-Jajajajajajaja! Para!! – corro por el salón con él
persiguiéndome –
-Ven aquí! – no puedo parar de reirme viendo cómo me persigue
–
-Lo he dicho de broma… - digo riendo situando el sofá entre
él y yo –
-Las bromas se pagan…
Salta por encima del sofá y me agarra de la cintura. Caemos
en el sofá, yo encima de él, y comienza a hacerme cosquillas.
-Para por favor!! – grito sin parar de reir –
-Repite conmigo
-Jajajajajajajajaja!
-Quique – dice serio –
-Quique…. Jajajajajajajaja – intento soltarme –
-Es
-Es…
-El mejor
-El mejor – repito intentando aguantarme la risa –
-Y nunca
-Y nunca
-Volveré
-Volveré… - reprimo una carcajada –
-A gastarle bromas pesadas…
-Jajajajajajajajajajaja! – no puedo repetir la última frase –
-Repite! – grita mientras no deja de hacerme cosquillas –
-Ay! – me quejo riéndome – a gastarle bromas pesadas…
-Bien… - se incorpora conmigo encima, como si no pesara nada –
y ahora, señorita Sánchez, me voy a cobrar el disgusto que me acaba de dar…
Cuela de manera brusca su mano por mi camiseta y me agarra
uno de los pechos. Sonrío y se me escapa un sonido de aprobación.
-Quique… que no hemos parado… - digo riendo tímidamente – que
tengo agujetas…
-Tú no sabes que las agujetas se quitan haciendo más
ejercicio? – me besa el cuello –
-Estás salidísimo, lo sabías no? – digo riendo –
-Es que me pones mucho… - dice sin dejar de besarme – es culpa
tuya… - se levanta del sofá conmigo en brazos y pega mi espalda a la pared – no
se puede estar tan buena…
-Jajajajaja – comienzo a reirme – cuántas veces lo hemos
hecho ya? – me miro el reloj – es la hora de comer…
-Pues eso hago… - me levanta la camiseta y comienza a besar
mis pechos –
-Dios… - suspiro y suelto un gemido – Quique…
-Te sobra ropa… - me quita la camiseta con un movimiento –
toda la ropa…
-Jajajaja! No sé qué va a pasar cuando volvamos a casa y
tengamos que controlarnos…
-Yo no me voy a controlar… - me deja poner los pies en el
suelo y me baja los pantalones –
-Pues se lo explicas tú a Juliet cuando tenga hambre y no
esté la comida hecha y escuche gritos en la habitación…
-Juliet ya es mayor… es independiente… tiene que empezar a
saber que la vida se basa en follar a todas horas…
-Quique! – le doy un manotazo en el hombro –
-Que no me pegues! – se queja de manera graciosa – ves? – me observa,
ya estoy totalmente desnuda – como no voy a querer follar a todas horas? – se acerca
a mí – es delito estar tan buena…
-Eres muy tonto… - bajo la cabeza avergonzada –
-Si… pero te vuelvo loca muñeca… - se hace el chulo –
-Qué creído te lo tienes… - doy pasos hacia atrás mientras va
avanzando – ni que fueras el tío más guapo que he visto en mi vida… - hago un
gesto con la cabeza restándole importancia –
-Ah… lo soy? – se quita la camiseta – señorita Sanchez… -
habla mientras se baja los pantalones – prepare esa garganta porque va a gritar
mucho…
-Madre mía… - se baja los bóxers – ya estás así? – señalo a
su miembro, ya totalmente erecto – me puedes explicar cómo es posible? – digo con
gesto irónico –
-Pues verás… resulta que el pene se llena de sangre y
entonces… - se pone serio explicándolo -
-Jajajajajaja! – estallo en una carcajada – anda ven… - le
agarro de la cintura y le pego a mí –
-No no… - me agarra las manos y las pone en mi espalda – aquí
mando yo…
-Uhhh… qué miedo… - digo desafiante –
Alza las cejas y entorna los ojos justo antes de agarrarme la
pierna izquierda y levantarla, pegándome a la pared. Antes de que quiera darme
cuenta, ya está dentro de mí. Me encanta cuando se pone así de bruto, como si
no lo hubiéramos hecho nunca y el deseo le estuviera consumiendo. Vamos dando
tumbos por el salón, hasta que parece encontrar la ubicación perfecta. Apoya
mis manos en el respaldo de sofá y me hace arquearme. Desde atrás, comienza a
moverse. Me pone tanto hacerlo así, como animales. Desde que nos hemos despertado
esta mañana, no hemos parado. Mientras desayunábamos, me ha llevado de nuevo a
la cama para hacérmelo. Y luego en la ducha. Y después en la cama de nuevo…
está insaciable. Más o menos como yo. Quizá es por lo mal que lo hemos pasado.
Quizá tenemos la necesidad de estar enganchados todo el día. O eso, o estamos
enfermos… que también puede ser.
Tras un rato haciéndolo así, me da la vuelta y me agarra de
las nalgas, levantándome en peso. Cruzo mis piernas por su espalda. Me encanta
esa posición… noto como se le va la pinza así, es un bestia. Camina lentamente
hasta sentarse en el sofá, conmigo todavía abrazada a él. No me deja moverme,
fija mis caderas con sus manos de manera firme, y se mueve debajo de mi a un
ritmo imposible. Me agarro al respaldo del sofá y arqueo mi espalda.
-Sigue… - le suplico gimiendo – estoy a punto de correrme…
-Agg… - hace un sonido como de rabia y vuelve a levantarme
para dejarme tumbada en el sofá -
Me abre las piernas bruscamente y se cuela dentro de mí de
nuevo. Agarra mis muslos con fuerza y comienza de nuevo a moverse
frenéticamente. Nos miramos con un deseo que creo que roza la locura, no es
posible desearse tanto sin caer enfermo. No me cuesta nada llegar al orgasmo,
es imposible no hacerlo. Resoplo agotada, pero todavía no ha acabado, todavía
tiene batería para seguir haciéndolo sin descanso. Me agarra fuerte de las
nalgas y se tumba en el sofá, haciendo que me siente sobre él. Me muevo encima,
primero despacio, y luego todo lo rápido que puedo. Gime con fuerza, me encanta
escucharle así. Me da una palmetada en las nalgas y me agarra fuerte, fijando
de nuevo mis caderas y comenzando a moverse rápidamente. Dios, creo que voy a
correrme de nuevo. Me agarro con la mano derecha al sofá y noto de nuevo un
orgasmo recorrerme entera, de arriba abajo. Me siento cansada, pero no puedo
negarle que siga moviéndose. Me pone de nuevo boca arriba y, prácticamente, se
tumba sobre mí. Hunde su rostro en mi cuello, besándolo con lascivia, hasta
llegar a mis labios. Nos besamos mientras mueve sus caderas al compás. Primero
lo hace a un ritmo normal, pero luego comienza de nuevo a hacerlo rápido, cada
vez más rápido, tanto que creo que voy a desmayarme. Le escucho correrse, con
esos gemidos que suelta tan profundos que me vuelven loca. Cae casi desplomado
encima de mí, respirando agitadamente.
-Joder Malú… - resopla –
-Casi no te da tiempo… - comienzo a reirme –
-Madre mía… - dice respirando agitadamente – es que era
imposible… se me ha ido la pinza…
-Me vas a dejar preñada al final… - digo riéndome –
-Dios… - exclama extasiado dejándose caer del todo sobre mí –
qué polvazo, me cago en la puta…
-Jajajajaja! – me río – qué bruto te pones a veces… -
acaricio su espalda – vas a preparar la comida mientras vuelvo a ducharme
verdad?
-A sus órdenes… - dice con voz cansada – joder, se me va a
caer la polla a trozos de tanto hacerlo…
-Jajajajajajajajajaja! – estallo en una carcajada – no eh? –
le apunto con el dedo – que la necesito…
-Ah si? – dice haciéndose el interesante –
-Para para… - le aparto justo antes de que vuelva a besarme
el cuello – que a mi si que se me va a caer a trozos esto… - me señalo la
entrepierna – dios… qué dolor de piernas… - digo al ponerme de pie –
-Vístete por favor… - dice arrodillado en el sofá – o huye…
huye antes de que vuelva a agarrarte y no te suelte…
-Voy a ducharme… - me agacho para besarle – guapo… - le
acaricio la cara –
-Vete! – dice de manera graciosa poniendo cara de deseo –
-Jajajajajaja! – camino rápidamente hasta llegar al baño sin
dejar de reirme -
No se puede ser más feliz. Es imposible. La sonrisa que me
sale al salir del baño y detectar ese olor a comida rica es inevitable. Qué
suerte tengo dios mio. Y voy a casarme con este hombre. Y se acuerda de mí.
Todo ha vuelto a su sitio. Cuando eso pasa, la tranquilidad que se siente es
comparable a pocas cosas. Cuando notas que todo está en su lugar, donde debe
estar… es una sensación tan mágica… Entro a la cocina despacio y le observo
mientras, de espaldas, sigue cocinando. De vez en cuando le escucho cantar. Qué
voz tan bonita tiene. Me acerco lentamente hasta abrazarle por la espalda.
Escucho esa tímida risilla y apoyo mi cabeza en su espalda.
-Ya se ha duchado mi pequeña? – se da la vuelta, limpiándose
las manos con el trapo de la cocina –
-Casi me caigo al salir… - pone cara de extrañado – me fallan
las piernas…
-Jajajajaja – se ríe – exagerada… - vuelve a darse la vuelta
y veo como niega con la cabeza –
-Qué bien huele eso…
-Anda, siéntate en la mesa que está casi hecho ya…
Después de comer, decidimos salir a dar un paseo por la
playa. Apenas hay dos o tres personas mayores, nadie más. Esto es el paraíso,
sin duda. Caminamos agarrados de la mano, en silencio, observando el mar
acercarse y alejarse con cada ola que rompe en la orilla.
-Se está bien eh? – dice sin soltar mi mano –
-Si… no hace demasiado frío… - sonrío – me gusta esto…
-El qué? – me mira –
-Hacer cosas que hace la gente normal… - sonrío de nuevo –
pasear por la playa por ejemplo…
-Cariño… tú no eres normal… - le miro alzando una ceja – tú eres
increíble…
-Joder… - resoplo sonriendo avergonzada –
-Anda, vamos a sentarnos un ratito… - se deja caer en la
arena sin soltar mi mano – ven aquí… - me hace un gesto para que me siente
entre sus piernas –
-Qué romántico todo… - digo encantada, apoyando mi cabeza en
su pecho –
-Me encanta acordarme de cosas nuestras… - dice pegado a mi
oído – es una sensación preciosa…
-Lo he pasado tan mal… - confieso sin querer –
-Ei… - apoya su cabeza en mi hombro – pero ya está… ya pasó
todo…
-No quiero separarme de ti nunca más… - noto como se me hace
un nudo en la garganta –
-Ni yo tampoco mi vida… - me da tiernos besos en el cuello –
quieres que decidamos el día de la boda?
-Puff… - suspiro sonriendo – lo pienso y no me lo creo… - me
río nerviosa –
-Había pensado que podríamos elegir alguna fecha importante…
no se…
-En mayo tenemos una fecha importante… - me giro para ver
como sonríe – pero en mayo todavía no he terminado el programa…
-No, tiene que ser cuando lo hayas terminado y nos podamos ir
de luna de miel como debe ser…
-Luna de miel… - comienzo a reirme – me parece increíble
estar hablando de estas cosas…
-Jajajajaja – se ríe – ya… a mí también, te lo aseguro…
-Tiene que ser en Junio… - digo segura – es un buen mes…
-Vale… pues ya tenemos el mes… - vuelve a darme tiernos besos
por el cuello – ahora solo falta todo lo demás…
-Con lo que cuesta organizar una boda… madre mía… - digo
pensativa –
-Intuyo que vamos a tener mucha ayuda… - dice riéndose – te
estás quedando helada… - frota mis brazos – nos vamos a casa?
Asiento sonriendo. Nos levantamos y volvemos a casa de la
mano, paseando. Jamás me había sentido tan feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario