-Coge a Juliet! – me grita Quique dándome a la niña – corre!
Comienzo a correr en dirección contraria a la orilla con la
niña en brazos. Rose corre a nuestro lado, gritando a la niña si está bien.
Siento como mi corazón late todo lo deprisa que puede y las gotas de lluvia
caen por mi cuerpo. El viento es insoportable, jamás había visto una tormenta
así.
Me giro pensando que Quique viene detrás de mí, pero cuando le
veo resbalarse me da un vuelco el corazón. Una ola le tira al suelo y se lo está
llevando hacia dentro. Salgo corriendo con alguien persiguiéndome. Intento
llegar hasta él pero una tormenta de olas se lo está llevando mar adentro. Grito con todas mis fuerzas su nombre al tiempo que alguien me agarra de la
cintura.
-Malú! Quieta! – escucho a Richard a mi espalda –
-Suéltame! Hay que sacarle! – digo mientras le busco pero le
he perdido de vista – no puedo quedarme aquí Richard! Tengo que sacarle! –
Comienzo a llorar mientras Richard me coge el volandas y me
saca de las inmediaciones de la orilla. La lluvia no cesa y yo no paro de mirar
hacia el mar, gritando, esperando verle. Intento zafarme varias veces de los
brazos de Richard pero me agarra con fuerza. No puede ser… lloro desconsolada…
ya no le veo… ha desaparecido y yo siento un dolor en el pecho que jamás había
sentido.
No se cuanto tiempo ha pasado. Me despierto rodeada de
maleza. Alzo la mirada y veo varios ojos mirándome. Instintivamente busco la
suya, pero no está. Me incorporo asustada.
-Malú, tranquila, estás bien? – pregunta Richard preocupado
–
-Donde está? – digo mirando para todos los lados – donde
está?? – grito dándome cuenta de lo que ha pasado –
-Malú, quédate ahí sentada, tranquilízate… te has desmayado
– cojo el brazo de Richard –
-Donde está?? – grito de nuevo – por qué no me has dejado ir
a buscarle! – me levanto acelerada dando un empujón a Richard – donde estamos?
-Hemos huído de la playa… la marea ha subido tanto que no
podíamos escapar en ninguna dirección más…
Comienzo a notar que mi respiración se acelera por momentos.
El miedo me inunda. No puede ser que Quique no esté allí.
-Tenemos que volver a buscarle! – grito intentando
que me dejen ir –
-Malú… - la voz de Richard suena apenada – tenemos que
quedarnos aquí hasta que escampe.
No había ni siquiera notado que seguía lloviendo. Me
arrodillo en el suelo y comienzo a llorar desesperada. Aquello no podía estar
pasando. Nada de lo que me dijesen podía consolarme.
No dejo de llorar ni un solo momento, tengo tanto miedo…
Quique no puede haberse ido, le necesito. Siento un vacío tan grande que pienso
que de un momento a otro dejaré de respirar. Me encamino hacia la playa sin hacer caso a nadie, ellos dudan pero luego
veo como me seguían.
Al llegar, el panorama es desolador. La marea ha bajado pero ha dejado a su paso un rastro que se extiende por toda la playa. Y, lo peor de todo, se ha llevado a la persona que me había salvado la vida… y yo no he podido hacer nada por evitarlo. Camino perdida por la arena que ahora esta húmeda, el frío inunda mis huesos. Tras dar unos pasos con los ojos llenos de lágrimas, me encuentro con su camisa y el botiquín al lado. Me arrodillo sin parar de llorar mientras noto que todos me rodean. Escucho algunos sollozos. No está… y la idea de que no vuelva a estar me mata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario