lunes, 29 de diciembre de 2014

CAPÍTULO 129: TAL VEZ DESPUÉS TE QUIERA MUCHO MÁS

Volver a un aeropuerto siempre es una sensación extraña. Miles de recuerdos se agolpan en mi cabeza. Está nervioso. Me consta que habla casi todas las semanas con él y, por lo visto, Richard viene a España para quedarse. Le han contratado en un buffete de abogados muy prestigioso. No habla ni papa de español, o, al menos, eso recuerdo, pero, por lo visto, no va a trabajar como abogado propiamente dicho, sino como asesor. Me imagino que será para definir estrategias de defensa de los clientes, pero él no será la cara visible. Y menos mal, porque me lo imagino hablando en español con ese pedazo de acento londinense y me descojono.

Juliet observa inquieta la puerta de salida. Supongo que, para ella, ver a alguien conocido también le hará ilusión. A la que le va a hacer ilusión es a Vero. He organizado una cena para esta noche. No veo a Vero desde el año pasado, eso no puede ser. Y esta es la excusa perfecta.

-Richard! – grita Quique y sale corriendo hacia él –

Como un anuncio navideño, esa es la impresión que tengo al verles. Se abrazan fuerte, dándose palmaditas en la espalda. No recordaba a Richard así, se me hace raro verle vestido normal. Se saludan efusivamente una vez más y caminan hacia nosotras. Juliet se suelta de mi mano y sale corriendo hacia él.

-Hola Malú

Me sorprendo al escucharle decir bien mi nombre. Siempre se le olvidaba que había que hacer sonar fuerte la u. Y ha dicho hola en vez de hello. Sonrío y nos abrazamos cariñosamente.

-Qué tal el viaje? – digo en inglés –

-Yo no hablar bien español pero entiendo…

-Jajajajaja! Pero tío!! – Quique le da una sonora palmetada en la espalda – la madre que te parió, sabes hablar español!

-La maddrrre what? – pregunta contrariado al no entender la expresión –

-Jajajajajaja – nos reímos – vamos a casa – dice Quique despacio para que Richard le entienda –

Juliet nos mira divertida. La verdad es que la pronunciación de Richard es para mearse de la risa, está muy gracioso pensando cada palabra que dice. A Vero le va a encantar, estoy segura.



-Le has contado a Richard lo de la boda Quique? – digo riéndome mientras abro un par de cervezas –

-Boda? – nos mira interrogante – no entender boda…

-Vamos a casarnos… - dice Quique en perfecto inglés –

-What?? – exclama sorprendido –

Se pone a balbucear en inglés, no entiendo ni papa de lo que está diciendo pero creo que está contento. Pobrecito, no sabe expresarse en español. Por qué todo el mundo se alegra de que nos casemos? Me hace mucha gracia la cara de la gente cuando le das una noticia así. El timbre suena y salgo a toda prisa, necesito ver cada detalle de este reencuentro, necesito miles de cámaras enfocando a Vero, absolutamente todos los planos.

-Ahhhh!! – grita Vero al abrir la puerta – la novia!!!! – me agarra con las dos manos y comienza a darme besos por la cara – qué ganas tenía de verte!!

-Jajajajaja! Anda pasa… - me deshago como puedo de ella – cómo está mi princesa?? – me agacho para abrazar a Lucía que se agarra a mi cuello – ay mi niña, qué mayor estás!!

-Hola…

Tengo que reprimir la carcajada al ver la mirada de Vero hacia Richard, que aparece por el pasillo seguido de Quique, que me hace señas con las cejas, arqueándolas.

-Emm… - Richard se queda pensativo – soy Richard… - dice lentamente – tú eres… Vero

Es hasta conmovedor ver como Richard se empeña en hablar en español, con lo que le cuesta pensar la traducción… Vero le mira con un gesto que descifro enseguida. Se acaba de enamorar, como dice ella siempre que exagera.

-Si, soy Vero… - sonríe – me alegro de verte… - se dan dos besos –

-Yo también me alegra de verte…

-Jajajajajaja! – estallo en una carcajada al ver como no conjuga bien el verbo – anda, pasad para dentro por favor…

-Por qué no me has dicho que se había puesto más bueno? – me susurra Vero mientras entramos al salón –

-Quería ver tu cara… - le guiño un ojo – bueno, Richard, ella es Lucía… ya que su madre no os presenta…

-Tu hija? – pregunta mirando a Vero – ou… - sonríe – hola…

La niña se esconde detrás de mis piernas, para variar.

-Lucía! – exclama Vero – saluda a Richard anda…

-Hola… - dice tímidamente sin salir de detrás de mí –

-Es tímida… - dice en inglés – me oye hablar raro y le da miedo, verdad preciosa? – sigue hablando en inglés – me das un beso? – dice en español –

-Mira, ha aprendido la frase que le abrirá muchas puertas… - Quique se lleva un codazo por mi parte –

La niña sale de detrás de mí y se acerca lentamente a Richard. Observo a Vero. Creo que necesita un babero.

-Oh wait… - Richard rebusca en uno de sus bolsillos – te gusta? – le enseña un chupa chup y la niña abre los ojos y mira inmediatamente a su madre –

-Qué se dice Lucía?

-Gracias… - susurra la niña cogiendo la golosina –

-Me das un beso? – vuelve a preguntar Richard poniendo la mejilla y la niña se acerca tímida dándoselo – eso es bien…

-Jajajajaja… me matan los verbos… - digo riendo – cenamos?



La cena transcurre entre miraditas entre Quique y yo. Nos lo estamos pasando en grande observando los gestos de Vero durante la cena. Tras tomar el postre, Richard se afana en intentar que Lucía se suelte un poco más con él. Lo consigue tras varios intentos. Mi Danka les ayuda un poco y juegan con ella mientras Vero va necesitando una fregona portátil.

-Me resbalo si paso por tu lado… - susurro –

-Dios nena… - habla en voz baja – pero mírale!...

-Está soltero… te informo… - bebo de mi copa bajo su atenta mirada –

-Ya… pero mírame a mí… - arqueo una ceja – con una hija que parece autista cuando no conoce a alguien y con estas pintas…

-Qué pintas? – digo sorprendida – mira, lo que necesitas no hace falta que te lo diga…

-Un buen polvo… - dice sin pensar – lo sé de sobra…



Richard y Vero han encajado a la perfección, a pesar de las dificultades idiomáticas, los dos se esfuerzan en entenderse. Tampoco es que les cueste demasiado. Se gustan, o eso parece. Hasta Lucía parece conocer a Richard desde hace tiempo.

Hoy Vero se ha ofrecido a quedarse esta noche con Juliet. Ando ilusionada con la idea. Por fin podré dar riendo suelta a la pasión sin pensar en que alguien nos escucha. Pero, conforme va llegando la noche, voy encontrándome mal. La tos ha aparecido de repente, ayer me dolía la garganta pero apenas le di importancia. Para colmo, me ha venido la regla y tengo un dolor de estómago bastante molesto. Menudo panorama.

-No estás mejor? – se acerca a mí mientras camino algo mareada –

-Acabo de vomitar la leche materna… - me aprieto fuerte la barriga – joder… con la regla, con gastroenteritis y con un trancazo monumental… me puede pasar algo más?

-Si es que con lo fresca que vas siempre… - le miro desganada – es verdad… descalza a todas partes…

-No me eches la bronca por favor… - le ruego tumbándome en la cama – Dios… voy a morir… - me retuerzo –

-Túmbate, venga… - le veo rebuscar en el armario – mi maletín tiene que estar por alguna parte…

-En la habitación de Juliet… - susurro –

-Y qué hace allí? – dice indignado – espérame aquí…

-No pensaba moverme… - susurro –

Joder… para una noche que tenemos para nosotros solos y voy y me pongo así de enferma… qué suerte la mía… y encima con la regla, para mas inri. Puta menstruación, y luego salen en los anuncios diciendo “me gusta ser mujer”. Los cojones!. Agg… yo es que me cago en mi vida.

-Bien, el doctor ya está aquí… no se preocupe señorita Sanchez… pronto estará mejor…

Le observo abrir su maletín y sonrío. Pensándolo bien, voy a servirle de paciente, con lo que le gusta a él su trabajo. Y una paciente con muchas cosas, nada más y nada menos.

-Veamos… - coge el termómetro y me levanta el brazo cuidadosamente – me juego un brazo a que tienes fiebre… - resoplo – como no me haces caso, no te has tomado la medicación que te he dicho…

-No me regañes coño… que mira como estoy… - me quejo – tengo mucho frío…

-Es verdad… mi niña está malita verdad? – me acaricia la cara y asiento – si es que se te ha juntado todo…

-Mierda… - abro los ojos de par en par, una arcada me sorprende y me aboco al borde de la cama –

-Ei ei ei… - me agarra el pelo a tiempo, estoy vomitando de nuevo – vale… tranquila… vomita todo lo que tengas que vomitar…

-Joder… - respiro agitadamente – me duele mucho…

-Vale… - rebusca en su maletín – voy a pincharte algo, no creo que puedas tomarte ninguna pastilla…

-Esto está pitando… - vuelvo a incorporarme notando como la habitación me da vueltas – dios… qué viaje…

-Joder Lula… - observa el termómetro – qué caliente estás…

-Ya… - me río por la frase – estoy como para que me empotres ahora mismo…

-Jajajaja… - reprime la carcajada – bueno… tienes fiebre… - coge una jeringuilla – a ver ese culete que tanto me gusta…

-Por favor… no me hables como a una retrasada anda… - le imploro – agg… qué he vomitado? Mierda? Huele a muerto joder…

-Veeenga… - le oigo reírse – estás muy graciosa cuando te pones malita…

-Si tuviera fuerzas, te daba una paliza… - noto como me clava la aguja – auuu…

-Bueeeno… - me aparta el pelo de la cara – con esto estarás mejor en un ratito… - se levanta del suelo – voy a limpiar esto antes de que mueras asfixiada…

-Eres mi esclavo… - resoplo – qué asco! Mírame! Puedo sudar más? Parezco un pollo asándose… dando vueltas y vueltas sin parar…

-Anda… estate quietecita eh? Vengo enseguida… - deja un beso en mi frente –

Al momento, le veo aparecer con la fregona y el cubo preparado. Me da por reirme. Creo que la fiebre me está haciendo hacer cosas extrañas… porque no me apetece reirme para nada, pero no puedo evitarlo.

-No te rías anda, que los tropezones que has echado no son nada apetecibles…

-Por favor… no vuelvas a pronunciar esa palabra… - reprimo una arcada –

-Cual? Tropezones? – dice riéndose –

-Agggg!! – exclamo asqueada – para por favor…

-Perdona cariño… - se queda plantado mirando mi obra de arte – será mejor que coja algo de papel antes de pasar la fregona…

-No me narres cómo lo haces, te lo suplico… - me giro y le doy la espalda – puta regla!!!! – grito desesperada –

Le escucho ir del baño a la habitación varias veces. Ni se queja, ni me dice nada. Pobrecito… cómo me cuida… hasta recoge mis tropezones del suelo… dios… tropezones… aggg… otra vez no… no por favor…

-Buagggg… - vomito al otro lado de la cama –

-Lula!!! – exclama – Quieres decorar la habitación o algo? – resoplo casi boca abajo – cariño… estás bien?

-Me muero Quique… - susurro –

-Vuelve a tumbarte anda… - observa mi nueva obra de arte, esta vez, al otro lado de la cama – has marcado territorio… como Urko cuando mea…

-Cállate por favor… - me pongo una mano en la frente, extasiada – no puedo más… me da vueltas todo…

-Vale, espera que recoja esto de acuerdo? – cierro los ojos y le observo de nuevo repetir el mismo proceso –

Tras un par de minutos, la habitación vuelve a oler a fregasuelos perfumado. Lo agradezco, me estaba mareando todavía más con ese olor a vómito.

-Bueno princesa… - se tumba a mi lado – estás mejor? – me aparta el pelo de la cara – estás empapada…

-Me duele todo… - me quejo –

-Vamos a hacer una cosa… como lo que te he puesto te estará haciendo efecto ya… voy a pincharte otra cosa para que se te corten las náuseas y nos vamos a ir al baño… te preparo un bañito con agua templadita, quieres? – asiento como una niña pequeña –

Agradezco haber tenido fuerzas para ponerme un tampón antes de comenzar a vomitar. Por lo menos la bañera no parecerá sacada de la matanza de Texas. Por lo menos ya no siento esas náuseas que no podía frenar. Sigue doliéndome todo, eso es cierto, pero por lo menos ya no tengo esa sensación de muerte.

-Venga Luli… - aparece en la habitación y me agarra en brazos –

-Luli? – me río casi sin fuerzas – se puede ser más cursi?

-Si… sabes que si que puedo… no me obligues… - sonrío y me abrazo a su cuello al entrar al baño –

Me deja sentada en la taza del váter y comienza a quitarme la ropa. Lo ha hecho tantas veces que no sé que es lo que me sorprende. Creo que me sorprende que lo hace sin ninguna pretensión, solo lo hace por cuidarme.

-Venga… métete en la bañera… - me levanto totalmente desnuda –

-Joder… para una noche que no tenía que reprimir los gemidos porque Juliet no está… y voy y acabo así… deprimente… - Quique se ríe al escucharme – no te rías…

-No te gusta que te cuide? – se arrodilla al borde la bañera –

-Mucho… - acaricio su cara ya tumbada dentro del agua – Pff… qué me has pinchado? No me duele casi la tripa ya…

-Te he drogado… - sonríe ampliamente – eres como una cobaya para mí…

-Eh! – le doy un golpecito en el brazo –

-Ha vuelto!!! – exclama al notar como le pego – pensaba que me quedaba viudo antes de casarme… que bajón me estaba dando…

-Eres muy imbécil… - sonrío – anda, ven aquí conmigo…

-No sé si eso es buena idea… - tuerce el gesto – podría aprovecharme sexualmente de una mujer enferma… no estaría bien…

-Llevo un tampón y no quiero que me lo saques por la boca… - pone los ojos en blanco –

-Qué bruta eres…

-Es solo que quiero mimitos… - le hago un puchero y suspira levantándose mientras se quita la ropa –

-Haces conmigo lo que quieres eh?

Me tumbo sobre su pecho y me abraza de manera cariñosa por la espalda. Ahora si que estoy agusto…

-Enamoradita me tienes… que lo sepas… - digo riendo –

-Amor es quitar del suelo con papel los tropezones que acaba de vomitar tu novia… - le doy un golpe en el muslo – qué manía con pegarme…

-Dios… este vaho me ha abierto la nariz… se me cae el moco…

-Qué romántico todo… - alarga su brazo hasta llegar al rollo de papel – schh… quieta… - me impide coger el trozo de papel – si te cuido, te cuido del todo…

Pasa el papel por mi nariz cuidadosamente. Me muero de amor y de asco a la vez.

-Ay mi mocosa… - deja un beso en mi pelo húmedo – qué catarro ha cogido…

-Y con la regla… que no se te olvide… - le recuerdo – pfff… de verdad te quieres casar conmigo?

-Anda, incorpórate un poquito que te voy a dar un masajito de los ricos… pásame el gel…

-Júrame que esto lo vas a hacer otro día que podamos acabar follando como locos…

-Ala!! – se ríe – todo el romanticismo a la mierda Malú…

-Ohggg… - gimo al notar sus manos masajeando mis hombros – mmm…

-Para de hacer eso… - susurra a mi espalda – que voy a terminar violándote…

-Salido… - sonrío tímidamente – Joder… qué manos tienes…

Deja besos por mis hombros mientras noto como sus manos me recorren. Joder, qué cachonda me estoy poniendo. Con su mano derecha, va bajando hasta llegar al punto donde creo que tengo más fiebre en este momento. Mueve la mano despacio, arrancándome algún suspiro.

-No se te ocurre parar de hacer eso… - le suplico – Dios…

-Pensaba que estabas cansada… - susurra pegado a mi oído –

-No puedo evitarlo… - dirijo mi mano hacia atrás hasta notar su miembro –

-Malú… - suspira – que se me va la cabeza…

-Eso quiero… - echo la cabeza hacia atrás para mirarle –

De lo más erótico que me ha pasado en mi vida. Solo con su mano, es capaz de hacerme llegar al mayor de los orgasmos. Qué barbaridad. Estoy extasiada, mañana va a dolerme todo el cuerpo, más incluso que hoy. No ha sido nada brusco, solo ha tocado donde debía tocar. Y yo he hecho lo propio. Vuelvo a tumbarme con mi espalda contactando sobre su pecho. Le noto respirar, ahora más tranquilo, mientras me acaricia el cuerpo de manera suave.

-Estás loca… - susurra riéndose –

-Un poquito… - sonrío cogiendo una de sus manos – qué arrugadito estás…

-Ven… - agarra el bote de gel de nuevo – vas a dejar que te bañe? – asiento con cara de niña pequeña –

Sus manos recorren mi cuerpo, repartiendo el gel por él. Mi pelo mojado recibe el champú desde sus manos. Ese masaje me provoca todavía más placer. Se puede ser más bueno? Nadie nunca había hecho esto conmigo. Estar enferma cuando vives sola es una mierda… pero cuando tienes a tu lado al mejor hombre del mundo, la cosa cambia.

Tras nuestro baño, me envuelve en una toalla y va poniéndome cada ropa del pijama, conmigo tumbada en la cama. Me dejo hacer, me está encantando verle tan tierno. Sonrío embelesada. Se tumba a mi lado, abrazándome.

-Estás mejor? – asiento sin decir nada – despiértame si vuelve a dolerte de acuerdo? – vuelvo a asentir – te quiero mocosa… - me da un beso en la mejilla –

-No soy una mocosa… - aspiro hacia arriba haciendo ruido con la nariz –

-Si que lo eres… - sonríe – pero te quiero igual… - me da un tierno beso en los labios –

-Te voy a contagiar…

-Da igual… - vuelve a repetir el beso – pero me tienes que curar si me pongo malo eh?

-Claro que si… - sonrío de nuevo – joder… qué asco tenemos que dar cuando nos ponemos así de tiernos…

-Mucho… mucho asco… - vuelve a besarme – descansa, y despiértame si te encuentras mal eh?

-Que si… - pongo los ojos en blanco – te quiero doctor…


Sin mirar, noto como ha sonreído. Al final, la noche no ha sido tan horrorosa como suponía… empiezo a pensar que cualquier noche con él nunca será horrorosa… siempre conseguirá que acabe bien, como esta. 

CAPÍTULO 128: QUE EN ESTE CORAZÓN ME SOBRAN SENTIMIENTOS (II)

Qué calor hace en esta casa joder. Mucho calor. Me sobra todo, la corbata, la camisa, los pantalones… y si me lo quito todo? Qué pasaría con Pepi si ve que su futuro yerno se despelota delante de toda la familia? Se llevaría a Malú lejos, muy lejos… eso seguro. En fin, qué mal rato joder… qué excesiva es pero que adorable mi suegra. No dicen que las suegras son ogros normalmente? Pues parece que con Pepi no es así… aunque imagino que si le hiciera daño a su hija, no me quedaría tierra suficiente para correr.

La cena está lista. A mis padres se encarga de ubicarles Pepi, en un sitio estratégico, con mi hermana a mi lado. Al mi otro lado, Malú. Enfrente Pepi. En la esquina, presidiendo la mesa, Pepe. Y el resto de lugares en la enorme y alargada mesa, se van repartiendo al gusto de la gente. Alejandro también pasa la Nochevieja aquí. Según me ha contado Malú, desde que su madre murió, se ha cobijado muchísimo más en momentos así con la familia De Lucía. En cuanto Alejandro ha entrado por la puerta, Pepi se ha encargado de que se enterase de la noticia de la noche. Otra vez ese rubor en mis mejillas. Me está cogiendo cariño Alejandro, o eso me parece a juzgar por los gestos que tiene conmigo. Mi hermana casi tiene que buscarse una mandíbula nueva cuando le ha visto…. Ha sido bastante cómico.

