viernes, 30 de enero de 2015

CAPÍTULO 163: ALEJÁNDOME A KILÓMETROS DE TI

-No la soporto cuando se pone así, de verdad…

-Quique… es una tontería… se ha puesto celosa, eso es todo… quizá he estado demasiado cariñosa contigo… - contesta Sara con cierto tono de culpabilidad –

-Pero que no! Que tú eres así! Siempre hemos sido así… pero en vez de preguntar… saca sus propias conclusiones… me pone enfermo…

-Venga ya… - se ríe – el amor es así… ella está nerviosa por la boda seguro… y aparezco yo de la nada… y se ha puesto tensa… nada más…

-Ya… y yo no estoy nervioso no?... Es que no sabes cómo se ha puesto…

-Quieres que hable con ella?

-Ni hablar! – me levanto como un resorte – que se le pase a ella solita…

-Lo que deberías hacer es volver a casa… se va a preocupar y se va a cabrear más… se lo explicas todo y verás como…

-No tengo nada que explicarle… - cojo mi chaqueta – ay que ver eh? Como en los viejos tiempos… contándonos nuestros problemas con las mujeres… - sonrío sin querer –

-Ojalá yo tuviera los problemas que tienes tú… - veo como coge su móvil – ya te contaré lo de la francesa que no me hace ni puto caso… ahora… - se levanta de la cama – te vas a casa, hablas con tu chica, y hacéis las paces… o me enfadaré…

-No no… enfadarte tú no… que tienes mucha fuerza… - digo de broma – te echaba de menos amiga… - le doy un abrazo sin pensar –

-Uff… de verdad… que cursi eres tío… no sé como te has echado novia… - dice con ironía – anda, corre con tu novia… y si no lo arreglas tú, lo haré yo… que lo sepas…



Anoche llegó a las tantas. Le escuché pero no quise ni preguntarle. Ni me despertó. Ha dormido bien apartado en su lado. Igual que yo. Esta mañana se ha ido pronto, sin despertarme, sin dejar ninguna nota. Está cabreado, pero yo más.

Si me paro a pensar… me acojono. Me acojona pensar que anoche se fuera con ella. Y por eso no me ha despertado ni me ha hablado, ni quiere saber nada de mí. Soy una histérica, en eso tiene razón. 

Qué mal humor tengo hoy, no ha aparecido en toda la mañana y yo no pienso llamarle. Estoy cabreada, tengo razones para estarlo joder. Suena el timbre y pienso que es él, asi que salgo de mala gana a abrir. Qué manía con no llevarse las llaves. Me quedo boquiabierta al ver quien es.

-Hola…

No puedo ni contestarle. Pero qué hace aquí esta tía? Es que es tonta? Mi primer impulso es cerrar la puerta, pero me lo impide.

-No Malú, perdona… yo… - dejo de hacer fuerza – venía a hablar contigo… de Quique…

-No sé qué haces aquí… Quique no está… - digo de mala gana – a qué has venido?

-Verás… - mira al suelo – me da muchísima vergüenza venir a tu casa… no sabes cuánta… pero creo que os habéis enfadado por mi culpa y yo… venía a explicarte…

-No tienes nada que explicarme… eso es entre Quique y yo… - intento cerrar de nuevo la puerta, flipando en colores estoy –

-Ya… lo sé… no me gusta meterme… pero… es que Quique está enfadado… es un poco cabezota a veces… - vuelvo a dejar de hacer fuerza para intentar cerrar la puerta – me dejas pasar?

La observo. Algo en su rostro me hace cambiar momentáneamente de opinión. No sé qué es, pero creo que debo escucharla. Me hago a un lado y pasa con gesto tímido.

-Verás… seré breve… - suspira – entre Quique y yo no hay nada…

-De verdad… no sé qué haces aquí… - me revuelvo incómoda –

-Ayer Quique vino a verme y me dijo que habíais discutido por mi culpa… y no quería irme sin explicarte…

-Que no tienes nada que explicarme joder! Por qué no viene él y me lo explica?

