-Bueno… - suspira plantándose en la puerta de casa – nos vemos
mañana por la noche… disfrutad de esta noche vale?
-Ten cuidado por la carretera, no hay ninguna prisa… - digo
entristecida –
-Lo mismo digo, Jose – alza su dedo apuntándole – cuida de
mis dos tesoros eh?
-Joder con el cuñado… - niega con la cabeza – lleva cuidao
anda, que un viaje con Vero siempre es una aventura…
-Ya te digo… - sonríe de medio lado – dame un beso Juliet –
la niña se tira a abrazarle – eh, venga, si nos vemos mañana…
-Te voy a echar de menos Rick… - dice la niña algo emocionada
–
-Y yo… - sonríe – Jose – chocan sus manos y se abrazan –
Feliz Navidad cuñado…
-Lo mismo digo… te veo en la cena de mañana eh? – le advierte
– ven Juliet, vamos a preparar la maleta.
-Pero si ya la tengo preparada – se queja –
-Veeenga… - nos mira sabiendo que queremos que nos dejen
solos –
-Bueno… - sonrío algo tímida –
-Ven aquí… - abre sus brazos recibiéndome – intenta disfrutar
de tu familia esta noche vale? No pienses demasiado…
-Lo intentaré… - digo algo entristecida – va a ser una
Nochebuena muy rara…
-Bueno, piensa que es una noche más solo que os reunís… - dice
tiernamente – te llamo cuando llegue vale? – asiento – dame un beso de esos…
-De cuáles...? – me hago la tonta –
-De los que te dejan sin aire… - dice riéndose –
Nos besamos durante algunos segundos con mucha intensidad
pero con mucha pausa, reteniendo el tiempo todo lo que podemos. Lo voy a ver
mañana pero se me hace una eternidad, quizá porque la noche de hoy es algo así
como agridulce. Se despide de mí de nuevo y veo como arranca el coche camino a
casa de Vero, donde Lucía y ella le esperan para viajar juntos. Suspiro antes
de cerrar la puerta. Ya le echo de menos.
-Qué llevas en la maleta, hija de mi vida? – me quejo al
levantarla para meterla en el maletero –
-Tú sabes todas las cosas que son necesarias cuando tienes un
hijo? – le miro divertido – ya lo sabrás… - nos metemos al coche – Lucía,
quieres que mamá se ponga detrás contigo? – la niña niega con la cabeza
mientras juguetea con un peluche – Bueno, espero que no se ponga a berrear a
mitad de camino.
-Lo llevamos todo? – pregunto antes de poner el coche en
marcha –
-Anda, arranca de una vez que no llegamos ni a las uvas… -
niego con la cabeza sonriendo –
Viajar con Vero es de todo menos aburrido. No ha parado de
hablar desde que salimos de Madrid. Ni siquiera sé como Lucía se ha podido
quedar dormida con ese run run.
-Quién te iba a decir a ti que ibas a estar llevando a casa a
la mejor amiga de una estrella el día de Nochebuena eh? – dice con chulería –
tienes suerte en la vida chaval…
-Mucha… - digo irónico –
-Malú me da mucha envidia, que lo sepas… - su tono de
chulería cambia a uno mucho más sincero –
-Por?
-Chico, mírate… - habla como si estuviera soltando un
obviedad – la conozco desde hace muchos años y te aseguro que eres justo lo que
necesitaba… - sonrío algo avergonzado – tienes mucha paciencia, con Malú eso es
un punto a tu favor… a veces le dan brotes de histeria…
-Algo he oído… - digo de broma –
-Cuando vas a hincar rodilla?
Abro los ojos de par en par al escuchar la pregunta pero
decido hacerme el loco.
-Me refiero a hincar rodilla de verdad, a pedirle de una vez
que se case contigo.
-Vero, eso llega con el tiempo, ahora estamos muy bien…
-Malú de blanco… yo es que lo pienso y me entra una congoja…
- dice emocionada – cada rollo o novio que me presentaba era como… de verdad te
gusta este personaje?
-Seguro que pensaste eso de mí, no disimules…
-Te aseguro que no pensé eso… - hace una pausa – Malú llevaba
mucho tiempo sin pareja… - suspira – hemos tenido muchas conversaciones sobre
eso y siempre acababa diciendo que acabaría sola.
-Pues no sé por qué… - digo sin quitar la mirada de la
carretera –
-Malú es especial… y su vida es especial… es difícil que
alguien lo entienda…
-Yo lo he hecho y no me ha resultado tan difícil…
-Bueno, pero es que tú eres un calzonazos, que es justo lo
que Malú necesitaba…
-No soy ningún calzonazos! – digo ofendido – bueno… un poco…
- se ríe – pero se vive mucho mejor así… para qué discutir?
-No me creo que no discutáis…
-Claro que discutimos… pero Malú igual que tiene ese pronto
para cabrearse, lo tiene para entrar en razón… - sonrío recordando alguna de
sus rabietas absurdas – es muy fácil convivir con ella…
-Lo de calzonazos lo he dicho de broma eh? – se excusa – lo que
pasa es que creo que tienes mucha psicología… y eso le da estabilidad…
-No maquilles tus palabras… - digo riendo – por cierto, hablé
con Richard el otro día, después de navidades va a venir a Madrid.
-Ah… - noto como se pone algo colorada – y por qué cambias
así de tema y me sacas a Richard?
-Tengo mucha psicología, no lo olvides… - la cara de Vero me
confirma mis sospechas… le gusta – He dado en el clavo eh?
-Cállate! Lo que pasa es que estoy un poco desesperada y con
una cría es un poco difícil…
-No te preocupes, yo te allanaré el camino.
-Que no hagas nada gilipollas! – me da un manotazo en el
brazo – volviendo al tema vuestro… me encanta la pareja que hacéis…
-Siempre dices lo mismo amiga… - río –
-Es la verdad… - contesta – además, yo no puedo odiarte… miro
a Lucía y no puedo odiarte…
Sonrío de medio lado sabiendo a lo que se refiere. Vero sigue
hablando durante todo el viaje, incluso cuando paramos en una estación de
servicio y caminamos hasta la entrada, sigue hablando. Qué disparate de mujer,
el día que se quede afónica, será su final.
-Qué callada estás hermanita…
La voz de Jose me despierta de mi letargo. Mirando por la
ventanilla, de manera melancólica… qué estampa.
-No me apetece mucho lo de esta noche… - confieso – me trae
muchos recuerdos…
-Lo sé… - suspira – el tío ya no está, pero los demás si que
estamos… y lo vamos a recordar, pero es un buen momento para celebrar que
sigues con nosotros… - le miro algo emocionada – es verdad… no sé lo que me
hubiera pasado si también me faltas tú esta Navidad…
-Dejemos el tema porfa… - suplico –
-Como quieras… - veo como alza su mirada para mirar por el
retrovisor – se ha quedado dormida… - sonríe enternecido – me recuerda a ti cuando
eras pequeña…
-Yo era bastante más fea y tonta… - sonrío –
-Tú no has sido ni serás fea aunque quieras hermanita… - dice
con tono dulce –
-Madre mía… cómo te posee el espíritu navideño… - digo riendo
–
-Tengo ganas de que pase este año… - confiesa de manera
sincera – creo que el que entra, va a ser el año en que tenga un sobrino por
fin…
-Qué dices? – exclamo – anda, no digas tonterías…
-Lo veo… un día nos reunirás a todos en casa, con tus 5
perros, con Quique mordiéndose las uñas mirando a papá y con Vero saltando
nerviosa de sofá en sofá… y nos dirás que estás embarazada…
-Claro claro… - digo irónica – no te flipes anda…
-Tampoco es tan exagerado pensarlo… estás bien con Quique no?
-Mejor que bien… - sonrío sin darme cuenta – hemos hablado de
eso… - confieso sin querer –
-Ves? Lo que yo decía…
-No, pero no hemos hablado de tener hijos ya… sino de que…
nos vemos teniéndolos en un futuro… - intento excusarme –
-Habías hablado de esto con alguna otra pareja? – sonrío y
niego con la cabeza – pues entonces…
-Me gusta que te lleves bien con él… - vuelvo a mirar por la
ventana –
-Coño… alguien que le salva la vida a mi hermana, como
mínimo, se merece que me lleve bien con él…
-A veces recuerdo esos días allí… en la playa aquella… - digo
melancólica – parece tan lejano…
-Han pasado muchas cosas después… es normal… - sonríe – sabes
que es lo que más me gusta de todo esto? – le miro – que nunca te había visto
tan feliz…
-Ya… - sonrío avergonzada – es culpa de tu cuñado…
-Lo sé… - ríe – es otra de las razones por las que me cae
bien…
Vuelve a instalarse el silencio en el coche. Es entonces
cuando, mirando por la ventanilla pero sin fijarme en nada, vienen a mi mente
los recuerdos de esos primeros instantes… de esos primeros momentos en los que
me crucé con la persona que me iba a cambiar la vida.
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