Abro los ojos algo aturdido. Tengo la sensación de haber
descansado durante días. Veo a Malú que me mira sonriente. Está preciosa,
pienso sin querer.
-Como está el bello durmiente? – dice risueña –
-Mmm… - me estiro levemente – cuánto tiempo llevo dormido?
Sonríe tiernamente y deja una caricia en mi mejilla que me
deja paralizado.
-Es de día, mediodía me parece. Has dormido como un
angelito. – se da la vuelta cogiendo algo – toma, bebe agua.
Me incorporo como puedo mirándole extrañado. Noto cierto
dolorcillo en la zona lumbar pero nada que ver con el último dolor que
recuerdo. Bebo agua como si fuera un niño pequeño, estaba sediento. Veo como
Malú no deja de sonreírme, es extraña la sensación que me provoca esa sonrisa.
-Ahora te traeré algo para que comas, Amanda ha encontrado
almendras.
Recuerdo la pelea con Rafa. Debo tener un aspecto increíble,
con el labio partido y dolorido. Rasco mi barbilla y caigo en la cuenta que
aquella barba comienza a ser más larga de lo que me gustaría. Malú me sigue
mirando sonriente, no sabría descifrar con qué expresión lo hace.
-Tengo que estar precioso ahora mismo – digo sentándome –
dios… qué mal rato…
-Pobrecito… - dice acariciándome de nuevo la cara –
La miro con una mezcla de extrañeza e incomodidad que le
hace reírse.
-Tengo que confesar que estás muy feo… - dice sacándome la
lengua –
-Gracias… - digo negando con la cabeza –
-Es broma… - dice sonriente – eres muy buen paciente, te has
portado muy bien… no roncas ni nada… - dice riéndose –
-Voy a ser objeto de broma todo el tiempo no? – digo
haciéndome el ofendido –
-Qué tonto – dice riéndose – no vuelvas a darme un susto
como el de ayer – me apunta con el dedo – ahora a hincharte a agua que tienes
que eliminar esa piedra – me ofrece una botella -
La miro de una forma que no puedo evitar, sonrío sin
contenerme. Está especialmente cariñosa y no se por qué. Quizá le provoca
ternura verme débil.
-Toma, he buscado en algunas maletas, esta camiseta puede
venirte bien – dice dándome la prenda – creo que es de tu talla.
La cojo todavía algo contrariado, no sé qué decir.
-No me mires así anda, que estoy haciendo lo mismo que tu. –
arqueo una ceja – tu me cuidas y yo te cuido, no te parece?
Niego con la cabeza riéndome mientras me quito aquella
camisa que tiene arena, sangre, e imagino que millones de gérmenes, y quedo con
el torso al descubierto. Noto como aparta la mirada un tanto sonriente y me extraño. Dios... Huelo
tan bien que podría resucitar a los muertos.
-Pagaría millones por una ducha…
Malú sonríe ampliamente al oírme decir aquello y se gira de
nuevo para enseñarme un bote de lo que creo que es gel de ducha. Abro los ojos
de par en par.
-A ver si te piensas que eres el único que encuentra cosas
útiles – me da el bote – casi hacemos una fiesta cuando nos hemos bañado en la
playa.
Sonrío de medio lado al haberme perdido ese momento.
-Voy a bañarme a la playa, te vienes y te das una ducha?
Se levanta y se quita la camiseta que cubría su cuerpo
dejando a la vista una estilizada figura. Bajo la camisa, un bikini que no se
de donde ha sacado recubre sus pechos. Arqueo de nuevo las cejas mientras se
ríe y se aleja. Joder, no puedo dejar de mirarla alucinado. Me levanto sin quitarle ojo y siento
como si me hubiera atropellado un camión, me crujen todos los huesos. Doy un
par de pasos y me encuentro con Rafa, que me sonríe y me choca la mano
preguntándome como estoy. Acto seguido lo hacen todos los allí presentes. Donde
cojones me he despertado? Parece la isla de la casa de la pradera. Richard se
acerca a mi y me da una palmada en el hombro.
-Como estás Rick? – elevo los hombros – tenías que haber
visto esta mañana a tu amiga – dice señalando a Malú que está metiéndose en el
agua – ha organizado todo en un momento y nos ha dado una charlita – arqueo las
cejas sin entender nada – creo que hay nueva jefa en la playa – dice riéndose –
Richard comienza a relatarme la charla que les ha soltado
Malú, mientras alucino con cada palabra que dice:
“A ver, chicos,
tenemos que hablar. Esta noche ha ocurrido algo con Rick, se ha puesto enfermo,
ha tenido un cólico nefrítico y todos – dice mientras mira uno a uno a todos
los componentes de la isla, según me cuenta Richard – vamos a dejarle
tranquilo. Nos vamos a organizar, así no podemos estar. Vamos a repartir
tareas. Unos van a buscar comida, otros se encargarán de traer agua del
manantial a diario, otros controlarán el fuego por turnos, otros se encargarán
de organizar las pertenencias que tenemos y todos, repito, todos vamos a estar
unidos en esto. Lo de ayer no se puede volver a repetir – Richard me dice que
la mirada que le echa a Rafa podría haberle fulminado al instante - Cuando vengan a por nosotros todos vamos a
estar bien, no quiero que nadie piense que vamos a estar aquí para siempre.
Esto es temporal, pero tenemos que sobrevivir. Nadie va a perder la cabeza, quien
esté desesperado, quien necesite una palabra de ánimo, irá a cualquiera de
nosotros antes de hacer una tontería. – Richard me resalta la seguridad con la
que hablaba – Nadie se va de la playa sin avisar, nadie intenta salir de la
isla sin consultarlo antes. Estamos juntos en esto, somos una especie de
familia y vamos a sobrevivir. Así que venga, hay muchas maletas por registrar,
mucha agua que traer y mucha comida que encontrar. Quién se encarga de cada
cosa?”
-Y ha hecho grupos… - señala hacia el resto de
supervivientes – es buena jefa sin duda.
Todavía sorprendido por lo que me ha contado Richard, camino
hacia la orilla con el bote de gel en mis manos y la camiseta que Malú me ha
conseguido. Me siento retrasado y desubicado. Veo como me hace gestos y escucho,
por primera vez, como tararea alguna melodía.
-Te veo contenta… - digo metiéndome en el agua – esto parece
la casa de la pradera – se ríe con ganas –
-Llevamos 6 días aquí y seguimos vivos, no te parece que es
para estar contento? – dice mientras me tira agua –
-Estate quieta jefa! – grito sin poder evitar reir – ya me
han dicho que eres la nueva líder…
-Yo? – se ríe – solo te he sustituido mientras estabas de
baja…
Sonrío mientras hecho un poco de gel sobre mis manos y
comienzo a enjabonarme el torso. La sensación es tremenda… llevaba tantos días
sintiéndome sucio que ya no recordaba el gusto que da ducharse, aunque aquello
no fuera exactamente una ducha. Miro de reojo hacia Malú, que me está
observando con una mirada que no sé descifrar.
-No te irás a duchar con los pantalones puestos no? – me
deja a cuadros – qué pasa? Todos nos hemos desnudado para ducharnos, ha sido
muy hippie todo – dice seria para, acto seguido, comenzar a reirse – deja ya de
poner esa cara! Que es broma!!
Intento borrar de mi mente la idea de Malú desnuda porque me
perturba demasiado. Por un momento me lo había creído y había estado apunto de
sumergir mi cabeza debajo del agua hasta el ahogamiento por haberme perdido un
momento así.
-Lo que si hemos hecho es quitarnos algo de ropa eh? – me
señala los pantalones –
-Yo es que soy un hombre fuera de lo común – digo sacando
cierto aire chulesco – me ducho así, soy diferente – ni de coña voy a quedarme
en gallumbos delante de ella -
-Y tanto… - susurra por lo bajo pero consigo escucharla – ahhh!
El grito me asusta y cuando miro hacia ella, está a mi altura y me empuja al agua. Los dos caemos. No puedo dejar de escuchar aquella risa que sale de su boca y me contagia. Estamos un buen rato jugando en el agua como críos, como si nos conociésemos desde siempre. La sensación vuelve a ser extraña, cada vez más.
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