas calles llenas de gente y me dan ganas de soltar los grititos que
suelta ella cada vez que se emociona por algo. Saco los billetes de mi
escondite y me dirijo a la cocina, donde ella sigue afanada en terminar la
comida para meterla al horno. Cuando me ve aparecer, deja lo que está haciendo
y viene hacia mí.
-Dámelo ya – me ordena –
-Me encanta ese romanticismo tuyo para pedirme las cosas… -
pongo los ojos en blanco – bueno… - saco los billetes de avión – a ver qué te
parece…
-Pero… - coge los billetes y lee el destino, ojiplática – qué
es esto?
-Mmm… dos billetes para Nueva York? – pregunto irónico – para
dentro de una semana?
-Estás de coña… - murmura sin mirarme – ahhhhh! – grita
emocionada y se abraza a mi cuello –
-Jajajaja! Sabía que iba a gustarte la idea… - contesto
riendo – pues ya sabes, no hagas planes para estas fechas…
-Dios… - se echa las manos a la cabeza – pero si Nueva York en
estas fechas tiene que ser increíble… - me mira asustada – es alguna fecha
importante que he olvidado?
-Jajajajajajaja – me echo a reir – tiene que ser alguna fecha
importante para regalarle algo a mi reina? – digo de manera cariñosa –
-Jo… - pone cara de emocionada y agacha la cabeza –
Está emocionada y todavía queda una semana… no quiero ni
pensar lo que va a pasar un día antes, va a ser imposible hablarle sin que
grite como una niña pequeña.
-Quique! No encuentro el abrigo!
-Malú, que llegamos tarde al avión… - se queja entrando en la
habitación –
-Crees que me voy a ir a Nueva York sin mi abrigo? – pregunto
incrédula –
-Llévate este por ejemplo… - señala uno de los abrigos del
armario –
-Dios… dame paciencia… - pongo los ojos en blanco – este no
me pega con nada, es horroroso, es que no lo ves?
-Y por qué lo tienes ahí?
-Pues porque si… ayúdame a buscar el negro o no nos vamos de
aquí – sentencio -
-Mujeres… - susurra al salir de la habitación –
Sigo rebuscando en el armario. Se puede saber dónde cojones
lo he metido? De un año a otro, tendría que ponerle gps a la ropa para
encontrarla… en verano me pasa igual.
-Es este?
Quique aparece en la habitación con un abrigo y una amplia
sonrisa. Abro los ojos de par en par, sorprendida.
-Donde estaba? – pregunto intrigada –
-En la otra habitación… - contesta sonriente – de nada eh?
-Aisss… - le abrazo – qué haría yo sin ti…
-Anda venga… que llegamos tarde…
Al subir al avión, no puedo evitar que un cosquilleo de
nerviosismo se instale en mi estómago. Se me pone la piel de gallina cada vez
que tengo que coger uno. Miro a Quique, sentado y relajado a mi lado, esperando
a que el avión despegue.
-Me podrías regalar un poquito de tu pasividad… - digo algo
indignada, me siento tonta al estar tan nerviosa y el tan tranquilo –
-Estoy nervioso si te sirve de consuelo… - dice sin mirarme –
pero no voy a dejar de hacer cosas porque me den miedo… y menos si es ir a
Nueva York contigo…
Coge mi mano con total tranquilidad y vuelve a apoyarse en el
asiento. Decido no hablar más hasta que el avión despegue. Cuando lo hace,
miles de corrientes me recorren, estoy totalmente tensa, siento bastante miedo.
-Bueno… - se desabrocha el cinturón – primera parte del reto
superada… - me mira y nota mi nerviosismo – Malú, no va a pasar nada… -
acaricia mi cara – en unas horas estaremos en Nueva York, rodeados de
rascacielos y arboles de Navidad…
-No puedo evitarlo… - respondo avergonzada –
-Anda, ven… - abre sus brazos y me recuesto en su hombro –
duerme, así se pasará el tiempo más rápido… - le miro algo incrédula –
estaremos en Nueva York en menos de lo que piensas…
Abro los ojos al notar como Quique se mueve y acaricia mi
pelo.
-Cariño, vamos a aterrizar, abróchate el cinturón anda…
Sin decir nada, le obedezco. Es verdad que ya hemos llegado?
Pero si me he tirado casi todo el viaje durmiendo, qué barbaridad, soy una puta
marmota.
-Duermes que da gusto… - dice sonriendo –
-En serio estamos ya allí? – miro mi reloj –
-No mires el reloj, que no es la hora que pone, recuerdas?
Me río al notar de nuevo el nerviosismo cuando noto que el
avión, poco a poco, va perdiendo altura. Suspiro al notar las ruedas tocando la
pista. Me siento como si hubiera vuelto a respirar después de mucho tiempo. La
voz del capitán deseándonos buena estancia, me confirma que estamos en Nueva
York. Vine hace muchísimo tiempo, con mi familia… ni siquiera recuerdo cuántos
años hace. Quique no ha venido nunca, me ha confesado que es un viaje que tenía
pendiente hacer, pero que no tenía con quién hacerlo. Me siento tan afortunada
de tenerle a mi lado…
Caminamos por el enorme aeropuerto, no sabría decir por donde
se sale, qué disparate. Nuestros pasaportes pasan por tantas manos que ya no sé
ni contarlas. Lo que me hace sentirme rara es que nadie nos ha mirado, nadie
nos reconoce… qué gusto. Por fin recogemos nuestras maletas y salimos hacia la
calle. Hace un frío de mil demonios, creo que son las 11 de la mañana aquí.
Agradezco haber dormido en el avión. Subimos a un taxi y Quique, en un perfecto
inglés, da las indicaciones al taxista para que nos lleve al hotel.
Al llegar, un gran edificio se alza ante mi. El Langham
Palace, un hotel 5 estrellas del que poco más sé. Esto tiene que costar una
pasta. Por un momento, me siento mal, hasta que recuerdo que tengo un novio
rico. Me da por reirme. Entramos al hall del hotel, impresionante, un montón de
gente, muchos empleados, llevan maletas de los inquilinos. Esto es demasiado.
-Mola eh? – susurra Quique –
-Estás muy loco… - niego con la cabeza mirando al suelo –
Caminamos hasta recepción, donde una azafata sonriente nos
recibe. Quique se desenvuelve hablando en inglés mientras observo el lujoso
hotel. Joder, es como estar en un palacio. Tras conseguir la tarjeta de la
habitación, un botones, o eso creo, nos lleva las maletas en una especie de
carro. Quique me coge la mano, parece emocionado. En el fondo, somos como dos
críos con zapatos nuevos. Subimos en el ascensor, lleno de botones que indican
todas las plantas que hay en el hotel. No es posible, un edificio no puede
tener 60 plantas. Me da la típica risilla nerviosa, no nos decimos nada, solo
seguimos cogidos de la mano. El botones nos observa de reojo. El ascensor se
para en la planta 58. Creo que voy a morir si me asomo por una ventana, lo tengo
claro. Como si se tratase de una película, caminamos por el pasillo hacia la
habitación, abrimos la puerta de la habitación, el botones deja las maletas en
la entrada y Quique le da una propina. El botones se va más contento que unas
pascuas y yo estoy flipando en colores. Observo la estancia. Una habitación
enorme, dividida en varios espacios, con muebles de color negro, marrón y
blanco, con varios ventanales separados por trozos de pared, que dejan al
descubierto parte de la ciudad, con sus rascacielos y sus vistas. Increíble,
absolutamente increíble.
-Flipa… - Quique comienza a reírse – no pensaba que iba a ser
así, te lo prometo…
-Pero esto es… - miro alrededor de nuevo, como sin creérmelo –
estás loco!
-Mira que vistas… - se acerca a uno de los amplios ventanales
– esto de noche tiene que ser todavía más impresionante…
Camino hacia lo que creo que es el lugar donde tiene que
estar la cama. No me equivocaba, una cama enorme, con sábanas blancas,
impolutas. Tengo que estar metida en alguna película de estas románticas que
ponen de vez en cuando en la televisión… estoy acostumbrada a visitar hoteles,
pero no había visto nada igual. Entro al baño ya por inercia y veo un jacuzzi y
una bañera en la que cabrían, probablemente 10 personas.
-Está a su gusto señorita Sánchez? – noto la voz de Quique
acercarse por detrás –
-Madre mía… - murmuro –
-Me apetecía hacer esto… soy más de casa rural, ya lo sabes,
pero esto por unos días puede estar bien no crees? – me abraza por detrás, pero
yo sigo sin saber qué decir – no vas a decir nada?
Me giro lentamente hasta quedar frente a él. Le abrazo
también lentamente, como saboreando el momento.
-Se pone tierna mi reina? – dice en tono meloso –
-Como no me voy a poner tierna? – pregunto incrédula –
-Estuve viendo más hoteles, pero este estaba muy cerca de
muchos sitios interesantes para ver… el Empire State se ve desde aquí, lo has
visto? – asiento sonriente al escuchar su voz emocionada – y tenemos cerca el
central park, el Times Square…
-Ya tendremos tiempo de ver eso… - vuelvo a abrazarme a él –
-Venga, vamos a sacar la ropa y nos tumbamos un rato, te apetece? – asiento mirándole embelesada –
Me encanta tu novela! Dime que subiras más hoy que ha sido dura la espera estos dias!!!
ResponderEliminar