Conduzco bajo su atenta mirada. De vez en cuando desvía sus
ojos hacia el paisaje, imponente. Una carretera secundaria es testigo de
nuestro paseo. Llegamos al destino y aparco en medio de ese aparcamiento abierto
en la montaña. Al bajar del coche, Malú lo observa todo, y todavía no ha visto
nada.
-Vamos, desde arriba se ve mejor…
Me obedece sin decir nada, sonriente. Nos cruzamos con una
pareja que baja de aquel mirador agarrados de la cintura. Malú hace lo mismo
conmigo, me enternece. Se pone delante de mi lentamente, como sin creerse
donde está. Un mirador en medio de un acantilado. Adelante, solo mar y cielo, a
los lados, otros acantilados donde, abajo, a lo lejos, se escucha el romper de
las olas. Al llegar al muro y los barrotes, puestos ahí para que nadie se caiga, me mira
maravillada.
-Pero… - vuelve a mirar al horizonte – esto es precioso! –
se abraza a mí – qué vistas! – se asoma – y qué vértigo! Jajaja! – ríe como una
cría –
-Te gusta? Es de postal eh?
-Ven, nos vamos a hacer una foto – saca su móvil – vamos!
Posamos con aquella estampa de fondo y así nos tiramos
bastante rato, haciéndonos fotos, de vez en cuando besándonos, creo que dábamos hasta asco de lo pegajosos que nos hemos puesto.
-Joder Quique… - niega con la cabeza – esto es demasiado
bonito…
-Date la vuelta – le ordeno – venga…
Me obedece no muy convencida y se queda mirando al mar. De
mi bolsillo saco un cordón con un colgante. Dudo un instante, quizá es
demasiado ñoño, pero qué cojones! Quiero serlo! Aparto un poco su pelo y noto
como se estremece. Al pasar el cordón por delante suyo, intenta darse la
vuelta.
-Qué es esto? – pregunta extrañada – Quique, no deberías
haber…
-Schhh… - digo pegado a su oído – que es el primer regalo
que te hago… no rompas el momento… - digo divertido –
-Idiota… - ríe –
-Ya está… - veo como se gira y me mira sonriente –
-No es el primer regalo que me haces, que lo sepas… - dice
avergonzada –
-Ah no? – pregunto extrañado –
-No… ya me has hecho muchos… - se acerca lentamente y me
besa – gracias… es precioso… - dice mirando el colgante –
-Como tú… - me alza una ceja – vale, ya paro…
-Jajajajaja! – ríe -
-Cuenta la leyenda… - hago que se gire para abrazarla por
detrás – que hace años, quizá siglos, los marineros del lugar subían aquí con
sus… mujeres… - carraspeo – o novias, o como lo quieras llamar… y les hacían un
regalo – noto como se ríe – lo hacían antes de salir a faenar… se tiraban
semanas sin volver… y las mujeres subían aquí para mirar al horizonte esperando
verles… para ser las primeras en ver que volvían - no dice nada – desde entonces,
se dice que este sitio es mágico… que cuando alguien le regala algo a otra
persona aquí, significa que siempre volverán a estar juntos, aunque estén
separados un tiempo por la razón que sea.
-Joder Quique… - dice algo emocionada –
-Qué asquerosamente ñoño soy eh? – digo en tono burlón – me
hacía ilusión regalarte algo aquí – comienzo a dejar besos por su cuello –
-Es precioso… - se gira para ponerse frente a mi –
Nos miramos bastantes segundos, sin decir nada, sin apartar
la mirada, sin movernos. Sin besarme, se abraza a mí fuerte, cosa que me
sorprende, será que se ha puesto tierna, como a mí me gusta.
-Bueno jefa… creo que me voy a desmayar del subidón de
azúcar…
-Qué pastelada… - dice riéndose – me encanta.
Tras pasar un rato allí, mirando al horizonte, decidimos
volver a comer al pueblo. En el coche, veo como trastea el móvil con una
sonrisa pícara. Me da miedo esa sonrisa. Algo está tramando…
-Qué haces?
-Jajajajaja! – ríe con ganas – una locura…
-Como una locura? – digo extrañado sin dejar de mirar la
carretera –
-Ala, mandada… verás qué lío acabo de formar… - sigue riendo
–
Al momento, empieza a sonar su móvil. Es el sonido de las
notificaciones. Miro a Malú con cara de circunstancias mientras no para de reírse.
Al llegar a casa cojo el móvil y decido investigar.
-Qué has hecho? – digo sorprendido –
-Nada… lo que haría la gente normal… - se alza de hombros –
Veo detenidamente el tweet: “Un sitio mágico en la compañía
perfecta” y una foto de las vistas del acantilado. La miro arqueando las cejas.
No para de reírse.
-Estas muy loca… - niego con la cabeza – ya si hubieras
puesto una foto nuestra, se lía… me colapsas el móvil…
-No lo he hecho porque no quiero que te agobies… pero ganas
no me faltaban… - me da un beso – además, me apetece decir que estoy feliz…
-Estás feliz? – la cojo de la cintura –
-Mucho… - dice sonriendo – muchísimo…
-Me alegro mucho jefa… - acaricio su pelo –
-Y tu? – se abraza a mí –
-Muchísimo… - dejo un beso en su frente – voy a hacer la
comida, que mira qué horas… Rosa me va a reñir…
-Rosa te va a poner en un altar… - sonríe –
-A ver… - abro el frigorífico – con lo que hemos comprado
esta mañana podemos comer años… - oigo como se ríe – voy a hacer una tortillita
de patatas y algo más, te parece?
-Vamos a hacer – puntualiza –
Decidimos comer en la terraza. La mesa de plástico y las
sillas no son nada glamourosas, pero es lo más parecido a estar en casa ahora
mismo. De hecho, siempre me había gustado la idea de comer en pareja en ese
ambiente. La veo contenta, no para de reírse conmigo y yo con ella. Cualquiera
que nos viera diría que estamos enamorados. Y, por mi parte, no se equivocaría.
Me he enamorado como un gilipollas. Y como no voy a enamorarme de una mujer
así?
-… Y entonces llega la mujer, con su papel de alta y todo, y
me dice si ese es mi nombre, para que su hija me busque en facebook…
-Jajajajajajajajaja! Y te buscó? – dice muerta de la risa –
-No! Y no la hubiera aceptado joder! – río –
-Has partido corazones parece ser… - dice subiendo una ceja
–
-Nah, es la bata de médico, que da poder… luego me la quito
y mira – me señalo – no valgo na…
-Uy que no dice… - me hace una carantoña – pues yo no te he
visto con la bata todavía y…
-Y que?... – digo insinuante –
-Y… - se queda mirándome un segundo - Pues a mí – carraspea
divertida – me han tirado los trastos de todas las maneras…
-No me digas? – digo irónicamente –
-Pero nunca ha venido la madre de nadie a decirme lo que te
dijo esa mujer… - se ríe – por cierto, mi madre me pregunta por ti
-Mm.. – me atraganto – y eso? – pregunto sorprendido –
-Quiere conocer mejor al hombre que salvó a su hija supongo…
- se alza de hombros –
-Malú… - niego con la cabeza – deja de decir eso anda…
-Es la verdad… a mi padre le caíste bien… - bebe de su
cerveza – y a Jose… y a mi hermanito…
-Vale vale! – alzo las manos – caigo mejor que el Rey parece
ser… - hago un gesto con las manos para que entienda el doble sentido –
-Jajajajajaja! – vuelve a reírse – eres muuuuy tonto…
jajajajaja!
-Se ha calmado un poco la cosa en twitter o qué? – abro la
aplicación – tengo menciones… tu gente es muy lista…
-En serio? – dice sorprendida – a ver… - le enseño el móvil
–
Comienza a leer y ve como algunas fans están especulando con
quién está Malú. Salgo en algunas quinielas.
-Me mosquea no salir en todas las quinielas, que lo sepas… -
me hago el enfadado – eres trending topic por cierto…
-Ya he visto… qué barbaridad… - se ríe – antes escribía
bastante más…
-Y por qué no lo haces? – pregunto mientras sigo leyendo
algunos mensajes –
-Porque hay mucha gente que se pasa… - dice pensativa –
anda, vámonos a la playa un rato…
-Joder jefa… eres experta en dar órdenes… - escucho su
carcajada desde la terraza -
-Sabes cuánto tiempo hacía que no estaba en una playa de
España tranquilamente? – pregunta tumbada en la arena – mucho, que lo sepas…
-Bueno… esperemos que nadie te reconozca…
-No, a ver… - se incorpora – me da igual que me reconozcan… si
a mi me encanta hacerme fotos con la gente, no me molesta… pero ya te he dicho
antes que hay gente que se pasa…
-Imagino… - me enciendo un cigarro –
-No me has contado lo que dijeron tus padres cuando no les
pudiste mentir… - dice sonriente –
-Jajajaja! – río – se me había olvidado por completo… en
fin… - suspiro – a mis padres no les importa lo que yo haga si estoy feliz… y
creo que hacía tiempo que no me veían así… pero es cierto que les asustó un poco…
-Lógico… - tuerce el gesto – sabes que esto no ha hecho nada
más que empezar no?
-Lo sé… - afirmo – pero lo iremos llevando, tu no te
preocupes por eso…
-Si te agobias quiero que me lo digas – se sienta más cerca
de mí – quiero saberlo…
-Lo sabrás, no te preocupes…
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