sábado, 11 de octubre de 2014

CAPÍTULO 76: APRENDIZ (I)

-Y Charlie? – pregunto –

-Ha ido al baño… hace ya rato por cierto... no tenía buena cara - responde Jose –

-No me jodas… pero le pasaba algo? – vuelvo a preguntar –

Carlos aparece con cara de pocos amigos, blanco como la pared. Quique se acerca a él, poniendo su brazo sobre sus hombros y lo sienta en una silla.

-Qué te pasa tío? – pregunta Quique, arrodillado delante de él –

-No se… he vomitado varias veces… - contesta cansado –

-Bebe un poco de agua… - le ofrezco –

-Bebe despacio anda… - le ordena Quique –

-Otra vez… - Carlos se levanta a toda prisa de la silla pero no llega al baño, se pone a vomitar apoyado en la puerta del set – mierda…

-Vale… tranquilo tío… ayúdame Jose… vamos a tumbarlo en el suelo.

-Joder… - se queja Carlos – no puede ser…

-Has comido algo raro? – pregunta Quique tocándole la barriga –

-No… creo que no…

-Lo más probable es que sea una gastroenteritis… - concluye Quique levantándose – cuánto has vomitado?

-Mucho tío… mucho… y por abajo también…- responde avergonzado - 

-Vale… vamos a tener que llevarle al hospital…

-No Quique… no me jodas… tengo que tocar… - Carlos intenta levantarse –

-No me hagas como Malú que me cabreo – dice Quique apuntándole con el dedo –


-Me acaba de llamar Carlos… lo van a dejar ingresado, es una gastroenteritis… - dice Julián colgando el teléfono – ha pedido el alta voluntaria pero Rosa se lo ha impedido…

-Pero está bien? – pregunto preocupada –

-Si… le han podido cortar los vómitos… - contesta Julián -

-Sin Carlos no podemos salir… - digo con gesto de tristeza -

-Vamos a tener que suspender entonces… - dice con rabia Rubén –

-Suspender a 4 horas del concierto… me cago en la puta… - farfulla mi hermano -

-No podemos suspender… es Sevilla… - digo pensativa – Miguel no puede llegar a tiempo verdad?

Miguel es un músico, amigo de Julián, que alguna vez nos ha sacado de alguna como ésta, aunque han sido pocas veces.

-Miguel no está en España… - contesta Jose – y nadie va a aprenderse las canciones en 4 horas…

-Ahh – él es la solución – Quique – le señalo  –

-No… - niega asustado – Malú no…

-Por favor! – suplico – se sabe las canciones, solo necesita ensayar sonido – digo mirando al resto –

-Malú, eso de que me sé las canciones es discutible…

-Por favor… no podemos suspender… por favor… - suplico – ensaya por lo menos…

-Joder jefa… - niego con la cabeza –

-Igual no es tan descabellado… - interviene mi hermano – podemos poner una pantalla con las partituras cerca de ti… es posible que no te las aprendas en 4 horas…

-Malú… que esto no… - niega con la cabeza – que es el estadio olímpico… cuántas personas puede haber?

-Cualquier cosa antes que suspender Quique… por favor… - vuelvo a suplicarle – lo vas a hacer genial… si las has tocado alguna vez…

-Alguna vez Malú… pero en casa – se excusa – no aquí…

-Vamos Quique – Julián le coge por los hombros – yo te echo una mano…

Le observo desde detrás del escenario. Se afana en devorar esas partituras. Se las sabe, maldita sea, este hombre se las sabe. Y, si no se las sabe, las aprende a una velocidad que da miedo. La sola idea de suspender el concierto me estaba partiendo el alma. En Sevilla, mi casa, uno de los conciertos que más tiempo llevaba esperando. Una vez más, salvándome la vida.  Algunos de los invitados que van a cantar conmigo esta noche, van llegando. Entre ellos, Alejandro. Vamos a cantar “Desde cuando” y “Viviendo deprisa”. Llega a mi altura, sonriente, y me da un abrazo.

-Ale, no sabes lo que ha pasado… - digo atropelladamente –

-Qué pasa? – dice asustado –

Señalo hacia Quique, que sigue tocando la guitarra junto a Julián y le narro lo que ha ocurrido con Carlos.

-Joder… tiene que estar cagao… - nos acercamos a él – qué pasa tío?

-Joder Ale… - niega con la cabeza – me la han liao…

-Que no coño, que lo vas a hacer de puta madre – dice Julián –

-Vamos a ensayar las vuestras – dice Rubén desde el piano – preparado Quique?

Quique asiente y se va a su puesto. Está nervioso. Mucho. Pobrecito, me siento hasta culpable de hacerle esto. Comenzamos con Desde Cuando. Le miro de reojo, está concentradísimo mirando a la pantalla, pero, de vez en cuando, mira hacia mí y me sonríe. Al acabar, ensayamos Viviendo Deprisa. Me sorprende, incluso lo comento en voz baja con Alejandro durante los solos. Parece que no necesita mirar la pantalla en esta canción. Se la sabrá? La habrá tocado con su grupo? Supongo que igual sí.

-Illo! – grita Alejandro al terminar – no cambies ni una nota eh? – le dice – suena de puta madre.

No puedo evitar mirarle enternecida. Está rojo como un tomate. Pobrecito, le estoy haciendo pasar un mal rato… y lo que le queda.

-Como lo ves? – me acerco a Julián –

-Lo va a hacer bien… es lo que tiene ser músico… se adapta… y nos ha visto tocar muchísimas veces... se sabe el concierto de memoria - dice convencido – damos la talla fijo.


Respiro aliviada. No era solo mi sensación. Es que lo hace bien de verdad. El ensayo acaba, tengo una sensación de nerviosismo mayor que cualquier otro día. Creo que es porque estoy nerviosa también por él. Apenas habla, parece que está intentando no desmayarse del susto cada vez que mira el reloj. El momento se acerca y tengo la sensación que me lo voy a pasar bomba con él en el escenario, aunque creo que él no tanto. Pobrecito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario