Me planto en la puerta y respiro hondo. Joder, estoy
nervioso, no sé ni siquiera cuánta familia va a haber en esta casa. Creo que no
me he equivocado de dirección, o eso espero. No hay marcha atrás. Toco el
timbre y retrocedo sobre mis pasos apenas unos centímetros. Joder, qué miedo me
está dando, maldita sea.
Me abren la puerta sin pregunta quién es y, al abrirse del
todo, me encuentro con su hermano.
-Hombre, cuánto tiempo sin verte no?
-Si… – me invita a pasar y, aún temeroso, entro en la casa –
-Qué tal el viaje? – me da dos palmaditas en la espalda –
-Bien, mucha gente, no me lo esperaba siendo el día que es… -
me quito el abrigo – dios, estoy congelado… Feliz Navidad por cierto…
-Feliz Navidad… - nos damos un fugaz abrazo - anda trae –
coge mi maleta – Lula! Ha llegado Santa Claus!
-Gilipollas… - murmuro en voz baja sonriendo –
Escucho unos pasos acelerados acercarse a mí hasta que veo su
figura por el pasillo. Se acerca a mí corriendo y me abraza.
-Quique... - susurra tiernamente -
-Oye, que no vengo de la guerra eh? – digo de broma –
-Parece el anuncio del turrón, diles algo papá… - escucho a
Jose de fondo –
-Qué tal el viaje? – me mira y detecto sus ojos algo
emocionados… joder, pues si que me ha echado de menos –
-Bien, ha ido bien… - me da un beso en los labios mientras
veo a Pepe detrás de ella – emm…
-Bienvenido… - su gesto es serio a la vez que amable –
-Papá! – grita Malú dando un respingo – joder, qué susto…
Su padre le sonríe tiernamente y vuelve a mirarme. No sé qué
quiere decir esa mirada la verdad. No me hace sentir incómodo, pero no consigo
descifrarla.
-Gracias por invitarme Pepe…
Alargo mi mano para estrechar la suya pero no se mueve. Solo
unos instantes después, camina hacia mí y me da un sonoro abrazo.
-Feliz Navidad Quique
-Feliz Navidad Pepe… - sonrío sin querer al observar como
Malú esta mirando la escena con cara de ilusión –
-Anda, pasa para dentro… - pone su mano en mi espalda en
señal de cariño –
Al entrar al salón, un cosquilleo recorre mi cuerpo. No es
que haya gente, es que está lleno de gente. Algunos me suenan, de algún
concierto… primos de Malú seguramente. Otros no sé quienes son. Todas las
miradas se dirigen a mí y creo que me estoy poniendo rojo por momentos.
-Familia, ha llegado Quique.
Me miran y me sonríen amablemente. No se me ocurre otra cosa
que alzar la mano, como saludando sutilmente y decir un “Feliz Navidad” de
cortesía. Malú aparece por mi espalda y me agarra la mano, comenzando a
presentarme uno a uno a los allí presentes. No veo a su madre, no habrá venido?
-Y mi yerno? – la voz de Pepi me hace girarme – ay! Ay! – se
acerca a mí pegando voces – qué ganas tenía de verte!
Me agarra la cara y comienza a dejar besos por mis mejillas…
como hace mi madre cuando hace mucho que no me ve, o como hacía mi abuela. Es
una exagerada, pero me encanta que me haga sentir tan de su familia cada vez
que coincidimos.
-Buenooo… eso no me lo hace ni a mí… - se queja Jose en voz
baja –
-Tú a callar… ay hijo… - me acaricia el pecho pasando su mano
por mi camisa – qué guapo estás…
-Mamá… - se queja Malú algo avergonzada –
-Yo también tenía ganas de verte… - sonrío enternecido –
-Qué quieres de beber? Algo calentito verdad? Ay por dios –
toca mis manos – estás helado!
Pepi habla atropelladamente, con todo el nervio que la
caracteriza. Las risas en el salón son ya patentes, pero, al contrario de lo
que podría haber pensado, la situación no me está dando vergüenza en absoluto,
sino todo lo contrario.
-Y donde está Juliet? – miro a Malú –
En ese momento, aparece Juliet en el salón, junto a otra niña
que no sé quién es, supongo que familia de Malú. Al verme, pone cara de alegría
y viene hacia mí para abrazarme.
-Qué pasa pequeña? – le doy un sonoro beso en la mejilla –
-Hola… - la otra niña me saluda tímidamente, como avergonzada
–
-Ella es Manuela – dice Juliet señalándola –
-Pues encantado Manuela, bonito nombre… - le doy dos besos –
-Yo es que los elijo muy bien…
La voz me resulta familiar. Me giro y veo a Alejandro. Vaya,
esto si que no me lo esperaba.
-Ale! – exclamo dándole un abrazo – coño, esto no me lo
habías dicho! – le digo a Malú –
-Feliz Navidad hermano – me choca la mano amistosamente –
-Feliz Navidad… - sonrío –
-Era una sorpresa… - Malú se queda mirándonos sonriente –
ven, qué quieres de beber? – me coge la mano y me arrastra por el pasillo hasta
la cocina – aquí mejor…
Con fuerza, pega mi espalda a la pared y se lanza a besarme.
Abro los ojos de par en par.
-Quique... - susurra de nuevo, como en la entrada de la casa, pero esta vez, con otro tono de voz -
-Joder… - suspiro – quieres matarme?
-Te he echado mucho de menos… - dice dulcemente –
-Y yo… - acaricio su cara – todo bien?
-Bueno… anoche al final bien… hoy ha sido un poco triste la
comida… pero poco a poco, con los críos… nos hemos ido animando un poco… -
habla mientras registra en el frigorífico – cerveza o vino?
-Vino mejor… ayer me pasé con la cerveza… - resoplo –
-Cuéntame mejor eso de cómo has acabado la noche…
-Joder… - me río – me convencieron para salir un rato mis
primos… y tuve que llevar a uno de ellos a casa… menudo pedo llevaba…
-A vuestra edad… - niega con la cabeza mientras coge un par
de copas –
-Perdona, yo soy super joven eh? – la agarro de la cintura
por detrás – cuando le dejé en casa, tenía los pies para cortármelos… no sé
como he llegado a casa… pero eran las 6 de la mañana…
-Que callejero eres… - se ríe – toma, prueba – me mete algo
en la boca que no sé lo que es hasta que no lo paladeo –
-Joder… qué bueno está ese queso no? – vuelve a darme la
espalda y vuelvo a abrazarla por detrás mientras corta más trozos – más – abro
la boca como un crío pequeño –
-Eres muy tonto… - ríe dándome otro trozo – Juliet se ha
integrado muy bien…
-Ah si? Me alegro… - sonrío –
-Fue buena idea el decidir que se viniera conmigo… he estado
tan pendiente de ella que apenas me ha dado tiempo a pensar… - confiesa –
-Yo siempre tengo buenas ideas… - digo mimoso dejando besos
por su cuello –
-Idiota… - sonríe –
-Uy, perdón perdón…
La voz de Pepi me hace despegarme instantáneamente de su
hija. Qué vergüenza.
-Mamá, dónde vas? – Malú ríe – ven aquí anda… - la agarra de
la mano y le hace entrar de nuevo a la cocina – solo estábamos hablando,
verdad?
-Verdad, verdad… - me apresuro a contestar –
-Venía a ver si querías algo de beber o de comer, pero mi
hija se me ha adelantado…
-Soy una anfitriona estupenda, verdad? – asiento un poco
avergonzado todavía – vamos al salón?
La verdad es que la casa está llena de gente, cosa que me da
un poco de vergüenza. Más aún cuando todos parecen mirarnos de vez en cuando.
Supongo que están observando cómo me comporto con Malú. Qué responsabilidad.
Creo que, aunque Malú se pusiera a meterme los dedos en los ojos, no podría
quejarme… en cuanto dijese algo, toda la familia De Lucía se me echaría encima
jajajaja.
Aunque al principio parecían algo reacios, Jose y Pepe se han
adueñado de sendas guitarras para amenizar un poco la tarde. Supongo que este
momento lo protagonizaba el tío de Malú anteriormente y, a juzgar por su gesto,
no le está viniendo nada bien esto, e imagino que la ausencia de su otro tío,
Antonio, tampoco ayuda demasiado. El resto de la familia al principio parecía
algo reticente, pero ahora se han animado hasta a cantar.
-Eh… - pego mi silla a la suya – no te animas a cantar?
-No me apetece demasiado… - sonríe de medio lado –
-Pues a mí me apetece escucharte… - le doy un beso en la
mejilla – y yo te he escuchado pocas veces cantar flamenco…
-En una de estas fiestas, cantando con mi tío Paco, empezó
todo… - sonríe amargamente – me trae muchos recuerdos…
-Los recuerdos no son malos… - vuelvo a darle otro beso – son
bonitos…
-Prima, cántate algo anda… - le pide una de sus primas –
Sonríe un tanto dubitativa y me mira pensativa hasta que le
hace un gesto a su hermano. Alejandro se sienta a su lado y murmuran algo entre
los tres.
Tras esto, comienzan a sonar unas notas en la guitarra de
Jose y las voces de Malú y Alejandro iluminan el salón. Un villancico precioso,
que ya había escuchado con anterioridad pero nada que ver con lo de ahora, se
adueña de la casa.
Observo atentamente a Malú, que sonríe casi sin querer, no
puede evitarlo, le encanta hacer estas cosas. Miro a mi izquierda y Juliet nos
está mirando. Le hago un gesto y se sienta en mi regazo. Vuelvo a mirar a Malú.
En estos momentos un babero no me vendría mal. Me encanta cuando le sale la
vena flamenca. Poco a poco, nos vamos contagiando y todos acabamos dando palmas
al son del precioso villancico. Al acabar, Alejandro y Malú se dan un breve
pero intenso abrazo. Juliet aplaude mirando a Malú todavía con esos ojos que la
miraba en la isla, con los de admiración.
-Hay que ver niña… - todos miramos a Pepe, que disimula
mientras se seca las lágrimas –
La verdad es que ha sido un momento precioso, muy familiar,
me da hasta reparo haberlo vivido. Son de esos momentos que creo que se
recuerdan en reuniones posteriores y yo he sido testigo mudo, ni siquiera me he
atrevido a susurrar la letra aunque me la sabía.
Nuestras miradas se cruzan. Está sonriente, le ha cambiado la
cara totalmente. Le hago un gesto cariñoso en el pelo y nos damos un fugaz
beso, creo que ha pasado desapercibido. O al menos, eso espero, soy algo
vergonzoso en cuanto a los besos a mi chica con su familia presente. Manías
mías.
-Sí mamá… todo muy bien… - hablo por teléfono mientras fumo
en el patio – vamos a cenar ahora… -mi madre, como siempre, tiene mil preguntas
para mí – que si, que mañana cenamos en casa si todo va bien… que si… - pongo
los ojos en blanco – yo también te quiero… hasta mañana… - cuelgo el teléfono –
madres… - susurro –
-Suelen ser pesadas verdad?
Del susto casi se me cae el cigarro. Me giro y me encuentro a
Pepe, entrando en el patio.
-Perdona, no pretendía escucharte… es que yo también venía a
fumar… está el ambiente un poco cargado… - se excusa – mi madre… - carraspea –
aún siendo ya mayores, necesitaba saber de nosotros todos los días… era una
obligación buscar un teléfono cada vez que viajábamos mi hermano y yo… - sonríe
melancólico –
-Si… la mía también es así… - sonrío –
-Los padres somos diferentes… nos preocupamos igual, pero lo
expresamos menos… - exhala una calada de humo – al menos yo… - le observo, es
como si quisiera decirme algo – sobre todo con las hijas… - sonríe – Malú no ha
sido una niña demasiado rebelde… siempre responsable… pero me ha tenido
preocupado en muchas ocasiones… - escucho atento sin intervenir – ahora me sigo
preocupando por que esté bien, pero vivo mucho más tranquilo… - pone una mano
en mi hombro – nunca he sido de meterme en la vida de mis hijos la verdad… ni
de dar charlitas suegro-yerno… - río tímidamente – pero creo que tengo que
darte las gracias…
-Pepe… - intento que pare de hablar –
-No cortes a tu suegro… - sonrío y bajo la cabeza – nunca
había traído a nadie a casa… - le miro sorprendido – no te lo había contado? –
sonríe – conozco mucho a mi hija, aunque ella crea que no… y, si te ha traído,
es porque confía en ti más que en ninguna otra persona… y eso para mí, tiene
mucho valor… - no sé qué decir – Si estos días ya están siendo duros… - suspira
– imagínate si hubiera estado sin mi hija…
-Bueno Pepe… no pienses en eso… - intento restarle
importancia –
-Mis hermanos eran muy importantes para mí… mucho… - su voz
se entrecorta – pero mi pequeña es… no se cómo explicártelo… es una luz… - da
una calada – y si se apaga, me apagaré con ella.
Joder. Esas palabras me han parecido tan bonitas y tan duras
al mismo tiempo. Pepe tiene razón, no expresa sus emociones tan bien como Pepi,
pero, cuando lo hace, sobrecoge.
-Siempre vas a ser bienvenido en esta casa… - vuelve a poner
su mano en mi espalda de manera amistosa –
-Joder Pepe… - contesto algo abrumado – no sé ni qué decir…
-Anda hombre… - me da un abrazo, dando golpecitos en la
espalda –
-Qué hacéis? – me separo de Pepe y veo a Malú sonreir en la
puerta del patio –
-Aquí, de charla con el doctor… - dice Pepe disimulando –
-Ya… - contesta Malú de manera irónica – Juliet está hablando
con Rose… - sonríe –
-Ha llamado? – pregunto sorprendido – y cómo está?
-Bueno… ahí va… - ladea su cabeza – parecía animada… - me
coge de la mano – quieres hablar con ella?
-Deja a Juliet que hable todo lo que quiera con Rose… luego
me la pasas…
Malú se nos queda mirando sonriente e interrogante a partes
iguales.
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