domingo, 18 de enero de 2015

CAPÍTULO 152: LAS GANAS QUE LUEGO TUVIMOS (III)

Ya no recordaba lo rápidos que se pasan los días cuando él está en casa. Es todo tan normal, tan rutinario que me encanta. Juliet se ha acostado pronto. Todavía sigo pensando en el momento de esta mañana, cuando nos ha pillado. Cada vez que me acuerdo, me avergüenzo un poco más.

-Mi madre está empeñada en que vayamos a comer a su casa este domingo… Quique! – me mira fugazmente – me estás escuchando?

-Si si…

Le veo abrir los armarios. Se agacha a mirar debajo de la cama. Busca entre las cortinas. Finalmente, va a la puerta y echa el pestillo.

-Estamos solos o me da esa impresión a mí? – se acerca a mí de manera graciosa –

-Pero Quique…

-Silencio – finge escupirse en las manos y frotarlas como si fuera a ponerse a hacer algún trabajo y me empuja a la cama – ahora verás…

-Jajajajaja! – estallo en una carcajada – pero que te estaba hablando eh?

-Tú repasa lo que ha pasado hoy… - se apoya en sus manos sobre mí – solo ha faltado que viniera tu padre a ver como follamos…

-Dios, qué vergüenza… - me tapo la cara – y Vero todo el rato haciéndome gestitos…

-Y tu hermano? No va a volver a hablarme en la vida… - dice serio –

-Pero qué dices? Que tengo 32 tacos eh?

-Ya… pero antes era el maravilloso novio que cuida de su hermana… ahora soy el tío que se la folla… la cosa cambia…

-Bestia! – le doy un manotazo – jajajajaja! Mi hermano no es así… - noto su mano colarse por dentro de mi camiseta – ay de verdad… estás muy mal eh? – me quejo – no podemos hablar ni nada…

-Que si tonta… - me da besitos por el cuello – si lo que me apetecía era estar así… con intimidad…

-Me quieres solo por mi cuerpo… - digo haciéndome la indignada –

-Hombre… - se queda pensativo – tu cuerpo es un factor importante… - le doy un manotazo – peeeero – carraspea – tienes otras muchas virtudes como por ejemplo… mmm… - finge quedarse pensativo – emmm… - sé que está de broma – eres maja…

-Gilipollas… - me río – pues ahora estas piernas no se abren hasta que no me hagas la pelota – le quito de encima de un empujón – así que empieza…

-Pero Malú…

-Que me pelotees te he dicho… - le ordeno seria –

-Vale vale! – alza las manos – a ver… - se queda pensativo – Malú, esto es muy absurdo…

-Que seas romántico! Dónde está ese hombre del que me he enamorado? – me mira con cara de póker – ahora solo piensas en sexo y más sexo…

-Eh eh eh! Para el carro! – dice indignado – pero quién buscaba esta mañana inspiración? – me da la risa – aquí uno tiene necesidades pero no soy siempre yo eh?

-Te he dicho que me pelotees y no te escucho, así que venga… - me tumbo boca arriba con una sonrisa triunfante –

-Te vas a cagar… - se remanga las mangas del pijama – vas a llorar y todo…

-Dispara… - digo casi sin inmutarme –

-Así en frío queda super forzado…

-No te escucho… - digo con tono expectante -

-Pero y qué quieres que haga? Que me ponga cariñoso? – pregunta sin entenderme –

-Ay mira de verdad… - me giro haciéndome la enfadada – buenas noches

-Qué… - le escucho resoplar – pero cariño… - noto como pasa un brazo por encima de mí – quiere mimitos mi reina?

-Déjame… - hago esfuerzos sobrehumanos para seguir fingiendo enfado –

-No te enfades mi vida… - suspira mientras me da besos en el hombro – igual he estado un poco burro estos días… pero ya sabes que soy un romántico… - intento aguantarme la risa ante sus explicaciones – si lo que más me gusta del mundo es estar los dos abrazaditos diciéndonos ñoñerías… - sigue besando mi hombro derecho – lo que pasa es que me puedes… y hoy… ha sido todo tan accidentado…

-No me has dejado ni siquiera hablar… - digo aguantándome la risa –

-Pero amor… - intenta besarme pero aparto la cara para que no vea que me estoy riendo – lo siento… tienes razón… anda, date la vuelta… no te enfades…

Me giro muerta de risa y me mira con cara cabreada.

-Qué cabrona eres… - niega con la cabeza –

-Si es que eres un cielo… - agarro su cara con las dos manos y le planto un beso – y me encanta que te pongas burro…

-Y si ahora me cabreo yo de verdad? – me dice serio –

-Anda ven aquí… - le agarro del cuello hasta besarle – es que me gusta que te pongas ñoño…

-Ya… - dice todavía serio –

Le miro con mi cara de no haber roto un plato y termina sonriendo bajando la cabeza. Se abraza a mí sin decir nada, apoyando su cara en mi pecho. Cómo me gusta que haga eso.

-Sabes de lo que más me gusta acordarme? – dice sin moverse – de lo nervioso que estaba cuando vine a verte después de volver de la isla… - me río – estaba cagao…

-A mi me gusta acordarme de cuando me besaste la primera vez… - digo toda ñoña – me dejaste a cuadros…

-No sé de dónde saqué el valor para hacer eso… - se ríe – me acuerdo que pensé: “hostia, qué bien besa…”

-Jajajajajajaja – me río avergonzada – yo pensé eso de ti… - suspira – me alegro que recuerdes todo eso… fue tan bonito… - río tímida – me daba pena que no lo recordases…

Se hace el silencio en la habitación. Quique acaricia mi tripa por encima de la camiseta, de manera dulce. Me encanta estar así, relajados, cariñosos, sin prisas…

-Oye… - digo en voz baja – no vas a seguir con lo que estabas antes?


No se mueve. De repente, le oigo respirar profundo. Se ha dormido. Sonrío enternecida. Soy tonta… me he quedado a dos velas por querer hacerle sufrir un ratito. Pero me da igual. Estar los dos así, se me hace impagable. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario