“Buenos días gordito. Mi madre y Vero me han sacado de la
cama. Se les ha ocurrido la fantástica idea de ir hoy a probarme mi vestido de
novia. No quería despertarte… estabas tan guapo dormidito… ayer fue una noche
preciosa, como todas las que paso a tu lado. Me encanta despertarme abrazada a
ti. Intentaré no tardar demasiado, pero si te despiertas y no estoy, que sepas
que te quiero más que a nada. Te he dejado café hecho. No te aburras sin mí. Te
quiero.”
Una gran sonrisa que creo que me va a durar todo el día, se
instaura en mi cara. Cuando quiere ser romántica, es más que nadie. Se está
probando vestidos de novia… me deshago si lo pienso. Guardo la nota en el cajón
de la mesita y me levanto de la cama casi a regañadientes. El olor a café
mezclado con su perfume, se difumina por toda la casa. Desayuno consultando
twitter hasta que veo una foto. Somos Malú y yo ayer. Joder, nos persiguen. Es
una foto muy bonita la verdad. Me la descargo y decido enviársela por whatsapp.
-Mamá por favor, te he dicho que este no me gusta…
-Entonces cuál te gusta? Que me estás volviendo loca! – alza
sus manos desesperada –
-Te he dicho que el segundo que me he probado me encantaba…
pero te empeñas en que me los pruebe todos… - respongo desganada – Vero – le
apunto con el dedo viendo como va a decirme algo – no digas nada por dios…
-Si solo iba a decir que el segundo me encanta! – se queja –
Cojo mi móvil y veo un whatsapp suyo. Sonrío mientras se abre
la pantalla.
“Buenos días gordita. Me has alegrado el día. No me he tenido
que echar azúcar en el café ni nada. Por cierto, tus fans nos siguen, tenemos
paparazzis por todas partes”
Observo la foto y me tapo la cara avergonzada. Vero y mi
madre me observan interrogantes. Les enseño la foto y su cara se transforma, me
miran extrañadas.
-Así que Lula ha decidido llevar su relación de manera normal
de cara a la galería… - dice Vero con ironía –
-Me llevó al cine y luego a cenar… - sonrío embelesada –
sabes cuánto hacía que no iba al cine?
-Si es que mi yerno… - mi madre pone gesto de estar encantada
– venga Malú por favor, tienes que probarte de nuevo el segundo…
-Que sí… pesada… - reniego –
Me miro al espejo con el vestido puesto. Madre mía… no me
imaginaba yo ni en mis mejores sueños estar haciendo esto… la verdad es que me
encanta este vestido. Es precioso. Me veo con él. Salgo del probador y mi madre
y Vero me miran emocionadas. Siento una vergüenza terrible.
-Ay mi niña… - se me acerca mi madre – si parece una
princesa… - me abraza emocionada -
-Mamá… - digo avergonzada –
-Estás impresionante Lula… - la voz de Vero suena sincera –
Quique se va a caer de espaldas cuando te vea…
-Y no necesita ningún arreglo… te queda hecho a medida…. – me
observa mi madre de arriba abajo –
-No engordes de aquí a la boda… - deja caer Vero –
-Y por qué va a engordar? – pregunta inocentemente mi madre –
-Pepi… tu hija y Quique están deseando darte un nieto…
-Vero! – exclamo – no estoy embarazada joder! – resoplo –
bueno… me lo puedo quitar ya?
-Ay hija… que sosa eres… - reniega mi madre –
En casa se ha formado prácticamente un acontecimiento único e
irrepetible. Vero ha llamado a Pastora, a Vanesa, a Rose… para que me vean con
el vestido puesto. Pero por qué? No soy ningún mono de feria. Quique no está,
se ha ido con Richard a jugar al padel. Estoy sola ante el peligro, no puede
salvarme. Me pongo el traje con la ayuda de mi madre, que no para de hablar.
Dios mío, por qué? Por qué tanto dolor?
Salgo muerta de la vergüenza. Todavía más cuando veo sus
caras. Juliet me mira totalmente anonadada. Igual que las demás.
-Impresionante… - susurra Juliet – qué guapa!! – exclama ilusionada
– verdad abuela?
-Estás perfecta Malú… - dice Rose sonriente –
-Nena, qué vestido más bonito… - dice Vane – que te casas!! –
exclama –
-Callaos ya… - digo avergonzada –
-Mirad, que cola tiene… es precioso… - mi madre me gira como
si fuese un maniquí –
-Bueno, ya está, ya lo habéis visto… - me dispongo a largarme
y vestirme de persona normal –
-No no no no – se levanta Pastora de la silla – tenemos que
analizarlo…
Mientras no paran de analizar el vestido, centímetro a
centímetro, no paro de resoplar. Qué poco me gusta esto, me pone tensa. Escucho
la puerta y abro los ojos de par en par. Vane y Vero saltan como un resorte por
encima del sofá, dispuestas a evitar que Quique me vea vestida de novia.
-Cariño! Ya he llegado!
Dejo la bolsa en el pasillo y, de repente, veo a Vero y Vane
correr hacia mí.
-Qué pasa? – pregunto asustado –
-Arriba! – grita Vane – arriba, tienes que subir!
-Pero qué pasa? – pregunto contrariado – Malú! – grito –
-Que no, nada de Malú… - niega Vero –
-Quietas! – me suelto de sus brazos – qué pasa?
-Que trae mala suerte si ves a Malú vestida de novia… eso
pasa… - Vane vuelve a cogerme del brazo – venga, arriba… - me obliga a subir
las escaleras –
-Está vestida de novia? – pregunto ilusionado – quiero verla…
- intento darme la vuelta –
-Pero tú eres tonto o qué te pasa? – me grita Vero – tira parriba
que todavía te meto una hostia…
-Uhhh, qué agresiva!!! – me río – por lo menos decidme cómo
es el vestido no?
-Que te calles ya hombre! – me grita Vane – qué pesado!
Me meten en la habitación a empujones y se quedan en la
puerta, como si fueran unas matonas de discoteca. La situación es bastante
cómica. Podría levantarme y apartarlas, aunque me llevaría una buena hostia de
cada una, pero podría con ellas. Decido esperar, no soy nada supersticioso pero
prefiero ver a Malú vestida de novia el día que toca, eso es verdad.
-Puedo bajar ya o qué? – me quejo sentado en la cama –
Vane y Vero se miran y oigo como gritan preguntando a la
gente de abajo. Pero cuánta gente hay? Vane y Vero me cogen de ambos brazos,
como si estuviera detenido o algo así y me bajan por la escalera. Al entrar al
salón, me encuentro con Malú totalmente colorada, Pepi roja como un tomate,
fruto de haber hecho algún esfuerzo y Rose, Pastora y Juliet mirándome.
-Puedo darle un beso a la novia o eso también está prohibido?
– digo de broma –
-Cómo es que has llegado tan pronto? – pregunta Malú justo
después de besarla –
-Tan pronto? Qué te piensas que somos? Nadal? – digo riéndome
– con una hora y media es suficiente –
El resto nos miran cariacontecidas.
-Bueeeeno – Pastora se levanta de la silla y arranca las
risas del resto – es hora de irnos verdad?
-La prueba A del delito nos la llevamos nosotras… - dice Vero
convencida – este es capaz de rebuscar hasta escontrarlo…
-Oye, que yo no soy así hombre! – me quejo – solo quería ver
a mi futura esposa blanca y radiante… - miro a Malú embelesado y baja la cabeza
avergonzada –
-Una hostia con la mano abierta te daba… - dice Vane – con la
mala suerte que da eso…
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