lunes, 15 de septiembre de 2014

CAPÍTULO 6: BÚSCAME

El día amaneció en aquella playa desconocida. Cierro los ojos un instante, pensando que al abrirlos me despertaría del todo y habría sido una pesadilla, pero no es así. Me levanto con desgana, habré dormido unas dos horas. Me siento cansado. Miro a mi izquierda pero no encuentro a Malú, supongo que se habrá despertado antes que yo. En la playa está toda esa gente que hasta ayer eran desconocidos, pero ahora se han convertido en las únicas personas que me acompañaban allí. Busco sin quererlo a Malú pero no la encuentro por ninguna parte. Me acerco para ver como está Paul. Su mujer dice que ha pasado buena noche, que apenas se ha despertado. Pienso en revisarle la herida más tarde, no quiero manipularla demasiado.

Los padres de Guillermo estan sentados en la orilla con su hijo. El niño come una de las frutas que encontramos el día anterior. Cuando me ve, me señala y hace que su familia se gire para mirarme.

-Buenos días familia – digo sonriente –

-Hola doctor – me contesta la mujer –

-Por favor Amanda, no me llames doctor – sonrío de medio lado –

-No nos sale llamarle de otra forma – dice Rafael, el padre de Guillermo –

-Ni de usted tampoco! – imploro mientras ellos sonrien – han visto a Malú?

-Se fue hace una hora más o menos con Anthony y Harry a explorar la isla.

Mi cara es de total asombro. Dejo a la familia en la orilla y me dirijo a preguntarle a Richard, que se afana en rebuscar en algunas maletas algo útil.

-Buenos días Rick – todos habían pasado a llamarme así desde que la mujer de Paul, Edna, decidió que ese sería mi nombre –

-Hola Richard… qué es eso de que un grupo ha ido a explorar la isla?

-Ya… - resopla – yo no estaba muy de acuerdo… Malú se empeñó en ir con ellos. Querían ver si encontraban algo… alguien que viva en esta isla o algo así.

-Ya… - mi enfado va en aumento - y por donde se fueron?

-No pensarás ir a buscarlos no? – me mira sorprendido –

-Exactamente es lo que estoy pensando… - empieza a recorrerme un miedo por si les ha pasado algo que no puedo controlar demasiado - 

-Se fueron por allí y dijeron que querían subir a aquel remonte – señala –

-Gracias Richard, hazte cargo si la gente necesita alguna cosa

-Quieres que te acompañe? – dice decidido –

-No, mejor quédate, haces falta por aquí

Richard asiente no muy convencido. Le dejo atrás mientras me adentro en aquella especie de selva. No me puedo creer que un grupo de gente, entre ellos Malú, haya decidido explorar la zona. No sabemos donde estamos, ni la fauna que puede haber, ni las personas que pueden haber. Me asusto cuando pienso que puede pasarle algo a Malú. Ese pensamiento me sorprende, apenas la conozco de un día y parece ser esencial para mí en este momento. No tardo demasiado en ubicarme, cuando era más joven solía hacer senderismo en verano. Cuando era joven… como si tuviera 50 años… dentro de unos meses cumpliré los 30, sigo siendo joven.

Llevo caminando un buen rato y estoy exhausto. Debía haber pensado coger agua, me siento estúpido. Poco tiempo después escucho voces que provienen no de muy lejos. Parecen voces familiares. No puedo evitar salir corriendo. Cuando salgo de aquellos matojos tan frondosos, se abre ante mí la subida de ese remonte. Unos metros más arriba estan ellos. No veo a Malú. Me asusto. Corro hasta ellos y, conforme me acerco, me voy asustando más. Malú está en el suelo, magullada.

-Qué ha pasado? – digo agachándome para ver sus heridas -

-Rick! Estábamos subiendo y nos hemos resbalado, nosotros nos hemos podido agarrar pero ella se ha caído.

-Y a quién se le ha ocurrido la idea de hacer esto? – digo enfadado – donde te duele?

-Me he torcido el tobillo, pero me duele más el brazo… - Sale sangre de un corte que no parece muy profundo. -

-Rick, pensamos que sería buena idea explorar un poco la zona – dice Anthony un tanto acobardado –
 
-Una idea estupenda. – comienzo a alzar mi tono de voz - Alguno de aquí sabe qué fauna os podéis encontrar? – espero una respuesta sin encontrarla – alguno sabe qué hacer si alguien sale herido? – nadie contesta – alguno sabe que en grupos tan pequeños no se puede salir a reconocer una puta zona que no se conoce? – grito enfadado –

-Rick… - corto a Anthony –

-Haced lo que queráis, si queréis seguir subiendo adelante, me llevo a Malú a la playa.

-Rick, no te pongas así – contesta Harry, otro de los supervivientes más jóvenes –

-Que no me ponga como? – grito enfadado poniéndome delante de él – me podéis explicar qué hubierais hecho si se da un golpe en la cabeza? – digo señalando a Malú – o si alguno de vosotros os caéis y os matáis? Me podéis explicar qué cojones hubiérais hecho?

-No somos unos críos! – grita Harry –

-Por supuesto que no, asi que no os comportéis como si lo fueseis. Esto no es Perdidos.

Me giro y cojo a Malú en brazos sin decir nada, dispuesto a volver a la playa.

-Si queréis volver, ya sabéis el camino. – comienzo a andar sin ver si me seguían –

Durante el camino, no abro la boca, ni Malú tampoco, solo se queja de vez en cuando. Hasta que comienza a hablar.

-Quique, no deberías haberte puesto así con ellos, solo queríamos ayudar

Resoplo unas cuantas veces para no resultar borde.

-Deja de resoplar

-Mira – digo dejándola en el suelo – no se como se te ha ocurrido hacer esto. – alzo la voz un poco, estoy realmente enfadado –

-No me grites! – grita ella por encima de mí y me hace volver a resoplar – no soy una cría como ellos para acojonarse cuando les alzas la voz.

-Yo no acojono a nadie – grito – y no pretendo hacerlo, pero se os ha ido la puta cabeza haciendo esta tontería.

-Mira, puedo andar solita – dice levantándose sin dejar que me acerque – no necesito tu ayuda – comienza a cojear mientras se queja en silencio –

-Malú, esto es absurdo, deja que te lleve a…

-No me llevas a ninguna parte… joder! – dice agachándose, no puede apenas andar –

-Malú… - me acerco despacio –

-Que me dejes joder! Qué te piensas? Que soy una niña? Una niña a la que tienes que cuidar, es eso? Por eso has venido a buscarme. Eres el jefe de la isla, el que tiene que organizarlo todo, y si algo no lo organiza él, ya está mal hecho – dice burlándose -  Quieres dejar de tratarme como si no pudiera cuidarme sola? Que me hayas salvado la vida una vez no significa que tenga que hacerte caso todo el tiempo joder! No eres mi padre!

Aquella retahíla de gritos y reproches se va clavando en mi estómago. No voy a dejarla allí sola, pero tampoco voy a dejar que me pisoteé de esa forma…

Como si las nubes estuvieran escuchando esa discusión, de repente se desata una tormenta fuera de lo común. Empieza a llover a mares. Por nuestro lado pasan Anthony y Harry, mientras nos gritan que volvamos a la playa. Miro a Malú, está empapada, sentada en el suelo. Sin decir nada, la agarro en brazos. Noto como resopla indignada. A los 10 minutos, llegamos a la playa. El fuego se ha apagado, la gente se esconde debajo de los árboles. Dejo a Malú sin decir nada debajo de un árbol, al lado de Amanda y Rafael, y camino hasta la orilla, dejando que la lluvia me empape todavía más. Todos se refugian bajo los árboles menos yo. Estoy furioso, si pudiera, me largaba de allí.

La tormenta pasa en apenas unos minutos, no como mi enfado, que cada vez va más en aumento. Cuando deja de llover, Anna, una mujer francesa de unos 40 años, se acerca a mí.

-Rick, se ha apagado el fuego, qué hacemos?

Aquello me saca de mis casillas. Primero Malú me dice que porqué ejerzo de jefe cuando no lo pretendo, pero ahora vienen a preguntarme que qué hay que hacer. No contesto, ni siquiera la miro. Escucho sus pasos alejarse. Me tiro allí un buen rato, aguantando que todos vengan a preguntarme qué deben hacer, hasta que me harto. Me levanto y voy hacia el grupo como una exhalación.

-Queréis saber lo que tenéis que hacer? Preguntadle a otra persona, no soy vuestro puto jefe, ni pretendo serlo. Queréis salir a explorar la isla? Adelante, caeros por laderas de montañas en vez de tener paciencia y sobrevivir todos juntos. Queréis salir al mar a buscar un barco? Vamos!! – señalo al mar - Nadad hasta ahogaros. Qué cojones queréis hacer? Queréis sobrevivir hasta que vengan a buscarnos o queréis morir cada uno por vuestro lado? Es eso?

-Rick – Richard intenta calmarme –

-No. – le señalo con el dedo pidiéndole que me deje seguir - Yo no soy el jefe de nadie, no me preguntéis lo que tenéis que hacer. Se ha apagado el fuego? Pues encendedlo joder! – Voy a por las cerillas y se las lanzo a Anna – no soy la niñera de nadie, es eso no Malú? – me mira con un gesto que no sé descifrar – sabéis qué? Estoy igual de acojonado que todos vosotros. Ni siquiera sé si van a venir a buscarnos, o a nadie se le ha ocurrido que es raro que no hayan venido ya? – hubo un silencio atronador –

-Quique – la voz de Malú resuene en mis oídos –

-Qué? Qué querías que hiciera? – me dirijo a ella – mira como tienes el brazo, qué se supone que tengo que hacer? Curártelo? O te lo curas tú? O mejor, por qué no te lo curo mientras me gritas? – me giro apartándole la mirada – estoy intentando ayudar a todo el mundo, porque todos me pedís ayuda, porque pensáis que yo no tengo miedo o algo así. Y os aseguro que lo tengo. Y cuando os he ido a buscar – me dirijo a Anthony – iba acojonado por si os había pasado algo. Sabéis por qué? Porque si os pasa algo y no puedo hacer nada el que se va a sentir culpable soy yo. Soy médico, si, pero no hago milagros.

-Con mi hijo si, y todos los vieron – espeta Amanda – le pido que se calme doctor.

Resoplo y miro al suelo. Estoy tan enfadado que no puedo pensar. Miro a Malú que me mira seria. Me dan ganas de preguntarle de nuevo qué quiere que haga.


-Sabéis una cosa? Creo que nos va a ir mejor si hacemos todos lo que nos salga de los cojones. Así nadie vendrá a reprocharme que me preocupo demasiado por nadie. – miro a Malú directamente y me aparta la mirada –


Sin dejar que nadie conteste, me doy la vuelta y me adentro de nuevo en la selva. No escucho nada de lo que me dicen, decido huir de allí antes de ponerme más nervioso.

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