-Madre mía, ni de coña llegamos a comer a casa de mi madre… -
inquieto, observo de nuevo el reloj –
-Está media casa dormida… qué cojones hacemos aquí tío? –
dice Alex con un café en la mano – si hasta la dueña de la casa sigue
durmiendo…
-Yo no quiero bajar abajo… - Sandra se deja caer en una silla
– qué resaca joder…
Unos pies arrastrándose suenan por el pasillo. La aparición
de Malú con su pijama que podría pasar perfectamente por ropa de hacer footing
y sus pelos revueltos, me hace reirme. Reprimo la carcajada al ver como, con un
ojo cerrado todavía, me mira. Se rasca la cabeza y nos observa durante unos
segundos.
-Emm… debo decir buenos días?
- pregunta Alex de manera comedida –
-Matadme… - dice con voz grave –
-Jajajajaja – estallo en una carcajada que corto al instante
al notar su mirada amenazante – cómo se ha levantado mi princesa?
-No grites quieres? – pone su mano casi en mi cara y se
abalanza hacia la cocina en busca de comida – necesito algo que me quite esta
taladradora de la cabeza…
-Buen despertar… ese es su fuerte… - digo haciéndome el
gracioso –
-Hablo en serio, tú no eres médico? Deberías tener un
ibuprofeno o un poco de morfina que me quite este dolor… - vuelve a rascarse la
cabeza –
-Madre mía… estamos todos como para irnos ahora de nuevo de
fiesta… - Sandra deja caer medio cuerpo
sobre la mesa –
-Toma reina… - le entrego un ibuprofeno y un vaso de agua –
-Ahora si que soy una estrella del rock… mírame… - se señala
la cara –
-Jajajajajaja – Alex ríe hasta que nota la mirada de Malú…
que hace callar a cualquiera – perdón…
-Como me hagan una foto veo las portadas de mañana… - se toma
el ibuprofeno – Malú, por el mal camino…
-Quieres algo de comer? – le ofrezco unas galletas –
-Quita eso de mi vista que voy a vomitar… - abre los ojos de
par en par – la comida de tu madre! – cierra los ojos y dirige una de sus manos
a su frente –
-Tranquila, voy a llamarla y a decirle que tiene una nuera un
pelín alcohólica… - me mira con cara de querer matarme – que es broma… madre
mía, qué humor tienes hoy eh?
-No me hables… - está hasta graciosa enfadada – esto es culpa
tuya…
-Joder colega… - aparece Luis en la cocina – cuando me he
despertado pensaba que me había quedado viudo… - reprimo la carcajada – Elena
tiene una posición en la cama que parece que le ha atropellado un coche…
-Jajajaja ay! – Malú ríe y se queja llevándose una mano a la
cabeza – me consuela ver que no soy yo sola… miro a éste y se me quitan las
ganas de vivir – me señala – por qué no tienes resaca? – pregunta indignada -
-Si que tengo resaca cariño… pero me he levantado a tiempo para
drogarme y ver tu resaca en todo su esplendor…
-Te odio… - me contesta –
-Buenos días… - Marta aparece en la cocina con un moño hecho
con mala gana –
-Buenos días mi vida! – exclama Alex –
-Vuelve a gritar así y no vuelves a ver a tu hija… - dice
Marta seria tocándose la cabeza y se nos escapa una leve carcajada – Dios! Por
qué tanto dolor? Por qué este olor a tabaco y alcohol en cada poro de mi piel?
-Ofgg… - Malú se deja caer en una silla – nunca había estado
tan cansada… y mira que este verano era enlazar un concierto con otro… - niega
con la cabeza – pues nada que ver…
-Un positivismo por la mañana maravilloso… - me levanto de la
silla – alguien se atreve a bajar abajo?
-Habría que hacerlo, Elena va a matarme… - se queja Luis –
Al bajar por las escaleras, el olor a alcohol nos invade.
Abrimos la puerta de la planta baja y el panorama es desolador.
-Qué cojones es esto? – grita Marta –
-Madre mía… - susurro al poner un pie en el suelo – mira, me
quedo pegado al suelo – levanto lentamente el pie, poniendo de manifiesto que
una fina capa de mierda recubre la estancia – esto no es posible, aquí ha
entrado alguien mientras estábamos durmiendo o algo…
-Mi casa! – la voz de Elena aparece por las escaleras – dios mío…
- se pone las manos en la cabeza en un gesto de lo más gracioso – no es posible…
- Luis se ríe por lo bajini, pero Elena lo detecta – tú de qué te ríes? – le da
una palmetada en el brazo –
-No me extrañaría nada que hubiera un tigre en el baño… -
camino observando todo lo que hay por el suelo – Resacón en villa Elena…
-Venga, no pasa nada, esto se limpia – dice Malú decidida –
si limpié mi casa después de la fiesta de bienvenida de hac e unos meses…
-No, yo voy a vender la casa… - dice Elena – me sale más
rentable que limpiar esto… - coge una botella de champan que yace en el suelo –
vas a morir Alex…
-Yo? Por qué? – pregunta como si la cosa no fuera con él –
-Cómo que por qué? Ayer cogiste esta botella y comenzaste a
agitarla, a lo Fernando Alonso cuando gana una carrera… hay champán hasta en el
techo…
-Ah… es verdad… - se ríe tímidamente – siempre quise hacer
eso –
-Y tiene que ser en mi casa? – se gira, dejando la botella
sobre la encimera – ahhh!! – grita con ganas –
Malú, sin decir nada, solo sonriendo de vez en cuando ante
las ocurrencias de mis amigos, agarra el cubo de basura y empieza a tirar cosas
en él.
-Y que sea la estrella del pop la única que hace algo por
salvar mi casa… mueve el culo Luis!! – ordena Elena –
-La estrella del pop… - susurra Malú mientras se ríe – mírame
Elena, no soy estrella de nada en este momento – se señala el pijama – esto se
limpia entre todos, no sufráis… - sigue recogiendo la mesa – Quique, coge esto,
creo que alguien querrá conservar sus joyas…
-Anillos llenos de chocolate… qué rico… - digo divertido –
estás de mejor humor ya? – digo abrazándola por detrás –
-Un poco… - sonríe – ves como soy un poco insoportable?
-Ah, te acuerdas de todo lo que dijiste ayer? – digo con
intención –
-Eh… - veo como se pone nerviosa – creo que si…
Su gesto ha cambiado. Se ha puesto seria. Decido no tocar más
el tema, aunque la reacción me ha mosqueado bastante.
Tras una larga hora exhaustiva, conseguimos ver la luz a la
casa de Elena, que por fin respira aliviada. Hemos limpiado todo, solo falta
fregar y nadie sabrá nunca lo que ha pasado aquí. Subo las escaleras buscando a
Malú y escucho su voz en la habitación. Creo que habla por teléfono.
-Si, todo bien… - dice en tono serio – que no me pasa nada
Vero… solo que ayer creo que la cagué un poco… - sin querer, me pongo a
escuchar tras la puerta – pues que le dije a Quique que quería casarme con él…
eh para para, no grites… - sonrío sin poder evitarlo – cómo voy a casarme con
él? Iba borracha! Nos conocemos de hace poco tiempo… - una punzada en el estómago me recorre
de arriba abajo – como locura está bien, pero no es así como se hacen las cosas…
y ahora si me pregunta qué le digo? – una tristeza me invade de repente – claro
que le quiero, pero cómo voy a casarme? No Vero, los borrachos no dicen la
verdad siempre… - sigue hablando con ella – pues claro que me gustaría pero en
un futuro, cuando todo se afiance… ahora es demasiado pronto… él está mal de la
cabeza pero yo tengo que poner un poco de cordura en esta relación o se nos irá
de las manos…
No necesito escuchar más. La indignación ya ha hecho acto de
presencia en mi cabeza. Demasiado pronto? Estoy mal de la cabeza? Ah, muy
bonito. Precioso. Si no fuera porque estamos en casa de mis amigos, ya me
habría ido y la habría dejado allí sola. Un poco de cordura en esta relación…
no me gusta nada el tono que ha empleado hablando de este tema. Me dirijo a la
cocina para recoger los restos del desayuno, consciente de que mi cara va a
hacer que algunos me pregunten si me pasa algo. Pero no lo puedo evitar, me he
puesto triste y estoy cabreado por esa forma que ha tenido de hablar con Vero.
Como si yo fuera gilipollas y le pidiera matrimonio a la primera que me
encuentro. Como puede decir que es poco tiempo? Si siempre decimos que el
tiempo en nuestra relación siempre ha sido algo relativo. No hemos seguido los
cánones que marca la sociedad en general. A las 3 semanas ya vivíamos juntos y
he estado todo el verano con ella en cada concierto, en cada entrevista. Ha
venido a casa de mis padres y yo he cenado en Navidad con los suyos, maldita
sea! Cómo que es pronto?
-Qué refunfuñas? – la voz de Malú aparece a mi espalda y noto
como mi enfado va todavía más en aumento –
-Nada… recoge, nos vamos a casa… - digo serio –
-Ei… - agarra mi brazo – qué pasa?
-Nada, que llegamos tarde a la comida con mis padres…
-Pensaba que habías dicho que les habías llamado y que no
íbamos…
-Quieres recoger de una vez? – alzo la voz – Pasamos por mi
casa, nos despedimos, recogemos a Juliet y nos vamos a Madrid…
-Eh, para para… - me impide caminar hacia la habitación – y estas
prisas de repente?
-No me gusta conducir de noche, y lo sabes… - hago que se
aparte y me dirijo a la habitación –
Qué diablos le pasa? No ha dicho ni una palabra desde que
salimos de su casa. Incluso sus padres se han dado cuenta de lo serio que
estaba. Un poco más y ni me da tiempo a darles los regalos que tenía preparados
para su familia. Juliet duerme en la parte trasera, creo que es el momento de
intentar saber qué es lo que ha pasado para que, de repente, se ponga así de
borde y serio.
-Me lo vas a contar? – pregunto comedida –
-El qué? – responde sin dejar de mirar la carretera –
-No disimules… te conozco bastante bien…
-En tan pocos meses no da tiempo a conocer a nadie lo
suficiente…
Me deja noqueada con esa respuesta. A qué viene esa bordería?
Él no es así, que cojones le pasa? Habré hecho algo que no le ha gustado? No se…
quizá recogiendo en casa de Elena no me he dado cuenta y le he hablado mal…
pero yo creo que no…
-No hace falta que corras tanto… - sugiero mirando el
cuentakilómetros –
-Claro… yo siempre voy demasiado rápido… - vuelve a poner ese
tono irónico y noto como el coche va más lento –
-Basta… - intento no alzar la voz para no despertar a Juliet –
ahora mismo me vas a contar qué es lo que te pasa para estar así.
-Ya te he dicho que no me pasa nada. Y no me distraigas
conduciendo, ya sabes que no me gusta que lo hagas.
Su tono de voz serio y firme hasta me asusta. Algo ha pasado
que no consigo saber qué es. De repente me siento mal. Creo que he hecho algo
yo. Creo que es por algo que he dicho y no consigo saber qué es. Y si es por lo
de anoche? Joder… igual es por eso…
Al llegar a casa, la cantinela es la misma. Quique serio,
solo sonriendo levemente cada vez que Juliet le habla, pero volviendo a ponerse
serio cada vez que lo hago yo. Necesito saber por qué está enfadado. Igual es
una broma. Claro!! Hoy es 28 de diciembre!! Seguro que ha decidido gastarme una
broma, conforme es. Y yo, gilipollas, voy y caigo.
-Bueno, Juliet ya se ha dormido, ya puedes parar de fingir –
digo sonriendo entrando a la habitación mientras se pone el pijama –
-Perdón? – me mira extrañado –
-Que ya no es 28! Que te he pillado! Me estabas gastando una
broma y yo he caído, lo reconozco, pero ya no hace falta que estés serio para
asustarme… - intento hacerle cosquillas de manera divertida pero me agarra de
los brazos haciendo que me aparte –
-Lo que me faltaba… - resopla – de verdad crees que si
tuviera que gastarte una broma me iba a tirar todo el día así? Qué poco me
conoces… quizá es cierto que es demasiado pronto…
Mi cara es un poema. Siento hasta ganas de llorar. Así que es
verdad que está enfadado por algo y parece que yo acabo de cagarla más. Y a qué
ha venido ese “es cierto que es demasiado pronto”?
-Pero Quique, qué te pasa? – intento acercarme a él pero me
rehuye – joder! Dime qué he hecho?
-Nada, no has hecho nada Malú… - niega con la cabeza – voy a
bajar a ver la tele un rato vale?
Veo como sale de la habitación y me deja allí, sola, con una
sensación tan mal que sería capaz de estar llorando durante días. De hecho
comienzo a hacerlo de pura impotencia. Tras unos minutos así, decido bajar
sigilosamente. Está tumbado en el sofá, con la tele encendida pero con un brazo
cubriendo sus ojos. No soy capaz de imaginarme qué es lo que ha pasado para
estar así de repente y eso me come por dentro. Necesito saberlo para
arreglarlo. Necesito que me lo diga. Siempre que hemos tenido algún problema,
era yo la que no quería contárselo pero él no, él siempre ha sido de la opinión
de hablar las cosas antes de que se hagan más grandes. No entiendo esta actitud
ahora. Incluso noto que mi tristeza se está mezclando con el enfado.
-Quique, vas a quedarte helado aquí… - digo en voz baja
entrando al salón y veo como da un respingo y se pone de espaldas a mí, sentado
en el sofá –
-Sube arriba y déjame en paz quieres?
Bueno, esa contestación es lo que me falta para enfadarme.
Consciente de que voy a alzar la voz, cierro la puerta para no despertar a
Juliet.
-Se acabó Quique, ahora mismo me vas a decir que cojones te
pasa – me siento a su lado pero se levanta del sofá –
-Quieres saber lo que me pasa? – grita – quieres que te lo
diga?
-Claro que quiero joder! – grito desesperada –
-Quique está mal de la cabeza, yo tengo que poner un poco de
cordura en esta relación… - imita mi tono de voz y en seguida caigo que se
refiere a mi conversación con Vero por la mañana –
-Has estado espiándome mientras hablaba por teléfono? – solo me
sale indignarme por esa circunstancia –
-De verdad solo vas a decir eso? – se ríe irónicamente – mira
que eres cínica… - se revuelve hacia la mesa del salón, apoyando sus manos en
ella – de verdad crees que es demasiado pronto?
-Mira, en serio… - me levanto del sofá indignada – quieres seguir
enfadado? Adelante! No voy a darte explicaciones de mis conversaciones privadas…
-Muy maduro por tu parte… - refunfuña –
-Maduro? Y me lo dices tú que te has tirado todo el día sin
hablarme por esta tontería?
-Tontería? – grita furioso – Ahora entiendo… cuando tú te
enfadas es culpa mía, pero cuando a mí me cabrea algo también es culpa mía
porque soy un exagerado… es así como va no? – me quedo mirándole un segundo y
no me gusta la mirada que tiene – no entiendes nada…
-Claro que lo entiendo… - doy dos pasos hacia él – quieres que
nos casemos? Pues nos casamos! Así se te pasará el cabreo no?
-Qué? – grita más indignado todavía – de verdad crees que mi
cabreo tiene que ver con eso? – le miro interrogante – sabes qué es lo que me
jode? Que yo tengo que entenderte pero tú a mí no… tú a mí para qué me vas a entender?
Si yo nunca me cabreo por nada, si a mi todo se me pasa rápido verdad?
-Entonces vas a explicarme por qué estás así? – grito –
-Hablas de mí como si fuese un loco que no piensa las cosas…
como si fuera pidiéndole matrimonio a la primera que pasa… hablas de mí como si
tú y yo no supiéramos que esto no es cuestión de tiempo joder! – espeta indignado
– cuándo ha importado el tiempo en lo nuestro? Si a las dos semanas estaba
viviendo contigo! – grita – si has venido a casa de mis padres y he cenado en
Navidad en casa de los tuyos y ninguno de los dos hemos pensado en que era
demasiado pronto para hacerlo… pero para dejarme como un gilipollas con tu
amiga si que te vale de excusa el tiempo verdad?
-Basta! – doy un golpe en el sofá – deberías haber escuchado
la conversación entera, ya que te ponías…
-No me hace falta… ya he visto la forma que tienes de hablar
de mí cuando no estoy delante…
Nos quedamos mirándonos unos segundos y noto como la furia se
me está escapando del cuerpo. Si hubiera escuchado la conversación entera no
estaría así. Pero no tengo ninguna gana de explicárselo. Es más, no tengo ganas
ni de verle.
-Sabes qué? – digo apretando la mandíbula – enfádate si
quieres por una tontería así… - me mira cabreado – si, una tontería… sabes que
lo es… - resopla – yo me voy a dormir…
-Pues muy bien – grita –
-Pues muy bien! – grito más fuerte -
Me tiro en la cama con un cabreo que sobrepasa mis límites.
Será posible? Se cabrea por una cosa así y ni siquiera me pregunta nada sobre
el resto de la conversación. Si me hubiera escuchado, sabría que, al final, le
decía a Vero que con lo enamorada que estaba, me casaba y me daba todo igual.
Pero no, encima de que me espía, encima no se queda hasta el final. Qué mierda
todo joder, no me apetece ni que suba a dormir, aunque dudo que lo haga. Y así,
cabreada, voy notando como el sueño me invade, aunque lo que menos me apetece
es dormir, la verdad.
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