Volver a un aeropuerto siempre es una sensación extraña.
Miles de recuerdos se agolpan en mi cabeza. Está nervioso. Me consta que habla
casi todas las semanas con él y, por lo visto, Richard viene a España para
quedarse. Le han contratado en un buffete de abogados muy prestigioso. No habla
ni papa de español, o, al menos, eso recuerdo, pero, por lo visto, no va a
trabajar como abogado propiamente dicho, sino como asesor. Me imagino que será
para definir estrategias de defensa de los clientes, pero él no será la cara
visible. Y menos mal, porque me lo imagino hablando en español con ese pedazo
de acento londinense y me descojono.
Juliet observa inquieta la puerta de salida. Supongo que,
para ella, ver a alguien conocido también le hará ilusión. A la que le va a
hacer ilusión es a Vero. He organizado una cena para esta noche. No veo a Vero
desde el año pasado, eso no puede ser. Y esta es la excusa perfecta.
-Richard! – grita Quique y sale corriendo hacia él –
Como un anuncio navideño, esa es la impresión que tengo al
verles. Se abrazan fuerte, dándose palmaditas en la espalda. No recordaba a
Richard así, se me hace raro verle vestido normal. Se saludan efusivamente una
vez más y caminan hacia nosotras. Juliet se suelta de mi mano y sale corriendo
hacia él.
-Hola Malú
Me sorprendo al escucharle decir bien mi nombre. Siempre se
le olvidaba que había que hacer sonar fuerte la u. Y ha dicho hola en vez de
hello. Sonrío y nos abrazamos cariñosamente.
-Qué tal el viaje? – digo en inglés –
-Yo no hablar bien español pero entiendo…
-Jajajajaja! Pero tío!! – Quique le da una sonora palmetada
en la espalda – la madre que te parió, sabes hablar español!
-La maddrrre what? – pregunta contrariado al no entender la
expresión –
-Jajajajajaja – nos reímos – vamos a casa – dice Quique
despacio para que Richard le entienda –
Juliet nos mira divertida. La verdad es que la pronunciación
de Richard es para mearse de la risa, está muy gracioso pensando cada palabra
que dice. A Vero le va a encantar, estoy segura.
-Le has contado a Richard lo de la boda Quique? – digo
riéndome mientras abro un par de cervezas –
-Boda? – nos mira interrogante – no entender boda…
-Vamos a casarnos… - dice Quique en perfecto inglés –
-What?? – exclama sorprendido –
Se pone a balbucear en inglés, no entiendo ni papa de lo que
está diciendo pero creo que está contento. Pobrecito, no sabe expresarse en
español. Por qué todo el mundo se alegra de que nos casemos? Me hace mucha
gracia la cara de la gente cuando le das una noticia así. El timbre suena y
salgo a toda prisa, necesito ver cada detalle de este reencuentro, necesito
miles de cámaras enfocando a Vero, absolutamente todos los planos.
-Ahhhh!! – grita Vero al abrir la puerta – la novia!!!! – me
agarra con las dos manos y comienza a darme besos por la cara – qué ganas tenía
de verte!!
-Jajajajaja! Anda pasa… - me deshago como puedo de ella –
cómo está mi princesa?? – me agacho para abrazar a Lucía que se agarra a mi
cuello – ay mi niña, qué mayor estás!!
-Hola…
Tengo que reprimir la carcajada al ver la mirada de Vero
hacia Richard, que aparece por el pasillo seguido de Quique, que me hace señas
con las cejas, arqueándolas.
-Emm… - Richard se queda pensativo – soy Richard… - dice
lentamente – tú eres… Vero
Es hasta conmovedor ver como Richard se empeña en hablar en
español, con lo que le cuesta pensar la traducción… Vero le mira con un gesto
que descifro enseguida. Se acaba de enamorar, como dice ella siempre que exagera.
-Si, soy Vero… - sonríe – me alegro de verte… - se dan dos
besos –
-Yo también me alegra de verte…
-Jajajajajaja! – estallo en una carcajada al ver como no
conjuga bien el verbo – anda, pasad para dentro por favor…
-Por qué no me has dicho que se había puesto más bueno? – me
susurra Vero mientras entramos al salón –
-Quería ver tu cara… - le guiño un ojo – bueno, Richard, ella
es Lucía… ya que su madre no os presenta…
-Tu hija? – pregunta mirando a Vero – ou… - sonríe – hola…
La niña se esconde detrás de mis piernas, para variar.
-Lucía! – exclama Vero – saluda a Richard anda…
-Hola… - dice tímidamente sin salir de detrás de mí –
-Es tímida… - dice en inglés – me oye hablar raro y le da
miedo, verdad preciosa? – sigue hablando en inglés – me das un beso? – dice en
español –
-Mira, ha aprendido la frase que le abrirá muchas puertas… -
Quique se lleva un codazo por mi parte –
La niña sale de detrás de mí y se acerca lentamente a
Richard. Observo a Vero. Creo que necesita un babero.
-Oh wait… - Richard rebusca en uno de sus bolsillos – te
gusta? – le enseña un chupa chup y la niña abre los ojos y mira inmediatamente
a su madre –
-Qué se dice Lucía?
-Gracias… - susurra la niña cogiendo la golosina –
-Me das un beso? – vuelve a preguntar Richard poniendo la
mejilla y la niña se acerca tímida dándoselo – eso es bien…
-Jajajajaja… me matan los verbos… - digo riendo – cenamos?
La cena transcurre entre miraditas entre Quique y yo. Nos lo
estamos pasando en grande observando los gestos de Vero durante la cena. Tras
tomar el postre, Richard se afana en intentar que Lucía se suelte un poco más
con él. Lo consigue tras varios intentos. Mi Danka les ayuda un poco y juegan
con ella mientras Vero va necesitando una fregona portátil.
-Me resbalo si paso por tu lado… - susurro –
-Dios nena… - habla en voz baja – pero mírale!...
-Está soltero… te informo… - bebo de mi copa bajo su atenta
mirada –
-Ya… pero mírame a mí… - arqueo una ceja – con una hija que
parece autista cuando no conoce a alguien y con estas pintas…
-Qué pintas? – digo sorprendida – mira, lo que necesitas no
hace falta que te lo diga…
-Un buen polvo… - dice sin pensar – lo sé de sobra…
Richard y Vero han encajado a la perfección, a pesar de las
dificultades idiomáticas, los dos se esfuerzan en entenderse. Tampoco es que
les cueste demasiado. Se gustan, o eso parece. Hasta Lucía parece conocer a
Richard desde hace tiempo.
Hoy Vero se ha ofrecido a quedarse esta noche con Juliet.
Ando ilusionada con la idea. Por fin podré dar riendo suelta a la pasión sin
pensar en que alguien nos escucha. Pero, conforme va llegando la noche, voy
encontrándome mal. La tos ha aparecido de repente, ayer me dolía la garganta
pero apenas le di importancia. Para colmo, me ha venido la regla y tengo un
dolor de estómago bastante molesto. Menudo panorama.
-No estás mejor? – se acerca a mí mientras camino algo
mareada –
-Acabo de vomitar la leche materna… - me aprieto fuerte la
barriga – joder… con la regla, con gastroenteritis y con un trancazo monumental…
me puede pasar algo más?
-Si es que con lo fresca que vas siempre… - le miro desganada
– es verdad… descalza a todas partes…
-No me eches la bronca por favor… - le ruego tumbándome en la
cama – Dios… voy a morir… - me retuerzo –
-Túmbate, venga… - le veo rebuscar en el armario – mi maletín
tiene que estar por alguna parte…
-En la habitación de Juliet… - susurro –
-Y qué hace allí? – dice indignado – espérame aquí…
-No pensaba moverme… - susurro –
Joder… para una noche que tenemos para nosotros solos y voy y
me pongo así de enferma… qué suerte la mía… y encima con la regla, para mas
inri. Puta menstruación, y luego salen en los anuncios diciendo “me gusta ser mujer”.
Los cojones!. Agg… yo es que me cago en mi vida.
-Bien, el doctor ya está aquí… no se preocupe señorita
Sanchez… pronto estará mejor…
Le observo abrir su maletín y sonrío. Pensándolo bien, voy a
servirle de paciente, con lo que le gusta a él su trabajo. Y una paciente con
muchas cosas, nada más y nada menos.
-Veamos… - coge el termómetro y me levanta el brazo
cuidadosamente – me juego un brazo a que tienes fiebre… - resoplo – como no me
haces caso, no te has tomado la medicación que te he dicho…
-No me regañes coño… que mira como estoy… - me quejo – tengo mucho
frío…
-Es verdad… mi niña está malita verdad? – me acaricia la cara
y asiento – si es que se te ha juntado todo…
-Mierda… - abro los ojos de par en par, una arcada me
sorprende y me aboco al borde de la cama –
-Ei ei ei… - me agarra el pelo a tiempo, estoy vomitando de
nuevo – vale… tranquila… vomita todo lo que tengas que vomitar…
-Joder… - respiro agitadamente – me duele mucho…
-Vale… - rebusca en su maletín – voy a pincharte algo, no
creo que puedas tomarte ninguna pastilla…
-Esto está pitando… - vuelvo a incorporarme notando como la
habitación me da vueltas – dios… qué viaje…
-Joder Lula… - observa el termómetro – qué caliente estás…
-Ya… - me río por la frase – estoy como para que me empotres
ahora mismo…
-Jajajaja… - reprime la carcajada – bueno… tienes fiebre… -
coge una jeringuilla – a ver ese culete que tanto me gusta…
-Por favor… no me hables como a una retrasada anda… - le
imploro – agg… qué he vomitado? Mierda? Huele a muerto joder…
-Veeenga… - le oigo reírse – estás muy graciosa cuando te
pones malita…
-Si tuviera fuerzas, te daba una paliza… - noto como me clava
la aguja – auuu…
-Bueeeno… - me aparta el pelo de la cara – con esto estarás
mejor en un ratito… - se levanta del suelo – voy a limpiar esto antes de que
mueras asfixiada…
-Eres mi esclavo… - resoplo – qué asco! Mírame! Puedo sudar
más? Parezco un pollo asándose… dando vueltas y vueltas sin parar…
-Anda… estate quietecita eh? Vengo enseguida… - deja un beso
en mi frente –
Al momento, le veo aparecer con la fregona y el cubo
preparado. Me da por reirme. Creo que la fiebre me está haciendo hacer cosas
extrañas… porque no me apetece reirme para nada, pero no puedo evitarlo.
