Conduzco mientras Malú duerme plácidamente. Pobrecita… llorar
es lo que tiene, que agota. Anda que ha llorado poco en casa de mis padres… por
culpa de mi madre sobre todo. La adora, eso es así. No ha parado de decirle
cosas bonitas desde que hemos llegado… qué gritos pegaba mi madre cuando le
hemos contado que, por fin, había recuperado la memoria. Y el tema de la boda
les hace más ilusión que a mí incluso.
No hemos estado demasiado tiempo. Malú tiene que volver a la
vida normal, su trabajo es importante, y yo tengo que empezar a pensar en
buscar lo que sea hasta que lo de las oposiciones se solucione. No queríamos
llegar de noche a casa, la pobre Juliet seguro que tiene ganas de vernos.
Han sido unos días inolvidables, incluso para mí. Jamás me voy
a olvidar de lo que ha hecho Malú por mí… es demasiado. La observo un instante
y veo su brazo, tatuado con mi inicial. Qué bestia es, así, impulsiva y emotiva
a partes iguales. Llegamos a casa y paro el coche.
-Malú… - susurro – preciosa… - acaricio su brazo lentamente –
hemos llegado a casa…
-Mmm? – abre los ojos lentamente – ya? – pregunta con voz de
dormida –
-Pues claro cariño… llevas horas durmiendo…
-Mmmmm… - se despereza – me tenías que haber despertado para
que llevase yo el coche…
-Y qué más dará eso? – me quito el cinturón – anda, vamos…
Entramos a casa y siento una sensación de paz indescriptible.
Mi mujer, mis perros, mi casa… y mi suegra. Pepi pega un grito cuando me ve y
se abalanza hacia mí dándome un abrazo de los que te recolocan todas las
vértebras.
-Ay hijo mío!!! – escucho como solloza – cuánto te he echado
de menos!!
-Pepi… - digo riendo –
-Mamá! Déjale que está cansado! – dice Malú algo emocionada –
-Ay, no podía esperar… tenía que venir a prepararos algo de
cena… - dice secándose las lágrimas – Vero va a traer a Juliet, deberían de
estar ya aquí…
Sonrío al ver a esa mujer tan cariñosa conmigo. Desde el
principio lo es, quizá le caí bien desde el primer momento. En ese momento,
suena el timbre. Sonrío al pensar en la cara de Juliet cuando me vea y sepa que
la recuerdo. Es una niña lista, muy lista, sabe perfectamente lo que ha pasado.
Abro la puerta y, antes de que me dé tiempo a decir nada, Vero está agarrada
como un mono a mí, casi me hace caerme.
-Has vuelto!!! – exclama –
-Yo también me alegro de verte Vero… - contesto riendo –
venga, suelta que me vas a ahogar!
-Hola Rick…
La voz tímida de Juliet me enternece. Todavía recuerdo cómo
venía todos los días al hospital a verme después del colegio. Ha debido pasarlo
muy mal. Ha tenido que recordarle demasiado a lo que les pasó a sus padres. Me
agacho hasta su altura y veo como va a ponerse a llorar de un momento a otro.
Abro los brazos y, sin decir palabra, se abraza a mí y se pone a llorar con esa
forma que tienen de llorar los niños, tan sincera y tan profunda. Me pongo de
pie con ella en brazos, intentando consolarla. Observo a Malú apartar la mirada
para que no vea como llora.
-Ay mi pequeña… - digo dulcemente – no llores preciosa…
-Te he echado de menos Rick… - dice conmoviéndome –
-Y yo a ti cariño… - miro hacia Richard que sonríe con Lucía
en brazos – venga, no llores más…
-Rick tío… - dice Richard en Español – qué bien que vuelvas…
Choco su mano sin soltar a Juliet, que se agarra a mi cuello
con fuerza escondiendo su cara en mi hombro. Lucía me mira ilusionada, crece
por momentos, o eso me da la impresión a mí.
-Venga… - me agacho y dejo a Juliet de pie, que se abraza a
Malú instantáneamente – y mi pequeña princesita, dónde está? – digo mirando a
Lucía que sonríe avergonzada – ven con el tito… - se agarra mirándome sonriente
– creces muy deprisa eh? Cómo pesas ya!
-Ay dios mío… - exclama Pepi emocionada – anda, vamos a cenar
que tendréis hambre…
Durante la cena, Juliet no deja de observarme. Tiene una
expresión de tristeza y alegría entremezclada que pocas veces he visto. Tras
terminar la cena, me siento a su lado, acaricio su pelo dulcemente.
-Ya me han contado que tienes muchos amigos en el cole,
verdad cielo? – la niña asiente sin decir nada – si es que mi pequeña es muy
lista y muy simpática! – se ríe tímidamente –
-Se ha portado estupendamente, es muy buena… - dice Vero
mirándonos enternecida –
-Claro que es muy buena! – exclamo – me vas a contar cosas
del cole? – asiente y se abraza a mí, haciendo que me conmueva su forma que
tiene de expresar lo que me ha echado de menos – mañana te voy a llevar yo al
cole, te parece?
Me mira ilusionada y asiente volviendo a abrazarse a mí.
-Al final voy a ponerme celosa… - dice Malú mirándonos – mira
qué dos… - dice riéndose señalándonos –
-Saca unas notas estupendas… - dice Vero –
-Eso es porque Malú me ayuda…
-Pero hija! – exclama Pepi – sacaba buenas notas… - dice
mirándome – pero era tan vaga…
-Mamá!! – se queja Malú – no me gustaba el colegio, prefería
cantar, eso es todo…
Se oye una carcajada general por la conversación que
mantienen Pepi y su hija. Menudo par… tras una animada sobremesa, Vero se
levanta mirándose el reloj.
-Bueno… ya va siendo hora de marcharse… que mañana esta enana
tiene colegio y hay que trabajar…
Observo como Richard se levanta y le coloca el abrigo a
Lucía. Me hace hasta gracia ver la pareja que hacen estos dos.
-Me acercáis a casa? – dice Pepi preguntándole a Vero –
-Pues claro que sí! – sonríe – Richard, hay que llevar a Pepi
a casa…
-Lo había entendido – sonríe triunfante –
Cuando nos quedamos los 3 en casa, vuelvo a sentir esa
sensación de paz. Esa sensación maravillosa de saber que todo sigue en su
lugar, cómo lo dejé aquel día del fatal accidente. Juliet no se despega de mí,
es más adorable si cabe cuando se pone tierna. La convenzo para que se vaya a
dormir, es tarde y los 3 estamos muy cansados.
-Venía a darte las buenas noches – me asomo por la puerta y
me encuentro a Juliet sentada en la cama mirando una foto – qué es eso?
-Ah… - sonríe avergonzada – es nuestra foto… la puse en un
marco para tenerla en la mesita…
Cojo la foto de los 3. Es la que me llevó aquel día a la
planta, para que intentase acordarme de ella. Ahora recuerdo perfectamente que
fue en Nochevieja, en casa de Malú. Sonrío al saber que ese recuerdo ha vuelto
a mi mente.
-Tuve miedo de que os pasara lo que les pasó a mis padres… -
dice la niña de repente dejándome mudo – pero creo que ellos hicieron algo para
que no te fueras… para que no me quedase sola otra vez…
-Cariño… - digo emocionado – venga, no pienses más en eso… -
acaricio su pelo – lo importante es que estamos los 3 juntos y que pronto
vendrá tu abuela…
-Hablé ayer con ella… - sonríe – le conté que habías
recuperado la memoria y se puso muy contenta… - se alza de hombros – supongo que
también eres importante para ella… - suspira y deja la foto sobre la mesita –
te pareces mucho a mi padre… - alzo las cejas sorprendido – sabía que volverías…
- me mira sonriente –
-Ay mi niña… - la abrazo fuerte – venga… acuéstate que mañana
madrugamos… - me mira frunciendo el ceño – te voy a llevar al cole, recuerdas? –
asiente sonriente – bien… ahora duerme vale? – dejo un beso en su frente –
Salgo de la habitación un tanto emocionado. Esa niña consigue
que se me encoja el alma cada vez que habla con tanta templanza de temas como
lo de sus padres. Malú espera sonriente en el pasillo, supongo que ha escuchado
la conversación.
-Te quiere mucho… - dice dulcemente –
-Y yo a ella… - sonrío algo avergonzado –
-No me creo que vayamos a dormir juntos en nuestra cama otra
vez… - caminamos por el pasillo medio abrazados –
-Quién ha hablado de dormir? – me mira sorprendida y niega
con la cabeza – jajajaja – me río – solo unos mimitos…
-Ya… los mimitos se transforman en lo que ya sabes…
-Bueno… tienes alguna queja? – me mira sonriente y niega con
la cabeza – eso pensaba yo… - sonrío triunfante –
Me despierto con el sonido de la alarma, que apago desganada.
Las 7 de la mañana… qué horas por dios…
-Quique… - le muevo levemente tocándole el brazo – vamos,
levantate que tienes que llevar a Juliet…
-5 minutitos más… - se revuelve en la cama abrazándome –
-Vamos dormilón… - sonrío – se te hará tarde…
-Mmm… - sube una pierna por encima de mi cuerpo – quizá puedas
despertarme un poquito… - comienza a dejar besos por mi cuello –
-Quique… - me río – ni medio dormido puedes parar…
-No… no puedo… - se pone encima de mí y comenzamos a besarnos
– qué guapa estás por las mañanas…
-Qué mentiroso que eres… - digo riéndome – ahh… - suspiro al
notar su mano en mi entrepierna – Quique… - suspiro de nuevo –
Bajo las sábanas, comenzamos una guerra de caricias con un
único fin. Escucho lo que parece el sonido de la puerta, pero no puedo pensar
en nada ahora mismo… mi cabeza solo alcanza a pensar que estoy a punto de
alcanzar un orgasmo tan placentero que es imposible parar en ese momento.
Quique se mueve rápidamente, con suavidad, pero rápido, sin descanso.
-Rick que vamos a llegar tar…
La voz de Juliet me hace girar la cabeza hacia la puerta. No puede
ser.
-Ahhh! – grito apartando a Quique de encima y tapándome
rápidamente con la sábana –
-Per… perdón… - Juliet sale rápidamente de la habitación
cerrando la puerta –
-Hostia… - susurra Quique todavía con el sudor cayendo por su
frente –
-No puede ser… - digo todavía en shock – sal de aquí ahora
mismo! – le empujo de la cama –
-Malú! – se queja casi cayéndose – que yo no tengo la culpa!
-Cómo que no? Estás salido! Y nos ha pillado la niña… - me
pongo la mano en la cara – qué vergüenza por favor…
-Que no pasa nada… si no se ha visto nada… - dice restándole
importancia –
-Que no se ha visto nada? – digo indignada – le vas a
explicar tú a Juliet lo que ha visto!
-Joder… y a dónde voy yo así? – se destapa y veo su erección
todavía desafiante –
-Mphhh… - reprimo una carcajada – vete a ducharte con agua
fría, estás enfermo! – le empujo y casi se cae de la cama –
-Malú! – se queja – Joder! – exclama frustrado – esto es muy
injusto… - se levanta de la cama desnudo, vistiéndose a toda prisa – por qué
sigues empalmada? El susto no te afecta o que? – habla mirando hacia abajo –
-Jajajajajaja! – ya no puedo evitar reirme – date una ducha
anda…
-Mira qué hora es! – señala el reloj – no me da tiempo… y
mírame! Parezco Piqué! – se señala al paquete y estallo en otra carcajada al
verle – esto no puede ser sano…
-Madre mía, qué vergüenza… - me tapo con la sábana – vas a
tener que explicárselo…
-Y qué quieres que le explique? – se pone la camiseta – es demasiado
obvio…
-Tú sabrás… - digo tapándome hasta la cabeza para que no me
vea reirme – qué pillada dios mío…
-Esta me la pagas… - le escucho maldecir – siempre me toca a
mí explicar los temas complicados…
-Pero si has sido tú! – me destapo indignada – quién se
despierta con ganas de pinchito? Eh? Quién?
-No claro… - alza sus manos irónico – si siempre te obligo a
follar… tú nunca tienes ganas… - pone los ojos en blanco – eres una cabrona,
que lo sepas…
-No te enfades… - me incorporo en la cama – anda, dame un
beso…
-Ahora… - dice indignado – después de haberme llamado salido
y enfermo… - niega con la cabeza acercándose a mí – estás loca, lo sabes no? –
me da un fugaz beso en los labios –
Bajo las escaleras cariacontecido. No me quiero imaginar la
mirada de Juliet. Entro a la cocina y me la encuentro bebiéndose un vaso de
leche. Me mira un segundo y aparta la mirada algo avergonzada.
-Buenos días…
-Buenos días… - contesta con voz casi imperceptible –
-Has desayunado ya? – me siento muy cortado –
-Si… - deja la taza en el fregadero – puedo ir al colegio
sola Rick, no hace falta que me lleves…
-Cómo que no? – pregunto sorprendido – ayer te dije que te
llevaría… anda, coge tu mochila…
Vamos en silencio al coche. Supongo que debo explicarle
alguna cosa, pero no sé exactamente el qué. Qué le digo? Mira, lo que has visto
es algo normal entre dos personas que se quieren… no, demasiado ñoño. Mira, lo
que has visto es que… Malú y yo somos novios y… joder! No me suena nada bien
nada de lo que pienso…
-Oye Juliet… lo que has visto esta mañana… - digo conduciendo
–
-Yo no he visto nada Rick… - se apresura en contestar –
-Bueno… es… es algo natural vale? Que… bueno, estábamos…
-Se lo que estábais haciendo… ya no soy una niña… - contesta
como si nada – siento haberos interrumpido…
Me quedo boquiabierto. Pero si tiene 12 años! A su edad, yo
ni sabía por donde se metía… bueno, si que lo sabía… joder, ya ni recuerdo lo
que sabía a esa edad.
-No nos has interrumpido cariño… no pasa nada…
-Rick… que no soy tonta… - la miro con los ojos bien abiertos
sorprendido – la próxima vez llamaré más veces… pero es que he llamado y he escuchado
cosas y no pensaba que estábais…
Dios, ahora si que siento vergüenza. Resulta que nos ha
escuchado ahí… joder! Estoy enfermo… muy enfermo…
Llego hasta la puerta del colegio y detengo el coche. Juliet
baja del coche sonriente y bajo acompañándola. Me da un beso en la mejilla y va
al encuentro de dos compañeras que me miran tapándose la boca con cara de
pillinas. Niego con la cabeza. Juliet se gira para mí y se despide con la mano.
Sonrío. Hasta que recuerdo la pillada de la mañana y se me vuelve a cambiar la
cara.Qué vergüenza más grande joder!
No hay comentarios:
Publicar un comentario