El día amaneció con la sensación de hambre recorriendo mi
cuerpo. El grupo estaba un poco aturdido, por la pelea con Rafa, que había
decidido instalarse con su familia lejos de nosotros, en un extremo de la
playa. Escuché por la noche como arrastraba cosas por la arena, supuse que
construyendo la barca. Me incorporé de la arena y Malú no estaba. Escucho
gritos. No sé de dónde vienen.
-Papá! Para! – veo, a lo lejos, a Rafa pegando a alguien que
no sé descifrar quién es – para!
Comienzo a correr hacia ellos. Conforme me acerco, me doy
cuenta que la otra persona es Richard, que está en la arena intentando zafarse
de Rafael. Sobre la orilla, una barca en unas condiciones pésimas, espera para
ser utilizada… o hundida, que es para lo que realmente tiene pinta.
Llego a su altura y me lanzo sobre Rafa para apartarle de
Richard. Caemos en la orilla y damos varias vueltas uno sobre el otro. Se queda
encima de mí e intenta hundirme la cabeza en el agua.
-Nadie va a impedirme salir de aquí, me oyes? – dice
enfurecido mientras intenta ahogarme –
-Suéltale! – escucho gritar a Malú –
Logro zafarme y ponerme sobre él, pero me empuja y se pone
de pie, igual que yo.
-Rafa, podemos solucionar esto, no queremos que no salgas de
aquí, queremos que no te ahogues en medio del mar joder! – cierro mis puños
dispuesto a soltarlos si hiciera falta -
-Cállate! – suelta un puñetazo que logro esquivar –
-Cálmate joder! – grito desesperado –
Veo como Malú se acerca gritando y le hago un gesto para que
no se acerque pero no me hace caso. Al verla, Rafa la empuja y cae al agua. Me
dirijo a él y le empujo tirándole a la arena, reprimiendo mis ganas de liarme a
hostias con él.
-Estás bien? – digo levantándola de la arena – Maldita sea
Rafa, quieres parar de una puta vez?
-Son todos una panda de idiotas que van a morir aquí, pero
mi familia y yo no
Sin más, coge a su hijo, que no para de gritar, y a su mujer
por el brazo, que no para de recriminarle su actitud, y se encamina hacia la
barca. El niño, haciendo aspavientos, logra soltarse de su padre y viene
corriendo hasta mí. Se me abraza a una pierna mirando a su padre con miedo. La
mirada que me lanza Rafael está llena de odio.
-Rafa, cálmate, todos tienen razón, debemos quedarnos! –
grita su mujer – Por favor, tú no eres así!
Lleno de ira, Rafa empuja a su mujer y la tira al suelo y
viene hacia mí. Aparto a Guillermo y recibo la envestida. Caemos al agua,
enzarzados en una pelea. Recibo un puñetazo que me deja algo aturdido y suelto
otro que logra impactar en su cara.
-Para! - escucho gritar a Malú desesperada -
Anthony intenta agarrarle por los hombros
pero recibe otro puñetazo. Guillermo agarra la mano de su padre para intentar
que pare, pero recibe otro golpe que le deja en el suelo. En ese momento,
Amanda va corriendo hacia él.
-Rafa! – se agacha para ver al niño, que llora desconsolado
– eres su padre! No un loco que quiere que nos ahoguemos en medio del mar!
Quieres reaccionar? Todo el mundo está intentando que no cometas una locura!
Rafa nos mira con otra mirada totalmente distinta a la
anterior y parece reaccionar. Se queda mirando su hijo, tendido en el suelo con
algo de sangre en la nariz. Pone ambas manos en su cara. Miro a los demás, que
están consternados por la escena. Intenta acercarse a su hijo pero éste se pone
a llorar y grita. En ese instante, parece que Rafa se da cuenta de su locura y
comienza a gritar arrodillado en el agua.
-Rafa… - digo sosegadamente – estamos intentando ayudarte… -
me encuentro algo cansado por la pelea –
no cometas una locura, si sales ahí moriréis los tres – dije señalando el mar –
es lo que intentamos que entendieras…
Nada consuela a aquel hombre. No para de llorar sin dejar de
repetir que le perdonen.
-Perdónenme… no… no se lo que estaba haciendo… - llora sin
parar – hijo perdóname – el niño le mira sin saber bien qué hacer – no volveré
a ponerles en peligro… Amanda… - rompe a llorar de nuevo – perdóname por favor…
no sabía que hacer…
Guillermo se levanta de la arena y corre a abrazar a su
padre, le sigue Amanda, que rompe a llorar también. Aquella escena de esa
familia abrazada, arrodillados en la orilla, me hace tener unas ganas
irrefrenables de llorar. Me giro hacia el mar para que nadie vea que estoy
llorando. La escena acaba con Rafa pidiendo perdón a todos y volviendo a las
cabañas con su mujer y su hijo. Algunos le pasan una mano por el hombro, en
señal de ánimo.
-Estás bien Richard? – veo como tiene varios golpes en la
cara –
-Si… no es nada… - dice desapareciendo de la orilla hacia
las cabañas –
Malú se acerca a mí con los ojos brillantes por las
lágrimas. Dirige una de sus manos a mi boca y, al rozar el labio, siento un
dolor insoportable que me hace apartarme. Me doy cuenta que estoy sangrando. Sin mediar palabra, me
coge de la mano y me dirige a las cabañas. Al llegar allí, abre el botiquín y
saca una gasa que impregna de alcohol.
-Qué estás haciendo?
-Lo mismo que tú conmigo – dice posando aquella gasa sobre
mi labio –
El escozor es tremendo. Me quejo levemente y noto como una pequeña brisa acaricia aquella herida. Abro los ojos y me encuentro a Malú, a centímetros de mí, soplando sobre mi labio. Siento una sensación tan extraña que me quedo paralizado. Nuestras miradas se cruzan y ella sonríe algo avergonzada, igual que yo.
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