Le veo nadar a todo lo que le dan los brazos. Por más que
corro, no llego a la orilla. No llego a lanzarme al mar a por él. Cada vez está
más lejos, cada vez la marea lo arrastra más adentro todavía. Miro a mi
alrededor, está todo oscuro, no hay nadie. Hasta hace un momento todos estaban
aquí pero ya no, no entiendo por qué no están, tienen que ayudarme. Miro de
nuevo al mar, una luz que no se de dónde ha salido, alumbra justo donde está
él. Vuelvo a intentar correr hacia él pero mis pies están enterrados en la
arena, no puedo moverme. Me cuesta respirar. De repente, no le veo, la luz ha
desaparecido. Está todo tan oscuro que no puedo siquiera ver donde está la
orilla. Ahora si que puedo andar… pero
no veo nada… camino temerosa, siento un miedo que jamás había sentido. Miro de
nuevo alrededor… no hay nadie… por qué? De repente, le veo. La marea le
devuelve a la orilla. Corro hasta él asustada y me arrodillo llamándole. Le pongo boca
arriba, no respira.
No, no puede ser. Comienzo a reanimarle, me tiemblan las
manos, no puedo parar de llorar. De repente, una mano toca mi hombro y me
asusta. Es Richard, con cara de pena. No… no puede haber muerto… Quique no
puede morir… no…no…
-NO!!
Noto mi corazón a mil por hora. Mis ojos detectan la televisión
apagada frente a la cama. Pongo mi mano derecha en mi pecho, intentando que
pare de dar esas sacudidas y recuperar el aliento. Ha sido una pesadilla… ha
sido una pesadilla. Me lo repito una y otra vez. Otra vez el mismo sueño. Tres
noches así, no sé cuánto podré soportarlo. Miro el reloj. Las 6 de la mañana.
Me levanto resignada hacia el baño, necesito una ducha.
He conseguido convencer a mi madre para que vuelva a su casa
y me deje un poco de espacio, tres días son suficientes. Entiendo lo mal que lo
han pasado pero estoy saturada. Todo lo de las pesadillas debe ser el estrés.
Entrevistas a las que no he podido negarme, visitas que no he parado de
recibir… la fiesta del otro día todavía deja secuelas en mi cabeza, me duele a
todas horas. Necesito tiempo, solo eso. Tiempo para acostumbrarme a esto, a que
todo el mundo me mire con cariño y pena a la vez… tiempo para pensar, para
estar conmigo misma en casa, con mis animales, con mi vida cuando no tengo
conciertos. He hablado con Rosa, no puedo volver tan pronto, tengo que
prepararme. Me revienta el alma anular todos esos conciertos pero si comienzo
con esa vorágine de trabajo, caeré enferma. He perdido 5 kilos, estoy en los
huesos, tengo que reponerme. De momento, esta noche Vero trae cena para parar un
tren. Qué gusto poder comer toda esa grasa sin preocuparme si engordo, precisamente
es lo que quiero. Se me escapa una risa incontrolable cuando pienso en esa
carne y esas patatas, estoy enferma.
Me miro al espejo, probablemente los pucheros de mi madre
han hecho efecto y he ganado un kilillo estos días, pero sigo estando delgada,
demasiado para aguantar el ritmo frenético de los conciertos. Recibo mensajes a
diario preguntándome que cuando vuelvo y no se qué contestar… no se cuanto
tiempo necesito, pero se que tengo que tomármelo con calma. Hace unos años ya
cambió mi visión sobre el trabajo, pero ahora creo que ha cambiado del todo. He
sacrificado mi vida por esto, y se acabó esa forma de vida. Ahora la voy a
compaginar, todo el mundo lo hace y yo también. Antes no lo he hecho porque es
difícil y he preferido elegir, pero ahora no quiero elegir, ahora quiero tener
una vida más o menos normal y disfrutar de mi trabajo, al mismo tiempo. En la
televisión no paran de hablar de mí, ha sido un absoluto caos todo. Por lo
menos no hablan mal, aunque nunca me ha gustado ser protagonista. Yo trabajo en
esto porque me gusta, no para ser famosa, eso me repatea. Vuelvo a tumbarme en
la cama un rato… pero no puedo dormir, maldita sea.
Mientras me preparo el desayuno, repaso uno por uno todos
los días en aquella isla… menuda locura, es imposible que esté en casa. En
todos los recuerdos aparece él. Le echo tanto de menos… por las noches me
despierto pensando que está a mi lado… y cuando no, me despierto en medio de
una pesadilla. La de esta noche ha sido bastante más intensa que las
anteriores. Es absurdo, cómo me he podido enamorar así? Espera… enamorada? No,
no puede ser… no puede ser que piense que estoy enamorada… necesito contárselo
a alguien… y Vero, viene esta noche, quién mejor. No he parado de hablar con él
por teléfono… es tan mono… tan… joder!
El sonido del móvil me pilla removiendo el café y me asusta, casi me caigo de la silla.
Miro la pantalla desganada hasta que veo su nombre y una sonrisa se dibuja en
mi cara.
-Buenos días jefa! – le escucho decir al otro lado del
teléfono –
-Buenos días… - contesto con voz que hasta a mí me suena
demasiado pastelosa –
-Te he despertado?
-Qué va… estaba aquí, desayunando…
-Ah bueno… - creo que puedo detectar su sonrisa sin verle –
has dormido bien?
-Emmm… - he decidido no contarle las pesadillas que tengo –
no… pero bueno, no pasa nada.
-Vaya… - carraspea – yo tampoco he dormido nada bien… - se
hace un silencio un tanto incómodo – qué vas a hacer hoy?
-Pues… - caigo en la cuenta que no sé qué cojones hacer –
supongo que estar tirada en el sofá viendo pelis…
-Así me gusta… con actividad… - escucho como se ríe y me
contagia –
-He conseguido echar a mi madre de casa… - vuelvo a escuchar
como se ríe – así que voy a hacer la vaga todo lo que pueda…
-Me parece estupendo…
-Y tú? Qué vas a hacer?
-Pff… - resopla – estoy pensando irme unos días a casa de
Alex…
-Y eso? – me sorprende –
-Creo que necesito salir de mi pueblo, ellos viven a pocos
kilómetros de aquí, en el pueblo de al lado… Jefa, no puedo salir a la calle… -
no puedo evitar reirme al escuchar su voz con tono agobiado – es verdad… ayer…
- carraspea de nuevo – me paró una señora y se empeñó en acompañarme hasta el
bar donde había quedado con éstos… - estallo en una carcajada – no te rías…
llegué con un dolor de cabeza… la mujer no dejaba de hablar…
-Ahora sabes lo que cuesta ser famoso… - digo con sorna –
-No me gusta… - dice con voz firme –
-Ayer tenía prensa en la puerta… te cambio los fotógrafos
por la señora… - digo de manera divertida –
-Mejor no… si la señora era adorable y todo…
-Jajajajaja… - bebo de mi café – te vi ayer en la entrevista
que diste – noto como mi voz suena avergonzada –
-Vaya! Y qué te pareció?
-Deja de hacerme la pelota en las entrevistas, te lo pido
por favor… - pongo tono serio –
-Yo solo digo la verdad… - le resta importancia –Y tú qué?
Si dijiste que yo era tu ángel de la guarda… además, me preguntan por ti, qué
quieres que diga? Que tengo el brazo lleno de moratones por tus manotazos?
-Jajajajajaja! – me río con ganas – eso estaría bien…
-Ah, por cierto, le puedes decir a tu legión de seguidores
y/o seguidoras que dejen de nombrarme en cierta red social? No puedo encender
el móvil… - dice con voz de niño –
-Jajajajaja! – vuelvo a reirme – les has caído bien… he
leído lo que dicen de ti… - vuelvo a poner tono avergonzado… joder, parezco una
quinceañera –
-Ah sí? Y qué dicen? – pregunta con tono insinuante –
-Pues… - me muerdo el labio – todo cosas buenas… pero si
quieres saber más, enciendes el móvil y lo lees tú mismo.
-Eres mala eh?
-Mucho… - mi voz suena tan insinuante que casi me atraganto
– emm… - escucho como ríe tímidamente – bueno…
-Bueno… - decimos los dos a la vez. No puedo evitar reirme
nerviosa – oye, voy a sacar a los perros, me están mirando con cara de que no
pueden más…
-Jajajaja!... vale… - otra vez esa voz de tontorrona que no
consigo quitar –
-Luego te llamo vale? No te aburras mucho… - noto cierto
tono tontorrón por su parte que me hace estremecerme –
-No… no lo haré… - sonrío sin poder evitarlo –
-Un beso jefa
-Un beso Rick…
Llevo como 10 minutos mirando el móvil. No sé cómo, pero sin
darme cuenta me he metido en internet y estoy viendo fotos suyas, está plagado de ellas, sobre todo de aquella rueda de prensa… qué guapo es…
La tarde se me pasa durmiendo en el sofá viendo dvds que
tenía por casa. Viendo por decir algo, el sueño me ha impedido ver el final de
dos pelis seguidas. El móvil vibra encima de mi abdomen y lo cojo sin mirar
quién es.
-Si? – mi voz de dormida aparece en escena –
-Uy que voz de dormida… Te he despertao? – la voz de Quique
entra por mis oídos y me hace recostarme en el sofá –
-Esta vez sí… - digo con voz melosa –
-Vaya… lo siento jefa… como son las 7 de la tarde… - se
excusa –
-No te preocupes… - hablo con los ojos cerrados, todavía
como si estuviera durmiendo - me gusta
que me despiertes… - abro los ojos de par en par. He dicho eso? Carraspeo y
siento de repente mucho calor –
-Ah si? – pregunta juguetón – lo haré más veces entonces…
No se ni el tiempo que llevamos hablando… se pasa tan rápido
con él. Esa estúpida sonrisa no se ha ido de mi cara desde que he descolgado el
teléfono… soy muy gilipollas… debería decirle que lo que quiero es verle, pero
me echo atrás cada vez que pienso en hacerlo. De repente, suena el timbre, debe
ser Vero.
-Nena! – escucho a Vero gritar desde la calle – me abres o
qué?
-Quique, tengo que colgar, está aquí Vero… - digo con voz
apenada –
-No… si ya la he escuchado… - dice riendo y me hace reir con
él – pásalo bien pequeña…
Un escalofrío me recorre el cuerpo. Recuerdo el momento en
que vinieron a por nosotros y me llamó igual. Segundos antes de eso, estuvimos
a punto de besarnos. Escucho como ríe, como si estuviera viendo la cara que he
puesto. Maldita sea… le echo tanto de menos…
-Luego te escribo vale? – otra vez esa voz acaramelada sale
de mi boca –
-Vale… un beso.
-Un beso…
Voy a la puerta intentando no reirme para que Vero no
sospeche. Viene con mi ahijada, Lucía, tan adorable como siempre. Tras cenar
como verdaderas bestias, Vero decide que lo mejor para terminar la noche es
bebernos unas copas. Error, lo voy a confesar todo sin tapujos, no puedo beber,
me afecta en seguida.
-Bueno, y me vas a contar qué cojones te pasa Lula? – se
enciende un cigarro –
-A mi? – pregunto haciéndome la loca –
-No me engañas… a ti te pasa algo, estás como mustia…
-Será de no descansar demasiado… - hago lo mismo que ella y
me enciendo otro cigarro –
-No descansas? – niego con la cabeza – Vaya… bueno nena,
pero eso es temporal…
-Ya… - asiento no muy convencida –
-Jumm… - murmura pensativa – a ti te pasa algo más…
-Joder… - bebo de mi gintonic – me conoces demasiado…
-Ves? Venga… - se acerca más a mí en el sofá – cuéntamelo
-Es que es una cosa difícil… - respondo dubitativa –
-Hablamos de algo o de alguien? – arquea una ceja –
-De alguien… - iba a explicarme pero Vero me interrumpe –
-Cómo? Pero Lula! A ver… hablamos de temas sentimentales no?
– asiento – gracias a Dios! – junta sus manos hacia el cielo – Por fin!!!!
-Eres muy tonta… - niego sonriendo avergonzada –
-Pero y quién es? Esto por qué no me lo has contado antes?
-Antes? Cuando? Si estaba aquí mi madre… - río tímidamente -
-Coño, pues no se… comentármelo antes… de que pasara lo que
ha pasado… - sonrío al darme cuenta que piensa que es alguien que conozco desde
hace más tiempo –
-Antes no había nada que contar… - sonrío avergonzada –
-No entiendo nada… - me mira extrañada – de quién estamos
hablando Lula?
-Pfff… - resoplo avergonzada – es Quique… - tuerzo el gesto
intentando disimular mi vergüenza –
-El médico? – me mira sorprendida y una pequeña sonrisa
aparece en su rostro – el tío bueno?
-Si… ese… - sonrío sin poder evitarlo –
-Pero nena!!! – me da un golpecito en el hombro – a ver…no
hemos hablado de esto – se revuelve en el sofá - qué pasó en la isla? Habéis…?
– hace un gesto con la mano y niego enérgicamente –
-No! Claro que no! No ha pasado nada… - mi voz suena hasta
apenada -
-Muy a tu pesar por lo que veo… - dice con tono gracioso –
no pasó nada seguro?
-Bueno… - suelta un gritito – la noche que nos encontraron…
casi nos besamos…
-Ahhhh!!!
-Calla!! – le doy un manotazo – pero no pasó nada eh? Somos
amigos…
-Yaaaaa!! – exagera la pronunciación – claroooo… Venga ya
Malú…
-Pff… esto es una mierda… - de repente, siento unas ganas
tremendas de llorar – le echo de menos…
-Pero nena… - dice con voz dulce – esto es el alcohol… - me
quita el vaso y lo deja sobre la mesa - venga… no llores…
-Por qué me pasa a mí esto? – pregunto indignada – tendría
que estar feliz por volver a casa… y lo estoy… pero… joder! Quiero verle!
-Madre mía… - le miro interrogante – te has pillado…
-Joder! – reniego con rabia – y ahora qué? Ni siquiera sé si
se ha fijado en mí como algo más… o …
-Pero si estuvo a punto de besarte!!! Tú me has contado que
en la isla… te cuidaba mucho…
-Eso no significa nada… - veo arquear las cejas a Vero –
allí cuidábamos todos de todos…
-Es hasta romántico… - pone ojos melosos – chico cuida de
chica y se enamoran perdidamente pero luego tienen que separarse…
-Para ya! – me quejo – no es tan sencillo todo…
-Pero por qué? Si es estupendo!! Un hombre guapo, divertido,
con una profesión, inteligente… nena, es perfecto, me gusta… - asiente
convencida –
-Pff… y si me estoy haciendo yo mis castillos? Igual no…
-Pero a ver… - se revuelve en su asiento – crees que no se
ha fijado en ti como mujer? Es eso? – alzo los hombros – jajajajaja – se ríe
descontrolada – pero nena!
-Qué? Joder… bueno… me piropeaba a veces – recuerdo su
borrachera y no puedo evitar reirme -
-Te piropeaba – me analiza con la mirada - Habláis? –
asiento tímidamente – mucho? – vuelvo a asentir – tu es que eres tonta! – da un
respingo en el sofá - En cuanto le digas algo, va a venir…
-Decirle algo? – pregunto escandalizada – ni de coña…
-Pues que sepas que va a venir… lo sé… me da ese palpito…
-Eres tonta… no va a venir… además, estará asustado con todo
lo que se ha montado conmigo…
-A ti lo que te preocupa es que se cague por todo lo que te
rodea… - Afirmo. Efectivamente – pues nena, si es así, es que no es para ti…
-Claaaro – exagero yo ahora – es todo taaaaaaan fácil…
-Ya… no debe ser fácil olvidarse de un tío así… ayer lo ví
en una entrevista que le hicieron en casa… es tan… mono… lo viste?
-Si…
Vero me mira enternecida, pasa un brazo por mis hombros,
coge su copa y vuelve a mirarme.
-Tengo pesadillas con él por las noches… - Vero me mira
atenta – sueño que se ahoga… y que intento salvarle pero no puedo… - un nudo en
la garganta me impide seguir hablando –
-Aiss… - me abraza – lo que necesitas es verle…
-Ya… -
-Mira lo que te digo Lula… - cada vez que dice esa frase me
da miedo – ese tío está colado por ti y dentro de poco te va a venir a buscar…
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