Noto unos golpecitos en mi brazo. Esas veces en las que
parece que te quieres despertar y no puedes, son un agobio. Consigo abrir los
ojos y escucho la voz de Malú.
-Quique…
De repente, me activo como si me hubieran dado a un
interruptor. Me incorporo algo asustado hasta que observo como se ríe.
-Qué pasa? – digo algo preocupado –
-Nada… estoy bien… - sonríe – todavía me duele la tripa, pero
es que mira qué hora es…
Miro mi reloj. Las 12 del mediodía. Me encanta no tener que
madrugar pero me pongo de mala ostia cuando luego me falta tiempo para hacer
cosas. Juliet estará al caer.
-Voy a hacer el desayuno… - la observo – aunque tú me parece
que vas a tomar alguna manzanilla o algo así…
-No… si no tengo nada de hambre… - dice desganada –
Bajo las escaleras de esa casa que casi se ha convertido en
mía. El año nuevo ha comenzado con Malú vomitando por toda la habitación, como
si estuviera poseída por la niña del exorcista. Pobrecita, no me quiero
imaginar lo que pueden ser las náuseas del embarazo cuando decidamos tener un
hijo. Buah, tener un hijo. Y casarme.
De adolescente, eres un inconsciente que, en lo único que
piensas es en ligar con tías, beber y salir con los amigos. Pero siempre quise
esto, aunque no lo dijese por miedo a que se metieran conmigo. Un tío sensible
nunca está bien visto a los 15. Tienes que ser un malote o, de lo contrario,
eres un marica. Recuerdo a los malotes de mi clase, a los flipados que decían
que las tías estaban para ligárselas. Ahora algunos tienen hijos y están
casados felizmente. La madurez supongo.
El olor a café es el olor más rico del planeta. Ese y el olor
que desprende la ropa de Malú. Creo que podría tirarme un día entero con una
cafetera en la mano y un jersey suyo, oliendo alternativamente una cosa y otra
y poniendo los ojos en blanco del gusto. Joder, estoy más ñoño de lo normal
hoy. A lo mejor es que ayer la ví vulnerable y eso me despierta la vena
paternal con ella. Bueno, no es muy paternal lo que hicimos anoche en la
bañera, pero no lo puedo evitar. Sigo sintiendo ese deseo por ella, y creo que
nunca se me va a pasar.
Escucho pasos cerca de la cocina y me giro instintivamente
hacia la puerta. Aparece ella, con su bata, su moño, su cara de sueño y sus
ojos entrecerrados. Adorable, sencillamente adorable.
-Te iba a llevar la manzanilla a la cama… tienes que
descansar… - digo sonriendo preparando la infusión –
-Ufff… qué dolor de cabeza… - se toca la frente – esto es
como una resaca…
-Eso es por el esfuerzo de ayer al vomitar… - me dirijo a la
mesa de la cocina – tómate esto a sorbitos pequeños anda…
-Madre mía… - observa la infusión – qué manera de empezar el
año…
-Luego, si estás mejor, te haré una pechuguita asada con
arroz blanco… - recojo los utensilios de cocina y comienzo a fregarlos –
-Así que esa forma de cuidarme va a seguir en 2015… - me giro
y la veo sonreir tímidamente –
-Pues claro… - sonrío – te pones muy graciosa cuando estás
malita…
-Uy si… tengo una gracia yo… - le da un pequeño sorbo a la
taza – a qué hora traían a Juliet?
-Pues ni idea… - sigo fregando – no le va a hacer mucha gracia ir
al colegio… ayer estaba enfurruñada…
-Normal… a mí tampoco me hacía gracia ir… - da otro pequeño
sorbo – tienes que animarla, que para eso eras un empollón…
-Yo no era un empollón… - miro serio hacia Malú –
-No, qué va… - ríe – seguro que estabas deseando que llegase
el 7 de enero para volver a tus libros…
-No se pase señorita Sánchez… - la apunto con el dedo – anda que
no me daba rabia esa fecha precisamente…
-Crees que se adaptará? – cambia el tono a preocupación – es muy
tímida… no sé… no quiero que esté a disgusto…
-Es un buen colegio según me dijiste no? – asiente – y bilingüe…
no va a tener problemas de adaptación si otros niños saben inglés…
-Estoy preocupada por Rose… - dice triste – no sé si nos dice
la verdad en cuanto a si está funcionando o no el tratamiento…
-He pensado hablar con el doctor Kohl… - me mira interrogante
– el médico que me ofreció el contrato en Alemania… seguro que tiene contactos
en Nueva York… y estará mejor informado que yo sobre los tratamientos…
-Ya pero y si no está funcionando el tratamiento? – le miro
preocupado – Juliet está ilusionada porque piensa que lo de Rose se va a
solucionar… pero y si no lo hace?
-Malú… - suspiro y me siento a su lado – todo va a salir bien
vale? No pienses en eso… - dejo un beso en su frente – mañana es la noche de
Reyes… y Juliet tiene que notar alegría en esta casa… - miro la infusión, que
está casi entera – y tú tienes que comer roscón, así que bébete eso y a la cama…
-Mejor al sofá… - sonrío – no estoy tan enferma…
A la hora de comer, el timbre suena y aparecen en la casa
Vero y Richard, acompañados por Juliet y Lucía. Observo como Malú y Vero se
hacen gestos, no son para nada las reinas del disimulo. Hasta creo que Richard
se da cuenta, pero no parece importarle. Mientras ellas dos se quedan en el
sofá, Richard y yo salimos al jardín. Hace frío, pero no tanto como para no
poder fumar un cigarrillo mientras charlo con él.
-Qué tal la noche?
Su cara es un poema. Por un momento pienso que no ha
entendido la pregunta, pero, por la cara que pone, creo que si. Se habrán liado
ya? Coño, qué rapidez.
-No preguntas Rick… - dice con acento inglés – Vero is
beautiful…
-Ha habido tema? – le miro divertido –
-Tema? No entender… - niega con la cabeza –
-Tema es… - hago un gesto con las caderas y se echa a reir –
se dice tema, salami, mandanga…
-Man… dango? – repite las palabras que le digo y me arranca
una carcajada –
-Ha habido tema o no? – baja la cabeza avergonzado –
-Es guapa… - resopla – no preguntas más…
-Vale… no pregunto más… -alzo los brazos confiando en que
Vero sí le cuente a Malú lo que ha pasado –
-Esa cara te delata, amiga mía… - sonrío de medio lado –
-No diré nada si no es en presencia de mi abogado… - comienza
a reírse – y lo tengo bien cerca… - señala al jardín donde Quique habla con
Richard animadamente –
-Y bien? – pregunto interesada – no te hagas ahora la estrecha,
que a mi me sacaste todo lo referente a Quique…
-No ha pasado nada en concreto… - sonríe – con las niñas en
casa era un poco arriesgado… - alzo una ceja – hemos dormido juntos…
-Espera espera… - carraspeo – duermes con él y no hacéis
nada? Quién eres y qué has hecho con mi amiga Vero?
-Lula! – me da un manotazo – es muy tierno… - miro hacia el
jardín con cara de enamorada – y muy divertido…
-Y?
-Y no quiero ir deprisa… - suspira – ya te he dicho que ayer
con las niñas no estábamos todo lo agusto que podíamos estar…
-Bueno, pues eso se arregla… esta noche se queda aquí Lucía…
y tú… - hago un gesto con las manos bastante soez –
-Para para… - alza su mano – no es necesario… si tiene que
pasar algo más, pasará con Lucía o sin ella en casa…
-Que te calles coño! – exclamo – que esta noche follas, y
punto… - me mira sorprendida – es mi regalo de reyes… - sonrío ampliamente – no
pongas esa cara! – resopla –
-Así que nos hemos quedado con Lucía para que Richard y Vero
follen… - asiente con la cabeza – somos los mejores amigos que se puede tener…
-Te imaginas? Vero y Richard juntos… salir los 4 por ahí a
cenar… - cruzo mis manos emocionada – puede ser genial…
-Salir a cenar? – pone cara extrañada – nosotros podemos
hacer eso cariño?
-Es uno de mis propósitos de año nuevo – sonrío – aunque,
probablemente, saldríamos en todas las revistas…
-Salimos de todas formas… - se alza de hombros – y cuando
comience otra vez el programa, estarás de más actualidad, lo sabes no?
-Cállate… me pone nerviosa pensarlo…
-Ay mi pequeña! – me abraza cariñosamente – que tiene
vergüenza para lo que quiere…
-No te pases ni un pelo chaval… - le apunto con el dedo –
todavía estoy convaleciente…
-Es verdad… tu barriguita se resiente de los excesos
navideños… ya no tienes barriguitas felices… - dice con sorna –
-Eres gilipollas, en serio… - me río –
Su móvil suena y se extraña al ver el número. Su gesto al escuchar la voz, que todavía no sé de quién es, es un poema. Se tapa la cara y se aleja de mí. Quién le estará llamando?
-Pero eso no puede ser Álex... - le escucho desde el sofá mientras habla en la cocina - ya... - resopla - joder...
Intento no agobiarle con mis gestos y espero pacientemente, aunque intuyo que no son buenas noticias a juzgar por su cara. Me mira apenado. Me siento en una de las sillas de la cocina. Escucho corretear a Juliet y Lucía y les hago un gesto para que se estén quietas. Algo grave está pasando. Quique escucha sin articular palabra, solo aprieta su mandíbula fuerte. Baja la cabeza mientras escucha.
-Estaré allí en unas horas...
Le miro sorprendida. Qué significa eso? Se va? Cuelga el teléfono y lo mira unos segundos. Se deja caer en una silla, enfrente mío. Me levanto hasta él.
-Qué ocurre Quique?
-No puede ser... - niega con la cabeza - esto tiene que ser una broma...
-No me asustes quieres? - le suplico - Qué pasa?
-Tengo que ir a casa...
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