domingo, 19 de octubre de 2014

CAPÍTULO 86: LINDA

Estoy casi más nervioso que ella. Noto como mis primos me observan… este fin de semana voy a tener que acostumbrarme a que me hagan radiografías. Sé que está nerviosa, pero lo disimula muy bien, quizá por esa faceta de actriz tan suya, que siempre le digo que tiene, pero que siempre me la niega. La comida llega a su fin. Tras despedirnos de mis primos y mis padres, recibo una llamada de Alex y Marta. Están en la ciudad. Estupendo, otra presentación más para mi pobre chica, que hoy se enfrenta ante uno de sus conciertos más importantes, y yo no hago más que ponerle nerviosa. Malú tiene que ir al ensayo, así que quedo con Alex y Marta en las inmediaciones del estadio. En seguida viene un coche de su equipo a recogernos. Mientras llegamos, recibo una llamada de Alex.

-Tio… eh… me puedes decir como quieres que te encontremos?

-Qué pasa?

-Tú sabes la gente que hay aquí fuera? Es una puta locura… parece que hoy haya partido…

-Malú – tapo el auricular – Alex dice que están las inmediaciones del estadio a rebosar de gente…

-Ya será menos… - contesta incrédula –

-Hemos habilitado una zona para que entremos con el coche sin problema… pero vamos… hay unas colas increíbles… - interviene el conductor –

-Vale, escucha Alex, vete para la zona donde no haya gente…

-Vale… a mi casa entonces no?

-Jajajajaja! – estallo en una carcajada – idiota, hay una zona de entrada al estadio que es solo para los VIP – me siento imbécil diciendo eso – bueno, tu me entiendes…

-Oído… Marta, somos VIP, pon cara de famosa… - oigo como le dice a su mujer – allí nos vemos colega.

-Este Alex es gilipollas… te va a encantar… - Malú me mira sonriendo tiernamente – ha ido bien la comida no?

-Si… he pasado muchos nervios… pero si…

-Oye… no tienes por qué ponerte nerviosa… son mi familia, son buena gente… - Malú asiente algo confundida – además, les he pagado una pasta para que te traten bien…

-Calla… - ríe destensandose – pfff… esta noche voy a estar como un flan…

-Que no, ya verás… si lo has hecho mil veces…

-Es mucha gente… hostia… - exclama mirando por la ventanilla –

-Esa es la cola – indica el conductor – y solo son las 4 de la tarde…

Rodeamos el estadio y encaramos la entrada. Unas vallas impiden que la gente tapone la entrada. Así que tenemos que entrar con todo eso lleno de gente. Observo a mi alrededor, intentando ver a Alex y Marta, pero hay mucha gente. Decido llamarles por teléfono.

-Tío eh… - se escucha mucha gente de fondo – ese coche es el tuyo?

-Si, espera que me bajo – para el coche – ordeno al conductor – te veo dentro jefa – dejo un beso en sus labios y me bajo de él – me ves?

Alzo la mano y cientos de personas me gritan. Dios mio, no había previsto esto. Ahora sus fans, que me conocen, me hacen cientos de fotos. Veo aparecer por un lateral a Alex, Marta y Rocío. Les indico a los de seguridad que vienen conmigo y, tras saludarnos fugazmente, corremos al interior del estadio. No sé por qué, he alzado la mano, como saludando a la gente, como si fuera famoso, soy un estúpido.

-Joder Quique, menuda entrada triunfal… - exclama Alex –

-Qué locura… - Marta me da dos besos riéndose –

-Hola tito – exclama Rocío una vez hemos entrado al estadio –

-Hola princesa! – la cojo en brazos – cómo está mi pequeña?

-Amos a ver a Malú – dice inocentemente –

-Sí? Anda, que guay no? – miro de manera cómplice hacia Marta mientras andamos –

-Si, mami me ha dicho que es tu novia

-Jajajaja – me encanta esta niña – si… la quieres conocer? – asiente ilusionada – pues ahora te la presento, no te preocupes…

Entramos dentro del campo, al fondo, se ve el coche que ha llevado a Malú hasta dentro y mucha gente del equipo, a los que saludo. El escenario es enorme, flipante, con un par de pasillos a los lados, bastante más largos que a los que Malú está acostumbrada me parece. Veo como alza la mano, saludándome. Miro a Rocío de reojo, que me mira entusiasmada.

-Os ha costado entrar? – pregunta sonriente Malú – hola, tú debes ser Alex

-Si, encantado – se dan dos besos –

-Yo soy Marta – hacen lo propio – gracias por invitarnos… - Malú niega con la cabeza sonriente -

-Y esta pequeñaja tan guapa quién es? – pregunta Malú haciéndole una carantoña – Rocío a que si? – se agacha hasta ponerse a su altura. La niña asiente ilusionada –

-Es Malú cariño, dale dos besos, venga! – le anima Marta –

Rocío es un torbellino, espontánea, alegre, tanto que, al escuchar esas palabras de su madre, se lanza a los brazos de Malú haciendo que ponga cara de sorprendido. Malú ríe a carcajadas.

-Vaya… esto se va a llenar de gente? – exclama sorprendido Alex –

-Y tanto… - afirmo –

-Vamos para dentro, tengo que ensayar un rato, queréis verlo? – propone Malú –

Mis amigos asienten con cara de ilusionados. Hay que ver, qué cómoda parece que se siente con ellos y qué nerviosa estaba con mi familia. Nos adentramos en los entresijos del equipo hasta el backstage y subimos hasta el escenario.

-Bueno, tengo que dejaros un segundo, podéis pedir lo que queráis

-Gracias – contesta sonriente Marta – qué simpática es no? – me dice en voz baja –

-Mucho, qué te crees? – contesto orgulloso – Rocío no para de mirarla…

-Menudo viaje nos ha dado… - Alex niega con la cabeza – todo el rato Malú, Malú, Malú…

Malú comienza a ensayar bajo la atenta mirada de mis amigos. De vez en cuando nos mira y sonríe algo avergonzada, no puede evitarlo, es tímida aunque quiera disimularlo.

-Joder… todo esto lleno va a ser una pasada chaval… - noto emoción en la voz de Alex -

-Está nerviosa… - sonrío –

-Normal… estoy nervioso hasta yo… - dice Alex –

Malú termina de ensayar, no le gusta hacerlo demasiado, no quiere que se le canse la voz, solo lo hace para comprobar que todo está bien, una vez hecho, prefiere estar lejos del escenario.

-Eh doctor! – la voz de Vero me sorprende a mi espalda – la baba…

-Por donde has entrado? No te he visto…

-Normal, esto es enorme… - dirige su mirada a mis amigos – hola, soy Vero, la amiga de la artista…

Escucho a Alex y Marta reírse. Ya está, se van a llevar bien. Rocío y Lucía se miran de manera tímida.

-Mira Lucía, una amiguita para jugar, qué te parece?

Lucía, tan tímida como siempre, no sabe qué decir. Sin embargo, Rocío, bastante más extrovertida, le propone jugar.

-No os vayáis lejos! – grito Vero – nena! – entra al escenario como si nada, haciéndole aspavientos a Malú –

-Es normal eh? Está un poco loca, pero es normal… - les digo a mis amigos –

-Qué fuerte… estoy en el escenario de un concierto de Malú… agárrame Alex, que me desmayo… - finge Marta –

-Esta noche van a venir casi todos, algunos tenían guardia, ya sabes…

-Bueno, seguro que lo pasamos bien – parte de mis amigos van a estar también allí –

-Lucía! Ven a saludar a tu tía! – la voz de Vero es de todo menos grave –

Lucía va corriendo hacia el escenario y Rocío nos mira, como pidiéndonos permiso.

-Quieres ir tú también cariño? – digo cogiéndola en brazos – pues venga…

-Anda Lucía, si te has echado una amiguita eh? Chicos, venga, que voy a cantar con ellas, tocad algo – ordena a su banda –

Observo la escena al lado de Vero, Alex y Marta. Malú está cantando con Rocío, que está que se muere de felicidad, y Lucía, que parece perder la vergüenza con un micro en la mano. Qué estampa tan conmovedora. La verdad es que se le dan bien los niños, la adoran, sería una buena madre. Agito la cabeza sonriente por ese pensamiento.

Poco a poco se va llenando el estadio. Estoy cada vez más nervioso. Las puertas se han abierto y se han agolpado miles de personas para entrar. Alucinante.

-Asómate anda… - casi la obligo –

-Que no! Que me pongo más nerviosa!...

-Pues mi familia ya está en la grada… eso te tranquiliza? – digo riéndome –

-Te mato… - me da una palmetada – esto es una locura, voy a matar a Rosa por tener estas ideas…

-Rosa tiene visión empresarial… sabía que esto se llenaría, igual que se llenará el Vicente Calderón…

-Cállate! – me ordena –


El concierto está a punto de empezar. Me despido de ella como siempre, con un beso y un “mucha mierda”. Me dirijo a nuestro sitio VIP reservado. Mi familia ya está allí. Nos saludamos efusivamente. Poco después, se apagan las luces. El concierto está a punto de empezar y mi corazón, como siempre, va a mil.

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