viernes, 19 de septiembre de 2014

CAPÍTULO 24: VÉRTIGO (I)

Unos leves golpes en la puerta me despiertan. Me siento aturdido. Noto un peso sobre mí. Abro los ojos y veo a Malú dormir plácidamente sobre mi pecho. No puedo evitar sonreir. Miro alrededor y me ubico, estoy en el barco que nos llevará a casa. No sé que hora es pero poco me importa. Tras hablar todos con nuestras familias, la emoción y la euforia se hicieron dueñas del barco y terminamos durmiendo por pura obligación. Y Malú me torturó empeñándose en dormir conmigo… no pude decirle que no, claramente. Pero con Richard y Anthony allí, no tuvimos ni un momento de intimidad, ni siquiera para consumar ese no beso ni para hablar de ello siquiera.

-Rick! – escucho a Richard en su litera – tenemos que salir a cubierta.

-Eh, buenos días hermano - hablo sin querer despertar a Malú, que se revuelve sobre mí – Eh… - acaricio su pelo – despierta preciosa… - dejo varios besos sobre su cabello – venga dormilona… volvemos a casa…

-Mmmm… - gime intentando no despertarse –

-Vamos jefa… - digo riéndome –

-No me llames así! – balbucea medio dormida –

Sigo riéndome mientras veo como se incorpora. Con un ojo cerrado me mira y vuelve a posar su cara sobre mi pecho, con un sonido que me encanta escuchar.

-Estás a gusto reina?

-Reina? – dice alzando la cabeza mientras se ríe – de jefa a reina… lo próximo qué será?

-Mmmm… - me hago el pensativo – me lo pensaré…

-Pff…  qué sueño tengo joder…

-Vamos… tenemos que salir… - digo acariciando su cara –

Reprimo mis ganas de sacar el tema de la noche anterior muy a mi pesar. Salimos los cuatro a la vez de la habitación. Nos indican donde se sitúan las duchas. No me lo puedo creer cuando las veo. Estoy horrible. Menuda cara… tengo que haber adelgazado seguro. Salimos a cubierta vestidos con una ropa que nos han dejado en el barco, no se de donde la han sacado, pero voy con unos pantalones vaqueros, una camisa blanca y una chaqueta que hasta me hacen sentirme persona. Malú va... joder... va casi como cuando nos conocimos... y no deja de sonreir. El capitán nos espera algo impaciente, parece que quiere comunicarnos algo.


-Bueno, ya estamos todos. Quería decirles que vamos a llegar al puerto. Les trasladaran al aeropuerto y un yet privado les llevará a casa de regreso.

-Un avión? Es una broma? – dice Malú con tono sorprendido –

-Em… - el capitán se queda sin palabra – disculpe, se que no querrán subirse a uno… pero es la manera más rápida de llegar a casa… están en la otra punta del mundo.

-Donde exactamente? – pregunto intrigado –

-En la costa de indonesia, en el oceáno índico.

-Ni puta idea, pero suena lejos – dice espontáneamente Anthony, haciendo un gesto de broma, que me hace reir –



La gente nos trata como si fuésemos estrellas de cine o algo así. Ni siquiera Malú, que debe estar acostumbrada a ese trato, deja de poner cara de asombro. Hemos comido más de lo que debe estar permitido. Nuestras sonrisas se tornan en seriedad cuando llegamos al aeropuerto. No me gusta nada la idea de subirme a uno de esos bichos otra vez, y parece que a nadie le apasiona la idea. Subimos en silencio las escaleras, seguidos de gente que suponemos, están allí para escoltarnos o algo así. 

Detecto flashes por todas partes… Al entrar al avión, unas azafatas nos reciben con aplausos. 

Aquello es más de lo que, en principio, podía imaginarme. Han fletado un avión solo para nosotros. No quiero ni pensar la que hay montada en España. Malú no se despega de mí, ni yo de ella. Tomamos asiento como hace 14 días, uno al lado del otro. Una sensación de cosquilleo recorre mi cuerpo cuando noto que el avión va a despegar.

-No me sueltes – dice Malú mientras el sonido del avión comienza a retumbar –

-Ven aquí tonta… - paso mi brazo por su cuello – en unas horas estamos en casa, no va a pasar nada.

-Queridos pasajeros – se oye la voz del capitán, en un perfecto inglés – Bienvenidos al vuelo que les va a llevar de vuelta a casa. Hemos preparado un dvd para que puedan entretenerse y relajarse viendo la televisión durante el vuelo. Si necesitan cualquier cosa, no duden en avisar a cualquier persona del sobrecargo, todo lo que pidan lo tendremos a su disposición.

Nos miramos todos, unos con otros, todos tenemos la sensación que aquel trato es excesivo, pero no podemos evitar sonreir. Es hasta gracioso que te traten como alguien importante cuando consideras que no lo eres. El avión coge velocidad y me quedo pegado al asiento, con mi mano cruzada sobre la de Malú, que se aferra al asiento en claro signo de tensión. Una vez el avión se estabiliza, se escucha un suspiro general. Observo al resto de mis compañeros y una sonrisa me inunda. Todos están allí y vamos dirección a Madrid, a casa.

Tras unos minutos, las pantallas del avión se encienden y aparecen imágenes sobre el avión. Sonrío al mirar la televisión, he echado hasta de menos esa caja tonta. La pantalla se vuelve en negro y aparece lo que creo que es una reproducción de un dvd. Al principio no logro saber de qué se trata hasta que veo que en la imagen aparecen miles de personas en un recinto. Miro a Malú sin querer y está ojiplática. En seguida comprendo que es un concierto suyo.



-Eh chicos! Es un concierto de Malú! – grito sin poder evitarlo –



-Calla! – grita dándome un manotazo en el brazo – pero no puede ser… - se tapa la cara avergonzada –

-Al habla el capitán – se oyen los altavoces de nuevo – desde Madrid han pensado que la mejor manera de amenizar el viaje era que vieran este dvd. Esperamos que disfruten con la jefa.

-Jajajajajajaja! – estallo en una carcajada al escuchar como pronuncia “jefa” el capitán con un claro acento inglés – a él no le pegas? – digo mirando a Malú, que sigue observando la pantalla emocionada – no vayas a llorar eh?

Ni siquiera me mira. Supongo que este momento está siendo demasiado especial para ella. Volver a verse así supongo que le trae muchos recuerdos bonitos y emotivos a la vez. Decido recostarme en el asiento, preparado para disfrutar de aquello que parece un conciertazo. Tras unos minutos no puedo despegar la vista del televisor, es alucinante.



-Rick! Cierra la boca! – grita Richard desde la parte derecha –

-Gilipollas! – grito riendo algo avergonzado –

-Te gusta? – susurra Malú sonrojada –

-Que si me gusta? Pero mírate! – señalo a la pantalla –

-Pero quién me ha enseñado a pescar? – escucho a Anthony – Cojones! Si eso está lleno! - dice ilusionado - 

-Callaros ya anda... - responde avergonzada -

-Nos tienes que invitar a esto – Amanda interviene – a Guillermo le encantaría, verdad cariño? – el niño asiente sin despegar la mirada de la tele –



Dirijo mi mirada a Juliet. Jamás la había visto sonreir así. La pillo mirando a Malú con una admiración que hasta me conmueve. 

-Malú, me vas a invitar a verte a un concierto? - pregunta Juliet con voz avergonzada - 

-Pero claro que sí cariño!! - La niña mira ilusionada a su abuela - 

-Ay dios... qué vergüenza me está dando esto... - Malú se tapa la boca de forma divertida - 

-Qué guapa… - digo mirando la pantalla - 



Esas palabras salen de mi boca sin querer. Me pongo nervioso y balbuceo. 

-Se… se te ve feliz… - tartamudeo - 

-Salgo guapa? – dice de forma divertida –

-Mucho… - contesto sin querer mirarla –


Tras ese comentario, Malú se aferra a mi brazo y se recuesta sobre él. Vemos el concierto entero, con comentarios para todos los gustos, pero todos buenos, alabando a Malú sin parar. Está avergonzada, se le nota, se nota que es tímida y eso le hace todavía más adorable. Tras el concierto, comienza un hilo musical con canciones para todos los gustos, ha llegado la hora de dormir e intentar descansar sin dejar de pensar en lo que nos espera cuando lleguemos a España.

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