sábado, 4 de octubre de 2014

CAPÍTULO 57: FRÁGILES

Empieza la vorágine. No sabía que esto iba a ser así. Lleva una semana de conciertos y yo ya estoy cansado, no sé cómo lo hace, pero parece que ella no lo está. Estoy alucinado con su trabajo, es un no parar de entrevistas, conciertos, fotos con los fans… es agotador. Pero estoy feliz. Estoy contento por haber tomado la decisión de seguirla. Me ha convencido para que me instale en casa, yo, que dije siempre que esperaría algo más de tiempo antes de vivir con alguien. Lorena me la jugó pero bien jugada, no quería que me pasara lo mismo. Pero aquí estoy, viviendo en su casa, como si tal cosa, con mi cepillo de dientes junto al suyo y todas esas cosas románticas que hacen potar a cualquiera.

-Quique!!! Voy a llegar tarde!!! – oigo como se queja – joder!

-Que ya salgo! Por qué no bajas al de abajo? – grito mientras me afeito –

-Pues porque has decidido ducharte en el baño donde tengo todas mis cosas! Abre de una vez! – me ordena –

Abro la puerta y pasa siquiera sin mirarme.

-Me estás poniendo negra esta mañana – sin más, me roba el lavabo y comienza a lavarse la cara –

-Malú, me ves? Me estoy afeitando – digo indignado señalando mi barba - 

-Y yo arreglándome que tengo una entrevista – dice sin más –

-Buenooo… - pongo los ojos en blanco – con qué buen humor nos hemos levantado eh? – intento resultar gracioso –

-Si hubieras puesto la alarma como dijiste, no se me habría hecho tarde – su voz suena enfadada –

-Perdona? Tú eres la que no ha puesto su despertador… - le doy un empujoncito con mi cadera para poder terminar de afeitarme –

-Pero qué cojones haces? – me empuja – te afeitas abajo.

-Malú… - le ruego –

-Ni Malú ni hostias, que me estás poniendo mala – comienza a echarse crema por la cara mirándose al espejo –


Me quedo plantado en la puerta del baño, con la toalla todavía puesta y la barba a medio afeitar. Observo a Malú, no puedo evitar hacerlo de manera divertida. Está muy graciosa cuando se indigna. Me mira con cara de pocos amigos pero el gesto le cambia cuando me ve. Una leve sonrisa comienza a aparecer en su rostro. Comienzo a reirme y se contagia.

-Ya decía yo que no podía ser todo tan bonito… - digo reflexivo – tienes mal despertar.

-No tengo mal despertar! – se queja como una niña pequeña – anda ven… que te dejo sitio…

El ritmo de aquellas entrevistas es bastante frenético. Radio, prensa escrita, con sus correspondientes fotos, otra vez radio. No ha parado un segundo y yo, en ocasiones, me siento un asistente suyo. Pero un asistente feliz, creo que ella también lo está de verme allí.
Tras acabar la ronda de entrevistas, decidimos ir a comer a algún lado. Estamos acompañados por Rosa, que se afana en hablar por teléfono, creo que está cerrando algún concierto más.

-Estás cansada? – digo bebiendo de mi cerveza –

-Un poco… pero es lógico… hoy es que ha sido un día de los fuertes… esto no es siempre así… - sonríe – y tú, estás cansado?

-Agotado – digo riendo – no sé como puedes, de verdad te lo digo…

-Madre mía, qué mañanita… - dice Rosa sentándose en la mesa – esto es un no parar…

-Dice que está cansado… - Malú me señala riéndose –

-Uy, pues no has visto nada hijo mío…

Charlamos tranquilamente hasta que algo me perturba. Veo, a lo lejos, lo que me parece un fotógrafo haciéndonos fotos. Ya estoy incómodo.

-Pasa algo? – pregunta Malú –

-Nada, creo que allí hay un fotógrafo… - señalo con la cabeza –

-Y eso te incomoda? – dice Malú con gesto que todavía no sé descifrar –

-Pues un poco… no me hace ninguna gracia… - respondo sincero –

-Así me gusta… - sentencia Rosa – buen fichaje Malú.

Miro extrañado a Malú, que me mira sonriendo y sigue comiendo como si nada. Supongo que esto es habitual y que lo mejor es comportarse de manera normal. Seguimos con la comida, riéndonos bastante con las caras que pone Rosa cuando suena su móvil, apenas la han dejado comer tranquila. 

Tras la comida, Malú y yo nos vamos a casa, hemos decidido pasar la tarde tranquilos tirados en el sofá, descansando. Este fin de semana tiene 2 conciertos, uno viernes y otro sábado. Hay que coger fuerzas. Mi móvil suena, es un whatsapp. Cuando veo quien es, mi gesto cambia. Tanto, que Malú lo nota.

-Quién es?

-Nadie – digo incorporándome para sentarme en el sofá –

Lorena me acaba de escribir una parrafada. La leo con desgana, qué cojones querrá?

“Hola Quique, supongo que te extrañará que te escriba. No me he atrevido a escribirte antes porque me sentía avergonzada por lo que pasó entre nosotros. Sé que te hice daño y de verdad que lo siento. Me han dicho que estás por Madrid. Yo también, me he venido a buscar trabajo. Me gustaría que quedásemos para hablar, quería saber si estabas bien después de todo lo que ha pasado. Cuando vi por la televisión que ibas en ese avión me sentí tan culpable… Me gustaría verte y pedirte perdón en persona y comprobar que estás bien. Espero que, aunque sea, me contestes. Un beso”

Trago saliva. Esto es un sin sentido. Hace semanas que ocurrió todo y ahora me escribe? Es más, cómo cojones sabe que estoy en Madrid? Por qué me escribe? Malú me mira interrogante. Y ahora yo qué hago? Se lo cuento? Bah, no sé mentir joder.

-Parece que has visto un fantasma… - dice Malú con voz comedida –

-Toma… - decido darle el móvil, es mejor no mentir sobre estas cosas –

Malú duda al principio si cogerlo, pero accede finalmente. Frunce el ceño mientras lee, imagino que no le está haciendo ninguna gracia.

-Es tu ex? – pregunta mirando el móvil –

-Si…

-Y vas a quedar con ella? – dice sin mirarme –

-No tengo ninguna gana… - respondo sincero – no se a qué viene ahora esto…

-Puedes hacer lo que quieras… - responde seria –

-Oye… - le hago una carantoña que recibe con desgana – no voy a hacer nada que te moleste, lo sabes no?

-No me molesta que quedes con ella… - dice mirando hacia la tele –

-Ya… claro… - sonrío enternecido – olvídate de esto – cojo mi móvil – voy a contestarle por cortesía, ven…

-No hace falta que me lo enseñes…

-Si, si hace falta… ven anda… - paso un brazo por sus hombros y me dispongo a escribir –

“Hola Lorena, no esperaba un mensaje tuyo. Gracias por preocuparte, pero estoy muy bien. Ando muy liado y no creo que podamos quedar. Espero que todo te esté yendo bien. Cuídate”

-Has sido muy seco…

-Lo sé… - dejo un beso en su pelo – te has puesto celosa? – digo sonriendo –

-Yo? – se separa de mí y hace gesto de sorpresa – para nada…

-Ya… - sonrío tiernamente – 

No hay comentarios:

Publicar un comentario