sábado, 20 de septiembre de 2014

CAPÍTULO 28: COMO CADA NOCHE

Le veo nadar a todo lo que le dan los brazos. Por más que corro, no llego a la orilla. No llego a lanzarme al mar a por él. Cada vez está más lejos, cada vez la marea lo arrastra más adentro todavía. Miro a mi alrededor, está todo oscuro, no hay nadie. Hasta hace un momento todos estaban aquí pero ya no, no entiendo por qué no están, tienen que ayudarme. Miro de nuevo al mar, una luz que no se de dónde ha salido, alumbra justo donde está él. Vuelvo a intentar correr hacia él pero mis pies están enterrados en la arena, no puedo moverme. Me cuesta respirar. De repente, no le veo, la luz ha desaparecido. Está todo tan oscuro que no puedo siquiera ver donde está la orilla. Ahora si que puedo andar…  pero no veo nada… camino temerosa, siento un miedo que jamás había sentido. Miro de nuevo alrededor… no hay nadie… por qué? De repente, le veo. La marea le devuelve a la orilla. Corro hasta él asustada y me arrodillo llamándole. Le pongo boca arriba, no respira. 

No, no puede ser. Comienzo a reanimarle, me tiemblan las manos, no puedo parar de llorar. De repente, una mano toca mi hombro y me asusta. Es Richard, con cara de pena. No… no puede haber muerto… Quique no puede morir… no…no…

-NO!!


Noto mi corazón a mil por hora. Mis ojos detectan la televisión apagada frente a la cama. Pongo mi mano derecha en mi pecho, intentando que pare de dar esas sacudidas y recuperar el aliento. Ha sido una pesadilla… ha sido una pesadilla. Me lo repito una y otra vez. Otra vez el mismo sueño. Tres noches así, no sé cuánto podré soportarlo. Miro el reloj. Las 6 de la mañana. Me levanto resignada hacia el baño, necesito una ducha.

He conseguido convencer a mi madre para que vuelva a su casa y me deje un poco de espacio, tres días son suficientes. Entiendo lo mal que lo han pasado pero estoy saturada. Todo lo de las pesadillas debe ser el estrés. Entrevistas a las que no he podido negarme, visitas que no he parado de recibir… la fiesta del otro día todavía deja secuelas en mi cabeza, me duele a todas horas. Necesito tiempo, solo eso. Tiempo para acostumbrarme a esto, a que todo el mundo me mire con cariño y pena a la vez… tiempo para pensar, para estar conmigo misma en casa, con mis animales, con mi vida cuando no tengo conciertos. He hablado con Rosa, no puedo volver tan pronto, tengo que prepararme. Me revienta el alma anular todos esos conciertos pero si comienzo con esa vorágine de trabajo, caeré enferma. He perdido 5 kilos, estoy en los huesos, tengo que reponerme. De momento, esta noche Vero trae cena para parar un tren. Qué gusto poder comer toda esa grasa sin preocuparme si engordo, precisamente es lo que quiero. Se me escapa una risa incontrolable cuando pienso en esa carne y esas patatas, estoy enferma.



Me miro al espejo, probablemente los pucheros de mi madre han hecho efecto y he ganado un kilillo estos días, pero sigo estando delgada, demasiado para aguantar el ritmo frenético de los conciertos. Recibo mensajes a diario preguntándome que cuando vuelvo y no se qué contestar… no se cuanto tiempo necesito, pero se que tengo que tomármelo con calma. Hace unos años ya cambió mi visión sobre el trabajo, pero ahora creo que ha cambiado del todo. He sacrificado mi vida por esto, y se acabó esa forma de vida. Ahora la voy a compaginar, todo el mundo lo hace y yo también. Antes no lo he hecho porque es difícil y he preferido elegir, pero ahora no quiero elegir, ahora quiero tener una vida más o menos normal y disfrutar de mi trabajo, al mismo tiempo. En la televisión no paran de hablar de mí, ha sido un absoluto caos todo. Por lo menos no hablan mal, aunque nunca me ha gustado ser protagonista. Yo trabajo en esto porque me gusta, no para ser famosa, eso me repatea. Vuelvo a tumbarme en la cama un rato… pero no puedo dormir, maldita sea.



Mientras me preparo el desayuno, repaso uno por uno todos los días en aquella isla… menuda locura, es imposible que esté en casa. En todos los recuerdos aparece él. Le echo tanto de menos… por las noches me despierto pensando que está a mi lado… y cuando no, me despierto en medio de una pesadilla. La de esta noche ha sido bastante más intensa que las anteriores. Es absurdo, cómo me he podido enamorar así? Espera… enamorada? No, no puede ser… no puede ser que piense que estoy enamorada… necesito contárselo a alguien… y Vero, viene esta noche, quién mejor. No he parado de hablar con él por teléfono… es tan mono… tan… joder!


El sonido del móvil me pilla removiendo el café y me asusta, casi me caigo de la silla. Miro la pantalla desganada hasta que veo su nombre y una sonrisa se dibuja en mi cara.

-Buenos días jefa! – le escucho decir al otro lado del teléfono –

-Buenos días… - contesto con voz que hasta a mí me suena demasiado pastelosa –



-Te he despertado?

-Qué va… estaba aquí, desayunando…

-Ah bueno… - creo que puedo detectar su sonrisa sin verle – has dormido bien?



-Emmm… - he decidido no contarle las pesadillas que tengo – no… pero bueno, no pasa nada.

-Vaya… - carraspea – yo tampoco he dormido nada bien… - se hace un silencio un tanto incómodo – qué vas a hacer hoy?

-Pues… - caigo en la cuenta que no sé qué cojones hacer – supongo que estar tirada en el sofá viendo pelis…

-Así me gusta… con actividad… - escucho como se ríe y me contagia –

-He conseguido echar a mi madre de casa… - vuelvo a escuchar como se ríe – así que voy a hacer la vaga todo lo que pueda…

-Me parece estupendo…

-Y tú? Qué vas a hacer?

-Pff… - resopla – estoy pensando irme unos días a casa de Alex…

-Y eso? – me sorprende –

-Creo que necesito salir de mi pueblo, ellos viven a pocos kilómetros de aquí, en el pueblo de al lado… Jefa, no puedo salir a la calle… - no puedo evitar reirme al escuchar su voz con tono agobiado – es verdad… ayer… - carraspea de nuevo – me paró una señora y se empeñó en acompañarme hasta el bar donde había quedado con éstos… - estallo en una carcajada – no te rías… llegué con un dolor de cabeza… la mujer no dejaba de hablar…

-Ahora sabes lo que cuesta ser famoso… - digo con sorna –

-No me gusta… - dice con voz firme –

-Ayer tenía prensa en la puerta… te cambio los fotógrafos por la señora… - digo de manera divertida –

-Mejor no… si la señora era adorable y todo…

-Jajajajaja… - bebo de mi café – te vi ayer en la entrevista que diste – noto como mi voz suena avergonzada –

-Vaya! Y qué te pareció?

-Deja de hacerme la pelota en las entrevistas, te lo pido por favor… - pongo tono serio –

-Yo solo digo la verdad… - le resta importancia –Y tú qué? Si dijiste que yo era tu ángel de la guarda… además, me preguntan por ti, qué quieres que diga? Que tengo el brazo lleno de moratones por tus manotazos?

-Jajajajajaja! – me río con ganas – eso estaría bien…

-Ah, por cierto, le puedes decir a tu legión de seguidores y/o seguidoras que dejen de nombrarme en cierta red social? No puedo encender el móvil… - dice con voz de niño –

-Jajajajaja! – vuelvo a reirme – les has caído bien… he leído lo que dicen de ti… - vuelvo a poner tono avergonzado… joder, parezco una quinceañera –

-Ah sí? Y qué dicen? – pregunta con tono insinuante –

-Pues… - me muerdo el labio – todo cosas buenas… pero si quieres saber más, enciendes el móvil y lo lees tú mismo.

-Eres mala eh?

-Mucho… - mi voz suena tan insinuante que casi me atraganto – emm… - escucho como ríe tímidamente – bueno…

-Bueno… - decimos los dos a la vez. No puedo evitar reirme nerviosa – oye, voy a sacar a los perros, me están mirando con cara de que no pueden más…

-Jajajaja!... vale… - otra vez esa voz de tontorrona que no consigo quitar –

-Luego te llamo vale? No te aburras mucho… - noto cierto tono tontorrón por su parte que me hace estremecerme –

-No… no lo haré… - sonrío sin poder evitarlo –

-Un beso jefa

-Un beso Rick…

Llevo como 10 minutos mirando el móvil. No sé cómo, pero sin darme cuenta me he metido en internet y estoy viendo fotos suyas, está plagado de ellas, sobre todo de aquella rueda de prensa… qué guapo es…



La tarde se me pasa durmiendo en el sofá viendo dvds que tenía por casa. Viendo por decir algo, el sueño me ha impedido ver el final de dos pelis seguidas. El móvil vibra encima de mi abdomen y lo cojo sin mirar quién es.

-Si? – mi voz de dormida aparece en escena –

-Uy que voz de dormida… Te he despertao? – la voz de Quique entra por mis oídos y me hace recostarme en el sofá –

-Esta vez sí… - digo con voz melosa –

-Vaya… lo siento jefa… como son las 7 de la tarde… - se excusa –

-No te preocupes… - hablo con los ojos cerrados, todavía como si estuviera durmiendo -  me gusta que me despiertes… - abro los ojos de par en par. He dicho eso? Carraspeo y siento de repente mucho calor –

-Ah si? – pregunta juguetón – lo haré más veces entonces…



No se ni el tiempo que llevamos hablando… se pasa tan rápido con él. Esa estúpida sonrisa no se ha ido de mi cara desde que he descolgado el teléfono… soy muy gilipollas… debería decirle que lo que quiero es verle, pero me echo atrás cada vez que pienso en hacerlo. De repente, suena el timbre, debe ser Vero.

-Nena! – escucho a Vero gritar desde la calle – me abres o qué?

-Quique, tengo que colgar, está aquí Vero… - digo con voz apenada –

-No… si ya la he escuchado… - dice riendo y me hace reir con él – pásalo bien pequeña…

Un escalofrío me recorre el cuerpo. Recuerdo el momento en que vinieron a por nosotros y me llamó igual. Segundos antes de eso, estuvimos a punto de besarnos. Escucho como ríe, como si estuviera viendo la cara que he puesto. Maldita sea… le echo tanto de menos…

-Luego te escribo vale? – otra vez esa voz acaramelada sale de mi boca –

-Vale… un beso.

-Un beso…

Voy a la puerta intentando no reirme para que Vero no sospeche. Viene con mi ahijada, Lucía, tan adorable como siempre. Tras cenar como verdaderas bestias, Vero decide que lo mejor para terminar la noche es bebernos unas copas. Error, lo voy a confesar todo sin tapujos, no puedo beber, me afecta en seguida.

-Bueno, y me vas a contar qué cojones te pasa Lula? – se enciende un cigarro –

-A mi? – pregunto haciéndome la loca –

-No me engañas… a ti te pasa algo, estás como mustia…

-Será de no descansar demasiado… - hago lo mismo que ella y me enciendo otro cigarro –

-No descansas? – niego con la cabeza – Vaya… bueno nena, pero eso es temporal…

-Ya… - asiento no muy convencida –

-Jumm… - murmura pensativa – a ti te pasa algo más…

-Joder… - bebo de mi gintonic – me conoces demasiado…

-Ves? Venga… - se acerca más a mí en el sofá – cuéntamelo

-Es que es una cosa difícil… - respondo dubitativa –

-Hablamos de algo o de alguien? – arquea una ceja –

-De alguien… - iba a explicarme pero Vero me interrumpe –

-Cómo? Pero Lula! A ver… hablamos de temas sentimentales no? – asiento – gracias a Dios! – junta sus manos hacia el cielo – Por fin!!!!

-Eres muy tonta… - niego sonriendo avergonzada –

-Pero y quién es? Esto por qué no me lo has contado antes?

-Antes? Cuando? Si estaba aquí mi madre… - río tímidamente -

-Coño, pues no se… comentármelo antes… de que pasara lo que ha pasado… - sonrío al darme cuenta que piensa que es alguien que conozco desde hace más tiempo –

-Antes no había nada que contar… - sonrío avergonzada –

-No entiendo nada… - me mira extrañada – de quién estamos hablando Lula?

-Pfff… - resoplo avergonzada – es Quique… - tuerzo el gesto intentando disimular mi vergüenza –

-El médico? – me mira sorprendida y una pequeña sonrisa aparece en su rostro – el tío bueno?

-Si… ese… - sonrío sin poder evitarlo –



-Pero nena!!! – me da un golpecito en el hombro – a ver…no hemos hablado de esto – se revuelve en el sofá - qué pasó en la isla? Habéis…? – hace un gesto con la mano y niego enérgicamente –

-No! Claro que no! No ha pasado nada… - mi voz suena hasta apenada -

-Muy a tu pesar por lo que veo… - dice con tono gracioso – no pasó nada seguro?

-Bueno… - suelta un gritito – la noche que nos encontraron… casi nos besamos…

-Ahhhh!!!

-Calla!! – le doy un manotazo – pero no pasó nada eh? Somos amigos…

-Yaaaaa!! – exagera la pronunciación – claroooo… Venga ya Malú…



-Pff… esto es una mierda… - de repente, siento unas ganas tremendas de llorar – le echo de menos…

-Pero nena… - dice con voz dulce – esto es el alcohol… - me quita el vaso y lo deja sobre la mesa -  venga… no llores…

-Por qué me pasa a mí esto? – pregunto indignada – tendría que estar feliz por volver a casa… y lo estoy… pero… joder! Quiero verle!

-Madre mía… - le miro interrogante – te has pillado…

-Joder! – reniego con rabia – y ahora qué? Ni siquiera sé si se ha fijado en mí como algo más… o …

-Pero si estuvo a punto de besarte!!! Tú me has contado que en la isla… te cuidaba mucho…

-Eso no significa nada… - veo arquear las cejas a Vero – allí cuidábamos todos de todos…

-Es hasta romántico… - pone ojos melosos – chico cuida de chica y se enamoran perdidamente pero luego tienen que separarse…

-Para ya! – me quejo – no es tan sencillo todo…

-Pero por qué? Si es estupendo!! Un hombre guapo, divertido, con una profesión, inteligente… nena, es perfecto, me gusta… - asiente convencida –

-Pff… y si me estoy haciendo yo mis castillos? Igual no…

-Pero a ver… - se revuelve en su asiento – crees que no se ha fijado en ti como mujer? Es eso? – alzo los hombros – jajajajaja – se ríe descontrolada – pero nena!

-Qué? Joder… bueno… me piropeaba a veces – recuerdo su borrachera y no puedo evitar reirme -  



-Te piropeaba – me analiza con la mirada - Habláis? – asiento tímidamente – mucho? – vuelvo a asentir – tu es que eres tonta! – da un respingo en el sofá - En cuanto le digas algo, va a venir…

-Decirle algo? – pregunto escandalizada – ni de coña…

-Pues que sepas que va a venir… lo sé… me da ese palpito…

-Eres tonta… no va a venir… además, estará asustado con todo lo que se ha montado conmigo…

-A ti lo que te preocupa es que se cague por todo lo que te rodea… - Afirmo. Efectivamente – pues nena, si es así, es que no es para ti…

-Claaaro – exagero yo ahora – es todo taaaaaaan fácil…

-Ya… no debe ser fácil olvidarse de un tío así… ayer lo ví en una entrevista que le hicieron en casa… es tan… mono… lo viste?

-Si…

Vero me mira enternecida, pasa un brazo por mis hombros, coge su copa y vuelve a mirarme.

-Tengo pesadillas con él por las noches… - Vero me mira atenta – sueño que se ahoga… y que intento salvarle pero no puedo… - un nudo en la garganta me impide seguir hablando –

-Aiss… - me abraza – lo que necesitas es verle…

-Ya… -


-Mira lo que te digo Lula… - cada vez que dice esa frase me da miedo – ese tío está colado por ti y dentro de poco te va a venir a buscar…


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