martes, 28 de octubre de 2014

CAPÍTULO 95: QUE ME QUIERES SIN MEDIDA

-Ahí estás incómoda Malú… - digo serio – no sé por qué no te has ido a casa…

-No piensas lo que dices… - se acomoda en el sofá que es de todo menos cómodo – te tengo que explicar otra vez por qué me quiero quedar?

-Pero si es que no me pasa nada… solo me tienen en observación, nada más… - digo restándole importancia –

-Claro, claro… - dice con tono irónico – por eso te han hecho millones de pruebas…

-Por prevención Malú… no exageremos…

-Exagerar? – se pone de pie al lado de la cama – te metes en un edificio en llamas y te descuelgas con una cuerda desde un segundo piso, con mi ahijada en brazos, te desmayas, te ponen un tubo en la garganta porque no puedes respirar… y es exagerado que quiera quedarme aquí esta noche? – dice con tono enfadado – deja de quitarle importancia…

-Lo del tubo en la garganta también fue por prevención… - me mira como queriendo asesinarme – vale… ya me callo…

-Mejor – deja un beso en mi frente – a dormir, venga…

-Pff… - resoplo – cualquiera se duerme, llevo todo el día durmiendo…

-Eres el peor paciente que he visto en mi vida, te lo juro… - se deja caer en el sofá – mucho peor que yo…

-Eso lo dudo mucho… - digo para picarle –

-Deja de picarme quieres? – me dice de manera borde –

-No te enfades anda… - alarga mi mano para tocar la suya – ven, que te hago un ladito aquí – me hago a un lado en la camilla –

-Estate quieto que te vas a quitar los cables… - se levanta del sofá de nuevo –

-Deja de echarme la bronca… - suplico sonriendo – túmbate aquí, si cabemos los dos…

-Esa cama es para que duermas tu, que eres el enfermo… - dice convencida – no me mires así… - le miro haciendo un puchero – joder… - pone los ojos en blanco – pero solo hasta que te duermas…

-Vale mami… - digo de broma – ves? – la abrazo – así mucho mejor, dónde va a parar… - escucho como se ríe tímidamente – así me curo yo en un momento…

-Qué tonto que eres… - se abraza a mí, poniéndose de lado –

Nos quedamos unos segundos en silencio. Cierro los ojos medio sonriendo. Me gusta tanto cuando se abraza a mí así…

-Te has asustado mucho verdad? – digo comedido –

-Más de lo que crees… - alza su mirada y vuelve a bajarla para abrazarse a mí, esta vez un poco más fuerte – Cuando ha salido el médico a decirnos que estabas bien… me he desmayado…

Abro los ojos de par en par, sorprendido. Me hago a un lado para mirarle y alza de nuevo su mirada hacia mí, algo avergonzada.

-Eso es verdad? – pregunto incrédulo –

-Ha sido la tensión… - susurra excusándose – según Jose, he recuperado la conciencia en seguida pero estaba muy alterada y me han dado algo para tranquilizarme… pero de eso no me acuerdo…

-Pero… - me corta –

-Estoy bien… pero he pasado mucho miedo… - suspira – he tenido una pesadilla horrible… - frunzo el ceño, intrigado – no me apetece hablar de eso…

-No me lo vas a contar? – suspira de nuevo –

Malú me narra su pesadilla entre tímidas lágrimas. Se me hace un nudo en la garganta importante al notar su miedo conforme lo cuenta y al ver su cara… ha soñado que me moría… joder, es hasta tétrico…

-Te juro que he sentido hasta como se me iba la pinza… ha sido muy real… - dice sollozando –

-No ha sido real Malú… - digo tiernamente –

-Ya… pero lo que he sentido si que ha sido real… sé que me hubiera pasado así…

-No digas eso anda… - me siento algo incómodo –

-Me da miedo sentir esto… - su tono suena a confesión – me da miedo necesitarte tanto…

Su confesión es la más sincera que he escuchado en mi vida. Me necesita. De repente, siento un sentimiento de responsabilidad que me inunda.

-Por qué te da miedo? – acaricio su pelo tiernamente –

-Porque si… - río sin querer – no sé explicarlo… quizá es porque no me había pasado nunca con nadie… es como si supiera que si te pasa algo… no podría seguir con mi vida por mucho tiempo que pasara…

-No me gusta que te sientas así… - digo serio –

-Y qué quieres que haga? – responde algo incómoda –

-No me gusta que te dé miedo… - intento retomar el tono dulce – aunque a mi me da el mismo miedo que te pase algo a ti… pero bueno…

-Entonces por qué me riñes? – dice riendo levemente – normalmente esto pasa cuando llevas más tiempo no crees?

-Nuestra relación y el tiempo nunca han tenido demasiada lógica… - digo divertido – vivimos juntos casi desde el primer momento…

-A mi me gusta eso… - dice mirándome – tú lo único que tienes que hacer es dejar de hacerte el héroe… - alzo mis cejas – que a este paso vas a salvar a toda la familia De Lucía tú solito…

-Jajajajaja – estallo en una carcajada –

Me mira riendo y se incorpora para dejar un dulce beso en mis labios. La máquina comienza a pitar de nuevo. Qué hija de puta, voy a romperla o a desenchufarla. Noto como Malú se está riendo bastante antes de deshacer el beso.

-Oye, a ver si va a venir la enfermera… - dice riéndose – así que te aceleras cuando me acerco eh? – dice insinuante –

-No pongas esa voz, quieres? – me quejo – me perturbas…

-Tú espera que te den el alta, que verás cómo te voy a perturbar… - vuelve a poner ese tono insinuante en la voz –

-Para… - escucho los pitidos de la máquina de fondo y Malú estalla en otra carcajada –

-Me encanta esa máquina – dice riendo – me la voy a llevar a casa…

-Eres mala… - me muevo en la cama y noto la sensación de querer ir al baño urgentemente – joder…

-Qué pasa? – se incorpora asustada –

-Me meo… - hago un intento para levantarme –

-A donde crees que vas? – se levanta rápidamente de la cama – quieto – me apunta con el dedo mientras entra en el baño – toma…

-No pienso mear ahí – señalo esa especie de probeta –

-Quique, no empecemos otra vez, con todos esos cables no puedes levantarte al baño.

-Pues me aguanto y no meo – me cruzo de brazos –

-O la metes tú aquí o te la meto yo… - frunce el ceño – jajajajajaja!

-Jajajajaja! – me llevo la mano a la entrepierna – hija de… - me quejo – que me meo joder…

-Ha sonado fatal… - dice riéndose todavía – pero es la realidad…

-Es asqueroso mear ahí Malú… - vuelvo a quejarme –

-Venga Quique… con lo que a ti te gusta meterla… - reprime una carcajada – jajajaja! No me obligues… - me apunta con el dedo – vas a mear aquí quieras o no…

-Anda trae – le quito de las manos la cuña – no mires… - la miro de reojo y veo como parece convulsionar de la risa – eres una cabrona…

-Jajajajaja! Me encanta ponerte nervioso… - intenta girarse –

-No mires cojones! – me quejo – maldita sea, a saber quien ha metido aquí la polla joder…

-Pfhghhh – escucho como intenta no reírse –

-Tú sigue…

Un silencio incómodo es roto por el sonido del chorrillo que hago al mear. Sigue convulsionando de la risa. Qué pérdida de la dignidad más absoluta.

-Esto es denigrante… - vuelvo a quejarme –

-Ya? – se da la vuelta – Quique, te la he visto casi tantas veces como tú mismo, no sé por qué te da vergüenza…

-Ay pues no sé… - pongo tono de inocencia – quizá es porque no suelo mear con alguien delante… - digo irónico - Me estoy muriendo del asco… - coge la cuña muerta de la risa –

-Qué poco sufrido eres para ser médico… - se dirige al baño, escucho como se lava las manos – anda toma – me da una toallita – no vayas a desmayarte del asco…

-Recuérdame que proponga otro tipo de utensilio para mear… pobres pacientes…

-Podría haber sido peor… podrías haber tenido ganas de…

-Vale – la corto – procuraré no tener ganas si quiero conservar la poca dignidad que me queda…

-Luego soy yo la exagerada… por dios Quique, que solo es pis… - se acerca a la cama – y es tuyo además…

-Si yo estoy sufriendo por ti…

-Pues por mí no sufras que yo te cuido con todo el gusto del mundo… - me da un beso en la boca –

-Esto refuerza nuestra relación sin duda… - se ríe – si has cogido la cuña y no te ha dado asco… podemos hasta casarnos…

-Ah si? – me mira insinuante – iba a decir que es un poco pronto para casarnos, pero teniendo en cuenta que en 6 meses ya te he visto mear en una cuña… pronto no es… en todo caso, tarde…

-Qué cabrona que eres, en serio… - sonrío de medio lado -

-Anda – sigue riéndose – vamos a dormir, que mira que hora es… - pega el sofá a mi cama y se sienta en él – si necesitas algo me avisas, que como vea que te intentas levantar… - me mira con tono amenazante –

-Lo que usted diga jefa… - sonrío – anda, dame otro beso…


-Uno solo eh? Que te aceleras… - pongo los ojos en blanco mientras se ríe - 

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