Pero lo realmente cómico es ver cómo Malú come caracoles y gambas a puñados. Es como si estuviera haciendo una prueba contrarreloj… su madre la observa con gesto serio, como si se estuviera mordiendo la lengua para no regañarla. Estoy comiendo poco porque todo se lo come ella… qué barbaridad, me gustaría saber si tiene algún tipo de depósito interno que le hace no engordar. O eso o su metabolismo es de los privilegiados.

-Para ya Malú… - refunfuña Pepi –

-Eh? – pregunta contrariada Malú mientras chupa una de las cabezas de gamba –

-Que no se van a acabar… que le dejes algo al pobre Quique…

-Eso, déjale algo a tu futuro marido que en la boda va a parecer un espectro… - dice Alejandro mientras se ríe –

-Ay dejadme… todo el año comiendo ensaladitas… - niega con la cabeza sin dejar de pelar la siguiente víctima, otra gamba –

-Igual estás embarazada y tienes antojo, te lo has planteado hermanita?

Un silencio se instala en la mesa. La pregunta irónica de Jose hace que todas las miradas se dirijan hacia ella y hacia mí. Otra vez. Otra vez soy una puta bombilla de puticlub. Escucho a Malú resoplar.

-Que no estoy preñada cojones!!! – exclama sin soltar la gamba – qué manía dios santo…

-Pues los síntomas coinciden un poco… - interviene una de sus primas – se duerme por los rincones, un hambre voraz…

-Siempre he sido así prima… - responde comiéndose una gamba más – dios, ahora si que me he llenado…

-Bien, que vaya pasando la grúa para llevarse su plato por favor! – alzo la mano hacia la puerta en un gesto divertido y escucho risas en la mesa –

Malú me mira riéndose y me da un beso cariñoso en la mejilla. Noto las miradas de Pepe y de Pepi clavadas en mí. Y las de mis padres. Y las de toda la mesa. Uno no puede hacerse el gracioso sin ponerse colorado después.

Tras la cena, a la que creo que no voy a sobrevivir por lo hinchado que estoy, todo el mundo se prepara para recibir el nuevo año. Es el momento de echar la vista atrás, o eso dicen. De repasar el año, con sus cosas buenas y  malas. Son las 23:30… creo que ya no me da tiempo a hacer un resumen decente en mi cabeza. Me han pasado tantas cosas que necesitaría días para elaborarlo bien.
A mi mente viene aquella primera noche en la playa. Cómo, al acostarme, notaba que estaba nervioso. Nervioso por tenerla al lado. Es curioso, ahora me pasa lo contrario, ahora si no duermo con ella es cuando no estoy tranquilo. Aquella primera noche creo que fue clave en todo esto. El destino quiso que durmiéramos el uno al lado del otro, y así fue durante todos esos días. Estoy convencido que todas las cosas que han pasado han sido por algo, para llevarme a algún sitio. Quizás para llevarme aquí, a esta casa. Quizás para observarla  desde el fondo del salón, mientras charla con mi hermana animadamente.

-Bueno Quique, y cuéntanos, ahora para destensar un poco la conversación… cómo es Malú? Has convivido con ella durante dos semanas…

-Bueno… - dudo un instante sobre si hablar de ella o no –

-Sabemos que es una cantante de éxito… y, por La Voz, hemos descubierto que tiene un carácter quizá totalmente contrario al que se supondría…

-Malú es tal y como se ve… - contesto convencido – una persona amable, inteligente, divertida… y tiene muchas cualidades que no se aprenden… que se tienen o no se tienen…

-Y qué cualidades destacarías? – pregunta el entrevistador interesado –

-Pues mira, hay una en concreto que me sorprendió mucho… tiene una empatía automática… le bastan 10 segundos para ponerse en el lugar de la otra persona… y eso ayuda mucho en una situación así…

-Alguna más?

-Sabe escuchar… - digo seguro – de hecho, a cualquiera de la isla que le preguntes, te lo dirá… todo el que tenía algún problema, iba a contárselo a ella… incluso, a veces, no hacía falta, simplemente se daba cuenta de que alguien necesitaba desahogarse y allí iba ella…

-Es curioso… parece que la conoces bien…

-Bueno, la conozco de apenas 2 semanas pero, en realidad, es como si hubieran sido 2 años… ha sido muy intenso… pero creo que todo el mundo que la conozca opinará como yo… en una situación así no puedes fingir cosas que no eres…

-Se podría decir que sois amigos?

-Bueno… - me río nervioso ante tanta pregunta – no sé lo que opinará ella… pero si sé que en una situación así, se crea un vínculo con la gente con la que vives esa experiencia… y ese vinculo hace que estés conectado para siempre con esas personas. Siempre que necesite algo, yo estaré allí, sería incapaz de dejar de saber de ella. – noto la mirada sonriente del reportero clavada en mí – bueno, de ella y del resto, claro está.

-Ayer, en una entrevista, Malú hablaba de ti como la persona que le salvó la vida… te han llegado muchos mensajes de gente agradeciéndote algo así? Twitter está que arde en este momento, eres trending topic.

-Madre mía… - me rasco la cabeza avergonzado – solo reaccioné en ese momento ayudando… no sé, supongo que yo también siento que ella me salvó la vida a mí también… es importante tener un apoyo en un momento así…

-Habéis conectado… hay feeling…

-Emmm… - escucho las risas en plató – bueno… el que conozca a Malú, sabe que es imposible no tener feeling con alguien como ella.


-Qué? Haciendo balance?

La voz de Alejandro me devuelve a la noche de fin de año. Por qué he recordado esa entrevista? Mira que habían cosas para recordar… no se equivocaba ese periodista… hubo feeling… desde el primer instante, desde el primer momento en que nos vimos.

-Si… sin darme cuenta, estaba recordando cosas…

-Todos los años lo hago… - sonríe mirando su copa de vino – enhorabuena por cierto…

-Gracias… - sonrío tímido –

-Sabes en lo que pensaba? – le miro – en el momento en que me llamaron y me contaron lo que había sucedido. Me imaginé que no volvería a ver a Malú. Todavía siento ese nudo en el estómago si lo recuerdo… - suspira – es como mi hermana pequeña… y ahora, verla aquí… - sonríe – crees en el destino?

-Desde que la conocí, tengo que creer… - sonrío y bajo la cabeza –

-Compadre… - me pasa el brazo por los hombros – me alegro de que el destino te haya traído hasta aquí…

-Rick… - miro hacia abajo y veo como Juliet me mira. Alejandro me hace un gesto y se aleja –

-Dime preciosa… - me agacho para estar a su altura –

-Que… - mira al suelo y noto algo de vergüenza en sus gestos – que muchas gracias…

-Por qué cariño?

-Por tratarme como me trataba mi padre… - se me encoge el alma al escuchar la frase – por cuidarme…

-Oye… - la abrazo – venga preciosa… no llores ahora eh?

-La abuela se va a poner bien verdad? – susurra sollozando –

-Claro que sí… dentro de poco estará bien y podremos ir a verla, de acuerdo? – asiente –

-Os quiero mucho… - dice avergonzada –

-Anda… corre y dile esto a Malú, que le va a encantar… - acaricio su pelo –

Sale corriendo hacia Malú y observo la escena desde la distancia. Malú se agacha, igual que he hecho yo. Pone gesto emocionado y se abraza a la niña. Como si fuera su madre… así es como trata Malú a la niña.

-Te gustaría tener hijos? – pregunta de repente mirando al cielo que preside aquella isla -

-Pues claro…

-Yo hace tiempo quería tener 6 o 7… pero creo que se me ha hecho un poco tarde… - sonríe – me bastaría con una parejita…

-Los tendrás… - digo sonriendo tumbado en la arena –

-Hombre… en esta isla no tengo muchas esperanzas de poder tener hijos…

-Si necesitas ayuda… - noto como gira la cabeza hacia mí – es broma… - río – saldremos de aquí pronto… y podrás hacer tus planes… ya lo verás…

Qué gilipollez. Cómo me acuerdo de esa mini conversación? No recuerdo la noche que fue, pero creo que fue de las primeras. Siempre nos quedábamos hablando un rato antes de dormir. Qué curioso… “es broma”, le dije… y ahora parece que soy el encargado de hacer una mini Malú. Sonrío ampliamente ante la idea. Está llegando el momento de ser padre, lo intuyo… veo los críos del resto y me apasiona a idea de tener uno para nosotros. El embarazo sería terrible para mí… creo que Malú es de las embarazadas con antojos hasta el último día. Y de las embarazadas de los cambios de humor y llantos inesperados. Hasta eso me apetece vivirlo.

-Toma anda, que no has cogido uvas… desastre… - deja un beso en mi mejilla y me entrega un vaso con 12 uvas – qué haces aquí tú solo?

-Pensaba… - sonrío mirándola –

-En qué? – me acaricia la cara con delicadeza –

-En nosotros… - sonrío y sonríe al verme – en la suerte que he tenido… - cierra los ojos sonriendo mientras niega con la cabeza – es verdad…

-Yo si que tengo suerte… - no aparta su mano de mi cara –

-Eh pareja, que os perdéis las uvas! – grita su hermano –

Sonreímos y nos plantamos el uno al lado del otro, observando la televisión, como todo el mundo. Con el sonido del carrillón cayendo, siento miles de sensaciones que se reúnen todas a bombear mi sangre cada vez más rápido. Malú está nerviosa, da pequeños saltitos mientras suenan los cuartos. Observo alrededor. Así que esta es mi familia. Así que se acaba el año en el que he conocido a la mujer de mi vida y comienza el año en que voy a casarme… o eso creo. Bueno, faltan 12 segundos para tocar el tema. Comienzo a meter uvas en mi boca. Miro fugazmente a Malú que se ríe con la boca cerrada para no dejar escapar ni una sola gota de ese jugo. En la 11, me agarra del brazo y me hace un gesto. Creo que comprendo lo que quiere. La última uva me la da ella y yo hago lo propio. Los gritos a nuestro alrededor dan igual, estamos demasiado ocupados mirándonos. Está muy graciosa con toda la boca llena de uvas, imagino que yo tengo el mismo aspecto.

Nos abrazamos como si fuera la primera vez que lo hacemos. No decimos nada, ni siquiera un “feliz año”. Nada, absolutamente nada. No sé el tiempo que pasamos así, pero parece detenerse, parece que alrededor no estén tirando confeti ni haciendo sonar matasuegras. Es como si estuviéramos solos.

-Feliz año jefa… - susurro escondiendo parte de mi rostro entre su pelo –

-Feliz año cariño… - noto cierto toque de emoción en sus palabras –

El primer beso del año no sé como calificarlo. Quizá apoteósico se queda corto. De los que nos gustan, de los lentos pero intensos, de los que roban el aliento. Conscientes de que algunas miradas estarán puestas en nosotros, no hacemos que dure demasiado. Solo lo suficiente para tener ganas de más.

Al separarnos, tengo la sensación de que han estado haciendo una especie de fila para felicitarnos el año, porque no paro de recibir abrazos a un lado y al otro. Mis padres, siempre igual de cariñosos. Mi hermana, siempre igual de histérica. Y, este año, recibo abrazos nuevos. El de su padre se me antoja sincero, cargado de cosas que no es capaz de decir, pero sí soy capaz de entender. El de su hermano, cariñoso y casi de colegueo, me arranca una risa casi incontrolable al oírle susurrar algo de un sobrino. Juliet se cuelga de mi cuello sonriente y alarga su brazo para agarrarse a Malú, que la recibe con besos por toda la cara. El abrazo de Pepi es otra historia. Es como volver a abrazar a mi abuela o algo así. Es una sensación que no soy capaz de describir, es como si fuera alguien de mi familia, alguien que conociese desde siempre. Y, entre los demás, uno destaca entre ellos. Alejandro vuelve a ser esa persona que con un solo gesto es capaz de decir lo que otros no pueden ni siquiera con palabras.

El brindis se centra en, primero, recordar a Paco. Las palabras de Pepe casi me arrancan alguna lagrimilla. Después, se centran en desear que, el año que viene, volvamos a estar todos o alguno más… y nos miran… qué cabrones. Y comienza la fiesta particular de los De Lucía. Con sus guitarras. Sus cajones. Y descubro algo que no sabía. Malú sabe tocar el cajón. El 2015 parece que viene cargado de sorpresas…


-Eh tío bueno…

Me giro exhalando el humo que he aspirado del cigarro mientras miraba hacia el cielo. La terraza me ha servido para despejarme un poco. Malú se apoya en la puerta, mirándome con gesto tierno.

-Eh tía buena… - contesto con gesto chulesco –

-Dame uno que se me han terminado… - me pide mientras se acerca caminando lentamente – pensaba que había huído… - dice encendiéndose el cigarro –

-A dónde voy a ir? – contesto riendo – yo sin ti no voy a ninguna parte… - la abrazo por detrás y apoyo mi cabeza en su hombro derecho –

-Pelota… - noto como sonríe – ya es año nuevo… deberíamos hablar de la boda? – pregunta mientras escucho como se ríe –

-Claro… - dejo un beso en su mejilla – dónde quieres casarte?

-Pues no lo sé… - contesta dudosa – pero me gustaría que hiciera calorcito… nada de estar pendiente del tiempo por si llueve…

-En verano entonces… - doy una calada a mi cigarro sin deshacer el abrazo – a mí también me gustaría en verano…

-Madre mía… - ríe nerviosa – sabes donde me gustaría?

-Donde?

-En la playa… te imaginas? Donde empezó todo… - sonrío - … o en algún sitio al aire libre… nada de iglesias y parafernalia…

-Me parece estupendo… - la abrazo más contra mí – te quieres casar en bikini?

-No! – nos reímos – va a ser un gran año verdad?

-Mucho mejor que este… - dejo otro beso en su mejilla –

-Eso se puede hacer? – se gira sin dejar que la suelte y se pone frente a mí –

-Pues claro… me encargaré de que, el año que viene, aquí mismo, me reconozcas que el 2015 ha sido mejor que el 2014… - acaricio su cara – y así año tras año…

-Para anda… - apoya su frente en mi pecho – te quiero tanto… - se abraza a mí –


-Y yo pequeña… 

domingo, 28 de diciembre de 2014

CAPÍTULO 127: QUE EN ESTE CORAZÓN ME SOBRAN SENTIMIENTOS (I)

Abro los ojos lentamente. La imagen que veo me hace sonreir de buena mañana. Malú profundamente dormida, habrá alguna imagen más bonita que esa? Lo hago muchas veces, muchas veces la observo mientras duerme. Pero esta vez lo hago de manera diferente. Si me llega a decir que no ayer… menos mal que me ha dicho que si. Dios, voy a casarme… yo, el que pensaba que jamás encontraría a una mujer que me diera todo lo que necesito. Es una cabezota y vamos a tener muchas broncas por eso, lo tengo muy claro. Pero me quiere, me quiere más de lo que nunca me habrá querido nadie, eso seguro.

Observo su rostro destensado, lo hago detenidamente. Me muevo despacio en la cama para ponerme completamente de lado y eso le hace moverse a ella. Suelta un ruidito parecido a un quejido y tengo que aguantarme la risa. No se puede ser más perfecta… ni durmiendo deja de ser adorable.

-Mmm… - vuelve a soltar ese ruidito tan gracioso –

-Buenos días preciosa… - susurro –

-Mmmm… - vuelve a gemir levemente y sonríe sin abrir los ojos – buenos días… - balbucea –

Abre los ojos despacio y vuelve a sonreir al verme. Estira sus brazos de manera lenta mientras emite soniditos por la boca.

-No pienso moverme de aquí… - sentencia pasando un brazo por encima de mi cuerpo –

-Venga cariño… que tenemos que preparar las cosas para ir a tu casa… - acaricio su pelo –

-Es verdad!... – sonríe – vas a venir entonces?

-Claro que voy a ir… - me extraño de la pregunta –

-Lo decía porque igual tus padres tenían pensado que fueras…

-Mis padres… mierda… - maldigo – se van a cagar en todo con tanto cambio de opinión…

-Ya no van a poder venir verdad? – dice con tono triste –

-Bueno… igual si… - me quedo pensativo – recuérdame que les llame…

-Vale… - se abraza a mí – la última mañana del año y estás aquí… - dice con tono tierno – no puede acabarse mejor…

-Qué cariñosa… - digo encantado – tengo los ojos hinchados de llorar ayer verdad?

-A ver… - alza su cabeza para mirarme – no puedes estar más guapo… - vuelve a apoyar su cabeza en mi pecho haciéndome reir –

-Sí puedo… que esta noche me pongo traje…

-Vas a ponerte traje? – se incorpora sorprendida – no voy a poder cenar… va a estar cayéndoseme la baba todo el tiempo…

-Claro claro… - digo irónico – oye… crees que deberíamos hablar con Juliet?

-Jummm… - susurra pensativa de medio lado – creo que sabe que no está bien lo que hizo ayer… pero deberíamos reñirle… o… al menos… hablar con ella del tema…

-Todo tuyo… - alza su cabeza y me mira con cara de querer asesinarme – que era broma… hablamos los dos con ella…

-Puff… - resopla y vuelve a tumbarse – no sé qué hubiéramos hecho si no aparece…

-No pensemos en eso… - digo acariciando su espalda – y no le comentemos nada a Rose… hoy nos va a llamar…

-Es verdad… - se incorpora – voy a ducharme vale gordo? – me da un beso en los labios - preparas mientras ese desayuno tan rico?

-Soy tu criado… - sonrío negando con la cabeza –

-Que no… quieres que haga yo el desayuno y tú…

-Calla… - le doy un beso en los labios mientras me levanto – yo hago lo que tú me pidas… ya lo sabes…

-Ah sí? – me agarro a su cuello mientras intenta levantarse – gordito, me llevas al baño que no me apetece andar?

-Qué morro tienes… - sonrío –

Camino con ella enganchada a mi cuello mientras vamos besándonos por el pasillo y entramos al baño. Al entrar, Juliet nos observa mientras se lava la cara y alza una ceja. Su cara es de lo más gracioso. Las risas se paran de golpe y Malú se suelta de mí rápidamente.

-Buenos días… - dice Juliet en español –

-Buenos días… - Malú me mira con cara de circunstancias – qué haces levantada tan pronto?

-Ah… bueno… es que he hecho el desayuno y…

-Que has hecho qué? – pregunto contrariado –

-Si… es que me he despertado pronto… y quería daros una sorpresa…

La mirada de Malú se cruza con la mía un solo instante pero la he entendido. La bronca se la echo yo porque ella es incapaz después de esto. Que hija de puta es. Mientras esperamos abajo, Juliet intenta evitar mi mirada. Sabe que la charlita va a tener que pasarla. Malú baja a toda prisa, a medio vestir y entra como si nada a la cocina.

-Por qué corres? – le pregunto riéndome –

-Buah, qué hambre… casi me desmayo en la ducha… - Juliet sonríe y se sienta a su lado -

Malú comienza a devorar tostadas. Y esa hambre voraz que tiene por las mañanas qué? Eso no es adorable? Es maravillosa hasta engullendo. Me mira y alza las cejas hacia Juliet. Ah, que encima tengo que empezar yo…

-Juliet… - la niña me mira – queríamos hablar contigo… - Juliet mira a Malú y Malú a mí – lo que pasó ayer no estuvo bien… lo sabes no?

Juliet asiente y Malú hace un gesto tierno. Le miro y le hago yo un gesto para que siga seria. Una charla es una charla, no puede acabar si no se dice todo lo que hay que decir.

-Sí… lo se… - asiente –

-Ayer no era momento de hablar… lo habíamos pasado muy mal buscándote y lo único que queríamos era tenerte de nuevo en casa… - hago una pausa y miro a Malú, que se afana en poner gesto serio cada vez que la niña le mira – no puedes escaparte cuando algo no salga como tú quieres…

-Ya… - asiente Juliet – lo siento mucho…

-No somos tus padres cariño… - Malú acaricia el pelo de la niña – no queremos echarte una bronca… pero somos los responsables de que estés bien… lo entiendes verdad? – la niña asiente – Rick y yo podemos discutir, es lo normal… pero eso no tiene nada que ver contigo… nosotros estamos encantados de que estés aquí… verdad Rick?

-Verdad… - asiento intentando no enternecerme demasiado –

-Es que… yo quería que Rick viniera con nosotras…

-Lo sé… yo también… y va a venir verdad? – Malú me mira sonriente –

-Si… pero no se hacen así las cosas Juliet… eso debes entenderlo… - vuelve a asentir – voy a ir con vosotras porque Malú y yo hemos hablado… que es lo que hay que hacer siempre que hay algún problema…

-Os habéis reconciliado? – pregunta Juliet algo ilusionada –

-Si… si ha sido una tontería… verdad? – pregunto mirando a Malú que me mira sonriente – promete que no vas a volver a escaparte…

-Lo prometo… - contesta rápidamente –

-Bueno… - me levanto de la silla y dejo un beso a cada una – voy a llamar a mis padres y a ducharme vale? A qué hora salimos de aquí?

-Ahora hablo con mi hermano…



Joder, por qué cojones estoy nervioso? Si van a estar mis padres y ya conozco a su familia… no es normal estar así, me tiembla todo. Mi traje sufre, sufre de notar como tiemblo. La verdad es que voy arreglado, no soy muy de trajes, pero reconozco que me siento elegante cuando los uso. Llegamos a su casa, con su hermano y Juliet. Mis padres llegarán un poco más tarde. Todavía es de día, ir en avión es lo que tiene… aunque me joda subirme a uno, en un momento te plantas en la otra punta del país.

-Familia! Ya hemos llegado! – grita su hermano al abrir la puerta –

-Ay mis niñas! – Pepi sale corriendo por el pasillo con los brazos abiertos – ay qué guapas! – se deshace en besos con su hija y Juliet – bueno! Bueno! – grita al verme – Pero esto que és?? – mira a Malú que sonríe divertida – ay qué yerno más guapo tengo por favor!

-Pepi… - sonrío avergonzado – tú si que estás guapa…

-Yo? Hombre, de dónde te piensas que saca mi hija esa cara? – se hace la chula – pero espera… - me obliga a darme la vuelta – pero hija! Tu novio no es médico, te miente… es modelo!

-Suficiente! Ya no tengo frío… - me hago aire con la mano – qué calor de repente…

-Ven aquí – me agarra de la mano y me mete sin avisar al salón, que está repleto de gente, para variar – ha llegado mi yerno! – grita – mirad, mirad qué percha tiene!

Joder, qué vergüenza macho. Veo caras familiares, los primos de Malú ya han llegado y algún que otro amigo de la familia que Pepi se encargó de presentarme la vez pasada. Todos me miran a mí y a Pepi alternativamente. Qué mujer.

-Me van a salir los nietos de anuncio – me planta un beso en la mejilla – ay por dios, que niño más guapo!

Escucho risas de fondo y me quedo allí, plantado, esperando a que entre Malú, que entra muerta de la risa. Alzo la mano saludando mientras la miro queriendo matarla. Esa efusividad de su madre me mata de la vergüenza y lo sabe… y me ha dejado solo ante el peligro.

-Dónde están mis niñas? – Pepe aparece con una cerveza en la mano – hola preciosa… - Juliet sigue cortándose un poco cuando aparece el padre de Malú – bueno… mis niñas y mi compadre – me choca la mano efusivamente – qué pasa? El viaje bien o qué?

-Si, todo bien Pepe… - contesto mirando furtivamente a Malú, que me observa divertida –
-Qué elegante vienes… así me gusta! Ahora nos vestiremos nosotros para la ocasión… quieres una cerveza? – asiento – venga, vamos para la cocina…


Cuando vuelvo a casa y veo a mis padres llevarse tan bien, me pregunto por qué se separaron. La verdad, me es indiferente, lo importante es que cuando sus hijos vienen a verles, no tienen ningún problema en compartir espacio. Cuántas ex parejas pueden decir eso? Pocas, muy pocas. Hoy es un día demasiado especial, muchas emociones juntas… fin de año, primera Nochevieja con Quique aquí… y vienen sus padres, que van a encontrarse de nuevo con los míos. La realidad es que mi vida ha cambiado por completo este año. Cuando yo pensaba que era imposible encontrar alguien que entendiera que mi trabajo es básico para mí, va y aparece él y lo pone todo patas arriba. Qué feliz soy, quién iba a decírmelo hace tan solo un año. Echo la vista atrás y no veo razón para que la suerte, el destino, o lo que sea, me haya colocado aquí ahora. No pintaba nada bien mi futuro hace unos años en cuanto a lo sentimental. Y ahora aquí, prometida. Dios, estoy prometida.

-Malú, tus suegros han llegado… - mi hermano me saca de mis pensamientos –

-Pareces el mayordomo… - digo riendo – siempre abres la puerta tú…

-Y qué hago si nadie se levanta? – se queja – hola, bienvenidos… - les da dos besos a cada uno – qué tal el viaje?

-Bien, gracias… - sonríe la madre de Quique amablemente – hola hija… - me da un abrazo – gracias por invitarnos…

-Gracias a vosotros por venir… - su padre me da dos besos y su hermana un efusivo abrazo – qué alegría que estéis aquí…

-Hombre! Si es mi consuegra! – mi madre aparece con un plato de pastas en las manos – coge esto Malú – me pasa la bandeja a mí y me quedo mirando a Quique que está poniendo los ojos en blanco – qué chaqueta tan mona por favor! – mi madre y la suya ya tienen tema de conversación para toda la noche –

-Oye futura esposa… - susurra acercándose a mí – se lo has dicho a tus padres?

-Crees que estaría mi madre callada si se lo hubiera contado? – nos reímos – tenemos que hablar de eso…

-El año que viene si te parece… - me da un beso en los labios – mañana…

-Mañana… - sonrío – se lo has dicho a los tuyos?

-No… pero me muero de ganas… van a flipar…

Los dos reímos nerviosos, quizá imaginándonos la escena. Me imagino a mi madre subida al sofá pegando saltos… con lo que le gusta su yerno. Y gritando a todo dios que su hija se casa. Y me imagino a mi padre intentando no llorar, conteniéndose como hace siempre. Y a mi hermano quedarse paralizado, como si hubiera visto un fantasma, para, acto seguido, darle un buen abrazo a Quique. Y a Vero, me imagino a Vero saltando en el sofá con mi madre, las dos cogidas de la mano. Me río al pensarlo. Lástima que lo de Vero tenga que esperar unos días, pero sé que saltará en el sofá cuando se lo cuente.

No he podido resistirme al pensar en Vero. Cojo el móvil, con cara de estar haciendo una gamberrada, y escribo un whatsapp. Quiero que sea la primera persona en saberlo.

-“Ve comprando una pamela. Me caso el año que viene”
Sonrío cuando la veo en línea y, automáticamente, comienza a escribir.

-“ESTÁS DE COÑA” Y un montón de muñequitos con los ojos bien abiertos.

-“Ayer me lo pidió de verdad y le dije que sí… mis padres van a enterarse en breve, pero quería que fueras la primera en saberlo”

-“JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA” - y muñequitos llorando, muchos muñequitos llorando. Me descojono sin querer y Quique me mira extrañado desde el salón.- “Pero cuando te casas?”

-“No hemos hablado de fechas todavía… hemos acordado que hablamos el año que viene… pero me caso Vero…”

-“Totalmente segura?”

-“No he estado tan segura de algo en mi vida” Y pongo un montón de gitanitas, emoticono de lo más socorrido para todo tipo de estados de ánimo, cosa que me encanta.

-Me tengo que poner celoso?

-Jajajajaja – me río – estoy hablando con Vero… es la primera en enterarse…

-Se lo has contado? – sonríe con gesto asustado –

-Si…

-Y qué dice? – le enseño la pantalla del móvil y le obligo a leer – vaya… algo me dice que se alegra…

-Cómo no se va a alegrar de que su mejor amiga se case con el hombre le hace feliz? – me agarro a su cuello y le planto un beso, lengua incluída, que le deja sorprendido –

-Algunos ya han empezado con los caracoles… - grita uno de sus primos al entrar al salón –

La risa es generalizada. En toda la puerta del salón, estupendo, no me había dado ni cuenta. Me cago en la puta, debo estar rojo, de lo rojo que debo estar, tengo que estar negro. Ya he sobrepasado los límites de la ruborización.



-Todo bien cariño? – mi madre me agarra de la cintura y me hace girarme mientras escuchaba atentamente el relato de uno de los hijos de Paco –

-Si… todo bien mamá…

-Ya no estáis enfadados no? – me arregla la corbata… cosas que siempre hacen las madres –

-No… fue una tontería…

-Bueno… - me acaricia la cara –

-Mamá… - miro alrededor – ven, tengo que contarte algo…

Nos alejamos un poco del salón. Voy a contárselo. Mi padre y mi hermana nos observan y les hago un gesto para que vengan. Está bien, así no tengo que contarlo varias veces.

-Qué pasa? – dice mi padre mirándome –

-Tengo que contaros algo…

-Está embarazada! – grita mi hermana y se tapa la boca –

-NO! – grito – no es eso… - carraspeo y miro de nuevo alrededor – no digáis nada… sus padres no lo saben todavía… o eso creo…

-Dispara ya coño, que estoy nerviosa! – me grita mi hermana –

-Vamos a casarnos…

Las noticias a veces producen momentos en los que el tiempo se ralentiza. Esta es una de ellas. Observo a mi madre como me mira con gesto sorprendido y, acto seguido, comienzan a encharcársele los ojos de lágrimas. Mi padre me mira boquiabierto y, justo antes de abrazarme, me da tiempo a mirar a mi hermana, que se tapa la boca para no gritar. Está loca, siempre tiene que gritar por todo, maldita sea.

-Ahhhhhh!! – grita –

-No grites coño!!! – le riño –

-Hijo… - mi padre me abraza –

-Pero cuando? – pregunta mi madre emocionada –

-No hemos hablado de fechas todavía… pero es serio… en plan… el año que viene imagino…

-Mi niño… - me abraza emocionada – qué feliz me haces…



Cuando escucho el gritito de su hermana, sé que ha llegado el momento. No quiero que se entere por otra parte así que, agarro su mano y me la llevo fuera del salón, por la otra parte del pasillo y entramos a una de las habitaciones.

-Hija por dios, qué quieres? Que me dé algo?

-Mamá… tengo que contarte algo…

-Algo? – le cambia la cara – ay dios mío… - dirige su mano a mi barriga –

-No! Qué manía tenéis todos con verme preñada? – aparto su mano riéndome – no mamá… es otra cosa… - me mira expectante – Vamos a casarnos…

No es posible. Mi madre se ha quedado muda, es eso posible? No, no es posible. Tiene que estar dándole algún tipo de chungo. Me mira boquiabierta, sin articular palabra. Ha petado. Normal, yo también estoy petando.

-Mamá… estás bien?

-Te lo ha pedido él? – pregunta de repente –

-Sí… - asiento avergonzada –

-Ay hija… - se tapa la cara – de verdad?

-Si mamá… - sonrío –

-Y estás segura?

-Claro que lo estoy… - bajo la cabeza sonriente – cómo no voy a estarlo… si es un cielo… y me quiere… y le quiero… y…

-Ahhhhh!!! – grita y me abraza fuerte contra ella – Dios mío!!! – abre la puerta de la habitación a toda prisa –

Lo que suponía. Salgo con gesto divertido de la habitación. Mi madre aparece en el pasillo con mi padre y mi hermano de la mano, empujándoles hasta a mí.

-Díselo a ellos antes de que grite! – me ordena –

-El qué? Qué pasa? – pregunto mi padre sin entender nada –

-Voy a ser tío?

-Otro… - pongo los ojos en blanco – el día que sea verdad lo sabréis antes que yo o qué? – suspiro sonriente – que me caso… que me caso con Quique…

Mi hermano alza una ceja y se pone a reírse agarrando a mi padre por el hombro. Otro al que le ha dado un chungo. Me mira serio. Instantes después, una gran sonrisa invade su rostro. Respiro aliviada. Sé que le gusta como yerno, pero no sabía hasta qué punto. Me abraza sin decir nada, conforme esperaba. Casi sin tiempo para reponerme, y con la emoción asomando por mis ojos, mi madre sale despavorida hacia el salón.

-Atención!! Escuchadme!!! Silencio!!

-Mamá!! – intento detenerla muerta de risa –

-Déjame, que esto llevo queriendo hacerlo toda la vida…

Miro hacia la puerta del salón y aparece Quique rodeado de su familia. Me mira interrogante y le hago un gesto señalando a mi madre. Se tapa la cara. Sabe lo que va a pasar.

-Ven aquí! – le ordena – Ven aquí coño!

Quique suspira avergonzado y se acerca a ella. Le agarro de la mano.

-Malú…

-No he podido pararla… - me justifico –

-Cuando va a ser? – mi madre se gira antes de anunciar la noticia pero nos alzamos de hombros. Pone cara de sorpresa pero vuelve a girarse hacia los demás – no sé cuándo es porque son un desastre, pero Malú va a casarse!!!

Un “oh” unánime suena en el salón. Risas y susurros. Solo escucho eso. Cuchicheos en voz baja mirándonos sonrientes. El pobre Quique no va a querer volver a esta casa, pobrecito. Me aprieta la mano fuerte.

-Pero felicitadles cojones!!! Una buena noticia para despedir el año!! – grita mi madre emocionada –

Comienzan a levantarse de las sillas y vienen hacia nosotros. Va a querer matarme por la mirada que me está echando. Pero me encanta esta situación. Me encanta estar tan feliz.