-Habías estado en Sevilla alguna vez? – me pregunta Malú –
-Si… he venido muchas veces… - digo mirando hacia el río –
-Y eso? Te gusta la ciudad? – pregunta su madre interesándose
–
-La verdad es que es de las ciudades más bonitas en las que
he estado… a pesar de este calor… - sonríe – un amigo estudiaba aquí… los meses
que no teníamos exámenes, veníamos algún finde…
-Vaya… eso no me lo había contado… - dice Malú –
-Ya… se me había pasado… - Observo a lo lejos, la torre del
oro – voy a empezar a echar fotos cual guiri…
-Jajajajaja! – me agarra la mano – se me hace raro esto…
cuánto hacía que no paseábamos por aquí mamá?
-Pfff… - resopla – ni idea…
-Has comido alguna vez por el centro? Por la giralda? – me
pregunta Malú –
-Mmmm… pues no lo sé… - digo pensativo –
-Pues vas a flipar… vamos al sitio este de los caracoles no
mamá? – dice ilusionada –
-Qué obsesión… - su madre pone los ojos en blanco – los has
probado Quique?
-Aquí no… - sonrío –
-Aggg… - Malú pone cara de placer – qué ricos están dios mío…
Sonrío enternecido. Parece una cría pequeña. Cruzamos la
calle, no parece reconocernos nadie. Llegamos a las inmediaciones de la
Giralda, que se alza imponente. Qué imagen más bonita, me encantaba pasear por
aquí, siempre había tanta gente… callejeamos un poco hasta dar con un
restaurante. Por la cara de Malú, imagino que es el que pensaban. Entramos y
nos sentamos en una de las mesas. Estoy enfrente de su madre, con Malú a mi
lado.
-Voy al baño antes de empezar a comer… sino no podré
levantarme…
-Exagerada… - dice su madre –
-Oye, pues está genial este sitio no? – intento sacar
conversación con Pepi –
-A Malú le encanta venir aquí… - Pepi bebe un trago de su
copa de vino – ahora que estamos a solas, me gustaría hablar contigo.
Trago saliva. Creo que he puesto cara de susto porque se ha
reído. Así que ahora toca una conversación suegra-yerno. El plan perfecto para
mi resaca.
-Nunca había visto tan feliz a mi hija, y me imagino que tú
eres, en parte, responsable de eso… - me mira de una forma que no se explicar,
no se si va a echarme la bronca o… -
-Bueno… - intento restarle importancia –
-Tengo que reconocer que me decepcionó un poco eso que salió
en la tele…
-Pepi, eso no era más que un montaje, yo no…
-Ya… - me corta – ya lo sé. Te conozco poco, pero creo que
tengo un sexto sentido para estas cosas. No te veo capaz de hacerle eso a mi
hija.
-Ni a tu hija ni a nadie – digo de manera segura –
-Si viera alguna cosa que no me gusta, ten por seguro que no
estaría aquí, comiendo contigo.
El tono seguro de su madre asusta. Imagino que ha conocido a
alguna de las parejas de Malú, aunque no se en qué contexto, no se si habrá
estado comiendo con ellos en un restaurante como conmigo.
-La vida de mi hija es complicada… como estarás comprobando…
-Bueno… es diferente… - digo sonriendo –
-Tenía mis dudas de si aguantarías la presión, sinceramente…
- respiro hondo – pero veo que lo estás llevando muy bien…
-Con tu hija es fácil llevarlo bien… - digo sincero –
-Solo te pido una cosa… no le hagas daño…
-Pepi… - digo dispuesto a contestar –
-No la había visto nunca así… está ilusionada… feliz… y yo
soy su madre… y, si te digo la verdad, me pareces un chico maravilloso para
ella… - sonrío algo avergonzado – si en algún momento acaba lo vuestro, no le
hagas daño…
-No te preocupes por eso Pepi… - sonrío –
-La conozco… y sé que nunca se había sentido tan bien con
alguien… tengo que darte las gracias… - intento hablar pero me corta – por
traérmela de vuelta y por cuidármela estos meses…
-Pero Pepi… - ahora si que estoy totalmente avergonzado –
-Veo como la miras… - dice con voz tierna – y veo como te
mira a ti. No debería decirte esto porque soy su madre… - río tímidamente –
bueno hijo, eso… que me gustas de yerno…
-Joder Pepi… - comienzo a reirme – igual de directa que tu
hija…
-Eso es verdad, lo ha heredado de mí… - ríe –
-Eh, no habéis pedido? – aparece Malú sentándose indignada –
aquí, de palique y mientras yo muerta de hambre… muy mal…
Observo como devora esos caracoles. Dios santo, qué bestia.
Se ha comido un plato ella sola, sin quitar esa cara de placer y sin hacer
soniditos.
-Mmm… - casi es como un gemido – que ricos por dios…
-Te van a sentar mal… - digo observándola –
-Esto sentarme mal? – pone cara de incredulidad – eso es imposible…
Sigue devorando caracoles como si le fuera la vida en ello.
Es tan adorable. Y tan bestia. No tiene ningún tipo de medida. Miro de reojo a
su madre, nos mira raro. Creo que la conversación de antes marca un antes y un
después… cuando la suegra te dice que le gustas… verás cuando se lo cuente a
Malú, va a poner el grito en el cielo pero le va a encantar.
-Dios… estoy llena – Malú se recuesta en el asiento del
copiloto, mientras conduzco –
-Normal… kilos y kilos de caracoles recorriendo tus intestinos…
- pongo voz tenebrosa – abriéndose paso sin descanso, agolpándose por los
rincones…
-Cállate… dios! Qué asco… - estallo en una carcajada – qué
ganas tengo de llegar a casita…
-Ya ves… menudo fin de semana… - esbozo una sonrisa –
-Jo… ha estado genial… - me mira con cara tierna –
definitivamente, le gustas a mi madre…
-Eso ya lo sé… me lo ha dicho…
-Qué? – grita –
-Cuando me has dejado solo con ella en el restaurante… hemos
tenido una charla suegra-yerno… muy interesante…
-Dios… - se tapa la cara –
-Pero que no pasa nada eh? Si me ha dicho cosas muy… bonitas…
- sonrío mirándola de reojo –
-Qué te ha dicho? – pregunta interesada –
-Nada… que te ve muy feliz… me ha dado las gracias… - digo
mirando a la carretera –
-Qué vergüenza de mujer… en serio… - niega con la cabeza –
-Te ve feliz, contenta… como nunca te había visto ha dicho… -
pongo voz de interesante – y que ha visto como me miras…
-No te ha dicho eso… - responde incrédula – de verdad? –
asiento – la mato…
-Ha sido una charla muy… entrañable… me ha dicho que le gusto
para ti… - la miro fugazmente y está sonriendo – eso es bueno no?
-Pff… - resopla – lo mejor de todo es que no se equivoca…
-Ah no? – sonrío triunfante – anda… duerme que te aviso
cuando estemos llegando…
********
Estoy muerta, así que no quiero ni imaginarme cómo estará él.
Ha conducido todo el trayecto, me he quedado frita y ni siquiera me ha
despertado. A mi madre le encanta, eso es así. Y ayer terminó de ganarse al
resto. Cada vez que le miraba, me estaba mirando, me sentí tan cómoda. Me da
seguridad. Sale del baño y se tumba en la cama, con el pijama ya puesto.
-Dios… camita… - se abraza a mí – cómo puedes hacer esto tan
a menudo? Necesito días para recuperarme…
-No te creas que yo no estoy cansada eh? – acaricio su
espalda – nadie había hecho esto por mí… - digo sin pensar –
-El qué? – me mira extrañado –
-Lo de anoche… - digo con voz tierna –
-Mujer… - se tumba boca arriba – no creo que suela pasarte
que uno de tu grupo se ponga malo a 4 horas de un concierto…
-Sé que estabas nervioso… y que lo hiciste por mí… me refiero
a eso…
-Ya bueno… - dice sonriendo – si mi jefa me necesita, yo no
puedo decir que no… - pongo tono de broma –
-Haces demasiadas cosas por mí… y yo no hago nada…
-Sabes que eso no es verdad… - me mira serio – haces mucho
más de lo que crees… - pongo mi cabeza en su pecho – ayer me pasó una cosa…
mientras tocaba… - alzo mi mirada,
dispuesta a escucharle – durante la canción que acabas con tu hermano…
-A ver… qué te paso? – pregunto divertida –
-Me acordé de hace muchos años… cuando tocaba con mi grupo… -
me río – vi a Rafa y a María… mirándome… - me pongo seria de repente – recordé como
Rafa decía que su ilusión era tocar delante de miles de personas… y cómo decía
que algún día lo haríamos…
-Quique… - digo conmovida –
-En serio… fue como… volver a verles… no sé explicártelo…
como si me estuvieran viendo y estuvieran allí conmigo… - sonríe – María venía
a todos nuestros ensayos… y a todos nuestros conciertos… le hubiera encantado
verme ahí… - carraspea, noto como se está emocionando – Rafa era un tío
especial… siempre tenía ilusión por algo… aunque pareciese imposible… - sonríe
amargamente – no suelo hablar mucho de ellos… pero ayer te juro que fue como si
hubiera vuelto a ese garaje donde ensayábamos… como si estuviera pasando de
verdad… - ríe tímidamente – qué tontería verdad?
-No es ninguna tontería… es muy bonito… - acaricio su brazo –
te puso triste?
-No… eso es lo más mágico… me puse contento al darme cuenta
que Rafa tenía razón… es extraño… tuve ganas de llorar pero no de tristeza… -
sonríe mirándome – después de pasarme eso, te vi venir hacia mí, sonriente… y
me di cuenta…
-De qué? – pregunto emocionada –
-Pues… - esboza una sonrisa – que volvería mil veces a
subirme a ese avión… - ahora la que tiene ganas de llorar soy yo – que encontrarte
es lo mejor que podía pasarme…
-Quique… - le miro emocionada y veo como tiene los ojos rojos
– luego soy yo la llorona eh? – digo de broma, haciendo que sonría – no me
digas esas cosas anda…
Nos abrazamos. Joder, cómo me dice estas cosas? Con lo
sensible que estoy… no puedo remediarlo… me pongo a llorar, una vez más.
-Ves? Ya lo has conseguido… - me aparto un poco, secándome
las lágrimas –
-Mi llorona… - vuelve a abrazarme –
-Oye… - alzo la mirada – aunque me hagas llorar, yo también me
subiría mil veces a ese avión… - se pone a reírse – que lo sepas…
-Si es que cuando te pones tierna… - niega con la cabeza –
anda ven… - me hace girar en la cama y se pone sobre mí – que voy a hacer que
dejes de llorar…
-Jajajaja! – comienza a besarme el cuello - Mmm…
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