-Anímate cielo… - me tumbo a su lado en el sofá –
-Estoy de bajón… no puedo animarme… - dice desganada – echo
de menos a Juliet…
-Cariño… - me pongo todo lo tierno que puedo – sabes una
cosa? No podemos casarnos sin hacer una cosa antes… - me mira extrañada – cómo
no he caído en esto antes??
-De qué hablas Quique? – se incorpora –
-Venga… vístete que nos vamos… - digo convencido –
-Uy no… - se tapa con la manta – yo no me muevo de aquí…
-Vamos! – la destapo – antes de casarnos tenemos que ir al
cine!
-Pero qué estás diciendo Quique? – vuelve a taparse – se te
ha ido la olla??
-Que si, mira… - me arrodillo al borde del sofá – el novio
tiene que llevar a la novia al cine… a la última fila… y meterle mano y todas
esas cosas…
-No digas tonterías anda… - dice riéndose –
-Va Malú… - cruzo mis manos por delante de mi cara como
suplicándole – nos vamos al cine, y luego te invito a cenar por ahí…
-Ay, no me digas eso… - se tapa la cara – que me gusta
demasiado el plan…
-Y por qué no me dices que sí? – intento apartar sus manos de
la cara pero no puedo –
-Qué pesado… - se queja –
-Pesado eh? – me levanto dispuesto a ponerla nerviosa – ay… -
me siento sobre ella – qué cansado estoy…
-Quique!! – me da manotazos – aparta! Jajajajaja!
-Soy muy pesado eh? – dejo caer mi cuerpo sobre ella todavía más
– pfff… qué cansancio eh? No me puedo mover…
-Quique por favor!!! Jajajajajajaja! – por fin escucho como
se ríe – ay, que me haces daño!!!
-Mentirosa, no te hago daño… - sigo sentado sobre ella – me quito
si aceptas el plan…
-Quique!!! – grita – que me va a salir el estómago por la
espalda!! Me estás aplastando!! Jajajajaja!
-No te oigo decir: “Ay mi gordo, qué idea tan maravillosa ha
tenido”
-Vale! – acepta finalmente – pero quita!!
Me levanto sonriendo triunfante mientras escucho como
farfulla.
-Eres un bruto… - se levanta riéndose – de verdad me vas a
llevar el cine?
-Pues claro… - pongo gesto de chulería – a meterle mano a mi
churri… - le toco el trasero fugazmente –
-Como hagas eso no me caso eh?? – le apunto con el dedo – voy
a vestirme…
-Bien! – hago el gesto de la victoria -
-Jajajajajaja! Eres un caso, en serio…
-Qué pasa? Tengo hambre… - digo de manera normal –
-Quique, no puedes tener hambre… te has zampado las palomitas
grandes tú solo…
Seguimos caminando por el centro comercial. Soy consciente de
algunas miradas, pero, poco a poco, vamos pasando desapercibidos. Creo que no
habíamos estado en esta situación hasta ahora. Observo a Malú que parece
relajada, hasta ilusionada diría yo por hacer algo así. Salimos del centro
comercial no sin antes hacernos algunas fotos con gente que la ha reconocido.
Bueno, a esto tengo que acostumbrarme. Es mi chica, quiero que esté feliz, y
ella es feliz cuando se hace fotos con la gente. No parece importarle así que a mí tampoco.
Me ha encantado estar en el cine con ella. Parece que lo
decía de broma, pero no, es verdad que quería hacer algo así con ella. Algo que
hacen las parejas normales. Nosotros procuramos serlo, pero, la verdad, no
salimos demasiado y no viene mal hacerlo de vez en cuando.
-Vamos a cenar aquí? – observa por la ventanilla mientras
aparco –
-Si… me han hablado muy bien del italiano este…
-Me encanta este sitio… - sonríe avergonzada – hace mucho que
no vengo…
-Pues venga… por una noche que comamos hidratos de carbono no
va a pasar nada no? – le guiño el ojo –
Camino a su lado, cogidos de la mano. No se me ocurre un plan
mejor que este. No sé explicarlo, pero me siento tan bien por hacer algo así…
salir a cenar, como una pareja normal. Ahora ya me da igual que nos pillen…
ahora ya lo sabe todo el mundo… no tengo que esconderme, no va a asustarse, no
va a agobiarse…
-Hola – saluda al camarero de la puerta – tenía una reserva a
nombre de Enrique Valverde…
-Ah si, por supuesto… pasen conmigo…
Tomamos asiento en una de las mesas. En el centro, un par de
velas. Muy íntimo todo, apenas dos o tres mesas más ocupadas, nada más.
-Bueno qué? Te gusta? – observo como sonríe –
-Claro que me gusta… - coge mi mano por encima de la mesa –
no te me pongas excesivamente romántico por favor…
-Por qué? No me puedo poner romántico con mi reina? – me hace
una carantoña –
-Estamos en un sitio público… - sonrío de medio lado – y sabes
lo que me pasa cuando te pones romántico…
-Bueno… luego en casa ya me cuentas lo que te pasa cuando me
pongo romántico… - coge la carta – de momento, vamos a pedir, que me muero de
hambre…
-Eres un pozo sin fondo… - sonrío –
-Ahhhh Quique! – grito sin poder parar de reir – bájame!!
Entra en casa conmigo en brazos y sube directamente a la
habitación.
-Deja de practicar para la noche de bodas y bájame!! – me deja
sobre la cama –
-Espera aquí… - sale hacia el pasillo y le sigo –
-Dónde vas? – veo como entra al baño –
-Sch!! – se asoma con la puerta medio cerrada – ahí quieta –
me amenaza con el dedo y me quedo quieta en el pasillo riéndome –
-A mi no me hables como a los perros eh? – le digo desde la
puerta –
Tras unos minutos que se me hacen eternos, abre la puerta y,
como si me diese miedo, paso lentamente. Está el baño lleno de velas, la bañera
llena de espuma y el, sonriente, plantado a mi lado.
-Te acuerdas de ese día… que estabas malita… y con la regla…
y me dijiste…
-Jajajajajajaja! – estallo en una carcajada – si es que eres
un sol… - me acerco a él –
-Lo sé… - con tono chulesco, comienza a desnudarse – ven aquí
preciosa…
Entra en la bañera y yo todavía me quedo boquiabierta cuando
le veo completamente desnudo. Le sigo casi automáticamente, sin pensar. Me
desnudo y entro en la bañera, con su mirada medio lasciva analizándome. Me
tumbo apoyando mi espalda en él, notando sus manos acariciándome sin ninguna
pretensión de momento.
-Mmm… qué gustito… - cierro los ojos acomodándome –
-Me apetecía mucho estar así contigo la verdad… - comienza a
dejar besos por mi pelo –
-Consigues animarme siempre eh?... con lo jodida que estaba…
-No me gusta verte mal… - me acaricia la tripa – y de aquí a
la boda, no quiero que estés ni un solo día triste…
-Madre mía la boda Quique… - resoplo – tenemos que organizar
demasiadas cosas…
-No no no… - niega con el dedo – mente en blanco ahora mismo…
- comienza a besarme el cuello – este momento es para nosotros…
Sus caricias se abren paso entre el agua y la espuma. Me
encanta esto. La verdad es que lo tenía pendiente desde aquel día que estaba
tan mala… lo disfruté, pero no tanto como pienso disfrutarlo hoy. Me giro para
sentarme sobre él, que sigue mirándome con esos ojos que mezclan deseo y
ternura.
Sonríe… no deja de hacerlo. Me acaricia sin parar la espalda,
con mucha delicadeza, mientras nuestras caderas se mueven a la vez.
-No se puede ser más preciosa… - susurra pegado a mi oído –
-Te quiero… - mezclo las palabras con gemidos – Joder… -
arqueo mi espalda hacia atrás –
-No diga palabrotas señorita Sanchez…
-Jajajaja! – me río sin querer – gilipollas…
Seguimos moviéndonos de manera lenta hasta que subimos un
poco el ritmo. Me dejo caer sobre él, no puedo más. Agarra mis nalgas con
fuerza para acelerar el ritmo cada vez más. Tengo las manos arrugadas del
tiempo que llevamos en el agua, pero no me importa, no se me ocurre un sitio
mejor que este para acabar el día.
Terminamos el momento de pasión con sonidos que bien podrían
traspasar las paredes y alertar a los vecinos. Cuanto más despacio lo hacemos,
más me da por gritar. Creo que me pone bastante más el hacerlo de manera lenta
que el ir a saco. Cuando se pone tierno es tan perfecto… Tras unos minutos más
en el agua, decidimos salir e irnos a la cama antes de quedarnos dormidos y
congelados.
Me seca cuidadosamente y vuelve a llevarme en brazos a la
cama. No se puede estar más encantada que yo ahora mismo. Tumbados y abrazados,
nos quedamos dormidos. Él lo hace un poco antes que yo. Yo, justo antes de
dormir, pienso en todo lo que se viene encima. Sin duda, la boda no es lo único
que me espera.
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