-Malú!!! Malú!!!!
Escucho los gritos de Juliet desde el baño y me da un vuelco
el corazón. Subo las escaleras a toda prisa, seguida de Quique. Al intentar
abrir la puerta, está cerrada.
-Cariño, qué pasa?? – pregunto muerta de miedo –
-Estás sola? – la voz de Juliet suena a que ha estado
llorando y vuelvo a tener miedo –
-Está Quique conmigo cariño, dinos qué te pasa, abre la
puerta…
-No, Quique vete! – grita desde dentro –
Quique me mira boquiabierto y con cara de no entender nada.
Le hago un gesto con la cara para que vaya a la habitación. A regañadientes,
desaparece del pasillo.
-Ya estoy yo sola cariño, abre la puerta…
La puerta se abre y me encuentro a Juliet totalmente
avergonzada, sin mirarme a la cara. Observo el baño y no entiendo nada, no veo
nada roto, nada que me haga pensar el por qué de esos gritos.
-Qué ocurre Juliet? – pregunto intrigada –
-Puedes traerme ropa limpia? – Miro a Juliet de arriba abajo
hasta que detecto donde está el problema –
Salgo del baño enternecida. Es posible que sea la primera vez
que a Juliet le venga el período? Y yo ahora la tengo que aconsejar… cada vez
tengo más la sensación de maternidad con esta niña. Desde la habitación, Quique
asoma la cabeza, como preguntando que ocurre. Sonrío y le hago un gesto como
que no se preocupe y vuelvo a entrar al baño, esta vez con ropa limpia. Juliet
sigue seria, sin mirarme a la cara.
-Ei, cariño, esto no es nada malo vale?
-Como que no? Es asqueroso… - se desnuda con algo de pudor delante
de mí – puedes darte la vuelta?
Me doy la vuelta aguantándome la risa.
-Juliet, esto nos pasa a las mujeres, no te preocupes por eso…
-He manchado la ropa… - dice apenada – es la regla verdad?
-Si cariño, eso parece… - sigo de espaldas –
-Me duele mucho la tripa… - se queja –
-Eso también es normal… seguramente llevaba días doliéndote
un poquito verdad? – me giro al notar que ya se ha vestido y asiente – por qué
no me lo has dicho?
-No se… - se alza de hombros –
-Quieres que te explique alguna cosa? – no se muy bien si
hacerlo o no –
-En el colegio nos explicaron esto… pero no nos dijeron que
era una mierda…
Se me escapa una carcajada que reprimo al segundo. Me está
pareciendo tan tierno. Juliet acaba de comenzar el proceso de convertirse en
mujer y resulta que a la persona a la que le ha confiado el secreto soy yo. Me
siento importante en este momento y siento la obligación de estar a la altura.
-Qué tengo que hacer? – pregunta un poco avergonzada –
-Nada, solo tienes que usar esto – saco del armario una
compresa – así no mancharás la ropa… y dentro de unos días ya se habrá ido…
-Qué asco… - dice indignada sentándose en el baño – y cómo
pongo esto?
Parece que las explicaciones que le dieron en el colegio no
fueron muy explícitas, así que me va a tocar aleccionarla. Por un momento,
pienso en los tampones, pero es demasiado joven y es demasiado heavy explicarle
algo así en este momento.
-Mira… - me arrodillo a su lado mientras ella se sienta en el
baño – eso lo pones así… - intento actuar con total normalidad – y ya está…
luego cuando vuelvas a entrar al baño la cambias y la usada la tiras a la
basura.
-Es asqueroso… - maldice en inglés – por qué me tiene que
pasar esto?
-Cariño… - acaricio su cara – esto es una buena noticia… - me
mira seria – es verdad, significa que te estás haciendo mayor…
-Y me va a pasar todos los meses verdad? – asiento sonriendo
tiernamente – mierda… - se lamenta –
-Todo es acostumbrarse cariño… - sonrío – voy a decirle a
Quique que no pasa nada vale? Se ha asustado un poco…
-No se lo cuentes por favor… - me suplica apurada –
-Juliet… - vuelvo a arrodillarme a su altura – Quique es un
chico, y ya sé que te da vergüenza… pero no pasa nada por saberlo…
-Va a mirarme como un bicho raro… - baja la cabeza
avergonzada –
-Cariño… entonces a mí también me miraría como un bicho raro
porque yo también la tengo, recuerdas? – me río – no te avergüences de esto que
no tienes por qué de acuerdo? – la niña asiente no muy convencida – en seguida
vuelvo…
Salgo del baño con una sensación de ternura que muy pocas
veces había sentido. Me he sentido como su madre por un momento, al verla tan
vulnerable, tan necesitada de algún consejo. Pobre, tiene que haberlo pasado
muy mal… primero lo de sus padres y ahora lo de Rose… al contármelo, me ha
dejado claro que confía en mí, y eso me hace tremendamente feliz.
-Qué ocurre? – pregunta Quique algo asustado –
-Nada cielo, cosas de mujeres… - acaricio su cara para
tranquilizarle –
-Oh… - hace un gesto como de entenderlo – comprendo…
-Es la primera vez y se ha asustado un poco…
-Puedo hacer algo?
-Puedes hacer algo cuando yo la tengo? – pregunto con sorna –
lo único que tienes que hacer es darle cariño, y eso ya lo haces muy bien… - le
doy un fugaz beso en los labios – he tenido que enseñarle a usar las compresas…
-Le da vergüenza contármelo verdad?
-Un poco… pero es lógico, eres un chico… - le doy otro beso,
me encanta cuando pone esa cara de no haber roto un plato – pero un chico
adorable…
-Este peloteo es para que no me sienta mal no? – dice con
media sonrisa –
-Ya me vas conociendo doc… - asiento –
Tras unos primeros momentos de desconcierto, convenzo a
Juliet para que haga el menos caso posible a su “problema”. Recuerdo levemente
la primera vez que me pasó y me apiado de ella, es un shock un poco fuerte. La
situación me parece cómica… por un lado, Quique intenta no sacar el tema,
aunque sé que se muere de ganas de hacerlo y Juliet le esquiva. Por un momento,
me imagino esta situación dentro de algunos años, con nuestra propia hija. Me
sorprende ese pensamiento porque lo veo tan nítido que hasta me asusta tener
tan claro que Quique va a ser el padre de mis hijos.
-Oye Rick… - miro de reojo mientras hago la cena – siento lo
de antes… pero me daba vergüenza que entrases…
-No te preocupes cariño… - deja una caricia en el pelo de la
niña – si necesitas cualquier cosa, sabes que puedes decírmelo…
-Emm… bueno… tú… como eres médico… - la niña balbucea - No
pasará nada por… ya sabes… - Quique la mira interrogante – por la sangre… -
dice en voz bajita y me arranca una ligera risa –
-Claro que no… eso es algo natural… - contesta Quique con
total normalidad – a Malú le pasa todos los meses… - río más abiertamente –
-Y por qué a los chicos no os pasa? – pregunta inocentemente –
-Pues… - Quique me mira algo apurado pero yo me alzo de
hombros, no pienso echarle un cable – verás, es que eso es porque vosotras
podéis tener niños… pero nosotros… no tenemos eso…
-Es porque tú tienes pene no? – pregunta con total normalidad
Juliet –
-Jajajajajaja – no puedo reprimir la carcajada – algo así
Juliet…
-En el colegio nos explicaron cómo se tienen los niños…
aunque yo ya lo sabía – hace un gesto de chulería - nos lo explicaban como si fuéramos bebés… -
dice indignada – vosotros hacéis el amor?
Quique se atraganta, le ha pillado bebiendo cerveza. Yo casi
me corto con el cuchillo. Qué pregunta tan fácil y difícil de contestar... yo
no pienso hacerlo.
-Pues… - Quique me mira pero rehúyo su mirada – bueno, eso es
algo que hacen las parejas que se quieren…
-No me hables como una niña, ya tengo la regla, soy una mujer
Rick…
-Jajajajajajajaja
Mi carcajada vuelve a resonar en la cocina. Veo como Quique
está rojo como un tomate. Pobrecito, pero sigo sin pensar en ayudarle, quiero
ver como sale de ésta.
-Lo que quiero saber es cómo es posible que se tengan niños
por hacer el amor… no me quedó muy claro en clase…
-Venga Rick, explícale a la niña como se tienen los bebés… -
digo intentando no reirme –
-Nos dijeron en clase que cuando una chica tiene la regla, puede tener hijos. Por qué yo ya puedo tenerlos? No sé muy bien… - Quique es el
encargado de resolverle esa duda, yo ya me he hecho cargo del tema de la
menstruación –
-Pues verás… - se ríe de manera nerviosa – eso es algo
difícil de explicar…
-No es tan difícil Rick… - sigo metiendo cizaña –
-Para empezar, tú no puedes tener hijos todavía… - la niña le
mira incrédula – eres muy pequeña, tu cuerpo tiene que madurar…
-Me van a crecer las tetas, verdad Malú? – la niña dice eso
ilusionada. Me giro riéndome y asiento, estoy llorando de la risa –
-Eso es por las hormonas… digamos que… - Quique me mira
queriendo matarme, pero yo no puedo parar de reir – a ver, qué quieres saber
exactamente?
Qué mal lo estoy pasando. Malú es muy cabrona, no sabía que
hasta estos extremos. Ahora resulta que le tengo que explicar a la niña cómo se
tienen los niños… y por qué no lo explican bien en el colegio y me ahorran esta
penitencia a mí?
-Pues mira, por ejemplo, si hacéis el amor y Malú tiene la
regla, por qué no está embarazada?
Dios santo. Ahora le tengo que explicar el por qué? Mientras
tanto Malú se lo pasa en grande. Qué hija de puta, cómo se ríe…
-Emmm… bueno… es que hay métodos para que eso no pase Juliet…
-Los preservativos verdad? Los usáis? – mi cara es un poema –
-No siempre… - dice Malú por lo bajini –
-Siempre… - miro a Malú queriendo matarla, eso no se cuenta
ni yo le voy a explicar el otro método que usamos – tú como sabes todas esas
cosas?
-En el colegio nos lo explican como si fuéramos niños… pero
en internet está mejor explicado…
Abro la boca sin poder cerrarla. Joder con los niños de hoy
en día. Creo que Malú va a necesitar ir al baño a mear de un momento a otro, se
lo está pasando en grande.
-Has estado muy bien explicándole a la niña los temas
sexuales… - se tumba en la cama riéndose –
-Eres una cabrona… - reniego – y cómo se te ocurre decir que
no usamos siempre los condones?
-Hubiera estado divertido que le explicaras cual es el otro
método… - dice riéndose –
-Me agotas… - resoplo –
-No te enfades! – se gira hacia mí, abrazándome – ay mi chico…
- comienza a darme besos por el cuello –
-No hagas eso… - digo en voz baja –
-Me tienes un pelín abandonada… lo sabes no? – su voz
insinuante casi me pone la piel de gallina – podremos ser silenciosos verdad?
-Malú… - suplico – yo soy silencioso pero tu no… y lo sabes…
-Un poquito… - se sube encima de mí – solo un poquito… -
comienza a mover sus caderas de forma insinuante –
-Un poquito no es suficiente… - digo pegado a su oído – estoy
que exploto…
-Jajajajaja
-Schhhh – le ordeno – no grites…
-Lo intentaré… - comienza a besarme el cuello – así que estás
un poco desesperado…
-Un poco? – pregunta indignado – he hecho muchos esfuerzos
por controlarme estos dos días…
-Ya no tienes que hacer esfuerzos… - sigue con ese tono de
voz que tanto me pone – y si nos oye, tú se lo explicarás perfectamente…
-Dios… - intento quitármela de encima haciéndome el enfadado
y comienza a reírse –
-Me encanta cuando te haces el enfadado… - comienza a tocarme
– prometo no hacer ruido… - dice pegada a mi oreja – sólo me vas a oir tú…
Comenzamos a besarnos despacio, lentamente, intentando
controlarnos y no hacer ruido. Poco hace falta para que me olvide que ya no
estamos solos en casa. Mientras sus caderas se mueven sobre mí, resoplo,
intentando no gemir. La observo moverse lentamente, mordiéndose los labios.
-Joder… - se tumba sobre mí – no puedo no hacer ruido… - habla
bajito – me vuelves loca…
-Tu estabas loca ya antes de conocerme… - digo riendo bajito –
-Aggg… - gime bajito, pegada a mi cuello –
Tras conseguir hacerlo sin hacer demasiado ruido, cosa que me
parecía imposible dados los precedentes, nos quedamos en silencio unos minutos
antes de dormir. Ahí, abrazados, sin más conversación que la de nuestros
pensamientos, me imagino cómo sería la vida sin ella y descubro que soy incapaz
de hacerlo. No existe en mi pensamiento nada después de ella.
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