-Porque está dolido porque has desconfiado de él… - la observo y soy consciente de mi gesto cabreado – Malú… Quique es un chico estupendo…

-Te ha mandado él? Le dices de mi parte que si quiere decirme algo, venga él… que se ha largado esta mañana sin decirme nada…

-No me ha mandado nadie… de hecho me estoy jugando que se cabreé conmigo por esto…

-No sabes lo poco que me importa que se enfade contigo… - saco mi vena más borde, todavía no sé a qué ha venido esta chica –

-Yo nunca estaría con Quique… - dice de repente y la miro extrañada – básicamente porque soy lesbiana…

Si tuviera ahora mismo un trozo de tierra, metería la cabeza. Un rubor en mis mejillas me asalta. Hostia, cómo puedo ser tan gilipollas? Me siento muy gilipollas…

-Íbamos al colegio juntos… somos muy buenos amigos… y él me ha defendido en muchas ocasiones en las que alguien se ha metido conmigo por ser… - carraspea – bueno… que… quizá ayer viste que soy un poco cariñosa con él pero que es sin ninguna pretensión por dios, que yo no… - se afana en excusarse – es que Quique es como mi hermano, de verdad… y… - balbucea – y hace tanto tiempo que quería verle así de feliz que me jode que por mi culpa…

-Dios… - susurro – no me des más explicaciones por favor… - digo avergonzada – joder…

-Siento mucho haber venido a tu casa ayer sin avisar, de verdad… fue… - carraspea – fue la emoción de conocerte… ya te dije que te admiro mucho y… Quique me dijo que no te importaría… si… - balbucea – si llego a saber que se iba a formar esto, te juro que…

-Perdóname… de verdad… - me tapo la cara avergonzada – soy gilipollas… madre mía… la que he liado…

-Pero que no pasa nada Malú… - dice sonriendo – que Quique no es de las personas a las que les duran los enfados… es solo que… esta mañana le he llamado y me ha dicho que no había hablado contigo y… no he podido evitar venir… al final no me voy mañana… me voy hoy y… no quería irme dejando esto así… te quiere mucho y...

-Yo… - la miro fugazmente y me avergüenzo todavía más – siento de verdad este follón… no sé qué me ha pasado…

-Si yo lo entiendo… Quique es muy guapo… si fuera hetero probablemente me gustaría… - dice riéndose – pero en mi situación… en todo caso me gustarías tú… - la miro frunciendo el ceño – que no es que me gustes! Es que… para que me entiendas que yo… que las mujeres… - tartamudea – da igual… - resopla – me voy antes de liarla otra vez…

-Jajajaja! Pero espera mujer! – ahora me ha dado por reirme de la vergüenza que siento – siento que te lleves una mala impresión mía… no suelo ser tan histérica…

-Ya bueno… no te preocupes… es normal… los nervios de la boda y todo eso…

Me siento tan mal… o sea que Sara es lesbiana. Que yo he montado este pollo por una amiga lesbiana de Quique. Es que soy una puta histérica realmente. Cómo he podido volver a desconfiar de él después de lo que pasó con Lorena? He vuelto a hacerlo. He vuelto a no escucharle. Sara me ha explicado por qué la relación con Quique es tan estrecha a pesar de llevar tanto tiempo sin verse. Me ha contado que, sobre todo cuando murió María, los dos se apoyaron el uno en el otro. Incluso me ha confesado que estuvo enamorada de María durante mucho tiempo y que por eso los dos entendían tan bien el dolor del otro.

Tengo un nudo en el estómago importante. Siento una culpabilidad que pocas veces he sentido. Voy a casarme en unas semanas con Quique y en cuanto ha aparecido una chica, he desconfiado de él. El problema no es él, soy yo. Es mi inseguridad. Quizá no estoy preparada para casarme. Quizá no me merezco casarme con alguien como él. No se merece que yo sea así, tan irracional. El agobio que siento es tal, que necesito desconectar… no sé cómo hacerlo hasta que, de repente, sé a donde ir. Necesito pensar. No puedo seguir dejándome llevar. Esto que ha ocurrido tiene bastante importancia para mí. Es importante porque esa desconfianza en él, en realidad, es una falta de confianza en mí misma.


-Malú, he vuelto – dejo las llaves desganado sobre la mesa – Malú!

Camino hacia el salón. Parece que no está en casa. Frunzo el ceño al ver un papel sobre la mesa del sofá. Parece su letra. Conforme voy leyendo, un dolor en el pecho se va adueñando de mí.

“Siento tanta angustia ahora mismo que no sé muy bien cómo explicártelo. He vuelto a desconfiar de ti cuando no haces otra cosa que darme motivos para quererte cada día más. Te parecerá una tontería, pero esta sensación de culpabilidad me ha hecho plantearme muchas cosas. No te mereces que, cada vez que vea algo que me haga desconfiar, no te escuche ni piense en todo lo que me demuestras día a día. En el fondo pienso que la inseguridad y las dudas no vienen por lo que vea en ti sino que están en mi. Necesito irme unos días para saber lo que siento y lo que quiero. Te prometo que dentro de unos días volveré y hablaremos tranquilamente, pero ahora no puedo hacerlo porque no puedo ni siquiera mirarte a la cara. Me siento muy avergonzada con lo que ha pasado. Espero que lo entiendas.

Te quiero. Malú.”

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