Me acerco a él y hago que suelte sobre la mesa las copas. Me
encanta que me mire así, con tanto deseo. Terminamos sobre el sofá, haciendo el
amor como si fuera la última vez. Su forma de tocarme me vuelve loca, es
increíble como se transforma. Una vez en la cama, me acurruco a su lado, como
las últimas noches, me abraza fuerte, firme, como si no quisiera que me moviese
de allí. No puedo evitar sacar ese tema de conversación que nos hizo discutir
la última vez.
-Quería hablar contigo… - noto como arquea la cabeza para
mirarme y alzo la mía – sobre esto…
-Sigues preocupada verdad? – dice en tono comprensivo para
mi sorpresa –
-Si… - contesto algo avergonzada –
-Sabes que puedes contarme todo lo que te preocupa no? – me
acaricia el pelo y sonrío como una tonta –
-No quiero que te vayas… - aquella frase me acaba de salir
del alma –
-Ni yo tampoco jefa… - me da un beso en la frente – pero no
me voy al otro lado del mundo eh? – dice restándole importancia -
-Me da miedo que si no estamos juntos, te plantees cosas… -
he decidido ser sincera en cuanto a mis dudas –
-Cosas? – me pregunta extrañado – qué tipo de cosas?
-Lo que hablamos el otro día… - digo con algo de temor –
Veo como se recuesta y se pone a mirar al techo, como
buscando las palabras… o como no queriendo hablar… no consigo descifrar esa
reacción.
-Quieres que sea totalmente sincero verdad? – dice mientras
sigue mirando al techo –
Aquella frase me acaba de dar un miedo terrible. Por un
momento pienso que me va a decir que lo ha pensado mejor, que es imposible, que
es mejor que solo seamos amigos… siento unas ganas terribles de llorar pero me
contengo, esperando a que hable.
-Es cierto que me da miedo, no te lo voy a negar… - sigue
sin mirarme – me da miedo tu vida, todos esos conciertos… me da miedo no
encajar ahí -
intento interrumpirle pero no me deja – espera, que si no lo digo de golpe, no
lo voy a decir… - habla pausadamente – pero no se por qué piensas que voy a
plantearme algo distinto a esto… es imposible…
-Por qué es imposible? – pregunto descolocada –
-Porque… - sonríe de lado – joder, nunca se me ha dado bien
esto… - niega con la cabeza y le noto algo nervioso – porque lo que hemos pasado juntos no se me olvida en unos días…
Me mira y noto como el corazón se me va a salir por la boca.
Se me está declarando? No puede pasarme esto a mí, este hombre no se me puede
estar declarando. Sigo teniendo ganas de llorar, pero con otra sensación
totalmente distinta.
-Malú… - acaricia mi pelo con suavidad – yo pensaba que no
iba a poder estar así de bien con alguien…
-ríe tímidamente – y resulta que voy y me cruzo contigo… - niega con la
cabeza sonriendo de medio lado – igual todo está yendo muy deprisa… pero es que
tengo la sensación de conocerte desde hace años… y, al mismo tiempo… conozco
todos los días algo nuevo de ti… y… y eso me gusta… - noto como está nervioso –
Y… te miro… y… joder, no se me puede ocurrir plantearme nada que no sea seguir
estando así… - hace una pausa, sin dejar de sonreir algo avergonzado – Joder,
no sabes lo orgulloso que me he sentido cuando Rosa te ha contado todos esos
planes…, te he imaginado ahí, cantando y… - tengo unas ganas de llorar inmensas
– es que… quiero vivir eso contigo… quiero… quiero estar contigo, no se si
encajaré en tu vida, pero… - vuelve a
ponerse nervioso – quiero ver como sonríes cuando vuelvas a cantar delante de
toda esa gente… cuando vuelvas a casa después de un concierto… sé que estás
deseando volver a trabajar… - no deja de acariciar mi pelo - y sé que es
complicado pero… si… si tu quieres… me gustaría… - carraspea – me gustaría que
lo intentásemos…
No puedo decir nada, me he quedado muda. Le observo
detenidamente. Me mira interrogante, se que está pensando que se ha equivocado, que quizá la está cagando,
pero acaba de hacer lo que yo llevaba días queriendo hacer y no me atrevía por
la vergüenza que me daba sentirme una estúpida que se plantea una relación en apenas unos días. Está orgulloso de mí… no
recuerdo que alguien que haya tenido una relación conmigo me haya dicho eso
referente a mi trabajo. Creo que nadie se había parado a pensar en lo feliz que soy
cuando canto, en lo feliz que me hace… pero él si, él había pensado todo eso
por encima de lo que sería más cómodo… sería más cómodo decirme que ese ritmo
no lo ve claro y que no sabría si podría entenderlo. Pero no, va y se me
declara. Él no lo sabe, pero me lo voy a comer a besos dentro de unos segundos.
-No vas a decir nada? – le miro sin contestarle –
Es el momento. Sin mediar palabra me lanzo a sus labios sin
poder parar de sonreír. Noto como respira aliviado… qué mala soy, le he hecho
pasar unos segundos tan tensos… se lo pienso recompensar. No decimos nada, solo
nos besamos, nos acariciamos, nos tocamos… vuelve a tocarme como si quisiera
traspasarme… volvemos a hacer el amor pero esta vez de una forma
distinta, con una sensación distinta. Todo es igual de apasionado, igual de
agresivo… pero más lento… hay muchos más besos, yo pensaba que eso era
imposible, pero los hay. No puedo calcular el tiempo que hemos pasado haciendo
el amor. Ni puedo describir el placer que acabo de sentir. Es increíble, no
hace falta que le diga nada, sabe perfectamente lo que tiene que hacerme antes
incluso de que me dé tiempo a pensarlo. El sueño me vence, acurrucada al lado
de él, como en los últimos días, y como quiero que sea a partir de ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario