El día amaneció en aquella playa desconocida. Cierro los
ojos un instante, pensando que al abrirlos me despertaría del todo y habría
sido una pesadilla, pero no es así. Me levanto con desgana, habré dormido unas
dos horas. Me siento cansado. Miro a mi izquierda pero no encuentro a Malú,
supongo que se habrá despertado antes que yo. En la playa está toda esa gente
que hasta ayer eran desconocidos, pero ahora se han convertido en las únicas
personas que me acompañaban allí. Busco sin quererlo a Malú pero no la
encuentro por ninguna parte. Me acerco para ver como está Paul. Su mujer dice
que ha pasado buena noche, que apenas se ha despertado. Pienso en revisarle la
herida más tarde, no quiero manipularla demasiado.
Los padres de Guillermo estan sentados en la orilla con su
hijo. El niño come una de las frutas que encontramos el día anterior. Cuando me
ve, me señala y hace que su familia se gire para mirarme.
-Buenos días familia – digo sonriente –
-Hola doctor – me contesta la mujer –
-Por favor Amanda, no me llames doctor – sonrío de medio
lado –
-No nos sale llamarle de otra forma – dice Rafael, el padre
de Guillermo –
-Ni de usted tampoco! – imploro mientras ellos sonrien – han
visto a Malú?
-Se fue hace una hora más o menos con Anthony y Harry a
explorar la isla.
Mi cara es de total asombro. Dejo a la familia en la orilla
y me dirijo a preguntarle a Richard, que se afana en rebuscar en algunas
maletas algo útil.
-Buenos días Rick – todos habían pasado a llamarme así desde
que la mujer de Paul, Edna, decidió que ese sería mi nombre –
-Hola Richard… qué es eso de que un grupo ha ido a explorar
la isla?
-Ya… - resopla – yo no estaba muy de acuerdo… Malú se empeñó
en ir con ellos. Querían ver si encontraban algo… alguien que viva en esta isla
o algo así.
-Ya… - mi enfado va en aumento - y por donde se fueron?
-No pensarás ir a buscarlos no? – me mira sorprendido –
-Exactamente es lo que estoy pensando… - empieza a
recorrerme un miedo por si les ha pasado algo que no puedo controlar demasiado
-
-Se fueron por allí y dijeron que querían subir a aquel
remonte – señala –
-Gracias Richard, hazte cargo si la gente necesita alguna
cosa
-Quieres que te acompañe? – dice decidido –
-No, mejor quédate, haces falta por aquí
Richard asiente no muy convencido. Le dejo atrás mientras me
adentro en aquella especie de selva. No me puedo creer que un grupo de gente,
entre ellos Malú, haya decidido explorar la zona. No sabemos donde estamos, ni
la fauna que puede haber, ni las personas que pueden haber. Me asusto cuando
pienso que puede pasarle algo a Malú. Ese pensamiento me sorprende, apenas la
conozco de un día y parece ser esencial para mí en este momento. No tardo
demasiado en ubicarme, cuando era más joven solía hacer senderismo en verano.
Cuando era joven… como si tuviera 50 años… dentro de unos meses cumpliré los
30, sigo siendo joven.
Llevo caminando un buen rato y estoy exhausto. Debía haber
pensado coger agua, me siento estúpido. Poco tiempo después escucho voces que
provienen no de muy lejos. Parecen voces familiares. No puedo evitar salir
corriendo. Cuando salgo de aquellos matojos tan frondosos, se abre ante mí la
subida de ese remonte. Unos metros más arriba estan ellos. No veo a Malú. Me asusto.
Corro hasta ellos y, conforme me acerco, me voy asustando más. Malú está en el
suelo, magullada.
-Qué ha pasado? – digo agachándome para ver sus heridas -
-Rick! Estábamos subiendo y nos hemos resbalado, nosotros
nos hemos podido agarrar pero ella se ha caído.
-Y a quién se le ha ocurrido la idea de hacer esto? – digo
enfadado – donde te duele?
-Me he torcido el tobillo, pero me duele más el brazo… - Sale
sangre de un corte que no parece muy profundo. -
-Rick, pensamos que sería buena idea explorar un poco la
zona – dice Anthony un tanto acobardado –
-Una idea estupenda. – comienzo a alzar mi tono de voz -
Alguno de aquí sabe qué fauna os podéis encontrar? – espero una respuesta sin
encontrarla – alguno sabe qué hacer si alguien sale herido? – nadie contesta –
alguno sabe que en grupos tan pequeños no se puede salir a reconocer una puta
zona que no se conoce? – grito enfadado –
-Rick… - corto a Anthony –
-Haced lo que queráis, si queréis seguir subiendo adelante,
me llevo a Malú a la playa.
-Rick, no te pongas así – contesta Harry, otro de los
supervivientes más jóvenes –
-Que no me ponga como? – grito enfadado poniéndome delante
de él – me podéis explicar qué hubierais hecho si se da un golpe en la cabeza?
– digo señalando a Malú – o si alguno de vosotros os caéis y os matáis? Me
podéis explicar qué cojones hubiérais hecho?
-No somos unos críos! – grita Harry –
-Por supuesto que no, asi que no os comportéis como si lo
fueseis. Esto no es Perdidos.
Me giro y cojo a Malú en brazos sin decir nada, dispuesto a
volver a la playa.
-Si queréis volver, ya sabéis el camino. – comienzo a andar
sin ver si me seguían –
Durante el camino, no abro la boca, ni Malú tampoco, solo se
queja de vez en cuando. Hasta que comienza a hablar.
-Quique, no deberías haberte puesto así con ellos, solo
queríamos ayudar
Resoplo unas cuantas veces para no resultar borde.
-Deja de resoplar
-Mira – digo dejándola en el suelo – no se como se te ha
ocurrido hacer esto. – alzo la voz un poco, estoy realmente enfadado –
-No me grites! – grita ella por encima de mí y me hace
volver a resoplar – no soy una cría como ellos para acojonarse cuando les alzas
la voz.
-Yo no acojono a nadie – grito – y no pretendo hacerlo, pero
se os ha ido la puta cabeza haciendo esta tontería.
-Mira, puedo andar solita – dice levantándose sin dejar que
me acerque – no necesito tu ayuda – comienza a cojear mientras se queja en
silencio –
-Malú, esto es absurdo, deja que te lleve a…
-No me llevas a ninguna parte… joder! – dice agachándose, no
puede apenas andar –
-Malú… - me acerco despacio –
-Que me dejes joder! Qué te piensas? Que soy una niña? Una
niña a la que tienes que cuidar, es eso? Por eso has venido a buscarme. Eres el
jefe de la isla, el que tiene que organizarlo todo, y si algo no lo organiza
él, ya está mal hecho – dice burlándose -
Quieres dejar de tratarme como si no pudiera cuidarme sola? Que me hayas
salvado la vida una vez no significa que tenga que hacerte caso todo el tiempo
joder! No eres mi padre!
Aquella retahíla de gritos y reproches se va clavando en mi
estómago. No voy a dejarla allí sola, pero tampoco voy a dejar que me pisoteé
de esa forma…
Como si las nubes estuvieran escuchando esa discusión, de
repente se desata una tormenta fuera de lo común. Empieza a llover a mares. Por
nuestro lado pasan Anthony y Harry, mientras nos gritan que volvamos a la
playa. Miro a Malú, está empapada, sentada en el suelo. Sin decir nada, la
agarro en brazos. Noto como resopla indignada. A los 10 minutos, llegamos a la
playa. El fuego se ha apagado, la gente se esconde debajo de los árboles. Dejo
a Malú sin decir nada debajo de un árbol, al lado de Amanda y Rafael, y camino
hasta la orilla, dejando que la lluvia me empape todavía más. Todos se refugian
bajo los árboles menos yo. Estoy furioso, si pudiera, me largaba de allí.
La tormenta pasa en apenas unos minutos, no como mi enfado,
que cada vez va más en aumento. Cuando deja de llover, Anna, una mujer francesa
de unos 40 años, se acerca a mí.
-Rick, se ha apagado el fuego, qué hacemos?
Aquello me saca de mis casillas. Primero Malú me dice que
porqué ejerzo de jefe cuando no lo pretendo, pero ahora vienen a preguntarme
que qué hay que hacer. No contesto, ni siquiera la miro. Escucho sus pasos
alejarse. Me tiro allí un buen rato, aguantando que todos vengan a preguntarme qué
deben hacer, hasta que me harto. Me levanto y voy hacia el grupo como una
exhalación.
-Queréis saber lo que tenéis que hacer? Preguntadle a otra
persona, no soy vuestro puto jefe, ni pretendo serlo. Queréis salir a explorar
la isla? Adelante, caeros por laderas de montañas en vez de tener paciencia y
sobrevivir todos juntos. Queréis salir al mar a buscar un barco? Vamos!! –
señalo al mar - Nadad hasta ahogaros. Qué cojones queréis hacer? Queréis
sobrevivir hasta que vengan a buscarnos o queréis morir cada uno por vuestro
lado? Es eso?
-Rick – Richard intenta calmarme –
-No. – le señalo con el dedo pidiéndole que me deje seguir -
Yo no soy el jefe de nadie, no me preguntéis lo que tenéis que hacer. Se ha
apagado el fuego? Pues encendedlo joder! – Voy a por las cerillas y se las
lanzo a Anna – no soy la niñera de nadie, es eso no Malú? – me mira con un
gesto que no sé descifrar – sabéis qué? Estoy igual de acojonado que todos
vosotros. Ni siquiera sé si van a venir a buscarnos, o a nadie se le ha
ocurrido que es raro que no hayan venido ya? – hubo un silencio atronador –
-Quique – la voz de Malú resuene en mis oídos –
-Qué? Qué querías que hiciera? – me dirijo a ella – mira
como tienes el brazo, qué se supone que tengo que hacer? Curártelo? O te lo
curas tú? O mejor, por qué no te lo curo mientras me gritas? – me giro
apartándole la mirada – estoy intentando ayudar a todo el mundo, porque todos
me pedís ayuda, porque pensáis que yo no tengo miedo o algo así. Y os aseguro
que lo tengo. Y cuando os he ido a buscar – me dirijo a Anthony – iba acojonado
por si os había pasado algo. Sabéis por qué? Porque si os pasa algo y no puedo
hacer nada el que se va a sentir culpable soy yo. Soy médico, si, pero no hago
milagros.
-Con mi hijo si, y todos los vieron – espeta Amanda – le
pido que se calme doctor.
Resoplo y miro al suelo. Estoy tan enfadado que no puedo
pensar. Miro a Malú que me mira seria. Me dan ganas de preguntarle de nuevo qué
quiere que haga.
-Sabéis una cosa? Creo que nos va a ir mejor si hacemos todos
lo que nos salga de los cojones. Así nadie vendrá a reprocharme que me preocupo
demasiado por nadie. – miro a Malú directamente y me aparta la mirada –
Sin dejar que nadie conteste, me doy la vuelta y me adentro
de nuevo en la selva. No escucho nada de lo que me dicen, decido huir de allí
antes de ponerme más nervioso.
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