La segunda noche cae en aquella isla. El día se nos ha
pasado intentando recomponer esa especie de campamento después de aquella
tormenta fugaz que nos ha dejado prácticamente como al principio. Conseguimos
montar una especie de cabañas para intentar refugiarnos si venía alguna otra
parecida, aunque no parecen demasiado consistentes. Como la noche anterior,
cenamos de la comida que habíamos encontrado en el avión. En total somos 22. La
comida escasea por momentos, al día siguiente tendremos que pensar en intentar
pescar para poder comer algo más que fruta. Al caer del todo la noche y
volverse todo oscuro, decido ser el primero en hacer turno para que no se
apague el fuego. Malú decide acompañarme, a pesar de mis recomendaciones para
que descansara.
-Si no estuviéramos en una playa desierta, esto sería la
leche – dice sin más –
-Si… y si tuviéramos alcohol donde ahogar las penas ya sería
la reostia…
-La verdad es que sí – dice riéndose – qué penas tienes tú?
-Pfff… no hay tiempo material para contártelas todas… - digo
medio en broma medio en serio – La verdad es que hace un momento pensaba en
toda la gente que echo de menos… - me mira en silencio – mis padres… mi
hermana… mi familia… mis amigos… deben estar pensando que ya no estoy aquí… -
me entristece la idea – estarán pasando el peor momento que se puede pasar…
-No me había parado a pensarlo… - dice de forma reflexiva –
-Bueno, tú, a parte de todo eso, tienes a tu legión… seguro
que eres trending topic… - digo sonriendo tiernamente –
-Pff… qué estará pasando… no me lo quiero imaginar…
-Supongo que estarán pensando que nos han perdido… es la
peor sensación que se puede tener…
-Has perdido a mucha gente? – pregunta en un susurro –
-Demasiada… - digo serio – mis 4 abuelos… y bueno, dos de mis mejores amigos…
-Dos amigos? – me mira extrañada – qué les pasó?
Carraspeo ante la incomodidad del recuerdo, no se si quiero
hablar del tema…
-Perdona… no tenía que haberte preguntado…
-No… no te preocupes… fue hace algunos años… en un accidente
de tráfico…
-Vaya… tuvo que ser duro… - me pone una mano en el hombro –
-Yo lo presencié… - digo sin pensar – es lo más duro que te
puede pasar… - me mira sorprendida –
-Lo presenciaste?
-Volvíamos de una fiesta… Rafa y yo no habíamos bebido,
siempre hacíamos eso los que nos tocaba conducir… pero hay gente que no lo
hace… - mi voz se torna oscura – Rafa iba con María… era mi ex novia… - la miro
y veo su cara de asombro – estuvimos juntos casi 5 años, pero nos dimos cuenta
que, igual que habíamos pasado de ser amigos a algo más… ahora volvíamos a ser
solo amigos… y decidimos dejarlo… - sonrío melancólico – antes de empezar a
salir con Rafa, vinieron los dos a casi pedirme permiso… eran un caso… - Malú
sonríe de manera tierna – esa noche se nos cruzó un coche en dirección
contraria… ellos iban en su coche unos metros más adelante y yo en mi coche
detrás, con otros amigos… los esquivamos no se muy bien como… y bueno, el resto
es mejor no contarlo porque entonces si que voy a tener ganas de beber mucho…
-Siento si te he preguntado demasiado… - dice apurada –
-No, no te preocupes… quizá hace unos años no hubiera podido
hablar del tema… ahora puedo hablar de ello sin ponerme a llorar como un crío…
- sonrío de lado – los conocía desde el colegio, cuando éramos pequeños… lo
pasé realmente mal… hasta el punto de necesitar ayuda… - hago un silencio –
pero bueno… por desgracia esas cosas pasan y nadie las puede evitar…
-Sé que no es comparable, pero cuando murió mi tío hace
poco, sentí un vacío tremendo…
-Claro que es comparable… la pérdida de alguien siempre es
dura… y más si es de repente - me revuelvo sobre la arena – tu tío era muy
grande… - sonrío – sabes que lo primero que aprendí a tocar con la guitarra fue
la escala que usaba para entre dos aguas?
-Tocas la guitarra? – me mira sorprendida –
-Eso dicen… la aporreo más bien – río tímidamente – fui a
clases hace un tiempo, pero duré poco, no podía compaginarlo con la
universidad… lo demás fue autodidacta… siempre me ha gustado mucho la música…
-Con la familia que tengo, y no sé tocar apenas nada… -
sonríe negando con la cabeza –
-Siempre hay tiempo para aprender… - decido obviar el dato
de que fui al conservatorio… y se tocar el piano… no quiero pegarme ninguna
sobrada -
-Asi que aprendiste a puntear con mi tío… - sonríe levemente
– es curioso…
-Si… ahora estoy con su sobrina en una isla desierta…
-Nada, que nos teníamos que encontrar parece ser… - ríe – ya
me tocarás algo… - cambia el gesto al darse cuenta de lo que ha dicho –
-El brazo por ejemplo – poso mi mano sobre él mientras ríe –
podría haber sido más malo y lo sabes… - digo sonriendo –
-Calla Rick! – dice sin parar de reir –
-Todavía no te he escuchado cantar… - digo torciendo la boca
–
-Ya… - sonríe melancólicamente – no me apetece demasiado
hacerlo…
-Sabes? Creo que te vendría bien… - miro al fuego – y a los
demás también…
-A los demás? – pregunta extrañada –
-Si… no creo que haya nadie a quien no le guste como cantas…
Me siento estúpido al pronunciar esa frase… a mi me ha
sonado como si estuviera tirándole los tejos, pero no era mi intención… solo
pretendía aliviarla. Sonríe avergonzada, me parece adorable cuando hace ese
gesto, y vuelve la mirada al fuego.
Tras cambiar el turno, acabamos durmiendo como el día
anterior, uno al lado del otro, después de habernos contado media vida en un
momento. De nuevo, me dormí mientras la miraba. Su rostro relajado, dormido, me
daba una paz que necesitaba en aquel lugar tan poco acogedor.
Por la mañana, me despierto temprano, apenas ha salido el
sol. Noto un peso sobre mí que me hace estremecerme. Malú se ha abrazado a mí durante
la noche. Ahora me da pena despertarla, pena por ella y por mí, estoy demasiado
cómodo. Unos pasos me hacen incorporarme un poco. Veo la figura de Richard,
pidiéndome perdón juntando las manos.
-Perdona Rick… no quería molestaros… pero tenemos un
problema…
No hay comentarios:
Publicar un comentario