viernes, 2 de enero de 2015

CAPÍTULO 134: SE MUERE EL ÁNGEL (II)

Abro los ojos lentamente. Mi olfato detecta olor a quemado, a plástico o algo así. Me siento aturdido. Cuando soy consciente de lo que ha pasado, giro la cabeza a la izquierda. Veo a Malú con la cabeza apoyada en el volante y se me para el corazón. Me quito el cinturón a toda prisa, con las manos temblorosas, viendo sangre por todas partes.

-Malú! – exclamo – Malú! – la toco y no responde –

Abro el coche a toda prisa. Casi me tiro del asiento. No me detengo hasta llegar a su puerta. Intento abrirla, me cuesta un poco. Observo el coche, sale humo del capó. Pero todo eso me da igual. Necesito que me hable.

-Malú! – le grito – vamos, no me hagas esto… - pongo mi mano en su cuello y respiro al notar su pulso – cariño… vamos, contesta…

La incorporo despacio, sosteniendo su cabeza entre mis manos. Siento unas ganas de llorar tremendas cuando veo esa brecha en su frente. Dejo su cabeza apoyada en el asiento y desabrocho su cinturón.

-Eh, pequeña… - susurro – vamos cariño, despierta… - suplico –

Abre los ojos lentamente y hace un gesto de dolor que me parte el alma. De pronto, el humo del capó se vuelve más negro y sale más rápido. Unas llamas asoman de él. Horrorizado, tengo que tomar una decisión. No debería mover a Malú, pero el coche va a arder si no hago algo.

-Cariño, dime que puedes moverte…

-Quique… - susurra –

-Mueve las piernas, por favor… - me obedece lentamente – bien, ahora agárrate a mi cuello…

-Se está quemando… - dice con un hilo de voz –

-Si cariño, pero voy a sacarte de aquí, agárrate a mi cuello, vamos…

Como si no pudiera ir más deprisa, va moviendo su cuerpo a cámara lenta. Intento agarrarla de manera firme en brazos. Cuando me giro, un montón de coches están parados  en los 3 carriles de la carretera y varias personas se acercan a mí.

-Fuera todo el mundo! El coche está en llamas! – grito – que alguien llame a una ambulancia!

-Quique… - susurra – estás sangrando…

No había caído en la cuenta. Noto un goteo que me recorre la cabeza, como una fina capa de agua que cae por una pared. Me siento mareado y dejo a Malú en el suelo, a salvo. Observo el coche, pasto de las llamas. Cada vez más mareo, me tambaleo y arqueo mi cuerpo apoyándome en mis rodillas. 

Miro a mi derecha, veo a Malú que está siendo atendida por un par de personas que han salido de los coches. Escucho mi nombre, pero no puedo responder. La miro, pero no puedo caminar. Lo intento, pero me cuesta respirar.


-Quique!! – grito intentando levantarme –

-Eh, quieta, no deberías moverte… vaya accidente colega… será cabrón el de ese coche…

-Se ha dado a la fuga verdad?

No quiero escuchar nada más, quiero saber qué le pasa. Le observo a través de las piernas de la gente que me rodea. Se tambalea. Intento levantarme de nuevo, pero no me dejan. Solo alcanzo a ver como se desploma en el suelo.

Solo escucho palabras médicas que no alcanzo a descifrar. Estoy como en una nube, creo que alterno momentos inconsciente con momentos despierta. Dónde está Quique? Dios! Necesito que alguien me diga algo. Una mano firme me impide que me levante de la camilla.

-Vamos Malú, aguanta un poquito, estamos llegando al hospital…

-Quique… - susurro –

Observo la cara de ese chico. Me suena. Creo que era compañero de Quique en la ambulancia. Dónde está? Quiero verle… por qué se ha desmayado así? Estaba sangrando… Dios! Me llevo las manos al costado. Me duele como si me acabasen de clavar una espada.



-Richard! – exclamo riendo – para por favor! – intento deshacerme de sus cosquillas –

-No parar… - ríe –

-Por dios! – grito – jajajajajaja! – mi móvil suena e intento alcanzarlo – Richard! El móvil!

-No llamadas… ocupado… - se tumba sobre mí y comienza a repartir besos por mi cuello –

-Richard por favor! – resoplo – mmm… - gimo levemente – vamos… déjame cogerlo…

-Okay… - se aparta resignado – perro sigo…

-Jajajajaja! Eres muy tonto… - acaricio su cara – si? – contesto al móvil – si… - frunzo el ceño – cómo? – exclamo – en qué hospital? – Richard me mira asustado cuando escucha esa palabra – pero están bien? – me levanto de la cama a toda prisa – cómo que no puede decirme nada? Soy su amiga! – grito indignada – pero qué ha pasado? – Richard me sigue por toda la habitación con gesto preocupado – vale – cuelgo el teléfono – dios mío… - me pongo el pantalón a toda prisa –

-Qué pasa? – pregunta asustado –

-Malú y Quique, han tenido un accidente…

-What? – grita sorprendido – qué ha pasado? – pregunta en inglés –

-No lo sé Richard… pero tengo que ir… - asiente y comienza a vestirse – no cariño, quédate con Lucía por favor… - me mira triste y asiente – cuídamela por favor… te llamo en cuanto sepa algo.

-No pasará nada cariño – dice en español y me hace sonreir con gesto preocupado – cuido de Lucía…

-Gracias cielo…

Entro al hospital a toda prisa, como si me persiguiera alguien.

-Perdone señorita, puedo ayudarla? – un hombre con bata blanca me toca el hombro –

-Busco a unos amigos, han tenido un accidente de tráfico…

-Venga conmigo, en admisión podrán decirle algo… - me acompaña hasta el mostrado que tenía delante de mis ojos pero no conseguía ver – Bea! Esta chica pregunta por unos amigos que han tenido un accidente…

-Dígame los nombres… - contesta sin levantar la mirada de las mesas –

-María Lucía Sánchez y Enrique Valverde – contesto nerviosa –

La mujer me mira por encima de las gafas y mira de reojo al hombre que me ha acompañado. Le hace un gesto que no consigo entender.

-No puedo facilitarle información…

-Disculpe? – pregunto sorprendida y mi enfado va en aumento – mire, no soy ninguna fan, soy amiga de Malú desde hace muchos años, me han llamado del hospital – hablo atropelladamente – y como no me diga cómo está pienso hacer que la despidan – grito y se hace un silencio alrededor mío –

-Es usted Verónica? – aparece un hombre con bata blanca en el mostrador –

-Si, dónde está Malú? – pregunto desesperada –

-Disculpe la confusión… le hemos llamado nosotros – dice mirando a la administrativa que me mira con cara de disculpa – Malú nos ha pedido que lo hiciéramos… también hemos llamado a sus padres…

-Me puede decir de una vez como está? – digo desesperada siguiéndole con la mirada mientras sale de detrás del mostrador –

-Malú está bien, al parecer tiene un par de costillas rotas y algunas contusiones… pero no parece que tenga nada más grave, aunque seguimos haciéndole pruebas… la peor parte se la ha llevado Enrique…

Un nudo en la garganta me posee. No se si articular palabra preguntando por él o esperar a que me diga algo.

-Soy el médico que le ha atendido… venga conmigo… se lo explicaré…

Camino por los pasillos de urgencias sin entender nada. El médico parece no querer contarme lo que ha pasado con Quique. No antes de llegar a una sala tranquila. Entramos a lo que parece un despacho. Me ofrece asiento, me tiemblan las piernas, no sé si puedo soportar más esta incertidumbre.

-Enrique está grave… - dice sentándose enfrente – ha sufrido un traumatismo craneoencefálico y tiene una hemorragia…

-Dios mío… - susurro –

-Te puedo tutear? – asiento sin poder hablar – francamente… tememos por su vida…

Le miro y siento unas ganas irrefrenables de llorar. Quique no se puede morir. Me imagino a Malú escuchando esta noticia y entrando en shock y se me encoge el alma.

-La hemorragia está en una zona un poco complicada… y estamos valorando si operarle o esperar para ver si mejora y no necesita operación… - sigo sin poder hablar, grabando a fuego cada una de las palabras que ese doctor está diciendo – si le operamos… pueden quedarle secuelas…

-Secuelas? – grito asustada –

-Es difícil saberlo… - resopla – pero si le metemos en quirófano conforme está, hay posibilidades de que no lo supere… - le miro asustada y comienzo a llorar – siento ser tan directo… - niego con la cabeza – pero creo que debes saber lo que ocurre… Malú no ha parado de preguntar por él… pero no sabemos si contarle esto… en estos casos las consecuencias pueden ser desastrosas…

-Qué van a hacer? – pregunto entre lágrimas –

-Esperar… de momento esperar… le haremos otro tac dentro de unas horas y valoraremos de nuevo… pero está muy inestable… - me ofrece un poco de agua – hemos localizado a su familia y vienen para acá… no tienes por qué contárselo tú… hablaré con ellos cuando lleguen…

-Esto no puede ser… - niego con la cabeza – qué es lo que ha pasado?

-Por lo que he podido escuchar de testigos del accidente… un coche les ha embestido por la parte trasera, en un lateral… - suspira – al estar el asfalto mojado, no han podido controlar el coche y se han chocado con el quitamiedos…

-Dios mío… - me tapo la cara aterrorizada – puedo verla?

-Si, pero solo un rato, seguimos haciéndole pruebas…



Me duele todo y sigo como drogada. Cómo si cuando intento estar más consciente, fuese imposible. Observo a mi alrededor, rodeada de máquinas y pegatinas por el cuerpo conectadas a cables. Dónde coño está Quique? Por qué cada vez que lo pregunto, las enfermeras me apartan la mirada? No, no le ha pasado nada… ha sido un desmayo, de la tensión. Me repito eso una y otra vez pero estoy muerta de miedo. A veces muerta de miedo y otras como en un sueño. Una de las veces que consigo que mis párpados me respondan, veo acercarse a Vero, con cara compungida. Intento moverme, pero me duele todo.

-Cariño… - me abraza cuidadosamente – estás bien?

-Vero… el coche… - balbuceo –

-Lo sé cariño… tranquila… - me acaricia el pelo –

-Dónde está Quique? – me apresuro en preguntar, sé que ella no va a poder mentirme –

-Tranquila, está bien… - contesta apartándome la mirada –

Mis peores pronósticos se confirman. Si Vero me aparta la mirada es que algo no va bien.

-No me mientas tú también por favor! – alzo la voz – dónde está?

-Cálmate cariño… no te alteres…

-Cuéntamelo! – vuelvo a alzar la voz agarrándole del brazo – por favor… - suplico –

-Malú…

Su mirada se nubla y, con ella, la mía. Si sus ojos se llena de lágrimas es que algo terrible ha pasado. Y si le ha pasado algo a Quique, yo me voy a morir. Siento un dolor terrible en el pecho, como si me estuvieran apuñalando.

-Está grave… - susurra – ha tenido un golpe en la cabeza… - acierta a decir antes de ponerse a llorar –

-Vero… eso no puede ser… - me niego a creerme esa versión – me sacó del coche, andaba por su propio pie… no es posible…

Vuelvo a ver en mi cabeza la imagen de Quique desplomándose en el suelo. Se me hiela la sangre. La máquina a la que estoy conectada comienza a pitar y yo empiezo a respirar de una manera que no puedo controlar.

-Qué te pasa Malú? – me mira aterrorizada – enfermera!

-Qué ocurre? – llega una enfermera rápidamente – Malú, respira tranquila… vamos… - alza su mano hacia un compañero – es un ataque de ansiedad, llama al médico…

-Quique… - susurro – Vero, Quique no se puede morir…


-Ay por favor… - Vero se aparta de mi cama y veo como comienza a llorar con la cara escondida entre las manos - 

1 comentario:

  1. Porfa, sube mas capitulos, me encanta tu novela.
    Y molaria si Rick siguiera vivo y bien y que sigan felices Malú y él. Gracias por la novela :)

    ResponderEliminar