sábado, 20 de septiembre de 2014

CAPÍTULO 26: DESAFÍO

Tras unos minutos allí, nos comunican que vamos a pasar a otra sala para realizar la rueda de prensa. Nos miramos… creo que todos tienen esa especie de sensación de pánico en este momento. Incluida Malú, que imagino que sabe que muchas de las preguntas van a ir hacia ella. De nuevo aparecen los hombres de negro para escoltarnos hasta la sala. Esto es lo más raro y surrealista que me ha pasado en mi vida. Nuestros familiares pasarán por otra puerta, nosotros vamos a entrar por la que, imagino, es la principal. Uno de los hombres de negro la abre y comienzan a llover flashes. Malú es la primera en pasar, con paso firme y decidido. A su lado, me siento pequeño. Hay una mesa larguísima con muchas sillas, unas delante y banquetas detrás. Imagino que hay 22. Nos colocamos según vamos llegando. Estoy sentado al lado de Malú, que me mira creo que intentando que me calme. A mi otro lado, Richard, el que se ha convertido en poco más que un hermano para mí. Una chica se acerca a cada uno de nosotros para darnos un auricular… supongo que para ir traduciendo la entrevista. Estoy flipando.


Bien, analicemos la situación. De médico en paro a estar sentado frente a cientos de periodistas en una rueda de prensa al lado de Malú. No está mal la progresión… Me sudan las manos y tengo una sed de repente que me hace coger una de las múltiples botellas de agua que se sitúan sobre la mesa. Malú me mira y se ríe. Mi mente enferma se imagina las portadas de mañana, con una foto de ella riéndose de mí. Estoy entrando en pánico. Respira Quique, no pasa nada, imagínate que son médicos y estás presentando un caso super importante. No vale equivocarse, ni dudar, ni quedarte en blanco. Genial, ahora tengo el doble de presión que antes. Soy imbécil.

-Bien – un hombre se planta delante de la mesa, no alcanzo a saber quien es, pero imagino que alguien importante – va a dar comienzo la rueda de prensa. Recordamos que será de media hora de duración, los supervivientes deben descansar. Cada medio solo puede hacer una intervención.

Deja el micrófono encima de la mesa con una leve sonrisa y se hace a un lado. Todos los periodistas allí presentes levantan la mano pidiendo turno. Ahora si que estoy entrando en pánico, tengo hasta ganas de vomitar. Uno de ellos se levanta y una chica le da un micrófono. Observo la estancia. Una sala amplísima, con un montón de cámaras de televisión en las que no había reparado. Si fuera al baño ahora mismo creo que me deshidrataría.

-Hola, estamos en directo, lo primero daros la bienvenida de parte de todo el equipo de la radio. Nos emociona veros aquí, de verdad. – inclina la cabeza hacia nosotros y solo me sale hacer el mismo gesto y poner una sonrisa estúpida – mi pregunta es para Malú.

Se me escapa una leve risita que contagia al resto. Son los nervios, es normal, Malú nos mira con cara de “no me hagáis esto que esto es serio” e intenta hacernos gestos para que nos callemos. Estaba tan claro que la iban a acribillar a preguntas que no se ni como lo ha dudado.

-No se si sabrás la que se ha formado… aunque supongo que te habrás hecho una idea viendo a tus fans ahí fuera – Malú sonríe algo avergonzada – supongo que todos sabréis que se pensó que no habría supervivientes… nos podrías narrar qué pasó el día del accidente?

La miro apiadándome de ella. Pobre. La primera pregunta y la más complicada. Acordarse de aquel día no nos hace bien a ninguno.

-Emm… bueno… - frota sus manos en el pantalón – es un poco difícil contarlo… - carraspea – lo primero, quería daros las gracias en nombre de todos – nos mira – por estar aquí… veo algunas caras conocidas – algunos periodistas alzan la mano saludándola emocionados, alguno de ellos me suena – bueno… yo volvía de Sidney por un tema de trabajo y… en mitad del vuelo empezamos a sentir turbulencias…  no sabemos exactamente por qué se estrelló el avión… ni por qué se partió en dos… lo único que si te puedo decir seguro es que no habría salido del avión sin su ayuda. Me ayudó a salir del avión y me llevó nadando hasta la isla donde nos encontraron ayer.

La miro arqueando una ceja y me sonríe triunfante. Se escuchan susurros de los allí presentes. Hija de su madre. Cientos de manos se alzan, me van a preguntar a mí ahora fijo.

-Si, eh – un chico se levanta de su asiento – estamos en directo. Mi pregunta es para el doctor.
Alzo las cejas y me acerco al micrófono.

-El doctor soy yo no? – escucho una risa general –

-Si… - sonríe – han comentado que viajó a Sidney para dar una conferencia en un congreso médico – asiento – sobre lo que ha dicho Malú, quería preguntarle, se conocían de algo? La reconoció? Nos podría narrar un poco lo que ocurrió…?

Bien. Reflexionemos un instante. O alguien cuenta cómo pasó el accidente o nos lo van a preguntar a todos uno a uno. Me revuelvo en mi asiento dispuesto a contarlo.

-No, no nos conocíamos. Nos conocimos en el aeropuerto, antes de embarcar – nos miramos un instante y nos sale una sonrisa avergonzada – dio la casualidad que teníamos los asientos juntos y claro que la reconocí, quién no conoce a Malú en este país? – escucho unas risillas por parte de los presentes. Malú está sonrojada – Lo que ocurrió… - me rasco la cabeza – pues unas 3 horas después de iniciar el vuelo, sentimos una serie de turbulencias... y el avión comenzó a caer… - se hace un silencio sepulcral – no sé cómo se partió ni cuando lo hizo… el caso es que la parte del avión donde yo viajaba se estrelló contra el mar. Fue todo muy rápido… se fue inundando pero pudimos salir de allí y desde el agua, vimos un trozo de tierra a lo lejos… y nos pusimos a nadar – Malú niega con la cabeza – hasta que llegamos a la playa.

Comienzan a sucederse los murmullos entre los periodistas, quieren seguir preguntándome pero alguien les organiza para que aquello no se vaya de madre. Respiro al ver que medios de otro país preguntan al resto.

-No me hagas eso más eh? – susurro hacia Malú – casi me da un pasmo cuando se han girado todos hacia mí.

-Has estado muy bien Rick – susurra sonriendo –

-Amanda, nos podría contar cómo sobrevivió su familia?

Genial. No lo cuentes Amanda, que me muero de la vergüenza por favor…

-Salimos del avión justo después de que se hundiera y comenzamos a nadar hacia la playa que ha dicho el doctor. Nos costó Dios y ayuda llegar porque estaba muy lejos, se nos hizo eterno. Pero mi hijo llegó a la playa sin vida, tragó mucha agua… Al llegar, el doctor le resucitó.

Que alguien me mate. Por qué a mí? Joder… otra vez todas las miradas hacia mí, yo es que me cago en todo. Empiezo a escuchar “doctor” por todas partes. Por qué cojones no estudiaría yo otra cosa? Observo a Guillermo que me mira sonriente.

-Si, doctor, desde Mexico, qué ocurrió con Guillermo?

Venga, esto lo he hecho otras veces. Un parte médico, piensa que es un parte médico.

-Bueno… el niño llegó sin pulso… y… - carraspeo, tengo la boca seca… noto la mirada de Malú y todavía se me seca más la garganta – comencé con las maniobras de resucitación. Estuve unos… - me quedo pensativo – 3 minutos… hasta que el niño reaccionó de repente… fue un milagro… es un chaval muy fuerte – le miro y le guiño un ojo. Me sonríe avergonzado –

Tras otra ronda de preguntas hacia los demás, pienso que aquello se va a acabar ahí. Suspiro aliviado, pero me equivoco, como siempre.

-Nos podríais contar alguna cosa que hicisteis para sobrevivir allí?

-Malú me enseñó a pescar.


La voz de Anthony retumba en la sala. Richard comienza a reírse y nos contagiamos todos en seguida.

-Si, una estrella del pop me ha enseñado a pescar en una isla desierta. Soy muy afortunado – dice de forma divertida –

-Ahora nadie se atreverá a tirarte la caña… - susurro hacia Malú, que estalla en una carcajada y nos contagia todavía más – 

-A mi también me ha enseñado a pescar – levanto la mano de manera divertida mirando hacia ella tiernamente -  


Los periodistas nos miran divertidos. La verdad es que toda la tensión del principio ha desaparecido por completo.

-Yo me puse enferma y me cuidó

La voz dulce de Juliet interrumpe nuestras risas. Las sonrisas de los periodistas se tornan en gesto tierno. Malú baja la cabeza y creo notar como va a llorar de un momento a otro.

-Y por las noches nos cantaba cuando nos sentábamos en la hoguera.



Maldita sea. Ahora el que va a llorar soy yo. La voz inocente de Juliet  y su sonrisa inocente mirando a Malú, es demasiado para mis oídos. Parpadeo varias veces y giro la cabeza a un lado. Malú se apoya en la mesa, mirando a Juliet, con esa sonrisa que aparece antes de ponerte a llorar.

-Malú ha sido un cielo con Juliet y con todos nosotros – Rose interviene – si no llega a ser porque pescaba todos los días para todos… no creo que hubiéramos aguantado tanto tiempo.

Asiento de manera reflexiva. Se hace otro silencio en la sala. Esta vez más incómodo. Malú reprime las lágrimas como puede, aunque se le escapan si mira a Juliet. Los periodistas no levantan la mano. Anthony, en un arrebato, decide seguir hablando.

-Nos han pasado millones de cosas que no podremos olvidar nunca… como cuando Rick volvió a la playa después de que una tormenta lo arrastrase mar adentro.

Ahora si que lo voy a matar. Le miro y me mira con gesto de no haber roto un plato en su vida. Maldito Anthony. Se afana en contar lo que, según él, debe saber todo el mundo. Que soy un crack dice. Un crack le voy a hacer en algún hueso de un momento a otro como siga hablando.

-Bueno, ya está Anthony… - digo intentando no quitar mi sonrisa de la boca, aunque me cuesta ponerla por la vergüenza que estoy pasando –

-Es verdad tío! – me dice mirándome – eres un tío de puta madre.

La espontaneidad con la que habla hace reir a los periodistas que me miran interrogantes.

-Se sienten afortunados? – pregunta un periodista desde el fondo de la sala –

-Sería una falta de respeto no sentirnos afortunados sabiendo que otras muchas personas no pudieron sobrevivir – sentencia Richard – a las familias de esas personas lo único que podemos decirles es que lamentamos que sus seres queridos no corrieran la misma suerte… es injusto… - dice serio – nosotros solo podemos dar gracias por haber vuelto de esa isla.


Asiento con cada palabra que dice Richard. No sabía que se desenvolvía tan bien delante de tanta gente. Es un tío serio y divertido a la vez, pero impone su voz grave. Tanto que los periodistas de nuevo se quedan en silencio.

-Ahora que van a tener que separarse… les da pena? – pregunta otro periodista de repente –

Nos miramos unos a otros con cara de circunstancias. La despedida está cerca y se nos había olvidado. Malú me mira intensamente y baja la cabeza, no parece que nadie vaya a contestar a la pregunta.

-Creo que hablo en nombre de todos si digo que nos sentimos como una familia – les miro y asienten, algunos algo emocionados – creo que se ha creado un vínculo entre nosotros que, aunque a partir de ahora nos veamos poco, no se va a romper nunca.

-Hemos pasado por momentos tan extremos que no hubiéramos sobrevivido sin la ayuda que nos hemos dado unos a otros – dice convencida Malú, que llevaba un rato callada, imagino que por la congoja –

Nos quedamos un momento mirándonos y siento otra punzada en el estómago, esta vez más fuerte. Malú está triste, mucho. Imagino que porque el momento de las despedidas se acerca. La rueda de prensa acaba con un tremendo aplauso de fondo mientras salimos de la sala. Al salir, los hombres de negro se ponen a nuestro lado, para variar. El hombre que parecía organizar la rueda de prensa, se acerca a nosotros.


-El avión para el resto ya está preparado. 

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