miércoles, 17 de septiembre de 2014

CAPÍTULO 16: A PRUEBA DE TÍ (II)

Esa noche es diferente, quizá por el alcohol presente en aquella playa. Juliet no ha vuelto a vomitar y le he dado permiso para comer algo de pescado. Tras cenar e irse todos a dormir, Malú y yo nos quedamos en el primer turno, como siempre. Pegados al fuego, comenzamos a pegar tragos de esa botella que se había encontrado esa mañana.

-Y entonces estábamos ya en la habitación y escuchamos buaghhh – hago un sonido de arcada – y se había vomitado otra vez encima.

-Jajajajajajaja – Malú ríe sin control – Para que me meo!

-Y me levanté y le dije: Toni, me cago en la puta, deja ya de vomitar… y se incorpora del sofá y me vomita encima otra vez…

-Jajajajajajaja!!!! – me contagia la risa hasta acabar tumbados en la arena –

-Qué míticas las borracheras de mis colegas… esa Nochevieja fue apoteósica… a la mañana siguiente me lo encontré sentado en la mecedora. Iba borracho todavía… - escucho como ríe con ganas de nuevo -

-Ay por favor… - se incorpora y veo como se seca las lágrimas – qué bueno… - intenta parar de reir – y tu no tienes ninguna mítica?

-Pfff… mejor no recordarla…

-Cuéntamela porfaaaa – se aboca a mí y casi me da un infarto al tenerla tan cerca – eres muy gracioso, que lo sepas…

-Está borracha señorita Sánchez… - intento que no se me note que me he puesto nervioso -



-Un poco… - hace un gesto con la mano riéndose – tú sabes el tiempo que hacía que no bebía? No suelo hacer esto… - intenta serenarse –

-Hombre… sería raro que bebieras en playas desiertas normalmente… - vuelve a reírse –

-Tenías que ser bueno de adolescente… - dice con sorna –

-Eh! Yo era un adolescente normal… - me pongo serio – con mis amigos, mi alcohol los fines de semana… mis amores platónicos…

-Tenías amores platónicos? Cuéntame más – apoya su puño sobre su barbilla destinando toda su atención hacia mí –


-Mejor que no te lo cuente… tenía muchas - digo intentando serenarme, no estaría bien contárselo –

-Va, dime una… - me inquiere –

-Pamela Anderson… - digo bebiendo de la botella –

-Jajajajajaja!!! – se ríe y cae hacia atrás en la arena – Qué típico…

-Y tú por ejemplo… - digo sin pensar –

EH, ESPERA. REBOBINA. YO HE DICHO ESO? Genial Quique, estás borracho, bebiendo con esta chica y le acabas de decir que era tu amor platónico de adolescencia. Premio al mayor gilipollas de la historia para mí!!. Malú se incorpora y me mira con los ojos bien abiertos.


-Yo? – se ríe – no me tomes el pelo anda…

-Qué quieres? Salías ahí, con tu pelo largo, con tus tops… con tu cara de no haber roto un plato… uno no era de piedra… - digo bebiendo de nuevo –

-Deja de tomarme el pelo! – me da una palmada en mi hombro –

-Que es verdad joder! – afirmo – en clase éramos unos cuantos los que te teníamos en un pedestal… junto a Britney Spears… antes de que se rapara la cabeza claro… pero eso fue mucho después… - noto como mi voz va saliendo sin pensar antes lo que digo -

-Pfff jajajajajaja! – se ríe a carcajadas - Mira… me estás dejando a cuadros… - noto como se ruboriza –

-Mejoraste cuando cambiaste a morena por cierto… - sigue mirándome pero ahora con cara de pocos amigos – pero y qué quieres? Tenía cuanto? 14, 15… 16 años? En plena pubertad y me sales tú ahí, cantando con la voz tan dulce, con la pose esa de tímida… delgadita… con esos tops, te repito…

-Que te calles ya! – me da un puñetazo en el hombro – Qué vergüenza… 


-Acéptalo… y luego sales con la canción esta de… como era… Toda, de arriba abajo… - me pongo a cantar y me llevo otro puñetazo – y la de… Ven a pervertirme… nanana…

-Dios, es que te mataba ahora mismo… - dice bebiendo un buen trago –

-Luego he de confesar que te perdí un poco la pista… - confieso –

-Maduraste seguramente… - niega con la cabeza –

-Pero luego mi hermana no paraba de escucharte a ti, a Melendi… a Bisbal… en fin, que te recuperé la pista y oye… - noto mi tono ebrio… me estoy dando vergüenza pero no puedo parar de hablar – has mejorado con los años…

Nos quedamos un segundo mirándonos y siento una punzada en el pecho. Apartamos la mirada rápidamente, como si hubiéramos visto algo que no queremos.

-Me apetece cantar – dice en voz alta intentando cambiar de tema –

-Schhh loca! – comienza a reírse de nuevo tapándose la boca – que vas a despertar a los vecinos… - digo riéndome -

-Los vecinos… jajajajajaja! Bueno, pues yo me voy a cantar… - se levanta decidida –

-Donde vas? – pregunto divertido –

-Al concierto, que llego tarde… - está un poco bastante borracha –



Veo como se aleja y no puedo parar de reir al verla tambalearse, pero creo que soy incapaz de levantarme. Cojo mi paquete de tabaco, incrédulo todavía al verlo allí, y me enciendo un cigarro. Está siendo una noche de lo más divertida en realidad, si obviamos mi salida de tono de hace un momento… cómo se me ocurre? Joder… es que me gustaba de adolescente… y ahora también… para picha brava, para… serénate… estás borracho, pero se te va a pasar, no pienses. Cuando mi cigarro se consume, miro a mi derecha, por donde se ha ido Malú, y no veo nada. Ahora sí que me veo con la estabilidad suficiente para levantarme. 

Comienzo a caminar y noto como mis pupilas se van acostumbrando a esa oscuridad parcial. La luna no está llena por completo, pero alumbra un poco aquella orilla. Al fin la veo, está subida en las rocas. Por un momento me asusto, se puede caer, va borracha, pero veo como está sentada, como concentrada, y comienzo a escuchar su voz. Como hipnotizado, llego a la altura de las rocas y me siento en la arena, sin decir nada, solo escucho. Dulces melodías salen de su garganta, canta demasiado bien. Al terminar una de esas canciones, no puedo evitar aplaudir tímidamente. Veo como se gira asustada y hasta puedo detectar su rubor en las mejillas. Me levanto de la arena y subo hasta su altura, sentándome a su lado.

-Qué bien cantas joder… - le quito la botella - Te has llevado el alcohol morena… - noto como mi voz sale grave y algo trastabillada, me doy vergüenza –

-Morena? – dice riéndose quitándome la botella de las manos – anda toma… - me da la botella – mejor no bebo más.

-Algún día me tienes que dejar que toque el piano mientras cantas… - digo sin pensar –

-Tocas el piano? – pregunta sorprendida – pero tú por qué sabes hacer tantas cosas?

-Mi madre me apuntó al conservatorio cuando era así – hago un gesto como que era muy pequeño - Tenía un grupo… - digo reflexivo, ha llegado el bajón de la borrachera – Rafa era el bajista… cuando murió, nunca volvimos a tocar… se disolvió…

-Vaya… lo siento… - pone una mano en mi espalda -

-No pasa nada… - me pongo de pie – no pasa nada! – grito – la vida es una mierda, y qué? – hablo sin saber bien qué digo – y qué importa que sea una mierda… si total… luego te mueres y la gente sigue con sus vidas… - siento un sabor amargo en la boca, creo que es una arcada -

-Quique… creo que has bebido demasiado… - escucho su voz a mi espalda –

-Por qué se tuvieron que morir eh? – pregunto dándome la vuelta – maldita sea… - me apoyo en una de las rocas…estoy mareado - he bebido demasiado…

-Venga… vamos a bajar… - dice decidida –

-No – contesto rápidamente – sigue cantando… yo te escucho aquí…

-Quique… - su voz suena a súplica – estamos muy borrachos… lo mejor es dormir…

-Por favor… - le suplico – canta algo animado anda…

Oigo como resopla y comienza a cantar una canción que reconozco desde un principio. Marco el ritmo con las palmas hasta que, sin saber cómo, me arranco a cantar con ella.

-Si te amé, ya no sé, ni tu nombre ya no existes en mi piel… si lloré, no recuerdo como fue! – sigo cantando con ella, recordando en esta ocasión a una de mis ex… la muy hija de puta me engañó con otro desde prácticamente el principio de la relación. Muy típico acordarse de estas cosas con alcohol de por medio – a prueba de ti… hija de puta…. – sigo con la melodía y suelto ese insulto al aire –

-Jajajajajaja! – se ríe – te cala hondo esta canción eh?

-Me llega aquí! – me señalo el pecho – qué hija de puta Lorena…

-Veeenga doctor – dice incitándome a bajar – ya es suficiente va… por cierto – me mira divertida – cantas muy bien –

-Me has enseñado tuuuu – me escucho a mí mismo y me doy pena, estoy muy borracho –

-Jajajajaja! – me da la mano para que baje – venga doctor… que mañana la resaca va a ser bonita… -

-Oye… - digo desde abajo – desde aquí estás guapa… pero guapa guapa eh? – conforme digo aquello, algo en mi cabeza me dice que pare pero no puedo –

-Desde ahí solamente? – dice bajando mientras no deja de reir – qué piropo más extraño…

-No… - intento ponerme serio – desde aquí también – la agarro de la cintura ayudándola a bajar -

Noto como me mira avergonzada y comienza a andar. No puedo evitar mirarla de arriba abajo. Tengo que controlarme, me repito sin parar.



-Solo me piropeas cuando tienes drogas en el cuerpo eh? Muy mal… - niega con la cabeza mientras no deja de andar –

-Eh? – pregunto contrariado – qué significa eso?

-La morfina, que te sentó muy bien la otra noche… - me guiña un ojo y acelera el paso –

Me quedo contrariado. Estupendo, soy gilipollas. Muy gilipollas. Tan gilipollas que me doy pena y asco. Asi que el otro día solté cosas por mi boca referentes a ella. Genial, ahora si que quiero irme de aquí. Una lancha, necesito una lancha. No, mejor un agujero en la arena para meter la cabeza, como los avestruces. Maldito idiota, qué vergüenza.

-Eh! Te vas a quedar ahí? – pregunta desde unos pasos más adelante –

Comienzo a andar hasta ella. Creo que se me ha bajado todo el alcohol a los pies y se está quedando en la arena. No digo nada, me tumbo y paso una chaqueta por mis hombros.

-Oye, que no pasa nada eh? Si me dijiste cosas muy bonitas… - dice de manera divertida –

-A dormir jefa… - sentencio mientras escucho como se ríe y se tumba –

Estupendo. A saber lo que le dije. Abro los ojos de par en par asustado. Y si le dije que estaba buena o algo así? O que me la tiraba allí mismo? Sal, sal de mi cabeza. No no, no te la vas a tirar. Maldito alcohol, ahora solo veo escenas de ese tipo en mi cabeza. Es que está buena joder… lo está… me la tiraba… pero muchas veces. Me la tiraba? Yo no soy así joder, qué llevaba esa botella? Testosterona? Mierda… y seguro que también le dije cursilerías como “eres preciosa”. Maldito gilipollas. Es que seguro que se está riendo acordándose. Y encima hoy voy y le digo que me gustaba cuando era adolescente… es que soy un mierda, un despojo humano, un deshecho social… Soy un fracasado, un puto fracasado.

-Deja de resoplar Rick – dice riéndose – que no dejas dormir a tu amor platónico… - escucho su leve carcajada -  

Maldita sea… qué fracaso de noche. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario