lunes, 29 de diciembre de 2014

CAPÍTULO 129: TAL VEZ DESPUÉS TE QUIERA MUCHO MÁS

Volver a un aeropuerto siempre es una sensación extraña. Miles de recuerdos se agolpan en mi cabeza. Está nervioso. Me consta que habla casi todas las semanas con él y, por lo visto, Richard viene a España para quedarse. Le han contratado en un buffete de abogados muy prestigioso. No habla ni papa de español, o, al menos, eso recuerdo, pero, por lo visto, no va a trabajar como abogado propiamente dicho, sino como asesor. Me imagino que será para definir estrategias de defensa de los clientes, pero él no será la cara visible. Y menos mal, porque me lo imagino hablando en español con ese pedazo de acento londinense y me descojono.

Juliet observa inquieta la puerta de salida. Supongo que, para ella, ver a alguien conocido también le hará ilusión. A la que le va a hacer ilusión es a Vero. He organizado una cena para esta noche. No veo a Vero desde el año pasado, eso no puede ser. Y esta es la excusa perfecta.

-Richard! – grita Quique y sale corriendo hacia él –

Como un anuncio navideño, esa es la impresión que tengo al verles. Se abrazan fuerte, dándose palmaditas en la espalda. No recordaba a Richard así, se me hace raro verle vestido normal. Se saludan efusivamente una vez más y caminan hacia nosotras. Juliet se suelta de mi mano y sale corriendo hacia él.

-Hola Malú

Me sorprendo al escucharle decir bien mi nombre. Siempre se le olvidaba que había que hacer sonar fuerte la u. Y ha dicho hola en vez de hello. Sonrío y nos abrazamos cariñosamente.

-Qué tal el viaje? – digo en inglés –

-Yo no hablar bien español pero entiendo…

-Jajajajaja! Pero tío!! – Quique le da una sonora palmetada en la espalda – la madre que te parió, sabes hablar español!

-La maddrrre what? – pregunta contrariado al no entender la expresión –

-Jajajajajaja – nos reímos – vamos a casa – dice Quique despacio para que Richard le entienda –

Juliet nos mira divertida. La verdad es que la pronunciación de Richard es para mearse de la risa, está muy gracioso pensando cada palabra que dice. A Vero le va a encantar, estoy segura.



-Le has contado a Richard lo de la boda Quique? – digo riéndome mientras abro un par de cervezas –

-Boda? – nos mira interrogante – no entender boda…

-Vamos a casarnos… - dice Quique en perfecto inglés –

-What?? – exclama sorprendido –

Se pone a balbucear en inglés, no entiendo ni papa de lo que está diciendo pero creo que está contento. Pobrecito, no sabe expresarse en español. Por qué todo el mundo se alegra de que nos casemos? Me hace mucha gracia la cara de la gente cuando le das una noticia así. El timbre suena y salgo a toda prisa, necesito ver cada detalle de este reencuentro, necesito miles de cámaras enfocando a Vero, absolutamente todos los planos.

-Ahhhh!! – grita Vero al abrir la puerta – la novia!!!! – me agarra con las dos manos y comienza a darme besos por la cara – qué ganas tenía de verte!!

-Jajajajaja! Anda pasa… - me deshago como puedo de ella – cómo está mi princesa?? – me agacho para abrazar a Lucía que se agarra a mi cuello – ay mi niña, qué mayor estás!!

-Hola…

Tengo que reprimir la carcajada al ver la mirada de Vero hacia Richard, que aparece por el pasillo seguido de Quique, que me hace señas con las cejas, arqueándolas.

-Emm… - Richard se queda pensativo – soy Richard… - dice lentamente – tú eres… Vero

Es hasta conmovedor ver como Richard se empeña en hablar en español, con lo que le cuesta pensar la traducción… Vero le mira con un gesto que descifro enseguida. Se acaba de enamorar, como dice ella siempre que exagera.

-Si, soy Vero… - sonríe – me alegro de verte… - se dan dos besos –

-Yo también me alegra de verte…

-Jajajajajaja! – estallo en una carcajada al ver como no conjuga bien el verbo – anda, pasad para dentro por favor…

-Por qué no me has dicho que se había puesto más bueno? – me susurra Vero mientras entramos al salón –

-Quería ver tu cara… - le guiño un ojo – bueno, Richard, ella es Lucía… ya que su madre no os presenta…

-Tu hija? – pregunta mirando a Vero – ou… - sonríe – hola…

La niña se esconde detrás de mis piernas, para variar.

-Lucía! – exclama Vero – saluda a Richard anda…

-Hola… - dice tímidamente sin salir de detrás de mí –

-Es tímida… - dice en inglés – me oye hablar raro y le da miedo, verdad preciosa? – sigue hablando en inglés – me das un beso? – dice en español –

-Mira, ha aprendido la frase que le abrirá muchas puertas… - Quique se lleva un codazo por mi parte –

La niña sale de detrás de mí y se acerca lentamente a Richard. Observo a Vero. Creo que necesita un babero.

-Oh wait… - Richard rebusca en uno de sus bolsillos – te gusta? – le enseña un chupa chup y la niña abre los ojos y mira inmediatamente a su madre –

-Qué se dice Lucía?

-Gracias… - susurra la niña cogiendo la golosina –

-Me das un beso? – vuelve a preguntar Richard poniendo la mejilla y la niña se acerca tímida dándoselo – eso es bien…

-Jajajajaja… me matan los verbos… - digo riendo – cenamos?



La cena transcurre entre miraditas entre Quique y yo. Nos lo estamos pasando en grande observando los gestos de Vero durante la cena. Tras tomar el postre, Richard se afana en intentar que Lucía se suelte un poco más con él. Lo consigue tras varios intentos. Mi Danka les ayuda un poco y juegan con ella mientras Vero va necesitando una fregona portátil.

-Me resbalo si paso por tu lado… - susurro –

-Dios nena… - habla en voz baja – pero mírale!...

-Está soltero… te informo… - bebo de mi copa bajo su atenta mirada –

-Ya… pero mírame a mí… - arqueo una ceja – con una hija que parece autista cuando no conoce a alguien y con estas pintas…

-Qué pintas? – digo sorprendida – mira, lo que necesitas no hace falta que te lo diga…

-Un buen polvo… - dice sin pensar – lo sé de sobra…



Richard y Vero han encajado a la perfección, a pesar de las dificultades idiomáticas, los dos se esfuerzan en entenderse. Tampoco es que les cueste demasiado. Se gustan, o eso parece. Hasta Lucía parece conocer a Richard desde hace tiempo.

Hoy Vero se ha ofrecido a quedarse esta noche con Juliet. Ando ilusionada con la idea. Por fin podré dar riendo suelta a la pasión sin pensar en que alguien nos escucha. Pero, conforme va llegando la noche, voy encontrándome mal. La tos ha aparecido de repente, ayer me dolía la garganta pero apenas le di importancia. Para colmo, me ha venido la regla y tengo un dolor de estómago bastante molesto. Menudo panorama.

-No estás mejor? – se acerca a mí mientras camino algo mareada –

-Acabo de vomitar la leche materna… - me aprieto fuerte la barriga – joder… con la regla, con gastroenteritis y con un trancazo monumental… me puede pasar algo más?

-Si es que con lo fresca que vas siempre… - le miro desganada – es verdad… descalza a todas partes…

-No me eches la bronca por favor… - le ruego tumbándome en la cama – Dios… voy a morir… - me retuerzo –

-Túmbate, venga… - le veo rebuscar en el armario – mi maletín tiene que estar por alguna parte…

-En la habitación de Juliet… - susurro –

-Y qué hace allí? – dice indignado – espérame aquí…

-No pensaba moverme… - susurro –

Joder… para una noche que tenemos para nosotros solos y voy y me pongo así de enferma… qué suerte la mía… y encima con la regla, para mas inri. Puta menstruación, y luego salen en los anuncios diciendo “me gusta ser mujer”. Los cojones!. Agg… yo es que me cago en mi vida.

-Bien, el doctor ya está aquí… no se preocupe señorita Sanchez… pronto estará mejor…

Le observo abrir su maletín y sonrío. Pensándolo bien, voy a servirle de paciente, con lo que le gusta a él su trabajo. Y una paciente con muchas cosas, nada más y nada menos.

-Veamos… - coge el termómetro y me levanta el brazo cuidadosamente – me juego un brazo a que tienes fiebre… - resoplo – como no me haces caso, no te has tomado la medicación que te he dicho…

-No me regañes coño… que mira como estoy… - me quejo – tengo mucho frío…

-Es verdad… mi niña está malita verdad? – me acaricia la cara y asiento – si es que se te ha juntado todo…

-Mierda… - abro los ojos de par en par, una arcada me sorprende y me aboco al borde de la cama –

-Ei ei ei… - me agarra el pelo a tiempo, estoy vomitando de nuevo – vale… tranquila… vomita todo lo que tengas que vomitar…

-Joder… - respiro agitadamente – me duele mucho…

-Vale… - rebusca en su maletín – voy a pincharte algo, no creo que puedas tomarte ninguna pastilla…

-Esto está pitando… - vuelvo a incorporarme notando como la habitación me da vueltas – dios… qué viaje…

-Joder Lula… - observa el termómetro – qué caliente estás…

-Ya… - me río por la frase – estoy como para que me empotres ahora mismo…

-Jajajaja… - reprime la carcajada – bueno… tienes fiebre… - coge una jeringuilla – a ver ese culete que tanto me gusta…

-Por favor… no me hables como a una retrasada anda… - le imploro – agg… qué he vomitado? Mierda? Huele a muerto joder…

-Veeenga… - le oigo reírse – estás muy graciosa cuando te pones malita…

-Si tuviera fuerzas, te daba una paliza… - noto como me clava la aguja – auuu…

-Bueeeno… - me aparta el pelo de la cara – con esto estarás mejor en un ratito… - se levanta del suelo – voy a limpiar esto antes de que mueras asfixiada…

-Eres mi esclavo… - resoplo – qué asco! Mírame! Puedo sudar más? Parezco un pollo asándose… dando vueltas y vueltas sin parar…

-Anda… estate quietecita eh? Vengo enseguida… - deja un beso en mi frente –

Al momento, le veo aparecer con la fregona y el cubo preparado. Me da por reirme. Creo que la fiebre me está haciendo hacer cosas extrañas… porque no me apetece reirme para nada, pero no puedo evitarlo.

-No te rías anda, que los tropezones que has echado no son nada apetecibles…

-Por favor… no vuelvas a pronunciar esa palabra… - reprimo una arcada –

-Cual? Tropezones? – dice riéndose –

-Agggg!! – exclamo asqueada – para por favor…

-Perdona cariño… - se queda plantado mirando mi obra de arte – será mejor que coja algo de papel antes de pasar la fregona…

-No me narres cómo lo haces, te lo suplico… - me giro y le doy la espalda – puta regla!!!! – grito desesperada –

Le escucho ir del baño a la habitación varias veces. Ni se queja, ni me dice nada. Pobrecito… cómo me cuida… hasta recoge mis tropezones del suelo… dios… tropezones… aggg… otra vez no… no por favor…

-Buagggg… - vomito al otro lado de la cama –

-Lula!!! – exclama – Quieres decorar la habitación o algo? – resoplo casi boca abajo – cariño… estás bien?

-Me muero Quique… - susurro –

-Vuelve a tumbarte anda… - observa mi nueva obra de arte, esta vez, al otro lado de la cama – has marcado territorio… como Urko cuando mea…

-Cállate por favor… - me pongo una mano en la frente, extasiada – no puedo más… me da vueltas todo…

-Vale, espera que recoja esto de acuerdo? – cierro los ojos y le observo de nuevo repetir el mismo proceso –

Tras un par de minutos, la habitación vuelve a oler a fregasuelos perfumado. Lo agradezco, me estaba mareando todavía más con ese olor a vómito.

-Bueno princesa… - se tumba a mi lado – estás mejor? – me aparta el pelo de la cara – estás empapada…

-Me duele todo… - me quejo –

-Vamos a hacer una cosa… como lo que te he puesto te estará haciendo efecto ya… voy a pincharte otra cosa para que se te corten las náuseas y nos vamos a ir al baño… te preparo un bañito con agua templadita, quieres? – asiento como una niña pequeña –

Agradezco haber tenido fuerzas para ponerme un tampón antes de comenzar a vomitar. Por lo menos la bañera no parecerá sacada de la matanza de Texas. Por lo menos ya no siento esas náuseas que no podía frenar. Sigue doliéndome todo, eso es cierto, pero por lo menos ya no tengo esa sensación de muerte.

-Venga Luli… - aparece en la habitación y me agarra en brazos –

-Luli? – me río casi sin fuerzas – se puede ser más cursi?

-Si… sabes que si que puedo… no me obligues… - sonrío y me abrazo a su cuello al entrar al baño –

Me deja sentada en la taza del váter y comienza a quitarme la ropa. Lo ha hecho tantas veces que no sé que es lo que me sorprende. Creo que me sorprende que lo hace sin ninguna pretensión, solo lo hace por cuidarme.

-Venga… métete en la bañera… - me levanto totalmente desnuda –

-Joder… para una noche que no tenía que reprimir los gemidos porque Juliet no está… y voy y acabo así… deprimente… - Quique se ríe al escucharme – no te rías…

-No te gusta que te cuide? – se arrodilla al borde la bañera –

-Mucho… - acaricio su cara ya tumbada dentro del agua – Pff… qué me has pinchado? No me duele casi la tripa ya…

-Te he drogado… - sonríe ampliamente – eres como una cobaya para mí…

-Eh! – le doy un golpecito en el brazo –

-Ha vuelto!!! – exclama al notar como le pego – pensaba que me quedaba viudo antes de casarme… que bajón me estaba dando…

-Eres muy imbécil… - sonrío – anda, ven aquí conmigo…

-No sé si eso es buena idea… - tuerce el gesto – podría aprovecharme sexualmente de una mujer enferma… no estaría bien…

-Llevo un tampón y no quiero que me lo saques por la boca… - pone los ojos en blanco –

-Qué bruta eres…

-Es solo que quiero mimitos… - le hago un puchero y suspira levantándose mientras se quita la ropa –

-Haces conmigo lo que quieres eh?

Me tumbo sobre su pecho y me abraza de manera cariñosa por la espalda. Ahora si que estoy agusto…

-Enamoradita me tienes… que lo sepas… - digo riendo –

-Amor es quitar del suelo con papel los tropezones que acaba de vomitar tu novia… - le doy un golpe en el muslo – qué manía con pegarme…

-Dios… este vaho me ha abierto la nariz… se me cae el moco…

-Qué romántico todo… - alarga su brazo hasta llegar al rollo de papel – schh… quieta… - me impide coger el trozo de papel – si te cuido, te cuido del todo…

Pasa el papel por mi nariz cuidadosamente. Me muero de amor y de asco a la vez.

-Ay mi mocosa… - deja un beso en mi pelo húmedo – qué catarro ha cogido…

-Y con la regla… que no se te olvide… - le recuerdo – pfff… de verdad te quieres casar conmigo?

-Anda, incorpórate un poquito que te voy a dar un masajito de los ricos… pásame el gel…

-Júrame que esto lo vas a hacer otro día que podamos acabar follando como locos…

-Ala!! – se ríe – todo el romanticismo a la mierda Malú…

-Ohggg… - gimo al notar sus manos masajeando mis hombros – mmm…

-Para de hacer eso… - susurra a mi espalda – que voy a terminar violándote…

-Salido… - sonrío tímidamente – Joder… qué manos tienes…

Deja besos por mis hombros mientras noto como sus manos me recorren. Joder, qué cachonda me estoy poniendo. Con su mano derecha, va bajando hasta llegar al punto donde creo que tengo más fiebre en este momento. Mueve la mano despacio, arrancándome algún suspiro.

-No se te ocurre parar de hacer eso… - le suplico – Dios…

-Pensaba que estabas cansada… - susurra pegado a mi oído –

-No puedo evitarlo… - dirijo mi mano hacia atrás hasta notar su miembro –

-Malú… - suspira – que se me va la cabeza…

-Eso quiero… - echo la cabeza hacia atrás para mirarle –

De lo más erótico que me ha pasado en mi vida. Solo con su mano, es capaz de hacerme llegar al mayor de los orgasmos. Qué barbaridad. Estoy extasiada, mañana va a dolerme todo el cuerpo, más incluso que hoy. No ha sido nada brusco, solo ha tocado donde debía tocar. Y yo he hecho lo propio. Vuelvo a tumbarme con mi espalda contactando sobre su pecho. Le noto respirar, ahora más tranquilo, mientras me acaricia el cuerpo de manera suave.

-Estás loca… - susurra riéndose –

-Un poquito… - sonrío cogiendo una de sus manos – qué arrugadito estás…

-Ven… - agarra el bote de gel de nuevo – vas a dejar que te bañe? – asiento con cara de niña pequeña –

Sus manos recorren mi cuerpo, repartiendo el gel por él. Mi pelo mojado recibe el champú desde sus manos. Ese masaje me provoca todavía más placer. Se puede ser más bueno? Nadie nunca había hecho esto conmigo. Estar enferma cuando vives sola es una mierda… pero cuando tienes a tu lado al mejor hombre del mundo, la cosa cambia.

Tras nuestro baño, me envuelve en una toalla y va poniéndome cada ropa del pijama, conmigo tumbada en la cama. Me dejo hacer, me está encantando verle tan tierno. Sonrío embelesada. Se tumba a mi lado, abrazándome.

-Estás mejor? – asiento sin decir nada – despiértame si vuelve a dolerte de acuerdo? – vuelvo a asentir – te quiero mocosa… - me da un beso en la mejilla –

-No soy una mocosa… - aspiro hacia arriba haciendo ruido con la nariz –

-Si que lo eres… - sonríe – pero te quiero igual… - me da un tierno beso en los labios –

-Te voy a contagiar…

-Da igual… - vuelve a repetir el beso – pero me tienes que curar si me pongo malo eh?

-Claro que si… - sonrío de nuevo – joder… qué asco tenemos que dar cuando nos ponemos así de tiernos…

-Mucho… mucho asco… - vuelve a besarme – descansa, y despiértame si te encuentras mal eh?

-Que si… - pongo los ojos en blanco – te quiero doctor…


Sin mirar, noto como ha sonreído. Al final, la noche no ha sido tan horrorosa como suponía… empiezo a pensar que cualquier noche con él nunca será horrorosa… siempre conseguirá que acabe bien, como esta. 

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