jueves, 2 de octubre de 2014

CAPÍTULO 52: NO VOY A CAMBIAR (III)

Me cambiaba rápidamente, notaba como por mi cuerpo fluía la adrenalina del directo. Si hubiera tenido más tiempo, me hubiera sentado en un rincón a llorar, pero no había tiempo para eso, solo para sonreír. Estaba siendo perfecto, mi voz estaba haciéndome caso. Ahora llegaba una canción que pensaba vivirla con todas mis fuerzas. Pensaba cantársela a él. Estaría viéndome verdad? Habría visto cuando me toqué la pulsera? Supuse que sí… estaba tan nerviosa… una vez vestida adecuadamente con ese vestido negro corto, corrí hasta llegar a la plataforma que me sacaría de nuevo al escenario, a uno de los pasillos que se abrían paso entre la gente. Estaba tan lleno que me daba pavor. Pavor y emoción a partes iguales.

-Dicen que lo nuestro está prohibido – comienzo a cantar casi susurrando - que es el veneno del pecado y un mal trago del destino – dirijo mi mirada hacia donde sé que debe estar - que sólo somos dos amantes a escondidas que tú me harás una infeliz toda mi vida… qué me importa... si te quiero qué me importa. – cierro los ojos y camino hacia el borde de aquel pasillo y señalo hacia su zona - 

-Dicen que esta historia está acabada que estoy ciega porque sigo enamorada… que tus "te quiero" son el fruto del vacío… que tú algún día me echarás de tu camino… - cojo aire y alzo el tono - dicen que vivimos una farsa y es mentira! Diles!, que nuestro amor es grande como el universo que en este corazón me sobran sentimientos – me toco el pecho e intento buscarle - entre huracanes de pasión sin límites…  diles, que vivo y muero para darte amor… 

La canción me da un respiro, miro hacia abajo y veo a la gente enfervorecida. Sonrío. Miro de nuevo esa zona y agudizo mi visión. Seguro que me lo estoy imaginando, pero creo ver dos brazos cruzados en el aire. Me van a detener, pienso. Vuelvo a sonreir ampliamente, ya sé donde está. 

-Sólo con mirarte yo te intuyo, te adivino entre caricias y promesas, yo construyo mi castillo eres mi bálsamo, mi cura, de mi soledad abrigo, la inocencia que me inunda, eres mi amante, eres mi amigo. Tú – le señalo -, eres el aire de mi cielo… y aunque la gente nos señale será solo un burdo intento… nosotros volaremos alto como el viento ente la inmensidad de un nuevo firmamento… Como!!! – pongo el micro para que canten todo el estribillo - 

-Con el velero de tu sonrisa, llévame lejos, cúrame esta herida… donde los sueños se hacen siempre eternos donde el deseo quema a fuego nuestros cuerpos... – alzo la voz y pego un grito que me suena desgarrador… me apetecía hacerlo. Me repongo y vuelvo a mirar adelante, señalando - Diles, que nuestro amor será infinitamente eterno, que cuando me besas el mundo calla en su silencio entre huracanes de pasión sin límites… diles que vivo y muero para darte amor... – descubro estar emocionada, con las lágrimas a punto de brotar, acabo de vivir un momento mágico… - diles… - agacho la cabeza y sonrío –

El aplauso me retumba en los oídos, le busco de nuevo entre tantas manos y creo distinguirle. Sonrío y bajo la cabeza para no caerme. Deshago aquel pasillo, paso a paso, despacio, llega un momento muy bonito para mí.

-Bueno… como sabéis… tengo, afortunadamente, muchos amigos que han querido cantar conmigo alguna canción… - empiezo a escuchar los gritos – no se si recordáis el primer palacio, cuando vinieron tantos amigos a cantar conmigo… - sonrío – y hoy… les tengo aquí… conmigo… - miro a la esquina y veo a Manu – el primero de ellos es un cantante al que admiro… un amigo… con todas las letras… y casi un hermano… - cojo aire – Manuel Carrasco!


Manu sale sonriente, saludando al público que ha empezado a enloquecer. Nuestro tema, “Que nadie” es casi un himno, se lo sabe todo el mundo y canta a coro con nosotros, sin descanso. Quedan muchos dúos esa noche, he querido que sea así, he querido que la mayoría de los que han cantado conmigo estén esa noche tan especial conmigo. El concierto se va a alargar más allá de las 3 horas, pero me da igual, y me alegra ya que nadie de los allí presentes sabe toda la gente que va a pasar por allí. 


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