La lluvia ha vuelto a hacer estragos en el campamento.
Nuestras cabañas son hojas mecidas por el viento, nada consistentes. Como la
vez anterior, tras la lluvia hay unos momentos de desconcierto, de no saber qué
hacer. Ayer llovió bastante más que la última vez y el ánimo en la isla va
decayendo.
Recuerdo las palabras que les dije referentes a si habían pensado
por qué no venía nadie a por nosotros. Nadie había hecho ningún comentario al
respecto, pero se palpaba en el ambiente que la gente comenzaba a
impacientarse.
-Rick – la voz grave de Richard me saca de mis pensamientos
– ya he escuchado a varias personas preguntarse por qué no viene nadie a por
nosotros – bajo la cabeza negando – y se está formando un lío en la orilla… Rafa
quiere construir una barca.
Le miro estupefacto y camino hasta él.
-Ya… ya se lo que piensas, pero quizá habría que contarles
lo que sabes – Malú y Richard son los únicos de la isla que saben de la
conversación que escuché en el avión –
Al llegar a la orilla, me encuentro a Malú poco más que
discutiendo con Rafael. Él está empeñado en construir una barca todos juntos
para salir de allí. Malú, por el contrario, le expone los peligros de
adentrarse en el mar. Poco a poco la conversación sube de tono.
-Tú, tan famosa que eres, no te preguntas por qué tu séquito
no ha venido a buscarte? – pregunta Rafael con sorna –
Se escuchan cuchicheos. El resto de los supervivientes no
conocen a Malú, solo por la conversación del otro día saben que es conocida.
-Rafael, basta – dice Malú seria –
-Ninguna niña de papá va a darme órdenes – contesta Rafael
algo exaltado – No sé quién te has creído que eres pero aquí no te vale el
nombre para ordenar nada a nadie.
-Pero como puedes decir eso? – Malú comienza a cabrearse –
-Qué está pasando? – interrumpo la discusión –
Anthony narra las intenciones de Rafael de construir una
barca y salir a alta mar a buscar ayuda. Algunos de los supervivientes dudan,
fruto de la desesperación.
-Ya tuvo que llegar el jefe para poner paz – susurra en voz
baja Rafael, recriminado por su mujer –
-Voy a hacer como que no he escuchado eso – intento
contenerme – no es buena idea lo de salir a alta mar.
-Vieron? Aquí está el jefe dando órdenes – Grita Rafael –
-Te estás pasando Rafa – le cortó Malú –
-Vaya! Y ahora la artista le defiende, qué pasa, es tu novio?
– ríe a carcajadas mofándose –
-Basta! – grito – Rafael, como piensas construir esa barca?
– se hace un silencio en la isla –
-Con cañas de bambú y lo que encontremos – dice convencido –
-Ya… - no me puedo creer lo que estoy oyendo – y de verdad
vas a subir a tu hijo a una barca hecha con cañas de bambú en un mar que no
conoces?
Rafael me mira con rencor. Se pone frente a mí, está
bastante beligerante.
-Lo que yo haga con mi hijo no es asunto tuyo
-Rafael, ya es suficiente – contesta Amanda –
-Cállate! – le grita – no hace falta que demuestres lo mucho
que te gusta el doctor
-Qué estás diciendo Rafa? – replica Amanda algo ofendida –
-Qué prefieren? Quedarse aquí esperando a que llegue una ayuda
que no va a llegar? O ayudarme a construir una barca que nos saque de aquí? –
se escuchan murmullos entre los supervivientes – el doctor no les da
soluciones, les pide paciencia, y a algunos se nos está agotando – me mira de
nuevo con ira en los ojos – y ahora qué doctorcito? Como sienta que su rebaño
ya no le siga?
-Vale ya Rafa! – grita Malú –
Rafael se acerca a ella como si estuviera poseído pero me
interpongo entre ellos.
-Eh eh! – grito poniéndome entre ellos dándole un empujón a
Rafa – se te ha ido la cabeza? Qué ibas a hacer?
Rafa me empuja con ganas, pero no consigue tumbarme en la
arena.
-Por qué no decidimos como hombres quien es el jefe de la
isla? – propone desafiante -
Alzo las cejas en señal de asombro. Aquel hombre no parecía
ser el hombre tranquilo que llevaba días trabajando por los demás en la isla.
-No hay que decidir quien es el jefe porque no hay jefe –
sentencio – y nadie va a tocar a nadie en esta isla, está claro?
-Claro… cómo alguien va a osar tocar a Malú estando el
doctor por en medio – replica con ironía – me va a escuchar solo un instante –
se acerca a mi desafiante – voy a salir de esta isla con mi hijo y mi mujer –
sube el tono de voz – y el que quiera acompañarme, adelante. El que se quede
sabe que acabará como los 8 que enterramos ayer.
Rafael se gira hacia las cabañas cuando decido poner fin a
aquella insensatez.
-Sé por qué no han venido a por nosotros todavía! – grito y
Rafael se para en seco –
Comienzo a narrar lo que en su día les conté a Malú y a
Richard. La gente comienza a asustarse, pero consigo tranquilizarles. A todos
menos a Rafael.
-El doctor nos ocultaba información como si fuéramos
estúpidos, cierto?
-Eso no es así Rafa… no quería que la gente lo entendiese
mal y pensara que no vendrían a por nosotros.
-Y ahora usted sabe seguro que van a venir? – resoplo y bajo
la cabeza – Vieron? Les oculta información, les trata como si fueran estúpidos
y no les propone soluciones. Yo sí. Les propongo que construyamos una barca y
salgamos de esta isla – replica con total convicción -
Todos comienzan a cuchichear entre ellos mientras miro a
Malú preocupado.
-Si esperamos todos juntos será mucho más fácil sobrevivir –
dice Malú con voz pausada. Todos se callan al escucharla –
-Claro! En el mundo en el que usted vive todos sus problemas
los solucionan los demás, no es así? – contesta Rafa en tono burlón – todos
menos la muerte, su familia lo sabe bien.
Aquellas palabras me dolieron hasta a mí. Hizo clara
referencia a la muerte de su tío para intentar sacarla de sus casillas, y lo
consiguió.
-Eres un cabrón – dice mientras camina enfurecida hasta él
pero me pongo en medio de ellos – a mi familia no la menciones me oyes?
-Malú, cálmate – digo agarrándola de la cintura -
-Pobrecita, la niñita echa de menos a su familia, no es
cierto? – está siendo demasiado cruel para estar en sus cabales – por qué no le
dice al doctor que le dé cariño?
He escuchado más de lo que puedo soportar. Me doy la vuelta
y me pongo frente a frente con él. Me aguanta la mirada y, por un momento,
pienso que vamos a comenzar a pegarnos, el silencio inunda la isla, todos nos
miran asustados.
-Si no te calmas… - no me deja terminar y comienza a
empujarme -
-Va a pegarme doctor? – dice mientras me empuja, estoy a
punto de estallar – vamos, pégueme y demuestre a toda esta gente que tiene
sangre en las venas – intento no caer en su provocación – es curioso, saca toda
la hombría cuando pasa algo referente a su amiga, debería pensarlo…
-Basta… - digo apretando los puños –
-Papá! – la voz de Guillermo hace que deseche la posibilidad
de pegarle a su padre –
Rafa se gira como si hubiera escuchado un fantasma. Detecto
que la cara le cambia, parece no estar en sus cabales y haber vuelto de
repente.
-No quiero irme de la isla en una barca, quiero quedarme
aquí con los demás – replica el niño –
-Tú harás lo que yo te diga – dice el padre mientras le coge
del brazo y se aleja junto a Amanda – Piénsenlo! – se dirige a los
supervivientes -
Me quedo allí, de pie, sin saber qué hacer. Cuando Rafael
desaparece, las miradas se centran en mí. Sigo con los puños apretados, como si
estuviera triturando en mis manos un montón de hojas secas.
-Rick, no nos vamos a ir de esta isla si no es todos juntos,
y menos en una barca que se va a hundir en cuanto venga una ola – la voz de
Anthony me hace destensarme –
Todos apoyan aquellas palabras. Miro a Anthony agradecido y
veo como Malú comienza a andar hasta la orilla, sin articular palabra. El grupo
se deshace cuando Richard les alienta a seguir con las tareas que cada uno
tiene asignadas. Decido seguirla, supongo que estará dolida.
-No tienes que perseguirme, estoy bien – dice Malú sentada
en la arena, sin mirarme –
-No te persigo, solo quería decirte que, si quieres hablar,
estoy aquí…
Espero unos segundos pero no obtengo respuesta. Decido
dejarla sola pero justo cuando voy a girarme, escucho los sollozos que salen de
su boca. Me parte el corazón aquella escena. Me acerco hasta ella, procuro no
agobiarla demasiado. Pongo una mano sobre su hombro y escucho como comienza a
llorar más fuerte. Decido sentarme a su lado y, sin mediar palabra, se gira y
se abraza a mí como si le fuera la vida en ello.
-Vamos Malú… no llores… - digo acariciando su pelo – todo va
a ir bien…
-Les echo tanto de menos… - llora amargamente – y si no
vuelvo a verles?
-Ei… - hago que me mire – vamos a salir de aquí, lo sabes
igual que yo.
-Ha sido muy cruel conmigo – baja la cabeza, refiriéndose a
Rafa –
-Lo sé… no se qué le ha pasado, hay demasiado tensión en la
isla, tiene que ser eso…
-Quiero irme de aquí Quique… - su voz suena desesperada –
-Y yo… pero no voy a subirme a una barca… la mejor opción es
esperar…
-Lo sé pero… joder! – exclama frustrada – me da miedo perder
la cabeza…
-No lo vas a hacer… intenta no pensar en nada más que en
sobrevivir aquí y no perderás la cabeza…
-Gracias por defenderme antes… - dice sin deshacer el abrazo
–
Sonrío levemente y vuelvo a acariciar su pelo mientras
pienso que la conversación con Rafa no habría acabado ni mucho menos. Acababa
de empezar…
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