Padre. Dios. Voy a ser padre. La sola palabra ya me da
vértigo. Y cuánto más lo pienso, más nervioso me pongo. Y más ganas de llorar
tengo. Qué momento tan romántico el de ayer, después de hacer el amor con sumo
cuidado, cuando nos pusimos a llorar los dos mientras no podíamos parar de reir
bromeando lo que pensaría nuestro hijo escuchándonos. Ni un mes casados y ya
tenemos 9 meses por delante que se antojan complicados y bonitos a la vez.
Si antes de esto tenía una sensación de responsabilidad que
jamás había sentido, ahora todavía más. Antes sentía la responsabilidad de
cuidar y hacer feliz a Malú, pero ahora lo siento por partida doble. Joder, qué
puntería tengo. Cuando se entere la familia va a pensar que estamos de coña.
Pero no, no es coña, Malú está embarazada. De hecho, el desayuno de hoy lo estoy
preparando con más esmero del normal. Me he despertado con ella abrazada a mí,
durmiendo plácidamente, y he decidido seguir con mi rito de llevarle el
desayuno a la cama. Hoy con más motivo.
Subo las escaleras con la bandeja repleta de comida. Me
encanta la cara que pone cuando abre los ojos y me ve ahí, como si fuera un
camarero, esperando a que se despierte.
-Buenos días mami… - susurro dejando la bandeja en la mesita
–
-Mmm… - se revuelve graciosamente –
-Mira lo que le he preparado a mi reina… - me siento al borde
de la cama, apartándole el pelo de la cara – unas tostadas ricas, con su zumito
de naranja y su…
-Bufff… - resopla abriendo solo un ojo – agg… - se queja –
aparta! – grita dando un salto de la cama –
-Pero… - me quedo con cara de póker al ver como sale
corriendo y se encierra en el baño –
-Buaggggg… - la escucho vomitar y pongo los ojos en blanco,
el cuento no podía ser tan bonito –
-Cariño, estás bien? – abro la puerta y la veo abocada a la
taza del váter –
-No puedo oler el tomate… - resopla – buaggggg – vuelve a
vomitar –
Mi plan ha sido un fracaso. He conseguido despertar a mi
mujer embarazada vomitando. Precioso. El cuento me está quedando precioso. Soy
un romeo espectacular. Niego con la
cabeza hasta que la veo aparecer, tocándose la cabeza, toda despeinada. Hasta
así está guapa… pero creo que se ha levantado de mal humor.
-Qué asco de vida… - susurra –
-Veo que lo único positivo en este embarazo va a ser el test
eh? – digo de broma riéndome hasta que veo su cara de pocos amigos – emm…. –
hago un gesto de cerrar la boca –
-Si, cierra la boca mejor… - me apunta con el dedo – dios! –
se desploma en la silla – y qué desayuno yo? Todo me da asco…
-Puedo ir a comprar unos churros… - propongo con toda mi
buena intención hasta que veo su cara –
-Quieres que vuelva a vomitar? – me mira seria e intento
aguantarme la risa – pues no vuelvas a decir la palabra “churro” – asiento aguantándome
la risa – esto va a ser siempre así?
-Claro que no cariño… - me pongo detrás de ella acariciando
su pelo – solo será al principio…
-Quiero berberechos… - se levanta de la silla directa al
frigorífico –
Berberechos? Me miro el reloj. Las 10 de la mañana y quiere
berberechos. Mi cara podría resumirse en boca abierta y ojiplático. Más aún
cuando veo como, tranquilamente, se abre una lata, coge un tenedor, y comienza
a engullir.
-Te clavo el tenedor en el ojo como me sigas mirando así… -
dice sin alzar la mirada –
-Si no he dicho nada… pero…
-No puedo con el olor a naranja exprimida, ni con el tomate,
ni con las tostadas… - engulle y engulle berberechos – y nuestro hijo tiene que
alimentarse y ha decidido que berberechos es la mejor opción…
-Que así sea… - me siento a su lado con gesto divertido, en
realidad me divierta verla tan… rara –
-No puedo tomarme ningún jarabe para las náuseas verdad? –
dice compungida tras acabarse la lata –
-Los normales no… pero hay uno que si que puedes tomarte… -
me mira sorprendida – y va muy bien… quieres que vaya a la farmacia?
-Quieres que te mate si no vas? – contesta irónica –
-A sus órdenes… - pongo los ojos en blanco intentando no reirme
– qué bien tener un médico en casa eh? – digo intentando sacarla de sus
casillas –
-Desaparece de mi vista y no vuelvas sin ese jarabe,
medicucho – contesta seria –
Sonrío enternecido. Me encanta cuando se pone de esa manera
tan enfadada y tan graciosa. Le doy un tierno beso en los labios. Por fin ha
sonreído. Supongo que las hormonas van a hacer su labor durante todo el
embarazo. Tendré que acostumbrarme a esta bipolaridad.
-Bueno… - dejo las llaves sobre la mesita – ahora si que
podemos ir a contárselo a tu madre no?
-Puff… - resopla – no sabes cómo se va a poner Quique… -
sonrío – el papel ese lo podemos enmarcar no? – señala refiriéndose al análisis
que acaba de hacerse – estás enfadado?
Frunzo el ceño extrañado. Por qué pregunta eso ahora? Ah, se
me olvidaba, la bipolaridad.
-Enfadado? – pregunto sin entender nada –
-Esta mañana te he hablado fatal… - pone cara de niña –
encima que me has cortado las náuseas de golpe con el jarabe ese…
-Ay gordita… - le abrazo cuidadosamente – pero si es normal
que me grites, y que me llames de todo… ahora mismo hay un manojo de células
dividiéndose en tu útero, tomando forma de persona… eso desestabiliza a
cualquiera…
-Deberías dejar de describir a nuestro hijo como “un manojo
de células” – dice seria -
-Es verdad… - digo riéndome – pero estás ahora mismo en esa
fase… cuando se te pasen las náuseas, verás la vida de otro color… - digo
restándole importancia –
-No te vas a enfadar si a veces se me va la pinza verdad? –
dice algo preocupada – que presiento que te voy a dar un embarazo muy malo…
-Que no me enfado… - comienzo a darle besos por el cuello –
si luego eres adorable cuando me miras así… - imito su mirada de niña – y recapacitas…
-Eres gilipollas… - sonríe avergonzada – te juro que me noto
super rara… - se toca la barriga – son sensaciones extrañas…
-Se llama embarazo Malú… - digo de broma sentándome en el
sofá –
-Hablo en serio! – dice indignada – cuéntame qué es lo que
está pasando en mi cuerpo, tú que sabes de esto… - se tumba a mi lado –
-A ver… - carraspeo – supongamos que estás de un mes más o
menos no?... – asiente – tu última regla fue el 21 de mayo… - saco cuentas de
cabeza – y estamos a 1 de Julio… estás a punto de empezar la sexta semana de
embarazo…
-Ya? – pregunta sorprendida – me tomas el pelo o qué? – me mira
incrédula –
-Se suele contar desde la última regla… aunque no sepamos
exactamente cuando hicimos esto… - señalo su barriga riéndome – si todo va así…
se estará formando su corazoncito…
-En serio? – pregunta ilusionada –
-Y ya se habrán comenzado a formar los riñones… el hígado… -
me siento tan raro pensando esto de mi propio hijo – pero ahora mismo medirá
algo así como una lenteja…
-Jajajajajaja! – estalla en una carcajada – ves? No me da
asco pensar en las lentejas…
-A mí, a partir de ahora, tampoco… - sonrío enternecido – ya se
habrán formado las cuencas de los ojitos… las partes que luego serán los brazos
y las piernas… pero todo así, en pequeño…
-Qué fuerte… - se toca la tripa con sumo cuidado –
-Mañana podríamos pedir cita con algún ginecólogo… - propongo
– yo solo sé lo que se suele hacer por la seguridad social… las fechas en las
que se hacen las ecografías y tal… - me quedo pensativo – tengo varios
compañeros de carrera ginecólogos, pero ninguno en Madrid…
-No te preocupes… - sonrío – me han recomendado algunos…
-Te has estado informando? – digo sorprendido –
-Vero me ha estado informando – puntualiza – está más
ilusionada que yo…
-Jajajajaja! – me río con ganas – lo haremos como tú quieras…
- se recuesta sobre mis piernas – se supone que en la seguridad social se hace
una analítica y una ecografía cada trimestre… hasta la semana 12 no se suele
hacer la primera…
-No puedo esperar tanto… - dice convencida – estará bien
verdad?
-Por qué no va a estar bien? – pregunto sorprendido – mejor todavía
cuando no vuelvas a fumar…
-No me lo recuerdes… - dice de mala gana – tengo mucho mono…
me voy a poner como una foca de la ansiedad…
-Que no… - le resto importancia – además, voy a dejar de
fumar yo también… - alza su mirada y me mira incrédula – me solidarizo con mi
gorda… - se ríe tapándose la cara – nuestro hijo nos va a conocer con 20 kilos
de más a cada uno, pero con los pulmones limpios…
-Gilipollas… - susurra riéndose – y a tus padres cuando vamos
a decírselo?
Mis padres. Van a dar saltos. Botes. Creo que es mejor
decírselo en persona, pero deberíamos hacerlo con las dos familias a la vez. No
sé, se nos ocurrirá algo. O eso creo.
Hace tiempo que no subes capitulo:( sube otro pronto porfa!!!
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