jueves, 9 de octubre de 2014

CAPÍTULO 73: INEVITABLE

No era  un concierto cualquiera. Era el concierto en el que volvía a estar feliz, un concierto que iba a disfrutar al máximo. Tenía en mi cabeza una sorpresa para el final del show, una sorpresa que incluía a Quique, aunque no sabía nada. Esta vez no estoy sola con mis compañeros antes de salir al escenario. Esta vez está él, junto con Amanda y su familia, que también van a ver el concierto desde el backstage.

Tras nuestro grito de guerra juntando las manos, mis músicos salen al escenario. Puedo escuchar los gritos de la gente. Son momentos que siempre me han gustado, pero este, en especial, me está poniendo los pelos de punta. Estoy en otro país, pero parece que es como si estuviera en casa. Me siento feliz, preparada para liarla una vez más. Mi voz comienza a salir de mi garganta y doy los pasos necesarios para llegar al escenario. Observo al público. Está lleno a rebosar.

Las canciones van pasando dejándome una huella importante en la mente, creo que no se me va a olvidar nunca este concierto. Cada vez que puedo, miro a mi derecha y le veo, junto a Amanda, Rafael y Guillermo. Sonrío sin poder evitarlo. Me hace gestos, incluso le miro cuando no se da cuenta, y parece eufórico. No entiendo como puede llevarse tan bien con la gente que me acompaña en los conciertos con el poco tiempo que ha pasado. Parece casi del equipo, integrado totalmente.
Al llegar el final, me dispongo a soltar mi discurso habitual justo antes de la última canción. Llega el momento de llevar a cabo mi plan.

-Mi México… - digo con cariño y escucho los gritos del público – esta noche ha sido tan especial para mí… tenía ganas de volver a veros… y de poder daros todo el cariño que me ha llegado de vosotros… - trago salivo – teníamos un concierto pendiente y aquí estamos! – grito y el público me vitorea – quiero daros las gracias a todos por haber venido, de verdad – me pongo la mano en el pecho – no voy a olvidar esto, os lo prometo – los aplausos inundan el recinto – llega la última canción del concierto… - se escucha un oh unánime – y no quiero cantarla sola… - miro hacia atrás y todos me miran con cara de asustados, no puedo evitar reirme – esto no está preparado pero vamos a improvisar… verdad chicos? – digo riéndome mientras les miro – hoy me han acompañado unas personas muy especiales para mí… son de aquí, de México… - la gente comienza a gritar – y quiero que  me acompañen… - les hago un gesto y Amanda niega con la mano mientras Guillermo me mira ilusionado a mí y a su madre alternativamente – Amanda, Rafael, Guillermo, venid aquí… - voy hacia ellos – ponedles el pinganillo y dadles un micro, que vamos a cantar juntos… - digo de manera segura –

Soy consciente de que la estoy liando, pero me encanta la sensación de desconcierto que fluye por el escenario. Los músicos están muertos de risa, puesto que a ellos no les afecta en absoluto. Como si quiero subir a cantar a todo el público… ellos encantados. No puedo parar de reirme. Y más me voy a reir todavía cuando nombre a Quique y tenga que salir aquí.

-A parte de ellos tres… que seguro que los conocéis… quiero también que cante conmigo aquí una persona que… igual también os suena… - comienzo a reirme al ver la cara de Quique – Quique, tú también.
Los gritos siguen con más fuerza. Miro las primeras filas y veo las caras sorprendidas y las risas, quizá contagiadas por la mía. Sigo con mi particular speach, dando tiempo a los técnicos para que los preparen. Quique me hace gestos como de querer matarme, pero ya le están poniendo el pinganillo. Los cuatro salen al escenario y alzo los brazos aplaudiendo para que la gente me siga.

-Os gusta la sorpresa? – grito hacia el público que responde con un sí unánime – os la sabéis? – les pregunto –

-Te voy a matar jefa – me susurra Quique al oído, pero creo que se ha escuchado porque escucho risas entre el público –

-No te la sabes? – pregunto con sorna –

-Creo que la he escuchado un par de veces… - dice de forma graciosa Quique –

-Yo me la sé – contesta inocente e ilusionado Guillermo, lo que hace que el público se enternezca –

-Así me gusta Guille! – respondo – México! – señalo al público – nos vemos muy pronto!!

El sonido de piano que salía de las manos de Rubén, amenizando la escena, termina y se apagan las luces. Observo a Quique, que me hace gestos con las manos como diciéndome lo lleno que está el recinto. Me río sin querer, intento ponerme seria, la primera parte de la canción la hago yo sola con el piano. Al acabar, comienzan las guitarras. Alzo mi mano justo cuando comienza, seguida de Quique y el resto que hacen lo propio. Las luces se encienden y puedo ver al público entregado.
Nunca había sentido esta sensación, estar cantando con tanta gente en el escenario, con miradas cómplices. Comienzan a cantar y, cuando le toca el turno a Quique, me quedo flipada. Todos los nervios que parecía tener han desaparecido. Canta muy bien, hasta con soltura.

Llega el estribillo y parece que Quique les da unas pequeñas directrices de cómo hay que mover los brazos. Estoy muerta de risa. Cuando les veo hacer lo mismo que yo, sonrío feliz. Durante la canción, la complicidad entre nosotros creo que puede palparse. Incluso me atrevo a hacer un baile sugerente mirándole tras el primer estribillo. Hace gestos graciosos como que tiene calor y se da la vuelta. Soy consciente de que aquello va a traer cola, pero me da igual, me lo estoy pasando en grande.
La canción termina con nosotros cinco cantando a la vez. Mientras la música sigue y veo como los cuatro se ponen a bailar con los músicos, yo doy las gracias al público. Veo como, desde atrás, me aplauden y me hacen reverencias y río avergonzada. Desaparecemos del escenario con una sonrisa en la cara, la más grande que creo que he tenido en semanas.

-Paren las máquinas, la jefa necesita sus pastillas! – grita Quique haciéndose el serio –

-Jajajajaja! – río con ganas –

-Como nos haces eso? – dice Amanda riéndose – qué vergüenza he pasado… - se queda pensativa – y qué bien me lo he pasado – comienza a reírse de nuevo –

-Mami, se sabían mi nombre! – grita ilusionado Guillermo – quiero ser cantante

-Si claro… - dice indignado Rafael – tú a estudiar hombre, mira lo que has hecho jefa!

-Jajajajajaja! – no puedo parar de reir –

-A ver… - aparece Rosa en escena – qué tipo de demencia tiene? – pregunta mirando a Quique – qué infarto me ha dado… se te ha ido mucho Lula…

-Lo sé… pero me ha encantao – sonrío convencida –


-Mañana esto va a salir en todos los sitios… - dice Rosa mirándome – la vuelta a España va a ser… - me sonríe enternecida - 

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