viernes, 5 de diciembre de 2014

CAPÍTULO 114: TU YA ESTABAS EN MI ALMA

Camino por el aeropuerto sola. Qué desastre. Dios, es que tengo mala suerte hasta para que mi mánager no llegue a tiempo al aeropuerto. A 500 km, maldita Rosa, qué cojones hace allí? No me lo explico, yo es que la mato, ahora ni se saben las horas de vuelo que tengo por delante, y las voy a pasar sola, sin poder hablar con nadie, porque no pienso pronunciar una palabra más en inglés, juro por Dios que no voy a pronunciar…

-Ay!

Joder, qué golpe. Mierda. Miro al suelo y me agacho, todas mis pertenencias esparcidas. Creo que he arrollado a alguien en mi camino. Mi madre tiene razón, siempre voy en la parra.

-I’m sorry…

Acabo de jurar no volver a decir nada en inglés, pero qué hago? Veo unas manos de hombre recoger mis pertenencias. Menudo golpe le he tenido que dar. Lo mínimo es disculparme. Alzo la mirada y veo como se sorprende y aparece una leve sonrisa en su rostro.

-Tranquila, no te preocupes, te has hecho daño?

-Eh… - me quedo mirándole y sigue sonriendo. Mierda, me ha reconocido. Qué cojones hace un español en Australia? – no, perdona, es que iba mirando los paneles y no te he visto.

-No pasa nada… creo que esto es tuyo, yo no uso estas cosas.

Al darme el brillo de labios, rozo su mano y una extraña corriente recorre mi cuerpo. Joder, qué españoles tan guapos hay en Australia, debería venirme a vivir aquí… si no fuera porque todo dios habla en inglés y estoy hasta los cojones.

-Ah… pues si, es mío – no puedo evitar reirme – no irás a España verdad?

-Si – sonríe. Qué dientes más bonitos. Qué estúpida eres Malú, quita esa cara de panoli – En el vuelo V734, el que sale dentro de dos horas según pone en el billete.

-Vaya… qué suerte… y me podrías decir por donde cojones se embarca? – no sé por qué estoy sonriendo, ni puta gracia me hace estar en este aeropuerto de mierda –

Se ríe. Normal, yo también me reiría de alguien que se queda sonriendo como me he quedado yo. Parezco retrasada.

-Todavía no ha salido la puerta de embarque – vuelve a sonreir –

-Uf… estaba cansada de forzar este nivel de inglés patético que tengo…

-Yo creo que pronuncias muy bien eh? – Ja! No me tomes el pelo – no me esperaba encontrarme con alguien Español por aquí.

-Ni yo, créeme.

Me está mirando. Bueno, nos estamos mirando. Madre mía, qué ojazos no? Joder… qué incomodidad… creo que me estoy poniendo colorada. Maldita timidez, qué va a pensar? Que soy de esas famosas estúpidas que no sabe entablar una conversación? Parece joven… qué edad tendrá? Por qué cojones me hago tantas preguntas de alguien a quien acabo de conocer?

-No me he presentado, soy Enrique – qué hago? Le doy dos besos? Me presento? No seas imbécil Malú, sabe quién eres… – Bueno, mejor Quique – Ese nombre me gusta más, sin duda… vamos Lula, saca tu poca vergüenza y plántale dos besos –

-Yo soy…

-Ya… sé quien eres

Vuelve a sonreir. Creo que no ha parado de hacerlo desde que me ha visto. Será un fan? Qué bien olía cuando le he dado dos besos.

-Esto si que no me lo esperaba… - no tartamudees María Lucía, por favor te lo pido – estoy en Australia –

Me sale una carcajada. Dios, me muero de la vergüenza, va a pensar que tengo una deficiencia mental. Por qué me he puesto nerviosa tan de repente?

-Bueno, tampoco esperaba yo encontrarme con Malú en Australia… es raro.

Se hace un silencio en nuestra conversación. Me quedo mirando el panel, pero observándole de reojo. Vaya, no solo es guapo de cara… está bastante bueno. Va vestido con un vaquero oscuro, camisa y chaqueta. Elegante pero informal. A qué se dedicará? Parece un alto ejecutivo o algo así.

-Viajas sola? – pregunta de repente –

-Parece que sí, mi mánager está a unos 500 kilómetros de aquí y no va a llegar. Cogerá el próximo vuelo.

-No quería parecer cotilla eh?  

-No lo has sido para nada – sonrío – y tú, viajas solo?

-Pues sí… pero ya venía solo desde España.

-Negocios? –sigo mirando el panel, como sin darle importancia a la conversación aunque, en realidad, tengo un interés extraño en saber a qué se dedica –

-Bueno… trabajo… dí ayer una conferencia – Conferencia? Le miro sorprendida – sobre medicina… presenté unos casos en el congreso internacional de medicina de urgencias

Un médico? Tan joven? No puede ser… joder… es médico…  

-Guau… - guau? Es lo único que sabes decir Malú? – casi igual que lo mío…

Me río por no llorar. Yo, que por poco me saco el graduado y odiaba el colegio. A veces me he arrepentido de eso, pero dejo de hacerlo cuando me subo a un escenario.

-Negocios?

-No… bueno si… vine a ver a un productor que estaba interesado… pero no me convence el proyecto… encima mi mánager me ha dejado sola… Australia me ha tratado bien estos días

Vaya… le ha hecho gracia. Se ha reído. Y me lo ha pegado. A veces si que es cierto que tengo mis momentos irónicos que son divertidos.

-Nada como estar en casa  

-Exactamente

Ay mi casa, mis perros… dios, qué ganas tengo de llegar. Por fin!! Veo en el panel que aparece mi vuelo. Coño! Me mira y me sonríe. Y estamos andando juntos. Qué extraño todo joder. Acabo de conocer a este tío y ahora resulta que estoy caminando con él por un aeropuerto. Menos mal que no hay periodistas, me endosarían otro romance más en mi extensa pero inventada vida sentimental.

Y resulta que viaja en primera como yo. Menos mal, ya no me siento tan mal… no quiero ni saber lo que ha costado este billete. Sigo caminando al lado de este médico buenorro. Y me mira y se sonríe. Será gay? No tiene pinta… tiene pinta de que tiene novia seguro. Todos los buenorros simpáticos están pillados. Dejo que pase él antes y, cuando escucho el número del asiento, me quedo a cuadros.

-Tienes el asiento 23A? – pregunto sorprendida –

-Em…. Si… y tú?

-El 24A – comienzo a reirme –


-Parece que nos agrupan por nacionalidades... - dice sonriendo - 


Mientras pasan árboles y más árboles ante mis ojos, mirando por la ventanilla del coche, una sonrisa aparece en mi rostro al acordarme de aquel primer encuentro. Me gustó desde el principio y ni siquiera le conocía.  

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