-No te rías anda, que los tropezones que has echado no son
nada apetecibles…
-Por favor… no vuelvas a pronunciar esa palabra… - reprimo
una arcada –
-Cual? Tropezones? – dice riéndose –
-Agggg!! – exclamo asqueada – para por favor…
-Perdona cariño… - se queda plantado mirando mi obra de arte –
será mejor que coja algo de papel antes de pasar la fregona…
-No me narres cómo lo haces, te lo suplico… - me giro y le
doy la espalda – puta regla!!!! – grito desesperada –
Le escucho ir del baño a la habitación varias veces. Ni se
queja, ni me dice nada. Pobrecito… cómo me cuida… hasta recoge mis tropezones
del suelo… dios… tropezones… aggg… otra vez no… no por favor…
-Buagggg… - vomito al otro lado de la cama –
-Lula!!! – exclama – Quieres decorar la habitación o algo? –
resoplo casi boca abajo – cariño… estás bien?
-Me muero Quique… - susurro –
-Vuelve a tumbarte anda… - observa mi nueva obra de arte,
esta vez, al otro lado de la cama – has marcado territorio… como Urko cuando
mea…
-Cállate por favor… - me pongo una mano en la frente,
extasiada – no puedo más… me da vueltas todo…
-Vale, espera que recoja esto de acuerdo? – cierro los ojos y
le observo de nuevo repetir el mismo proceso –
Tras un par de minutos, la habitación vuelve a oler a
fregasuelos perfumado. Lo agradezco, me estaba mareando todavía más con ese
olor a vómito.
-Bueno princesa… - se tumba a mi lado – estás mejor? – me aparta
el pelo de la cara – estás empapada…
-Me duele todo… - me quejo –
-Vamos a hacer una cosa… como lo que te he puesto te estará
haciendo efecto ya… voy a pincharte otra cosa para que se te corten las náuseas
y nos vamos a ir al baño… te preparo un bañito con agua templadita, quieres? –
asiento como una niña pequeña –
Agradezco haber tenido fuerzas para ponerme un tampón antes
de comenzar a vomitar. Por lo menos la bañera no parecerá sacada de la matanza
de Texas. Por lo menos ya no siento esas náuseas que no podía frenar. Sigue doliéndome
todo, eso es cierto, pero por lo menos ya no tengo esa sensación de muerte.
-Venga Luli… - aparece en la habitación y me agarra en brazos
–
-Luli? – me río casi sin fuerzas – se puede ser más cursi?
-Si… sabes que si que puedo… no me obligues… - sonrío y me
abrazo a su cuello al entrar al baño –
Me deja sentada en la taza del váter y comienza a quitarme la
ropa. Lo ha hecho tantas veces que no sé que es lo que me sorprende. Creo que me
sorprende que lo hace sin ninguna pretensión, solo lo hace por cuidarme.
-Venga… métete en la bañera… - me levanto totalmente desnuda –
-Joder… para una noche que no tenía que reprimir los gemidos
porque Juliet no está… y voy y acabo así… deprimente… - Quique se ríe al
escucharme – no te rías…
-No te gusta que te cuide? – se arrodilla al borde la bañera –
-Mucho… - acaricio su cara ya tumbada dentro del agua – Pff…
qué me has pinchado? No me duele casi la tripa ya…
-Te he drogado… - sonríe ampliamente – eres como una cobaya
para mí…
-Eh! – le doy un golpecito en el brazo –
-Ha vuelto!!! – exclama al notar como le pego – pensaba que
me quedaba viudo antes de casarme… que bajón me estaba dando…
-Eres muy imbécil… - sonrío – anda, ven aquí conmigo…
-No sé si eso es buena idea… - tuerce el gesto – podría aprovecharme
sexualmente de una mujer enferma… no estaría bien…
-Llevo un tampón y no quiero que me lo saques por la boca… -
pone los ojos en blanco –
-Qué bruta eres…
-Es solo que quiero mimitos… - le hago un puchero y suspira
levantándose mientras se quita la ropa –
-Haces conmigo lo que quieres eh?
Me tumbo sobre su pecho y me abraza de manera cariñosa por la
espalda. Ahora si que estoy agusto…
-Enamoradita me tienes… que lo sepas… - digo riendo –
-Amor es quitar del suelo con papel los tropezones que acaba
de vomitar tu novia… - le doy un golpe en el muslo – qué manía con pegarme…
-Dios… este vaho me ha abierto la nariz… se me cae el moco…
-Qué romántico todo… - alarga su brazo hasta llegar al rollo
de papel – schh… quieta… - me impide coger el trozo de papel – si te cuido, te
cuido del todo…
Pasa el papel por mi nariz cuidadosamente. Me muero de amor y
de asco a la vez.
-Ay mi mocosa… - deja un beso en mi pelo húmedo – qué catarro
ha cogido…
-Y con la regla… que no se te olvide… - le recuerdo – pfff…
de verdad te quieres casar conmigo?
-Anda, incorpórate un poquito que te voy a dar un masajito de
los ricos… pásame el gel…
-Júrame que esto lo vas a hacer otro día que podamos acabar
follando como locos…
-Ala!! – se ríe – todo el romanticismo a la mierda Malú…
-Ohggg… - gimo al notar sus manos masajeando mis hombros –
mmm…
-Para de hacer eso… - susurra a mi espalda – que voy a
terminar violándote…
-Salido… - sonrío tímidamente – Joder… qué manos tienes…
Deja besos por mis hombros mientras noto como sus manos me
recorren. Joder, qué cachonda me estoy poniendo. Con su mano derecha, va
bajando hasta llegar al punto donde creo que tengo más fiebre en este momento.
Mueve la mano despacio, arrancándome algún suspiro.
-No se te ocurre parar de hacer eso… - le suplico – Dios…
-Pensaba que estabas cansada… - susurra pegado a mi oído –
-No puedo evitarlo… - dirijo mi mano hacia atrás hasta notar
su miembro –
-Malú… - suspira – que se me va la cabeza…
-Eso quiero… - echo la cabeza hacia atrás para mirarle –
De lo más erótico que me ha pasado en mi vida. Solo con su
mano, es capaz de hacerme llegar al mayor de los orgasmos. Qué barbaridad.
Estoy extasiada, mañana va a dolerme todo el cuerpo, más incluso que hoy. No ha
sido nada brusco, solo ha tocado donde debía tocar. Y yo he hecho lo propio. Vuelvo a tumbarme con mi espalda contactando sobre su pecho. Le noto respirar,
ahora más tranquilo, mientras me acaricia el cuerpo de manera suave.
-Estás loca… - susurra riéndose –
-Un poquito… - sonrío cogiendo una de sus manos – qué arrugadito
estás…
-Ven… - agarra el bote de gel de nuevo – vas a dejar que te
bañe? – asiento con cara de niña pequeña –
Sus manos recorren mi cuerpo, repartiendo el gel por él. Mi
pelo mojado recibe el champú desde sus manos. Ese masaje me provoca todavía más
placer. Se puede ser más bueno? Nadie nunca había hecho esto conmigo. Estar
enferma cuando vives sola es una mierda… pero cuando tienes a tu lado al mejor
hombre del mundo, la cosa cambia.
Tras nuestro baño, me envuelve en una toalla y va poniéndome cada
ropa del pijama, conmigo tumbada en la cama. Me dejo hacer, me está encantando
verle tan tierno. Sonrío embelesada. Se tumba a mi lado, abrazándome.
-Estás mejor? – asiento sin decir nada – despiértame si
vuelve a dolerte de acuerdo? – vuelvo a asentir – te quiero mocosa… - me da un
beso en la mejilla –
-No soy una mocosa… - aspiro hacia arriba haciendo ruido con
la nariz –
-Si que lo eres… - sonríe – pero te quiero igual… - me da un
tierno beso en los labios –
-Te voy a contagiar…
-Da igual… - vuelve a repetir el beso – pero me tienes que
curar si me pongo malo eh?
-Claro que si… - sonrío de nuevo – joder… qué asco tenemos
que dar cuando nos ponemos así de tiernos…
-Mucho… mucho asco… - vuelve a besarme – descansa, y
despiértame si te encuentras mal eh?
-Que si… - pongo los ojos en blanco – te quiero doctor…
Sin mirar, noto como ha sonreído. Al final, la noche no ha
sido tan horrorosa como suponía… empiezo a pensar que cualquier noche con él
nunca será horrorosa… siempre conseguirá que acabe bien, como esta.
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