sábado, 20 de septiembre de 2014

CAPÍTULO 29: OJALÁ

Ha pasado casi una semana de la vuelta a la realidad. He estado descansando en casa, con mi familia. El recibimiento fue brutal, casi todo mi pueblo estaba en mi calle. He hecho conexiones con programas de televisión desde mi casa… algo normal, algo que pasa todos los días. No puedo dejar de flipar.

He hablado tanto con Malú por teléfono que necesito una oreja nueva. Está emocionada con todas las muestras de cariño. Se ha tirado no se cuantos días siendo trending topic en twitter. Hasta yo he sido trending topic. La última vez que he mirado esa red social, tenía miles de seguidores. Qué barbaridad. Adiós vida privada. Salgo a la calle en mi pueblo y las señoras me paran y me piden fotos. Yo sonrío cada vez que lo hacen y, en el fondo, me resulta hasta divertido, pero es bastante incómodo. Tras unos días en casa, con mi familia, decido irme un par de días a casa de Alex y Marta. Creo que necesito un poquito de aire fresco. Mi familia no me pone pegas a nada, es como si, tras lo que ha pasado, hubieran decidido no discutir por nada, pero si que es cierto que mi madre tuerce el gesto cuando le digo que me voy. Consigo convencerla que no me va a pasar nada y que tengo que volver a mi vida normal… y mi vida normal no es estar en casa las 24 horas del día. En parte creo que huyo, huyo de la realidad, y necesito hablar con Alex de lo que me está pasando. Todas las noches me despierto buscando a Malú a mi lado, siento que me falta algo, pero no hemos hablado de este tema por teléfono. Hablamos mucho, pero nos limitamos a contarnos cualquier estupidez… no se saca el tema de aquella noche en la playa y cada día que pasa siento que voy a terminar alejándome de ella o ella alejándose de mí.

En aquel ático me siento como en casa. En realidad, Marta y Alex siempre me tratan como alguien de la familia cuando voy a verles. Rocío juega con su perro mientras Alex y yo nos tomamos una cerveza. La noche comienza a caer, Marta no está, tiene guardia. Creo que es el momento perfecto para sacar la conversación y escuchar el consejo de Alex, pero no me atrevo, o no se bien como hacerlo.

-Tío, estás empanao eh?

-Eh? – miro a Alex aturdido –

-A ver… me vas a contar ya que cojones te pasa? – se recuesta en su silla – no me mires así, nos conocemos tío…


Sonrío de medio lado, tiene razón… y parece que se me nota que algo no va bien.

-Es que te veo como que no estás contento… y es para estarlo joder… mira donde estamos… como siempre, tomándonos nuestras cervezas…

-No, si no estoy así por estar aquí… estoy así todos los días… como aplomao… - me excuso –

-Por algo en concreto? – bebe de su cerveza –

-No duermo demasiado bien… - confieso –

-Es normal tío, pero eso es temporal… no te agobies… - dice restándole importancia –

-Crees que te puedes enamorar de alguien en unos días? – suelto sin pensar –



La mirada de Alex se dirige hacia mí como un resorte. El gesto de sorpresa es evidente.

-Quiero decir… - sigo hablando sin saber muy bien qué decir – no digo ya enamorar… digo… no se…

-A ver… que me pierdo… de quién estamos hablando? – bajo la cabeza avergonzado – Hostia… no me jodas! – grita – estamos hablando de Malú?

-Joder… - expreso mi sorpresa – como me jode que me conozcas tanto…

-Hostias… pero espérate… - se enciende un cigarro – hablas con ella?

-Claro que hablo con ella – digo con total normalidad – Nos hemos hecho muy amigos… es normal supongo, después de lo que ha pasado…

-Claro claro… - dice irónicamente – vas a hablarme claro o qué? Tenemos toda la noche eh?

Niego con la cabeza sonriendo. Antes de seguir con la conversación, acostamos a Rocío, que ni siquiera pone pegas, está agotada de jugar durante horas con el perro. Volvemos a salir a la terraza, cargados de alcohol, como en los viejos tiempos. Tras un gintonic bastante cargado, me decido a contarle todo lo que me ocurre, en parte, también para desahogarme y para escucharme.

-Es normal que la eches de menos… - afirma mientras se echa otro gintonic – pero lo que me cuentas no es solo echar de menos… joder, yo te echado de menos y no tengo ganas de besarte – dice riéndose –

-Gilipollas… - me río sin querer – pero es que no es todo tan fácil tio… me da miedo dar un paso en falso… no se si me explico…

-Mira tio, es lo mismo que si fuera otra chica… lo que pasa es que te has ido a fijar en la famosa…  y estás cagao… - balancea su cabeza – pero bueno, es un trabajo más… relativizarlo todo es la clave, lo hemos hablado muchas veces…

-Ya… si ya lo se… pero y si me lo estoy imaginando todo? Yo no se si ella…

-Claro que no lo sabes… te crees que después de 8 años con Marta, se lo que piensa? Pues no. – afirma – a veces no se ni lo que quiere decirme cuando me habla… - se ríe -  pero las mujeres son así… - bebe de su copa - 



-Y qué hago?

-Mira… yo es que en temas de conquista y de cosas de estas sé poco… ya sabes que Marta es el hombre en esta relación – me río - … pero si que te puedo contar lo que hice cuando Marta se fue a trabajar a Málaga… - escucho atento – yo estaba cagao… llevábamos ya años, pero era complicao… la distancia, conocer a gente nueva… así que cogí un día y me fui allí, sin avisarla. Habíamos discutido por teléfono el día de antes por una tontería y ahí si que me cagué. Así que me planté en su casa, subi a su piso… y tío, cuando la ví… cuando me abrió la puerta… - sonríe de medio lado – ahí se descubre todo… ahí se sabe lo que pasa… por teléfono o rodeados de gente es imposible…

-Cómo voy a ir a su casa? Como si fuera un loco… - niego con la cabeza, no me parece buena idea en un principio –

-Yo no te digo que lo hagas… lo único que digo es que dándole vueltas no vas a llegar a ninguna conclusión… a veces hay que hacer cosas que nos parecen tonterías pero que luego nos aclaran las dudas… - se enciende un cigarro sin mirarme – sabes donde vive?

-Si… - digo comenzando a plantearme hacerle caso –

-Pues tío… yo… si fuera tú… con todo lo que me has contado… yo iba pa su casa… le plantaba un morreo… y que sea lo que dios quiera…

-Que va tío… - digo negando con la cabeza – y si la cago? Tu sabes lo importante que es para mí?



-Lo he supuesto porque llevas 2 horas hablando de ella… y todo lo que has dicho es bueno… - pone una mano en mi hombro – tío… a ti te gusta, no te lo niegues…

-Claro que me gusta…

-Pues tienes dos opciones… - se apoya en el respaldo de la silla – o coges y te la juegas… o te arriesgas a esperar… está soltera no?

-Si…

-Pues puede ser que las señales que hayas visto sean erróneas… o que la pobre esté esperando a que des el paso tú porque tampoco se atreve a darlo… - se queda un momento pensativo – tío, como te líes con ella me tienes que presentar a mucha gente, lo sabes no?

-Alex! No seas cabrón… - digo sonriendo –

-Te imaginas las portadas? Jajajaja – se ríe – vas a hacerte famoso… - se queda pensativo – más todavía…

-Cállate joder… - me revuelvo en mi asiento –

-Bah… es broma… - bebe de su gintonic – pegáis… - sentencia –

-Pegamos?

-Yo creo que es mucha mujer pa ti, pero bueno… - bromea –

-Joder… - me quejo –

-Yo lo ví… - reflexiona – tanto abrazo… - niega con su índice derecho – eso no es solo de ser amigos…

-Claro…  - digo de broma –

-Es guapa… - bebe de su gintonic – tiene su punto… - le miro alzando las cejas – qué pasa? Yo quiero a Marta… pero tengo ojos…

-Su punto? – digo haciéndome el indignado – bastante más que un punto…

-Bueno, y cuándo me has dicho que sales para Madrid?



Me levanto nervioso. Lo he decidido esta noche, voy a hacerle caso a Alex. Me ducho rápidamente y le doy el desayuno a Rocío mientras Alex recoge a Marta del hospital. Al llegar, ya lo tengo todo preparado. Me la voy a jugar… me largo a Madrid a salir de dudas, estas tonterías de quinceañero ya no pegan con 29 tacos.

-Dios… qué guardia más horrible… - Marta se tira en el sofá y me observa, con el macuto en la mano - Te vas? – pregunta Marta levantándose sorprendida – Joder… no íbamos esta noche a cenar con éstos?


-Déjale, que tiene algo importante que hacer… - dice Alex tocando mi hombro – suerte tío… infórmame y no conduzcas con ansia… que no se va a ir…

-De quién habláis? – pregunta Marta contrariada –

-Luego te lo cuento cariño… - Alex le da un beso en la boca a Marta – Quique se va a buscar a su Julieta…

-Gilipollas… - le doy un puñetazo en el hombro –

-Llévate la guitarra y le cantas algo en su ventana… - bromea Alex de nuevo –

-Dios santo… - resoplo – bueno, me voy pareja… - me despido de ellos, Marta me mira sin entender nada – Ro! Dame un besito cariño! – la niña aparece corriendo por el pasillo – pórtate bien vale? – la niña asiente –

Salgo de la casa dispuesto a hacer lo que tengo que hacer, pero al subir al coche, un miedo me recorre. Y si la estoy cagando? Es lo más probable, soy experto en eso. Ni siquiera sé por qué lo hago… sería mucho más adulto esperar. Qué cojones! Es adulto lo que hago. Estoy hasta los cojones de hacer siempre lo que debo hacer… me voy a salir del tiesto. 


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